
«Ciudadanos de etnia armenia de Nagorno Karabaj buscan refugio por ataques de las fuerzas armadas azerbaiyanas». Foto de MIL.ru vía Wikipedia (CC BY 4.0).
Este análisis de Igor Mirosavljević se publicó originalmente en el Centro de Asuntos Internacionales y de Seguridad (ISAC por su nombre en inglés) como parte de la iniciativa regional del Centro de Antidesinformación de los Balcanes Occidentales. Global Voices reproduce una edición editada como parte de un acuerdo de colaboración.
El recrudecimiento del conflicto en la región de Nagorno Karabaj en septiembre de 2023, que terminó en la rendición de las fuerzas locales y la institución del control total de Azerbaiyán sobre el territorio, generó un aumento de la atención pública en la dinámica geopolítica en la región del sur del Cáucaso en los medios en serbio. Los tabloides serbios gubernamentales impulsaron el discurso de que las únicas responsables de que Armenia perdiera el control sobre la región, y el posterior éxodo masivo de las etnias que vivían en Karabaj, fueron las autoridades armenias prooccidentales, su retórica y sus políticas exteriores.
A pesar de ser considerado uno de los ejemplos más famosos de conflicto congelado, la disputa sobre Nagorno Karabaj es uno de los enfrentamientos más largos de la historia postsoviética. En este período, Rusia mantuvo una presencia dominante en la región y desempeñó el papel de mediador en las negociaciones entre Armenia y Azerbaiyán sobre Nagorno Karabaj. Además, Armenia fue el único Estado postsoviético en el que la influencia rusa fue persistente y cuya arquitectura de seguridad estaba directamente, o casi totalmente, ligada a Rusia.
Sin embargo, durante los trágicos acontecimientos recientes, las autoridades armenias lideradas por el primer ministro Nikol Pashinyán, y gran parte de la opinión pública, condenaron enérgicamente a Rusia, con una manifiesta insatisfacción y decepción por la inacción de sus tropas, los grupos en el campo, por mantener la paz. No obstante, los medios progubernamentales y prorrusos en Serbia promovieron de forma sistemática un discurso diferente.
Armenia se culpa por el resultado
El tabloide progubernamental serbio más influyente, Informer, publicó una serie de titulares, como «¡Drama en Rusia! ¿Armenia está preparando un ataque terrible en Moscú? Pashinyán puede causar un desastre total con una decisión» y ¿Dónde estaba el ejército de Pashinyan? ¡Se prepara con los estadounidenses!, centrados en particular en el supuesto giro de la política exterior de Armenia hacia Occidente y su acercamiento con Estados Unidos, que también influyó en el enfoque diferente y «recíproco» en el contexto del conflicto de Karabaj. El tabloide citó al expresidente ruso Dimitri Medvedev y a uno de los principales propagandistas del Kremlin, Vladimir Solovyov, que señalaron el giro de las autoridades armenias hacia Occidente, que no dio ayuda a Armenia ni a Nagorno Karabaj, y que ahora intenta culpar a Rusia por su derrota.

Capturas de pantalla de artículos en serbio: “Acercarse a Occidente no rindió sus frutos: ¿podrán Azerbayán y Armenia evitar una nueva guerra?” (RT), “¡Traición sin precedentes! ¡Gran drama en Armenia, despiadado enfrentamiento contra Rusia” y ‘“¿Por qué Putin abandonó a Armenia? ¿Dónde estaba el ejército de Pashinyan? ¡Se prepara con los estadounidenses!” (Informer). Uso legítimo.
Otros medios, como el portal Republika y la edición en línea del diario Srpski Telegraf, también pusieron su “atención” en acusar a las autoridades armenias proccidentales de “traicionar” a Rusia, y resaltaron que desde las medidas armenias que enfadaron a Moscú, no existen motivos para reaccionar militarmente en el conflicto en Nagorno Karabaj. También señalaron que el “Ejército estadounidense está haciendo ejercicios en Armenia; la dirigencia armenia traicionó a Rusia hace mucho tiempo, y los principales amigos de Armenia son los enemigos de Rusia: Francia, la Unión Europa y Estados Unidos (…) la tercera guerra de Karabaj no durará mucho”.
Los medios rusos con sede en Serbia también dieron un enfoque similar a los acontecimientos de Nagorno Karabaj, así como también sus posteriores protestas antigubernamentales y antirrusas que sacudieron Armenia. El portal de los Balcanes del medio estatal ruso Russia Today señaló que “los intentos de acercarse a Occidente no rindieron sus frutos” y que “la situación no se ve bien ni para los armenios ni para el primer ministro. Nikol Pashinyán”. RT repitió que las autoridades de Armenia estaban “convirtiendo a su país en rehenes de los juegos geopolíticos con Occidente (…) los supuestos errores de la Federación Rusa y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) justifican de manera poco convincente sus pasos”. Concluyeron que “debido a la posición inconsistente de los líderes armenios, que persiguen a Occidente y le dan la espalda a los acuerdos trilaterales con Rusia y Azerbaiyán, se perdió tiempo muy valioso en el que se podría haber logrado un progreso en las negociaciones de paz”.
Los portales prorrusos Webtribune y Srbin.info también promovieron este discurso con frecuencia. En el texto titulado “El ataque armenio a Rusia: los expertos revelan el principal motivo de su traición” en el Webtribune se señala que “Pashinyán dirá y hará lo que quiera a instancias de Occidente (…) lo primordial para resolver el problema es expulsar a Rusia del sur del Cáucaso”. Srbin.info publicó la declaración de la portavoz del Ministerio de Exteriores (MFA), María Zakharova, en donde explica que no fue Rusia quien traicionó a Armenia sino Bruselas, “que no tenía intención de contribuir al cese de fuego ni proveer ayuda humanitaria”.
Otro de los discursos relacionados presentes en este período fue que Rusia, a pesar de garantizar la seguridad durante mucho tiempo, no pudo intervenir de forma más activa cuando Armenia cambió la realidad sobre el terreno y reconoció la soberanía de Azerbayán en Karabaj. La edición serbia del Russian Sputnik enfatizó que Pashinyán y el Gobierno de Ereván reconocieron en mayo de 2023 que Nagorno Karabaj pertenece a Azerbaiyán, y expresaron su predisposición para reconocer la integración territorial de Azerbaiyán [bajo ciertas condiciones]. También agregaron que las últimas críticas a las autoridades armenias están a la sombra de ese acontecimiento.
El portal Alo citó al presidente ruso Vladimir Putin, que dijo que “era una cuestión de tiempo cuándo y cómo Bakú establecería el orden constitucional en Karabaj luego de que Ereván reconoció la soberanía de Bakú”. El texto añade que no fue una decisión rusa sino exclusivamente de las autoridades armenias. RT publicó una declaración del Kremlin para recordar que Rusia no tenía obligación de proteger Nagorno Karabaj y que esos reclamos no tienen fundamento, dado el cambio de situación de la zona. El portal Informer citó al jefe de la edición serbia de RT, que reclamó que el Gobierno armenio rechazó la ayuda rusa, “reconoció la parte en disputa de Nagorno Karabaj y ahora se queja al respecto”.
En un artículo titulado sugerentemente “La lección armenia para los serbios”, el portal Novi Standard enfatizó que “Pashinyán y sus aliados más cercanos acusan a Rusia de su traición e incompetencia”. La afirmación de que “en una palabra, cuando se resuelva el problema de Nagorno Karabaj, Rusia no tiene motivos para enfrentar a Azerbaiyán luego del giro completo a Occidente”, y resume con ilustraciones los puntos clave difundidos en los medios serbios.
Influencia rusa en el sur del Cáucaso se sacude
En realidad, la influencia de Rusia como el actor geopolítico de mayor importancia en el sur del Cáucaso está debilitada, lo que abre el espacio de forma exponencial para otras potencias regionales, como Estados Unidos y Turquía, así como también la Unión Europea, que participa en países vecinos como Georgia y tuvo intentos de negociar acuerdos de paz entre Armenia y Azerbaiyán. Aunque es la única potencia extranjera con fuerzas militares sobre el terreno, Moscú falló en controlar de forma efectiva la situación de la región, resolver el conflicto y detener las hostilidades. Tal como escribe el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, la capacidad limitada de Rusia para mediar entre Armenia y Azerbaiyán y evitar el recrudecimiento del conflicto en Karabaj está condicionada por la atención completa de Moscú en su guerra en Ucrania.
Carnegie Endowment for International Peace señaló que desde la segunda mitad de 2022, la falta de voluntad rusa para intervenir o brindar ayuda militar a Ereván resultó en la decisión de Pashinyán de diversificar aliados en materia de seguridad. Solo entonces Armenia comenzó a cambiar sus políticas de seguridad con intentos cautelosos de acercarse a los países occidentales. Este análisis indica que las justificaciones de Moscú en el contexto de su propia inercia y errores políticos, que incluyen su incapacidad de evitar un desastre humanitario en Karabaj a finales de septiembre de 2023, no son convincentes. El resultado del conflicto tampoco fue positivo para Rusia. “El fracaso ruso en los esfuerzos por mantener la paz pone en peligro su presencia a largo plazo en el sur del Cáucaso”, señala el artículo.