Terroristas de Tayikistán se convierten en amenaza global

Foto de los dos terroristas suicidas —presuntamente, ciudadanos tayikos— que perpetraron el ataque a Irán el 3 de enero de 2024. Captura del canal de OneIndiaNews en YouTube. Uso legítimo.

El 5 de enero, el ministerio de Información y Seguridad Nacional de Irán reveló que uno de los dos terroristas suicidas que perpetraron el ataque del 3 de enero en la ciudad de Kermán, al sureste del país, era ciudadano tayiko. Unos días después, el ministerio del Interior comunicó que muy probablemente, el segundo perpetrador también era ciudadano de dicho país.

El ataque se produjo cerca de la tumba del alto oficial militar iraní Qasem Soleimani, que resultó muerto en un ataque estadounidense con drones exactamente tres años antes, el 3 de enero de 2020, durante una visita a Irak. Según las autoridades iraníes, en este último ataque murieron 89 personas y 300 resultaron heridas. Todas estaban visitando la tumba de Soleimani en el tercer aniversario de su muerte. El ataque fue reivindicado por la organización Estado Islámico del Gran Jorasán (ISIS-K), una rama del Estado Islámico.

Este caso se ha convertido en la última y quizás más notoria participación de ciudadanos tayikos en ataques terroristas en el extranjero. Solo 11 días antes, el 23 de diciembre de 2023, las autoridades alemanas y austriacas detuvieron a un tayiko y a otros dos sospechosos de tramar ataques terroristas a la catedral de san Esteban de Viena y la catedral de Colonia. El tayiko detenido también había sido reclutado por ISIS-K. Estos incidentes representan una preocupante tendencia de tayikos que se unen a organizaciones terroristas yihadistas globales y se convierten en una fuente de inseguridad global.

Estragos en todo el mundo

En la última década, varios terroristas tayikos en el extranjero han afectado negativamente a su país en numerosas ocasiones. El más notorio es Gulmurod Khalimov, que se convirtió en ministro de Guerra de Dáesh tras unirse al grupo en 2015. Antes de convertirse en terrorista de alto rango sirvió como jefe de la unidad de fuerzas especiales del ministerio del Interior de Tayikistán con rango de coronel.

Tras desertar y huir a Siria, Khalimov grabó un mensaje en video en el que criticaba a las autoridades tayikas por su política religiosa «antiislámica» y la pobre economía que empuja a sus compatriotas fuera del país para buscar trabajo. Dáesh utilizó a Khalimov como imagen para reclutar a tayikos y otros ciudadanos de Asia Central hasta su muerte en 2017. Entre 1100 y 1900 tayikos se unieron a Dáesh.

Este video de YouTube explica el reclutamiento de tayikos por parte de Dáesh.

Tayikistán llenó de nuevo los titulares en 2018 cuando cuatro ciclistas extranjeros resultaron muertos en un ataque reivindicado por Dáesh y perpetrado a solo 100 km de la capital, Dusambé. Las víctimas tenían nacionalidad estadounidense, suiza y neerlandesa, y el incidente atrajo la atención de todos los medios importantes del mundo. Dos años después, se arrestó a cinco tayikos en Alemania, acusados de urdir ataques y cooperar con Dáesh. En 2022 fueron declarados culpables y sentenciados a penas de entre tres años y ocho meses y nueve años y medio.

El ataque de enero en Kermán no ha sido el primero perpetrado por terroristas tayikos en Irán. El 25 de octubre de 2022, un grupo de terroristas de Dáesh atacó el santuario de Shah Cheragh, al sur del país. Uno de los atacantes era un tayiko llamado Komroni Subhon, reclutado por Dáesh en Rusia, a donde había migrado.

En agosto de 2023, el mismo santuario sufrió otro ataque de Dáesh, y el tayiko Rahmatullo Navruzov fue uno de los autores. En septiembre de 2023 fue condenado a muerte en Irán.

El año 2023 fue un punto culminante para los terroristas tayikos en el extranjero en cuanto a su exposición mediática en el mundo. En junio, las autoridades turcas arrestaron en Estambul al tayiko Shamil Khukumatov, conocido como Abu Miskin, por reclutar nuevos miembros y recaudar fondos para ISIS-K. En julio, un grupo de nueve ciudadanos de Asia Central fueron detenidos en Alemania y Países Bajos por crear una organización terrorista y apoyar a Dáesh. Seis eran tayikos.

En septiembre, un tayiko fue condenado a 11 años de prisión en Kazajistán por urdir un ataque al mausoleo de Khoja Ahmad Yasavi, al sur del país. En diciembre, cinco tayikos recibieron largas sentencias de prisión en Rusia por tramar un ataque al cuartel general de los Servicios Federales de Seguridad en Moscú.

Autoritarismo, migración y fantasmas de la guerra civil

Es difícil señalar una sola razón por la que ciudadanos tayikos se unen a organizaciones terroristas y cometen ataques dentro y fuera de su país. No obstante, las políticas de mano dura del Gobierno tayiko y la migración parecen ser factores innegables y dominantes de la radicalización de algunos ciudadanos tayikos.

El presidente de Tayikistán, Emomali Rahmon, gobierna el país desde 1992. Sus cinco primeros años como presidente coinciden con la guerra civil que sufrió el país entre 1992 y 1997, y que provocó cientos de miles de muertos y millones de desplazados. Bajo el gobierno de Rahmon, Tayikistán suele aparecer en los últimos puestos de las clasificaciones de libertades políticas y efectividad gubernativa, lo que refleja falta de transparencia, de responsabilidad y de integración en el país.

Este video de YouTube explica la historia y la política de Tayikistán.

Tayikistán ocupa el puesto 150 de 180 países en el índice de percepción de la corrupción. Reporteros sin Fronteras ubica al país en el puesto 153 de 180 en su índice de libertad de prensa. Según el Comité para la Protección de Periodistas, Tayikistán tiene el mayor número de periodistas en prisión de Asia Central. Freedom House clasifica el país como régimen autoritario consolidado con una puntuación democrática de uno sobre siete.

A lo largo de los años, Rahmon ha diezmado la oposición del país, incluido el Partido del Renacimiento Islámico de Tayikistán (PRIT), que obtuvo escaños parlamentarios y puestos gubernamentales en el acuerdo de paz firmado en 1997 al final de la guerra civil. El PRIT fue declarado organización terrorista en 2015, y desde entonces sus miembros se han exiliado o han sido encarcelados.

En 2022, las autoridades acallaron las voces independientes que quedaban en el país a base de operaciones «antiterroristas» en la Región Autónoma de Alto Badajshán, lugar de origen de la etnia y cultura pamiri. En la región, las autoridades centrales han matado o detenido a prominentes defensores de los derechos humanos, líderes informales y periodistas.

La migración es otro importante factor. Se ha convertido en un hecho aceptado que muchos trabajadores tayikos se radicalizan y son reclutados mientras se encuentran en Rusia, principal destino de los migrantes tayikos que buscan empleo en el extranjero. Alrededor de un millón de tayikos trabajan como migrantes en Rusia. Según los expertos, los problemas sociales, legales y económicos que encuentran en el extranjero los hacen vulnerables a la propaganda terrorista y a ser reclutados por estos grupos.

Ninguno de los factores que hacen a los tayikos permeables a la radicalización va a cambiar pronto. Si acaso, los terroristas tayikos en el extranjero estarían expandiendo sus zonas de operación, y según algunos informes recientes, cientos estarían reubicándose en Gaza para unirse a las fuerzas de Hamás en su lucha contra el Ejército israelí. La organización terrorista Jamaat Ansarullah, originaria de Tayikistán y actualmente radicada en Afganistán tras establecer una alianza con los talibanes, se refuerza y expande sus capacidades. No parece haber límites a la vista en el ascenso de los terroristas tayikos en el extranjero como amenaza global.

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