En Hong Kong, plagas de chinches son una pesadilla desatendida para los pobres

Señor en su pequeño cubículo en una unidad subdividida en Mong Kok cuenta lo mal que lo pasa por la infestación de chinches, fines de noviembre de 2023. Foto: Kyle Lam/HKFP.

Este artículo es una versión recortada y editada de un texto de Irene Chan. Se publicó originalmente en Hong Kong Free Press el 20 de noviembre de 2023, y se reproduce en Global Voices en virtud de un acuerdo para compartir contenido.

Una pestecita marrón, que no mide más de cuatro milímetros, ha generado pánico en Hong Kong en las últimas semanas de 2023. Las autoridades han entregado volantes de advertencia en el aeropuerto, después de muy anunciados brotes de chinches en el Reino Unido, Francia y Corea del Sur.

Pero los chinches son un hecho sombrío para algunos hongkoneses que viven atestados en apartamentos del tamaño de una cama o de tamaño mínimo.

Wong Hung, profesor de trabajo social en la Universidad China de Hong Kong (CUHK), dijo que la plaga ha sido una pesadilla persistente pero desatendida para las familias de menores ingresos de la ciudad.

Durante las visitas a «casas jaula”, como se conoce a esos espacios encerrados, y apartamentos subdivididos, Wong se ha encontrado con todo tipo de historias de chinches. Algunos han tenido que dormir en el local de McDonald’s para escapar a los bichos. A otros  se les hizo difícil mudarse y debieron quedarse en sus pequeños cubículos y sufrir por las mordeduras de los chinches.

Motivado por las penurias de los afectados, Wong fundó el Grupo de Investigación y Acción contra los Chinches, y junto con académicos CUHK especializados en ciencias de la vida, salud pública y entomología en 2019. Aunque los chinches pueden infestar cualquier casa —ricas o pobres, limpias o sucias—, el grupo encontró que las familias de bajos ingresos que viven en apartamentos subdivididos son más vulnerables a las plagas.

Wong explicó el problema de los chinches a HKFP en cantonés:

Bedbugs are a long-standing issue in Hong Kong, and have caused a lot of suffering for low-income families, but the issue has failed to capture people’s attention as much as foreign outbreaks. Perhaps there is a class difference — now people realise even if you’re a middle-class traveller, you will catch bedbugs.

Los chinches son un problema antiguo en Hong Kong, y han causado mucho sufrimiento a familias de bajos ingresos, pero el problema no ha recibido tanta atención del público como las plagas del extranjero. Tal vez hay una diferencia de clase, ahora la gente se da cuenta de que aunque seas viajero de clase media, vas a tener chinches.

«Hasta no tener casa es mejor»

Chan Chi-cheung, de 72 años, vive solo y ha pasado todas las noches en una banca de acero en una vivienda púbica:

When neighbours asked why, I said I quarrelled with my family. I did not dare say it was because of bedbugs […] I am food for the bedbugs! They bite after I fall asleep. It does not hurt while they are biting, but after only a few minutes, they start to feel itchy and painful. You just can’t sleep. Homelessness is better. You just sleep on the street, not many personal belongings for bedbugs to hide in.

Cuando los vecinos me preguntaron por qué, dije que peleé con mi familia. No me atreví a decir que era por los chinches. […] ¡Soy alimento para los chinches! Me muerden después de que me quedo dormido. No duele cuando me muerden, recién después de unos minutos, empiezo a tener comezón y duele. No puedes dormir. No tener casa es mejor. Duermes en la calle, con pocas pertenencias para que los chinches se escondan.

Chan dijo que probó con varios pesticidas pero no pudo eliminar a los bichos. Vivía de una pensión del Estado, no tiene con qué contratar  exterminadores profesionales. Las plagas también lo avergüenzan, porque muchos creen que las plagas las causan una mala higiene personal.

Desde 1995, la trabajadora social Sze Lai-shan ha encontrado chinches con frecuencia, y contó a HKFP:

Until now, most cage homes — sometimes called coffin homes — have bedbugs. Nine out of ten cage-home units have infestations.

Hasta ahora, la mayoría de las casas jaula, a veces conocidas como casas ataúdes— tienen chinches. Nueve de cada diez casas jaula están infestadas.

A Hong Kong se le conoce por los altísimos precios de sus propiedades privadas, y la espera promedio para viviendas subsidiadas por el Estado es de cinco años. La fila para solteros no ancianos es la más larga, con esperas de hasta diez años. Muchas familias y personas deben apretujarse para vivir en diminutos espacios privados.

Otra opción son casas “ataúdes”, en las que una unidad de entre 48 y 55 metros cuadrados se divide entre 20 o 30 literas, del tamaño de un ataúd. Muchas familias deben contentarse con apartamentos subdivididos con poco o nada de espacio.

Sze dijo que cuanto más gente haya en la casa y más descuidado esté el lugar, mayor es el riesgo de plagas de chinches.

Desigualdades de salud

Las autoridades de Hong Kong no recopilan datos de víctimas de los chinches, la escala de transmisión local o cualquier impacto de las pestes en las familias.

Roger Chung, miembro del Grupo de Investigación y Acción contra los Chinches y profesor asociado de salud pública de CUHK, dijo a HKFP que los chinches son un asunto de salud pública desatendido en la metrópolis:

Health bureaus across different countries used to pay little attention to bedbugs because the pest does not transmit vector-borne diseases like mosquitoes [do], But it is not just about pests biting. They affect people’s sleep, their mental health, their self-esteem and economic condition.

Las oficinas de salud en diferentes países prestaban poca  atención a los chinches porque la peste no transmite enfermedades que se originan en vectores, como los zancudos. Pero no son solo mordeduras. Afectan el sueño de las personas, su salud mental, su autoestima y condición económica.

Con datos recolectados con cuestionarios en línea, el grupo contactó a 663 personas en 2019 y 2020, el 64% informó de infestaciones de chinches en el último año.

La mayoría vive en Kowloon, donde se ubica más del 50% de los apartamentos subdivididos, según el Departamento de Censo y Estadística. Chung explicó:

Just like any public health issue, bedbug infestations reveal the social problem of health inequality. It’s not only an issue of personal hygiene. Many clean homes are infested. They lack the resources to deal with the pest. Even if you clean your own unit, the pest will return soon as they might have already infested neighbouring units.

Como cualquier asunto de salud pública, las plagas de chinches revela el problema social de desigualdad de salud. No es solamente un asunto de higiene personal. Muchas casas limpias están infestadas. No tienen los recursos para lidiar con la plaga. Aunque limpies tu propio espacio, los bichos regresarán pronto porque tal vez ya estén infestadas las unidades vecinas.

El estudio encontró que la mayoría de las víctimas de chinches dieron cuenta de un impacto entre moderado y severo en su salud mental y emocional, y en la calidad de su sueño, que afectó su trabajo.

Zona gris

En Estados Unidos, donde los chiches han causado pánico en muchas ciudades por haber infestado comercios, cines y edificios de oficinas en 2010, ahora se les ve como un problema de salud pública. Algunos estados, como Nueva York, aprobaron leyes que piden a los propietarios que informen a los arrendatarios sobre chinches.

Según el Departamento de Salud e Higiene Mental de la Ciudad de Nueva York, la infestación se considera infracciones a la ley, y los propietarios deben subsanar el problema en el término de 30 días. Los propietarios también deben presentar un informe sobre los chinches cada año.

En Hong Kong, actualmente no hay leyes que mencionen a los chinches y la responsabilidad por controlar las pestes es una zona grus.

Chan Wai-Keung, vicepresidente de la Asociación de Personal de Control de Plagas de Hong Kong, dijo a HKFP que los chinches no están en la jurisdicción de ningún departamento estatal:

The government just has not paid attention to this issue because bedbugs do not transmit diseases directly.

El Estado no ha prestado atención a este problema porque los chinches no transmiten enfermedades directamente.

Tras los recientes brotes en otros lugares, Warner Cheuk, subsecretario de la administración de la ciudad, dijo en octubre que la principal política contra los chinches era “evitar la transmisión extranjera”.

A inicios de noviembre, las autoridades han empezado a entregar volantes en el aeropuerto para advertir a los viajeros de la transmisión de chinches, y se reunieron con representantes del sector hotelero para tratar de prevenir los chinches.

Sobre las víctimas en apartamentos subdivididos, Tse Chin-wan, jefe de la Oficina de Ambiente y Ecología, dijo a los legisladores el 29 de noviembre 29 que equipos locales difundirían volantes sobre “mantener la higiene ambiental” y medios de controlar la peste.

Para quienes ocupan viviendas públicas, Tse dijo que el Departamento de Vivienda daría asistencia “dependiendo de la situación” o los derivaría a organizaciones de bienestar social.

Warner Cheuk no respondió las preguntas de HKFP sobre si los chinches se consideran un asunto de salud pública en la ciudad, si se darían leyes pertinentes o si el Gobierno ofrecerá medidas más sustanciales para ayudar a las víctimas de chinches.

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