Este año está previsto que haya elecciones en varios países africanos. La celebración de elecciones creíbles y la mejora de la gobernabilidad desempeñan un papel fundamental en reducir conflictos e impactan positivamente en las economías de las naciones. Cuando los Gobiernos rinden cuentas y son transparentes, crean un entorno propicio para la inversión y el crecimiento empresarial.
Elections will be held in Ghana, South Africa, Algeria, Mali, Senegal, Mauritania, Guinea-Bissau, Tunisia, Chad, Burkina Faso, South Sudan, Rwanda, Namibia, Comoros, Botswana, Mozambique and Mauritius this year.
— Africa Facts Zone (@AfricaFactsZone) January 1, 2024
Este año habrá en Ghana, Sudáfrica, Argelia, Malí, Senegal, Mauritania, Guinea-Bissau, Túnez, Chad, Burkina Faso, Sudán del Sur, Ruanda, Namibia, Comoras, Botsuana, Mozambique y Mauricio. —-Africa Facts Zone
Sin embargo, es notable la falta de optimismo entre muchos africanos respecto a las próximas elecciones, tras los resultados de las de2023, que incluyen las de Nigeria, Sierra Leona y Zimbabue. Algunos usuarios de X (antes Twitter) expresaron su preocupación por la posibilidad de que las elecciones estén amañadas y marcadas por la violencia. Por el contrario, otros mantienen la esperanza de que, esta vez, los países africanos logren superar el proceso electoral.
En 2023, hubo elecciones en siete países africanos y en los sietes surgieron dudas sobre el panorama democrático del continente.
Las elecciones nigerianas de febrero, que dieron la presidencia a Bola Tinubu, enfrentaron numerosos problemas; como compra de votos, intimidación de votantes, ataques a colegios electorales y retrasos de los funcionarios electorales. Además, la Comisión Electoral Nacional Independiente no publicó los resultados de los colegios electorales al portal de visualización de resultados de la INEC, como había prometido el día de las elecciones.
En Gabón, a la victoria de Ali Bongo Ondimba en las elecciones de agosto le siguió un golpe de Estado, que condujo a la anulación de los resultados electorales.
En junio, Sierra Leona vio la reelección de Julius Maada Bio como presidente, pero el principal partido opositor impugnó los resultados por «notorias irregularidades». Los observadores internacionales mostraron su preocupación por las incoherencias estadísticas en los resultados de las elecciones presidenciales y pidieron transparencia.
Las elecciones de agosto en Zimbabue fueron escenario de acusaciones de fraude electoral, retrasos en las votaciones y detenciones de observadores electorales. A raíz de ello, los defensores de los derechos humanos y los partidarios de la oposición enfrentaron dificultades.
Madagascar sufrió protestas que pedían el aplazamiento de las elecciones, pero el presidente Andrey Rajoelina procedió a celebrarlas en medio de toque de queda, boicot de la oposición y escasa participación electoral. El Tribunal Supremo falló a favor del presidente, y le permitió postular a pesar de que los partidos opositores argumentaban que estaba inhabilitado por su ciudadanía francesa.
Las elecciones de Liberia ofrecieron un rayo de esperanza con George Weah a la cabeza por un estrecho margen en la primera vuelta, aunque en la segunda vuelta perdió ante Joseph Boakai. Weah reconoció pacíficamente su derrota y los observadores internacionales, como la Unión Europea (UE), la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) y Estados Unidos, elogiaron el proceso. Sin embargo, en noviembre de 2023 hubo un intento de golpe de Estado que dio lugar a que se presentaran cargos por traición contra el expresidente de Sierra Leona, Ernest Bai Koroma, su guardia de seguridad personal, Amadu Koita, y otras 11 personas.
En la República Democrática del Congo, el presidente en funciones Félix Tshisekedi fue reelegido a finales de diciembre de 2023 para un segundo mandato, pero la oposición denunció los resultados electorales.
Con más elecciones en el horizonte en 2024, permanece la pregunta de si la situación mejorará. Para garantizar la libertad, la imparcialidad y la paz en las elecciones de este año en los países africanos, se pueden extraer valiosas lecciones de las elecciones celebradas en el continente.
Las elecciones de 2023 destacaron la importancia de los tribunales y los organismos de gestión electoral independientes para garantizar transiciones de poder transparentes. Como destaca acertadamente Democracy in Africa, la credibilidad y el éxito de las elecciones pueden atribuirse en parte a la resistencia del Tribunal Supremo de un país frente a la intimidación del Poder Ejecutivo. Los poderes judiciales africanos deberían seguir el ejemplo de Kenia en 2013, donde el Poder Judicial resistió las amenazas de los seguidores políticos.
Un informe de la Westminster Foundation for Democracy (WFD) destaca la contribución crucial de la Comisión Electoral a la democratización de Ghana. La independencia de la Comisión Electoral está establecida de derecho y de hecho, ya que la Constitución la protege del control externo, y el presidente y los vicepresidentes gozan de seguridad en el cargo. El informe subraya que el alto grado de independencia de la Comisión Electoral desempeña un papel importante al lograr aplicar las recomendaciones electorales de los observadores internacionales. También se afirmaba que, aunque la Comisión Electoral enfrenta problemas de independencia financiera, ya que a menudo depende de donantes internacionales debido a la escasez y los retrasos en la financiación gubernamental, su trayectoria histórica revela esfuerzos deliberados por aislarse de la influencia política y resistirse a la interferencia del Ejecutivo.
El Instituto Internacional de la Paz destaca la eficacia de una sólida presencia internacional para evitar la violencia durante las elecciones de 2006 en República Democrática del Congo. Las misiones de observación, según Democracy in Africa, deben ir más allá de dar datos y declarar a la prensa. Deben apoyar activamente a los grupos locales de la sociedad civil para que se opongan a los Gobiernos que violen el derecho al voto de los ciudadanos. Organizaciones regionales como Southern African Development Community (SADC) o la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), la Unión Africana (UA), que abarca todo el continente y misiones internacionales como la Unión Europea (UE), el Instituto Nacional Demócrata (IND) y el Instituto Republicano Internacional (IRI) de Estados Unidos deben ir más allá de limitarse a condenar las malas prácticas electorales. Aunque las misiones de observación no pueden intervenir en los asuntos internos, sí pueden difundir los datos recopilados con los grupos de la sociedad civil, los partidos de la oposición y los partidos gobernantes, y los faculta a tomar las medidas necesarias.
Además, el informe destacó en la necesidad de que la comunidad de donantes invierta sustancialmente en las organizaciones de la sociedad civil africana y en tecnologías electorales electrónicas. Estos grupos desempeñan un papel fundamental en la defensa de la democracia, arriesgan su seguridad para desafiar a Gobiernos no democráticos a pesar de las amenazas de las fuerzas de seguridad. La fuerte movilización de la sociedad civil y el apoyo de los donantes internacionales, según World Foundation for Democracy (WFD), contribuyeron a la aplicación de la reforma electoral en Ghana. Una relación productiva entre la sociedad civil y la Comisión Electoral garantizó la apropiación local y la presión a favor de las reformas.
En todo el continente, aplicar la reforma legal es crucial para introducir cambios sustanciales en la situación política, sobre todo en la regulación de la financiación política y en los esfuerzos por aumentar la representación de las mujeres en la política.
El éxito de las elecciones que se vienen en los países africanos requiere tribunales y organismos de gestión electoral independientes, reformas legales, un compromiso colectivo con la transparencia, resistencia frente a las presiones externas y un apoyo sustancial a la sociedad civil y a las tecnologías electorales electrónicas. Aprender de las experiencias pasadas y aplicar estas lecciones es crucial para fomentar la democracia y garantizar resultados electorales positivos en todo el continente.