Australia tiene obstáculos para ser anfitrión de conferencia climática COP31

Flare (Oceania) John Gerrard

Flare (Oceanía) John Gerrard – Una llamarada de gas encendida continuamente con la costa de Tonga como telón de fondo. Foto del autor de la instalación de video en la Galería Nacional de Victoria, 5 de diciembre de 2023

Las esperanzas de Australia de coorganizar la cumbre de la COP31 (Conferencia de las Partes) del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (PICC)  en 2026 con las naciones del Pacífico pueden depender de cómo vea el resto del mundo sus avances para eliminar las emisiones de carbono. Desde la elección del gobierno laborista en 2022, la reputación internacional de Australia en materia de acción climática ha aumentado considerablemente como resultado de objetivos de emisiones más estrictos y de su reforzado mecanismo de salvaguardia.

Sin embargo, la controversia en torno a la organización de la COP28 por parte de Emiratos Árabes Unidos, gran exportador de petróleo, puede hacer saltar algunas alarmas; también Australia es un gran exportador de combustibles fósiles, concretamente carbón y gas.

La política climática del Gobierno presenta varios aspectos polémicos.

Cumplir los objetivos de emisiones

El ministro federal de cambio climático, Chris Bowen, se mostró optimista en su declaración sobre el clima ante el Parlamento antes de partir para representar a Australia en la COP28. Reconoció las dificultades para alcanzar el objetivo de una reducción del 43% para 2030, pero afirmó:

With policies we have announced and are in the process of implementing, Australia’s emissions are projected to be 42 per cent below 2005 levels in 2030 — compared to 40 per cent in last year’s projections.

Con las políticas que hemos anunciando y que estamos aplicando, se prevé que en 2030 las emisiones de Australia sean un 42% inferiores a los niveles de 2005, frente al 40% de las previsiones de 2022.

Sin embargo, la Autoridad del Cambio Climático, órgano estatutario independiente financiado por el Gobierno, advirtió en su Informe Anual de Progreso de 2023:

Meeting or surpassing Australia’s 2030 target is crucial – otherwise achieving the more ambitious but essential targets needed down the track will be that much harder. The authority’s assessment is there are real risks of falling short, but working together we can succeed. The challenge is: ‘are we willing to do what it takes?’

Cumplir o superar el objetivo de Australia por 2030 es crucial, de lo contrario será mucho más difícil alcanzar objetivos más ambiciosos pero esenciales. La  evaluación de la autoridad es que hay riesgos reales de quedarse cortos, pero trabajando juntos podemos lograrlo. El reto es: ¿estamos dispuestos a hacer lo que haga falta?

Son muchos los escépticos ante las afirmaciones del ministro. El economista John Quiggin examinó algunos de los datos, y concluyó:

Unfortunately, a closer look at the statement suggests Australia is unlikely to achieve net zero by 2050 in the absence of radical policy changes.

Desgraciadamente, un examen más detenido de la declaración sugiere que es imposible que Australia alcance el objetivo de cero emisiones en 2050 si no se producen cambio radicales en su política.

Nuevos proyectos de carbón y gas

Greenpeace Australia ha iniciado una petición en línea contra cualquier nuevo proyecto de carbón y gas, con especial atención a las preocupaciones de sus vecinos del Pacífico. Con 30 nuevos proyectos de carbón y gas que buscan aprobación en Australia, con un potencial de más de 20 000 millones de toneladas de carbono en la atmósfera, la petición afirma:

As Australia is the third biggest fossil fuel exporter in the world, the Australian Government must listen to Pacific communities and stop new coal, oil and gas projects now.

Approving new fossil fuel projects will endanger countless lives and recklessly lock Australia into more fossil fuels as the rest of the world shifts to cleaner, cheaper renewable energy.

Dado que Australia es el tercer mayor exportador de combustibles fósiles del mundo, el Gobierno australiano debe escuchar a las comunidades del Pacífico y detener ya los nuevos proyectos de carbón, petróleo y gas.

La aprobación de nuevos proyectos de combustibles fósiles pondrá en peligro innumerables vidas y encerrará imprudentemente a Australia en más combustibles fósiles, mientras el resto del mundo pasa a energías renovables más limpias y baratas.

El Consejo sobre del Clima de Australia, organización no gubernamental independiente, tiene muy claro cuál es el reto:

For Australia, COP28 comes as our nation continues to work to rebuild its international reputation on climate, after a decade as one of the world’s most notorious climate pariahs.

…If Australia is to be a successful host of COP31 in 2026 … Australia will need to stop adding fuel to the fire and plan for a managed phase-out of fossil fuels.

Para Australia, la COP28 llega en un momento en el que nuestro país sigue trabajando para reconstruir su reputación internacional en materia climática, tras una década como uno de los parias climáticos más destacados del mundo.

…Si Australia quiere ser un buen anfitrión de la COP31 en 2026… Australia tendrá que dejar de echar leña al fuego y planificar una eliminación gradual y controlada de los combustibles fósiles.

Los países insulares del Pacífico han estado presionando para que se tomen medidas drásticas contra los combustibles fósiles, tal y como se recoge en el llamado de Vanuatu para una transición justa hacia un Pacífico libre de combustibles fósiles en marzo de 2023. Este lenguaje se suavizó en el comunicado del Foro de las Islas del Pacífico de noviembre, tras las presiones de Australia y Nueva Zelanda. También se firmó un acuerdo histórico sobre el cambio climático entre Australia y Tuvalu, uno de los países amenazados por el aumento del nivel del mar.

El progresista Instituto Australia expone en este video sus argumentos contra los combustibles fósiles:

Poly Hemming, directora del Instituto, afirma:

Any policy that does not address the primary cause of the climate crisis, fossil fuels, is not informed by science. Any policy that facilitates new fossil fuels is not a climate policy, it's greenwash. If a government anywhere tells you we need more gas and coal to meet our climate targets they have no climate integrity.

Cualquier política que no aborde la causa primaria de la crisis climática, los combustibles fósiles, no se basa en la ciencia. Cualquier política que facilite el uso de nuevos combustibles fósiles no es una política climática, es un engaño ecológico. Si un Gobierno te cuenta que necesitamos más gas y carbón para cumplir nuestros objetivos climáticos, no tiene integridad climática.

En un informe de junio de 2023, el Instituto Australia afirmó:

To host a COP in Australia in good faith, it would be fitting for the federal government to demonstrate how it is fulfilling the requests of the Pacific as well as demonstrating to the international community how its climate target and fossil fuel expansion plans are consistent with the Paris Agreement.

Para organizar una COP en Australia en buena fe, sería conveniente que el Gobierno federal demostrara cómo está cumpliendo las peticiones del Pacífico, además de demostrar a la comunidad internacional que su objetivo climático y sus planes de expansión de los combustibles fósiles son coherentes con el Acuerdo de París.

La Fundación Australiana para la Conservación también está preocupada por el reto del carbón y gas:

Frustratingly, the Albanese government is taking genuine steps to cut climate emissions at home while enabling the increased and ongoing export of coal and gas to other countries.

Resulta frustrante que el gobierno de Albanese esté tomando medidas reales para reducir las emisiones climáticas en su propia nación, mientras permite la exportación creciente y continuada de carbón y gas a otros países.

Además afirma:

The government says it’s not responsible for the emissions when Australian coal and gas is burnt overseas, but the fact remains that Albanese government decisions are fuelling global warming. It’s the difference between climate accounting and climate accountability.

El Gobierno dice que no es responsable de las emisiones cuando el carbón y el gas australiano se queman en el extranjero, pero esto no quita que las decisiones del gobierno de Albanese estén alimentando el calentamiento global. Es la diferencia entre contabilidad climática y responsabilidad climática.

En las noticias de la COP28, la Fundación Australiana para la Conservación felicitó al Gobierno australiano por «su compromiso de detener el gasto de miles de millones de dólares en ayuda exterior y préstamos para la expansión de los combustibles fósiles», pero quiere una promesa similar en Australia.

Un éxito: ¡Se firmó la Declaración de Glasgow!
Australia se compromete a poner fin a las ayudas internacionales al carbón, el petróleo y el gas.

Grandes noticias de la COP28: hemos conseguido una victoria climática.
Australia firmó la Declaración de Glasgow, comprometiéndose a renunciar a las dádivas de los contribuyentes para proyectos internacionales de carbón, gas y petróleo.
Sin embargo, la lucha sigue en Australia. Nuestros Gobiernos siguen subvencionando proyectos que destruyen el clima, como el proyecto de gas Scarborough propuesto por Woodside Energy, que se calcula que provocará la contaminación climática de seis centrales eléctricas de carbón al año.
No podemos permitirnos correr ese riesgo.

Captura y almacenamiento de carbón

Australia está poniendo algunas esperanzas y recursos en la controvertida captura y almacenamiento de carbono. Se trata del proceso de almacenar a largo plazo el dióxido de carbono producido por sectores como la minería, la generación de energía y la industria, aislándolo de la atmósfera.

Tiene muchos detractores, como Keivn Morrison, Analista de Finanzas Energéticas, Gas Australiano para el Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA). Sostiene que la captura y almacenamiento de carbono tendrá un impacto mínimo y argumenta:

CCS only perpetuates oil and gas production, which are major contributors to global GHG emissions each year. Global energy-related CO2 emissions totalled 36.8 gigatonnes in 2022, whereas CCS sequestered a little more than 40 million tonnes of CO2 in the same period. This equates to a rounding error in the total emissions pumped into the atmosphere each year.

La captura y almacenamiento de carbono solo perpetúa la producción de petróleo y gas, que son los principales contribuyentes a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero cada año. Las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía ascendieron a 36,8 gigatoneladas en 2022, mientras que la captura y almacenamiento tomó algo más de 40 millones de toneladas de CO2 en el mismo periodo. Esto equivale a un error de redondeo en las emisiones totales bombeadas a la atmósfera cada año.

Compensaciones de carbono

El mecanismo de salvaguarda depende mucho de las compensaciones de carbono y sus créditos transferibles. Se define una compensación de carbono como:

A carbon offset broadly refers to a reduction in GHG [greenhouse gas] emissions — or an increase in carbon storage (e.g., through land restoration or the planting of trees) — that is used to compensate for emissions that occur elsewhere.

Una compensación de carbono se refiere en general a una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero –o un aumento del almacenamiento de carbono (por ejemplo, mediante la restauración de tierras o la plantación de árboles)– que se usa para compensar las emisiones que se producen en otros lugares.

El plan del Gobierno australiano, denominado unidades de crédito de carbono australianas (ACCU), apoya proyectos que aíslan carbono de la atmósfera. El ministro Bowen destacó su importancia en septiembre de 2023:

Let me be clear, integrity in crediting real carbon abatement is essential.

The ACCU scheme must deliver real and additional abatement that contributes to our legislated emissions reduction targets under the Paris Agreement.

Permítanme ser claro, la integridad en la acreditación de la reducción real de carbono es esencial.

El régimen de unidades de crédito de carbono australianas debe dar una reducción real y adicional que contribuya a nuestros objetivos de reducción de emisiones legislados en el marco del Acuerdo de París.

Sin embargo, no todo el mundo está convencido. En la Conversación, los profesores Andrew Macintosh y Don Butler han cuestionado la eficacia de muchos de los proyectos de compensación:

Our research shows that most of these projects have low integrity. People are getting carbon credits for not clearing forests that were never going to be cleared anyway, for growing trees that already exist, for growing forests in places that will never sustain them, and for operating electricity generators at landfills that would have operated anyway.

Nuestra investigación demuestra que la mayoría de estos proyectos tienen poca integridad. La gente está obteniendo créditos de carbono por no talar bosques que nunca se iban a talar de todos modos, por cultivar árboles que ya existen, por cultivar bosques en lugares que nunca los sostendrán y por hacer funcionar generadores de electricidad en vertederos que habrían funcionado de todos modos.

La propuesta

En un informe de junio de 2023, el Instituto Australia sostuvo:

The current Labor Government’s stated climate ambition may be an improvement over that of the previous government, but its legislated climate target of a 43 per centreduction in emissions by 2030 is not consistent with 1.5°C or 2°C of global warming, and its support for fossil fuel expansion is just as enthusiastic as its predecessor.

Australian governments collectively provide $11 billion a year in fossil fuel subsidies making the $700 million Australia has committed to climate finance in the Pacific over four years look particularly meagre.

La ambición climática declarada del actual gobierno laborista puede suponer una mejora con respecto a la del gobierno anterior, pero su objetivo climático legislado de una reducción del 43% de las emisiones para 2030 no es coherente con 1,5°C o 2°C de calentamiento global, y su apoyo a la expansión de los combustibles fósiles es tan entusiasta como el de su predecesor.

Los gobiernos australianos aportan en conjunto 11 000 millones de dólares al año en subvenciones a los combustibles fósiles, lo que hace que los 700 millones de dólares que Australia se ha comprometido a destinar a la financiación de la lucha contra el cambio climático en el Pacífico durante cuatro años parezcan especialmente escasos.

Como también señalaba este informe, el actual gobierno también enfrenta un obstáculo democrático interno:

The proposition to host a COP will need bipartisan support, because the four years until COP31 will see a federal election take place, bringing with it the possibility of a change in government.

La propuesta de acoger una COP necesitará un apoyo bipartidista, ya que en los cuatro años que faltan para la COP31 se celebrarán elecciones federales, con la posibilidad de un cambio de gobierno.

El anfitrión de la COP31 se decidirá antes de la reunión de la COP30 en 2025.

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