Georgia inicia reestructuración del gabinete tras regreso del ex primer ministro a la política

Imagen de Arzu Geybullayeva

Este artículo se publicó originalmente en OC Media. Global Voices publica una versión editada en virtud de un acuerdo de asociación de contenido.

Dos meses después de que el controvertido ex primer ministro de Georgia, Bidzina Ivanishvili, regresó a la política el pasado 30 de diciembre de 2023, ya ha habido al menos dos reemplazos claves dentro del gobierno del partido Sueño Georgiano. El 29 de enero, el actual primer ministro, Irakli Garibashvili, anunció abruptamente su decisión de dejar el cargo. Tres días después, el 1 de febrero, se dio a conocer que Irakli Kobakhidze, que presidía el bloque oficialista, se convirtió en el sucesor de Garibashvili en el puesto que dejó vacante. De acuerdo con el nuevo estatuto del partido gobernante, el presidente honorario, Bidzina Ivanishvili, tiene el poder de asesorar, convocar al consejo partidista y aprobar la candidatura del nuevo primer ministro. Los expertos también creían que habría una reestructuración del gabinete tras el regreso del político.

Ivanishvili es una pieza clave en el escenario político del país. Hizo su fortuna en Rusia en la era anterior a Putin y fundó el partido Sueño Georgiano en 2012. Luego de su breve paso por el cargo de primer ministro entre 2012 y 2013, ejerció mayormente su poder e influencia a través de la presidencia de su bloque partidario. En 2021, anunció públicamente la decisión de apartarse de la política. Sin embargo, eso no disipó las sospechas de que seguía controlando todos los movimientos del Gobierno desde su mansión de cristal en Tiflis, la capital de Georgia. Por si fuera poco, su participación en las políticas internas también quedó reflejada en una resolución del Parlamento Europeo, adoptada en junio de 2022, en la que se instaba a los funcionarios nacionales a imponerle sanciones personales “por su papel en el deterioro del proceso político del país”.

Es por eso que su decisión de volver al ámbito gubernamental en este preciso momento es más que llamativa, dado que ocurre solo ocho meses antes de las elecciones parlamentarias de octubre de 2024.

En su participación en el congreso del partido Sueño Georgiano de diciembre de 2023, Ivanishvili afirmó que su vuelta al ámbito político no tenía relación alguna con las futuras elecciones, sino que más bien servía para crear un “nuevo centro de gravedad” en su rol como presidente honorario y principal asesor de la formación gobernante:

I believe that my political and life experience, as well as relevant advice, are necessary for the team to lead our country to a final victory. We have the opportunity to fully restore the state sovereignty and territorial integrity of the country and to position Georgia among high-income countries by 2030 and join the European Union. Our duty is to fully utilize this opportunity, and we should spare no effort for it.

Creo que mi experiencia política y personal, así como también el asesoramiento pertinente que puedo brindar, son necesarios para que el partido lleve al país a un triunfo definitivo. Tenemos la oportunidad de restaurar plenamente la soberanía nacional y la integridad territorial de Georgia, además de posicionarla entre los países de ingresos altos para el 2023 y unirse a la Unión Europea. Nuestro deber es aprovechar al máximo esta oportunidad, por lo que no debemos escatimar esfuerzos para lograrlo.

El ahora ex primer ministro del país Irakli Garibashvili afirmó que el gobierno actual necesitaba traer de nuevo a Ivanishvili al escenario político y salvar a Georgia una vez más, tal como lo hizo en 2012:

Everyone is well aware of Bidzina Ivanishvili’s unique role in saving Georgia. If he had not entered politics in 2012, today we might not have a country at all.

Todos somos conscientes del rol irreemplazable que cumple Bidzina Ivanishvili en la salvación de Georgia. Si no hubiera entrado a la política en 2012, hoy no tendríamos país.

Irakli Kobakhidze, presidente del partido gobernante, describió el regreso del multimillonario al ámbito estatal como un “hecho de gran relevancia en el plano político del país. Esto nos dará oportunidades para alcanzar logros significativos en el futuro. Debemos agradecerle por haber tomado esta decisión”. También desestimó las insinuaciones de que Ivanishvili había estado gestionando todo tras bambalinas: “Esto demostró que no existe ningún gobierno informal en nuestro país. Aconsejar no significa gobernar en paralelo”.

Pero Kobakhidze debe haber olvidado aquella entrevista reveladora que Ivanishvili dio en 2018, en la que describió con absoluta claridad y franqueza cuán involucrado estaba en el manejo de los hilos del Gobierno o, tal como declaró el propio político, en «controlar a distancia» todo lo que sucedía:

They are confusing informal governance with public oversight. The public put a degree of trust in me and I can use this trust at any moment and criticize any leader. […]We don’t have an extensive experience of public oversight of the government and I’m there to fill that gap. […] There was a serious risk of the team [Georgian Dream party] falling apart. I was watching this from the outside and, at a critical point, I realized that exercising remote control was not enough […] to keep the team together.

Confunden lo que es gobierno informal con la supervisión pública. La gente depositó algo de confianza en mí y puedo usarla en cualquier momento, y criticar a cualquier líder político. […] No tenemos una amplia experiencia en lo que respecta a la supervisión pública del Gobierno, y estoy aquí para llenar ese vacío. […] Había un riesgo importante de que el equipo [el partido Sueño Georgiano] se desarmara. Yo observaba todo esto desde afuera y, en un momento crítico, me di cuenta de que controlar a distancia no era suficiente […] para mantener unido al partido.

En una entrevista previa a los acontecimientos internos que se dieron en el ámbito gubernamental, Gia Khukhashvili, analista político y exasesor que ahora se desempeña como crítico, declaró que había varias razones detrás por las que Ivanishvili decidió volver a la política. Los miedos personales por su bienestar y seguridad fueron algunos de los principales motivos que influyeron en su regreso, para así poder asegurarse la inmunidad política ante posibles sanciones de la Unión Europea en un futuro.

En junio de 2022, el Parlamento Europeo adoptó una resolución que instaba a los funcionarios georgianos a imponer sanciones personales a Ivanishvili “por su papel en el deterioro del proceso político del país”. Además, varios integrantes del bloque oficialista se estaban enriqueciendo enormemente, por lo que ya no dependían de sus fondos. Por consiguiente, el multimillonario decidió volver a la política y «tomar el control» de Sueño Georgiano, lo que ya se vio reflejado en las recientes modificaciones que se dieron en el gabinete.

Los políticos y activistas opositores también discrepan sobre la participación que tuvo Ivanishvili en el escenario político nacional durante aquel supuesto tiempo en el que se había alejado del ámbito gubernamental.

Sopo Japaridze, integrante del Movimiento Nacional Unido, declaró que esto no hizo más que corroborar que «el oligarca ruso nunca abandonó la política georgiana. Hoy finalmente confirmó que había un gobierno paralelo en el país y que tiene miedo de no poder evitar los cambios que se den durante 2024″.

Otra figura de la oposición, Paata Manjgaladze, diputado del partido Estrategia Aghmashenebeli, expresó que la decisión de Ivanishvili de retomar su carrera política es una señal de que el multimillonario fue quien “gobernó de manera informal” todo el tiempo y que los cambios hechos en el estatuto de Sueño Georgiano solo aumentaron su “participación interna del partido en un 100%”.

Otros opositores se pronunciaron acerca de los recientes cambios en el gabinete. Manjgaladze calificó este hecho de “farsa”. Asimismo, Levan Khabeishvili, presidente del Movimiento Nacional Unido, el mayor partido opositor del país, dijo que la reestructuración «no tiene nada que ver con el bienestar de los ciudadanos», sino que eran, más bien, «supuestos enredos políticos de Ivanishvili».

Teona Akubardia, del Grupo Reformista, dijo que «mover los peones en el tablero de ajedrez es una táctica que Bidzina Ivanishvili ya ha usado antes para ganar la partida y siempre ha obtenido buenos resultados».

Irakli Kobakhidze ocupó el cargo de presidente del Parlamento entre 2016 y 2019. Renunció tras las protestas masivas contra el Gobierno en 2019 por haber invitado al primer ministro ruso, Sergey Gavrilov, a hablarle a la Asamblea Parlamentaria en su idioma desde el podio de oradores. Luego, fue nombrado presidente del partido gobernante en 2021.

Kobakhidze ha sido uno de los líderes más francos que ha tenido el bloque oficialista, incluso es reconocido por usar la retórica antioccidental en los últimos años. Se espera que el Parlamento confirme su nombramiento en los próximos días, por lo que será el séptimo jefe de Estado que forma parte de Sueño Georgiano desde que la coalición llegó al poder en 2012.

El ahora ex primer ministro Gharibashvili reemplazará a Kobakhidze como presidente del partido gobernante.

Durante la conferencia en la que el exmandatario anunció su renuncia, agradeció a Ivanishvili, a otros miembros del bloque oficialista y a todos aquellos que le brindaron su apoyo durante el tiempo que estuvo en el cargo.

A ocho meses de las elecciones parlamentarias en Georgia, aún queda por ver cuáles son las verdaderas intenciones de Ivanishvili. O como el periodista Giorgi Lomsadze escribió en su artículo: «La Tercera Vuelta, como se conoce a la última aparición de Ivanishvili en el escenario político, se convirtió en el tercer capítulo en lo que parece ser un ciclo que ocurre cada cinco años: el magnate sale de su palacio de cristal en la cima de la colina, va a la capital a participar de un acto político de gran relevancia y vuelve a su casa».

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