Muy cerca del final de la temporada de huracanes en el Atlántico, una perturbación, que eventualmente fue nombrada Potencial Ciclón Tropical Veintidós, se movió desde la zona sur de Jamaica hacia el noroeste. Una mala noticia para la isla y para República Dominicana, ubicada directamente en su camino. A pesar de la falta de viento y de que el sistema no calificaba oficialmente como tormenta tropical, la destrucción (incluidas 21 vidas perdidas en República Dominicana) fue significativa. Desde junio, el país caribeño hispanoparlante ha tenido tres episodios importantes de inundaciones, todos con niveles sin precedentes de lluvias.
El sistema se movió por Jamaica el 16 y 17 de noviembre, y el lado este de la isla fue el más afectado. Hubo historias de ciudadanos que lidiaron con aguas infestadas de cocodrilos, viajeros varados durante la noche en zonas rurales, un gran deslizamiento de tierra en una zona de laderas cerca de Kingston, ríos y cañadas desbordados y carreteras gravemente dañadas. Afortunadamente, no se reportaron víctimas; sin embargo se contaron muchas historias y, al estilo jamaicano, se difundieron comentarios divertidos en las redes sociales.
El primer ministro, Andrew Holness, que parecía satisfecho de que la infraestructura se hubiera mantenido bastante bien, mencionó en el Parlamento que los gastos de reparaciones de carreteras ascenderían a 409 millones de dólares jamaicanos (aproximadamente 2.63 millones de dólares estadounidenses).
Al respecto, una editorial del periódico Gleaner sugirió que Jamaica utilice los fondos del FMI asignados para un fondo de resiliencia y sostenibilidad, y observó:
Kingston should also become an active proponent of Mia Mottley’s Bridgetown Agenda [unveiled at COP27, the Climate Change Conference in 2022] for reform of the global financial architecture, about which Jamaica has been relatively muted, notwithstanding that Ms Mottley’s efforts has been instrumental in moving the needle forward on several of the initiatives from which Jamaica has benefited – and could benefit in the future.
Kingston también debería convertirse en un defensor activo de la Agenda de Bridgetown de Mia Mottley presentada en la Conferencia sobre el Cambio Climático en 2022 (COP27), sobre la cual Jamaica no se ha pronunciado, a pesar de que los esfuerzos de la señora Mottley han sido fundamentales para avanzar en varias iniciativas de las cuales Jamaica se benefició y podría seguir beneficiándose en el futuro.
El tema de pérdidas y daños, que se ha convertido en alta prioridad para los vulnerables Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) como el Caribe, salió a la luz el primer día de la Conferencia sobre el Cambio Climático (COP28) en Dubái, con los anuncios de compromisos de naciones desarrolladas La exjefa de la División de Cambio Climático de Jamaica, Una May Gordon, alabó a la Alianza de Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (AOSIS) por mantener la atención sobre pérdidas y daños durante varias conferencias:
Loss & Damage Fund should be changed to #FundofHope. @AOSISChair of 2022 must take some of the credit for the historic moment celebrated @COP28_UAE today. #WePressOn. In it for the long haul #climatefinance #ClimateAction #GAPSCertified #BlessedAndGrateful pic.twitter.com/ppjfhL6mm1
— UnaMay Gordon (@gemgord) November 30, 2023
El fondo de pérdidas y daños debería cambiar a fondo de esperanza. La presidencia de la Alianza de Pequeños Estados Insulares en Desarrollo de 2022 debe llevarse parte del crédito por el momento histórico celebrado en la COP28 hoy. Presionamos. En esto a largo plazo.
En un evento paralelo en la COP28, la subsecretaria general de Naciones Unidas, Rabab Fatima, dio a conocer la alta cifra que enfrentaron los PEID por pérdidas y daños en solo un año:
«Last year, small island developing states suffered $153 billion in climate related loss and damage,» says Rabab Fatima (@rababfh2016) of @UNOHRLLS, opening the side event ‘Resilience in the face of adversity’ at the COP28 side event at the @AOSISChair Pavilion. pic.twitter.com/r9bCugDtML
— Climate Analytics (@CA_Latest) December 2, 2023
«El año pasado, los pequeños estados insulares en desarrollo sufrieron 153 000 millones en pérdidas y daños relacionados con el clima», dice Rabab Fatima de la Oficina del Alto Representante para los Países Menos Adelantados, los Países en Desarrollo sin Litoral y los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, en la inauguración del evento paralelo ‘Resiliencia frente a la adversidad’ en el pabellón de la presidencia de la Alianza de Pequeños Estados Insulares en Desarrollo de la COP28.
En Jamaica, la agricultura fue una de las principales víctimas del cambio climático en 2023. El ministro de Agricultura, Floyd Green, estimó que la tormenta de dos días de noviembre había causado más de mil millones de dólares jamaicanos (aproximadamente seis millones de dólares estadounidenses) en pérdidas. Los productores de café no pudieron transportar sus cosecha por los numerosos deslizamientos de tierra; los cultivos de verduras quedaron inundados o fueron arrastrados y los criadores de pollos, fuente principal de proteínas en la dieta jamaicana, perdieron un gran número de animales.
Esta situación devastadora para los pequeños agricultores siguió a una larga sequía, que comenzó a fines de 2022, y al calor anormal a principios de 2023, de los cuales no se han recuperado por completo. El 21 de noviembre, el Instituto de Planificación de Jamaica informó una disminución del 9% en agricultura, silvicultura y pesca en el trimestre de julio a septiembre, mientras que los cultivos tradicionales de exportación disminuyeron un 7.5%.
La situación en Jamaica es similar a la de otras partes del Caribe, donde se teme por la seguridad alimentaria, debido a repetidos «desastres naturales» causados por el cambio climático inducido por el hombre. El problema fue destacado en el Informe Especial del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (PICC) sobre Clima y Tierra.
La tormenta de lluvia planteó otro problema que ya estaba acaparando titulares en Jamaica: las prácticas y normas de construcción. Surgieron interrogantes, en los medios y en el público, sobre la disminución en los estándares de desarrollo de viviendas durante los últimos años, ya que varios edificios colapsaron o resultaron gravemente dañados luego de las inundaciones y los deslizamientos de tierra. También se han planteado de manera constante diversas dudas sobre el accionar de las autoridades locales y ambientales con respecto a los controles y aprobaciones que estos organismos llevan a cabo.
Los grupos de presión locales Citizens Rights to the City e Island City Lab han expresado preocupación sobre el acelerado ritmo de desarrollo inmobiliario, especialmente en las afueras de la capital Kingston, desde que se flexibilizaron los requisitos del acuerdo. La proliferación de edificios de departamentos de gran altura ha llamado la atención debido a su impacto en el ambiente, como pérdida de espacios verdes y eliminación de árboles añosos.
Después de las lluvias, un gran deslizamiento de tierra en las colinas que rodean la ciudad afectó a varios hogares en la próspera zona de Jacks Hill, después de que los vecinos expresaron su preocupación meses antes sobre un supuesto desarrollo inmobiliario ilegal en el vecindario. El sector se encuentra en una zona de falla y los proyectos inmobiliarios recientes, que han estado llamando la atención, pueden haber contribuido al problema.
Months after a major development triggered a massive landslide at Tavistock Terrace in Jacks Hill, St. Andrew, things have worsened. Homes are now being threatened as Friday's torrential rain led to another breakaway.
Tune in to #PrimeTimeNews at 7pm for more.#TVJNews pic.twitter.com/Ks0HE9hCex
— Television Jamaica/Radio Jamaica Newscentre (@TvjNewscentre) November 20, 2023
Meses después de que un importante proyecto inmobiliario desencadenó un enorme deslizamiento de tierra en Tavistock Terrace en Jacks Hill, St. Andrew, las cosas han empeorado. Ahora las casas están en peligro ya que la lluvia torrencial del viernes 17 de noviembre provocó otro desprendimiento.
Un profesor de geología advirtió sobre los nuevos proyectos en la zona, mientras que la ambientalista Diana McCaulay visitó el lugar e informó en Substack:
It’s hard to imagine how what has been allowed in sections of Jacks Hill can be rectified. I suspect that those who are able to will eventually cut their losses and move away. Others will stay, taking the risks of living on old landslides. The correctly sited older houses will lose their value. Some properties will fall into disrepair, roads will get worse and worse, services will become less and less reliable. Public money will be squandered. At some point, there will be a powerful earthquake and the face of Jacks Hill will be resculpted once more.
Es difícil imaginar cómo se puede rectificar lo que se ya se ha permitido en Jacks Hill. Sospecho que quienes pueden hacerlo, a la larga asumirán sus pérdidas y se mudarán. Otros se quedarán, afrontando los riesgos de vivir sobre antiguos deslizamientos de tierra. Las casas más antiguas, aún cuando estén correctamente ubicadas, perderán su valor. Algunas propiedades caerán en el abandono, las carreteras empeorarán, los servicios serán menos confiables. El dinero público se desperdiciará. En algún momento, habrá un poderoso terremoto y el perfil de Jacks Hill será esculpido nuevamente.
A diferencia de los problemas en las partes más ricas de la isla, los parlamentarios que representan zonas rurales y montañosas menos acomodadas visitaron sus distritos para hablar con los lugareños inmediatamente después de las lluvias. Al regresar de un viaje al extranjero, el primer ministro Andrew Holness centró sus comentarios en los jamaicanos que habían elegido construir casas en lugares inadecuados, cerca de ríos y cañadas o en laderas empinadas, y sugirió que habían tomado decisiones equivocadas y, como resultado, estaban sufriendo el impacto de los desastres.
La profesora universitaria y columnista Carolyn Cooper no dudó en criticar al primer ministro y calificó sus comentarios como «un fuerte reproche» para los jamaicanos pobres. Agregó:
[M]any poor Jamaicans do not live in dangerous places by choice. They simply cannot do better. They cannot afford to purchase prime property. So, they settle for undesirable locations where they can build inexpensive houses. Andrew Holness’ choice of ‘chosen’ exposes his gross failure to understand the history of landlessness in this country.
[M]uchos jamaicanos pobres no viven en sitios peligrosos por elección. Simplemente no tienen un lugar mejor. No pueden permitirse comprar propiedades de primera. Entonces, se conforman con terrenos no aptos donde pueden construir casas económicas. Cuando Andrew Holness se refiere a la ‘elección’ muestra una completa incomprensión de la historia de escasez de tierras en este país.
Cooper señaló que el primer ministro no había emitido un juicio sobre los promotores inmobiliarios de la zona alta que habían ignorado los impactos ambientales de construir en una ladera inestable como Jacks Hill. Sin embargo, el primer ministro Holness ha entregado cientos de viviendas nuevas de bajo costo dentro de un programa acelerado.
A medida que Jamaica arregla el desastre, no hay duda de que las lluvias recientes han revelado problemas críticos y de larga data para la isla: la agricultura y la seguridad alimentaria, y la resistencia en la vivienda y el uso del suelo. Independientemente de las decisiones que se tomaron en Dubái, sin duda estos problemas persistirán hasta que se encuentren soluciones sostenibles.
2 comentarios
Thank you so very much for translating my article!
Best wishes,
Emma
Emma, my pleasure.
Happy New Year !
Mariela