Muchos anuncios recientes sobre grandes proyectos inmobiliarios en la costa norte de Jamaica, conocido destino turístico, ha generado preocupación en los defensores del ambiente. El 26 de enero, Theresa Rodriguez Moodie, presidenta ejecutiva del Fondo del Ambiente de Jamaica (JET, por su nombre en inglés), envió una carta al editor del periódico Jamaica Gleaner en la que pide una mayor transparencia y compromiso público en tales proyectos.
En la carta, señala que ya se rompió el suelo en The Pinnacle, conjunto de 28 complejos de lujo ubicados en una zona frente al mar de más de 70 000 metros cuadrados, pero aún no hay una evaluación de impacto ambiental (EIA) y los interesados de la comunidad no participan significativamente. Añadió: «De acuerdo con el sitio web del proyecto, todas las autorizaciones del Gobierno se recibieron en agosto de 2023. Han comenzado ha orientar el proyecto a inversionistas y propietarios potenciales. Esto pone en evidencia los problemas recurrentes que se observan en la toma de decisiones en materia ambiental en Jamaica […]. Fondo del Ambiente de Jamaica ha pedido por mucho tiempo evaluaciones ambientales obligatorias para proyectos que impliquen riesgos ambientales significativos».
En Jamaica, la Agencia Nacional de Planeamiento y Ambiente (NEPA) es la encargada de estas evaluaciones, pero no está claro por qué no se evalúan algunos proyectos y otros sí. Rodriguez-Moodie cree que todas las evaluaciones ambientales –no solo EIA– y los permisos ambientales deberían ser de acceso público en el sitio web de NEPA: «El compromiso debería ir más allá de buscar la aceptación pública (que suele ser el método utilizado en las EIA), y debería incluir un diálogo con consenso público que apunte a tomar mejores decisiones».
Una de las mayores preocupaciones sobre la zona The Pinnacle es su proximidad al parque marino de la Bahia Montego, la primera zona marina de Jamaica que incluye un parque de 5 km cuadrados y dos zonas de conservación de especies marinas. Mientras la JET afirma que el proyecto no está ubicado enteramente dentro del parque, algunas de sus instalaciones (incluida la marina) si lo están y, además, «sus impactos en el territorio marítimo puede venir de ambos lados, ya sea que estén protegidos o no».
El proyecto está a cargo de LCH Developments, que se describe como un «importante inversionista de bienes raíces y un grupo de promoción y administración inmobiliaria […] comprometido con brindar un cambio positivo mediante proyectos de desarrollo sostenible y de alta calidad que favorezca y mejore a las comunidades donde opera».
El 20 de enero, en la innovadora ceremonia del proyecto, el primer ministro Andrew Holness se jactó de que la propiedad albergaría los edificios más altos de la región. El mercado objetivo de las unidades de este proyecto parece apuntar principalmente a turistas, aunque esto revive el problema del limitado acceso a las playas para los lugareños.
En el blog Petchary, Emma Lewis, colaboradora de Global Voices, mencionó que la construcción de un proyecto de 800 unidades habitacionales está punto iniciar a cargo de China Harbour Engineering Company (CHEC) en la parroquia costera norteña de St. Ann. En «una controvertida reunión pública de CHEC», el movimiento movimiento ecologista Jamaica Beach Birthright (JaBBEM) transmitió en vivo a la comunidad que se reunió el 28 de enero para intentar salvar la cuenca del río Roaring.
Mientras tanto, el opositor Partido Nacional Popular (PNP) presentó una declaración con su preocupación sobre el impacto ambiental que pueda tener el proyecto de la CHEC: «Parte de la propuesta de proyecto tendrá un impacto crítico en las cuencas del río en zonas ecológicamente sensibles como el río Dunn, el río Roaring, Bogue, la bahía Mammee y las comunidades aledañas en Ocho Rios. Nos oponemos firmemente a cualquier permiso ambiental que permita que se perjudique a los lugareños y que amenace el equilibrio ecológico de la región».
En X (antes Twitter), Diana McCaulay, fundadora del Fondo del Ambiente de Jamaica, expresó su preocupación por otro proyecto turístico de gran escala, Harmony Cove, que busca modificar el suelo este año:
Another soulless rectangle and some palm trees. This is a beautiful place and deserves the most sensitive, low impact, thoughtful approach.. https://t.co/cN80lNJFx0
— Diana McCaulay (@dmccaulay) January 27, 2024
El ministro de Turismo, Edmund Bartlett, ha indicado que el proyecto inmobiliario de Harmony Cove, valorado en mil millones de dólares, se está acelerando y que la construcción debería iniciarse en los próximos 11 meses para que comiencen los trabajos en el proyecto.
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Otro rectángulo sin alma y algunas palmeras. Este lugar es hermoso y merece el enfoque más sensible, de bajo impacto y reflexivo posible…
Petchary afirma que el proyecto es una asociación entre la cadena Nexus Luxury Collection y el Gobierno de Jamaica, y añade: «Consistirá de un edificio de 26 pisos (dos pisos más que The Pinnacle – ¡por Dios!), un casino enorme, un campo de golf y, por supuesto, una zona de playa (déjenme adivinar, nada estará para los lugareños)».
Mientras que el periodista Al Edwards calificó a Harmony Cove como «una bendición para el turismo jamaicano» que llevaría al país «más cerca de Montecarlo, Bahamas y e islas Caimán» y «elevaría al país considerablemente». Petchary hizo varias preguntas que considera que se necesitan hacer para tales proyectos, como si los jamaicanos tendrán acceso a la costa donde se construirán las propiedades; cuál será su huella de carbono y quién vivirá ahí; y qué beneficios –además de los numerosos trabajos a bajo sueldo– serán inclusivos con la comunidad local».
También siente que se debe hablar sobre el impacto en el suministro de agua potable para las comunidades aledañas y sobre cuestiones ambientales clave, como cuánto hábitat natural (incluidos los bosques de manglares) se afectarán durante la construcción, cuántas especies de aves, plantas y animales serán destruidas, y cuáles serán los efectos en las playas y los hábitats naturales de las costas, especialmente en zonas protegidas.
A pesar de estas preocupaciones, parece que tres proyectos inmobiliarios adicionales en la costa norte están avanzando, más otro que «emociona» a Edmund Bartlett, ministro de Turismo de Jamaica, que asegura que traerá «más de 700 habitaciones nuevas y miles de empleos» a la isla. Al igual que The Pinnacle, estos nuevos proyectos están financiados principalmente por entidades extranjeras.
Durante algunos años, se discutió si la isla se ha vuelto demasiado dependiente de la inversión internacional. El profesor y columnista Paul Golding observó: «El Informe Mundial de Inversiones de 2018 indica que Jamaica ha tenido los mayores flujos de inversión extranjera directa a nivel regional desde 2012, [ha atraído] a más de 4200 millones de dólares durante seis años, por lejos, la mayor cifra de la región».
Para Petchary, todos estos proyectos inmobiliarios tienen algo en común: «Estos enormes bloques de concreto podrían estar en cualquier parte del mundo. ¿Qué pasó con la ‘vibra jamaicana'? ¿No es eso lo que los visitantes vienen a buscar a la isla? ¿Qué pasó con la arquitectura de estilo jamaicano y nuestra propia cultura especial? No, estos promotores inmobiliarios extranjeros están optando por la ‘vibra de Miami’, y parece que nos encanta. Qué triste».