
Mamadou Ba protestando en Portugal. Imagen: Editada por Global Voices.
Leon Ingelse colaboró en esta historia.
«La situación va a empeorar mucho», afirmó Mamadou Ba, fundador de SOS Racismo, organización emblemática que defiende los derechos humanos de los inmigrantes y de las víctimas de racismo en Portugal. Ba habló con Global Voices justo antes de que el primer ministro portugués Antonio Costa renunciara el 7 de noviembre, lo que abrió el camino a partidos de extrema derecha como Chega, ampliamente conocido por su discurso racista y contra la inmigración.
Ba considera que Chega, partido fundado en 2019, está institucionalizando el racismo en la estructura política de Portugal. «Lo que [los activistas] hemos estado diciendo durante los últimos 35 años [desde el inicio de SOS Racismo] es que el racismo jamás dejó de existir. Pero antes, [el racismo] no tenía un buen intérprete», dice Ba. Puede que las cosas empiecen a cambiar ahora.
Ba afirma:
A classe política e as elites em geral criaram um tabu generalizado sobre a questão racial. Há uma ideia de continuidade histórica sobre o colonialismo nas relações de poder. Criou-se uma ilusão muito grande, baseada no lusotropicalismo, de que Portugal superou [a escravidão] melhor do que qualquer outra nação colonizadora o aspecto da raça.
The political class and elites in general created a widespread taboo on the racial issue. There is a historical continuity regarding colonialism in power relations. An illusion was created, based on luso-tropicalism, that Portugal overcame the aspect of race better than than any other colonizing nations.
La clase política y las élites en general crearon un tabú generalizado sobre la cuestión racial. Existe una continuidad histórica respecto al colonialismo en las relaciones de poder. Se creó la ilusión, basada en el lusotropicalismo, de que Portugal superó la problemática racial mejor que cualquier otra nación colonizadora.
Mamadou Ba nació en Senegal y tiene nacionalidad portuguesa, país en el que vive desde hace más de 20 años. A lo largo de este tiempo, se ha comprometido con el movimiento antirracista, y tenido un papel fundamental ―a través de SOS Racismo y otras organizaciones― en la defensa de los derechos de las personas racialmente marginadas a nivel nacional y europeo. También ha contribuido a numerosos proyectos de investigación académica como asesor y ha integrado consejos científicos. Desde 2015 hasta 2019, Ba se desempeñó como miembro del Consejo Portugués de la Comisión Nacional para la Igualdad y la Lucha contra la Discriminación Racial.
Afrontar las narrativas coloniales
A través de su Observatorio de Medios Cívicos Comunitarios (OMC), Global Voices investigó el impacto persistente de las narrativas en torno al pasado colonial de Portugal, en especial las difundidas durante la dictadura de Salazar y su «Estado Nuevo», que duró desde 1933 hasta 1974.
En las etapas posteriores al gobierno de Salazar, las narrativas enfocadas en el «lusotropicalismo» presentaban al imperio colonial de Portugal como más humano y amable que otros colonizadores europeos. Los portugueses veían al colonialismo como algo positivo.
La idea de que Portugal fue un buen colonizador fue un eje central de la investigación e hizo hincapié cómo el lusotropicalismo había ocultado las duras realidades del racismo, la esclavitud, el genocidio y la explotación durante el imperio colonial de Portugal. Mamadou Ba fue una voz central en la investigación, ya que rechazó el racismo y defendió narrativas como Portugal no está aceptando su pasado colonial.
Para Ba, la idea de vencer al racismo se convirtió en un ejercicio retórico para las personas para evitar hacer algo tangible al respecto. «[El racismo] no tiene expresión institucional en la forma de proteger a las personas [que lo padecen]», afirma.
Cree que hay un dilema en Occidente: para que una democracia esté completa, no puede haber racismo en su seno. Por tanto, mantener una ideología en la que se sigue considerando inferiores a las personas por motivos raciales es lo que él llama una «democracia racial».
«El colonialismo es constante en Portugal. Portugal celebrará 50 años de democratización el 25 de abril [de 2024]. Pero al mismo tiempo, Portugal decidió darle un nuevo significado a los escudos de armas del imperio colonial», subraya Ba.
A principios de este año, mientras renovaba la Praça do Imperio («Plaza Imperial»), Lisboa dio marcha atrás en la eliminación de los escudos de armas que representaban las provincias coloniales a petición de un grupo de ciudadanos.
Ba cuestiona: «¿Vamos a celebrar la democratización o el colonialismo?».
Un neonazi con antecedentes penales ganó el caso judicial contra Ba
En octubre de 2023, un tribunal de Lisboa ordenó a Mamadou Ba a pagar una multa de 2400 euros tras declararlo culpable de difamar a Mario Machado, conocido líder neonazi portugués que tiene vínculos con exdirigentes de Chega. En 2020, Ba acusó a Machado en X de estar involucrado en el asesinato de Alcindo Monteiro, hombre negro de Cabo Verde asesinado en 1995 por los cabezas rapadas en un ataque racista.
Machado era el líder del grupo de cabezas rapadas que mató a Monteiro y fue sentenciado a cuatro años de prisión por atacar a otras cinco personas negras esa misma noche. Posteriormente fue condenado a siete años de prisión por secuestro, robo y extorsión, además de tener un amplio prontuario por «ejercicio continuo de xenofobia extrema y uso de la violencia», según los tribunales. Mario Machado, que sigue siendo miembro activo en los movimientos de extrema derecha, presentó la demanda por difamación contra Ba y ganó.
El caso generó preocupación sobre el racismo estructural en Portugal, y SOS Racismo afirmó que el sistema judicial está atentando contra las voces que abogan por la democracia. El tribunal dictaminó que la declaración de Ba era falsa y dañaba el honor de Machado, ya que Machado no fue sentenciado por el asesinato de Monteiro.
El abogado de Machado elogió el fallo por demostrar que «el estado de derecho estaba libre de presiones políticas«. El abogado de Ba estableció planes para apelar la decisión, y potencialmente llevará el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos con el argumento de que el Estado permitió que la extrema derecha se infiltrara en sus instituciones.
La filósofa Luísa Semedo escribió en Público que ve un patrón recurrente en los debates en torno al juicio de Mamadou Ba, en que la gente está de acuerdo con él y al mismo tiempo señala ciertos defectos que percibieron en su accionar. Según la autora, esto refleja la incorporación de la violencia del opresor a la sociedad portuguesa, lo que hace que el activismo de los oprimidos parezca perturbador.
En las redes sociales y editoriales, el movimiento antirracista y la extrema derecha fueron presentados como lados opuestos de un debate. Para Mamadou Ba, esta estructura contribuye a mantener viva la memoria colonial, ya que valida a la extrema derecha como un movimiento, y deslegitima a los activistas antirracistas al presentarlos como extremistas.
En el comunicado público de SOS Racismo se lee que «rechazan los intentos (…) de equiparar antirracismo con racismo, que no es más que una estrategia para banalizar y normalizar el racismo».
Mamadou Ba cree que se debe ver a las personas negras como parte de la historia y la visión colectiva de la sociedad de Portugal, el «imaginario colectivo» (imaginário coletivo), en lugar de ser que se les ignore y excluya de las narrativas del país.
«Necesitamos discutir la memoria. Las personas negras como yo tenemos que integrar el imaginario colectivo. Pero esto llevará mucho tiempo», afirma.