En agosto de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el fin de la epidemia de poliomielitis en Nigeria. El anuncio de la OMS marcó un hito importante ya que, hace más de diez años, Nigeria tenía la mitad de los casos de poliomielitis en todo el mundo.
La poliomielitis es una enfermedad viral debilitante que afecta principalmente a los niños/as menores de cinco años. Si bien para los parámetros de la OMS ya no es motivo de preocupación, este virus, que puede causar parálisis, sigue destruyendo comunidades en Nigeria. En específico, las comunidades con riesgos en materia de seguridad en el norte de Nigeria.
Según el presidente nacional del Comité Polio Plus de Nigeria, Joshua Hassan, la principal preocupación del país ahora es el poliovirus derivado de la vacuna: esto ocurre cuando una persona que no está vacunada adecuadamente entra en contacto con alguien infectado con la enfermedad, lo que provoca su mutación. Joshua Hassan afirmó que el principal obstáculo para que Nigeria erradique totalmente la poliomielitis es el problema que el país tiene actualmente por la sublevación y el terrorismo en el norte de Nigeria.
Esta región del país, junto con República Democrática del Congo del este, Somalia y Yemen del norte, representa el 72% de los casos de poliovirus derivado de la vacuna a nivel global. El norte de Nigeria ha sufrido ataques casi diarios de rebeldes y terroristas desde 2014, cuando Boko Haram comenzó a secuestrar, bombardear y atacar comunidades de la región.
La Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis informa que, como resultado de la campaña de vacunación en 2022, la poliomielitis, que hasta hace estaba en cinco estados del norte de Nigeria, ahora está concentrada en dos estados, Sokoto y Zamfara, que también tienen una de las cifras más altas de ataques terroristas en el país.
Antes del aumento de la violencia, algunos de los voluntarios y trabajadores sanitarios locales desempeñaban un rol crucial, llegaban a las comunidades remotas: iban casa por casa vacunando niños para garantizar una cobertura de vacunación amplia. Sin embargo, como el estado de la seguridad empeoró, se vieron obligados a cambiar de estrategia pues las visitas casa por casa comenzaron a ser demasiado peligrosas. El riesgo de ser secuestrado o quedar atrapado en un tiroteo ha limitado de manera significativa la circulación de asistencia en los lugares donde estaban los voluntarios para visitar casas y vacunar a los niños.
Por lo general, la escasa información que tiene la comunidad sobre cómo opera el virus también es un factor para la continua propagación de la polio. Se recomiendan cuatro dosis de la vacuna, pero las personas normalmente se aplican una o dos, Además, son escasos los trabajadores de salud.
eHealth Africa es una organización que distribuye vacunas en todo el continente, y afirma que Nigeria está haciendo un buen trabajo en educar a los más afectados sobre el riesgo de la poliomielitis y cómo reducirlo. Sin embargo, si bien la educación está mejorando, la escasez de profesionales médicos continúa siendo una preocupación, un asunto de emergencia.
El personal sanitario nigeriano, como médicos, enfermeros, farmacéuticos, siempre se ha caracterizado por emigrar a países desarrollados para ejercer su carrera. En 2019 había 24 600 profesionales médicos en Nigeria. La Asociación Médica Nigeriana informa que emigran anualmente al menos 2000 doctores del país y que el 85% de quienes se quedan, planean «escapar». A partir de 2022, Nigeria tuvo un promedio de 10 000 pacientes por médico. El mínimo recomendado a nivel global es de 600 pacientes por médico.
Las principales razones de su emigración, en particular entre los trabajadores gubernamentales estatales y federales, provienen de la mala gestión de los recursos del país. El personal de salud se ha quejado de lo inadecuados que son los recursos para realizar su trabajo, de los salarios insuficientes (usualmente retrasados o impagos) y, en general, de las terribles condiciones laborales.
El salario promedio mensual de un profesional médico empleado público federal de Nigeria es de 240 000 nairas (312,92 dólares). Y quienes son empleados estatales pueden ganar incluso menos. En contraposición, sus pares en Reino Unido ganan 2.67,20 dólares al mes.
Además de los salarios poco competitivos, el pago es esporádico. Desde 2000, al menos dos veces por año, la Asociación Nigeriana de Médicos Residentes organiza una protesta contra el Gobierno federal o estatal del país, ya sea para reclamar el salario que les deben o demandarles los suministros que prometieron y nunca entregaron. Han organizado tantos paros y huelgas para pedir mejores sueldos que ahora el Gobierno ha amenazado con no pagarles los días que no van al trabajo por estar en la protesta. Prácticamente, las autoridades nigerianas amenazan con retener los salarios si los profesionales de la salud insisten en protestar por remuneraciones no pagadas.
Pese a la escasez de médicos que han abandonado el país, con una gran falta de profesionales de la salud, quienes se quedan son explotados, y de manera peligrosa.
En septiembre de 2023, el doctor Umoh Michael murió trágicamente luego de trabajar en un turno ininterrumpido de 72 horas en el Hospital Docente de la Universidad de Lagos, donde ejercía como médico residente. La doctora Vwaere Diaso murió en agosto en un accidente en el ascensor en Hospital General de la isla de Lagos, se atribuyó este suceso a que el ascensor estaba dañado y requería mantenimiento desde hace un tiempo.
Entre las demandas de muchas de estas huelgas está también la exigencia de un mejor equipamiento. Al Jazeera informa que muchos profesionales médicos de Nigeria se ven obligados a innovar en equipo médico necesario. A menudo, lo tienen que hacer sobre la marcha, en ocasiones utilizan cajas como incubadoras improvisadas o realizan cirugías críticas a la luz de las velas.
Como la inseguridad se ha convertido en la nueva normalidad en Nigeria, los profesionales médicos también tienen que preocuparse por si mueren en un bombardeo o si los secuestran. En las zonas del norte del país donde los rebeldes atacan de manera constante, muchos hospitales han sido bombardeados y han muerto médicos. En el estado de Cross River, la inactividad del Gobierno estatal conllevo a una huelga tras el secuestro de un médico en este estado.
Organizaciones como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por su nombre en inglés) han estado constantemente en el territorio, donde dan formación a los profesionales de la salud en zonas de difícil acceso. Sin embargo, el alto riesgo, como la posibilidad de morir o ser secuestrado, dificulta la frecuencia y limita el número de voluntarios dispuestos.
Asimismo, en todo el país, los practicantes están abandonando la medicina por carreras donde no tengan que luchar constantemente con las consecuencias de la negligencia del Gobierno. La evidencia está en el número de doctores que permanece en Nigeria que buscan oportunidades por fuera de la profesión. Alrededor de 72 000 profesionales médicos capacitados en el país están inscritos en la Asociación Médica Nigeriana, y alrededor de 3000 profesionales médicos se gradúan cada año en las facultades de medicina del país.
Pero, aunque la situación sigue siendo grave, hay pequeños destellos de esperanza ya que las organizaciones están tratando de afrontar aspectos de estos desafíos monumentales. Asociaciones como la OMS y la Iniciativa de Erradicación Mundial de la Poliomielitis (GPEI, por su nombre en inglés) han colaborado con organizaciones locales para vacunar a más de cuatro millones de niños en zonas rurales y zonas con problemas de seguridad en Nigeria. De igual manera, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) continúa cooperando con voluntarios y profesionales de la salud locales, brindan asistencia de emergencia, vacunación de rutina y apoyo en la vigilancia.
Estás iniciativas para llenar las brechas en el terreno, junto con los cambios políticos que dan apoyo al personal de salud y la inversión en infraestructura médica, ofrecen a Nigeria su mejor oportunidad para mantener la meta de erradicar la poliomielitis y construir un sistema de salud inclusivo y resiliente.