«Mi mensaje en caso de que me maten: No se rindan»: Alexéi Navalny predijo su propia muerte

Portrait of Russian opposition leader and activist Alexey Navalny by Mitya Aleshkovsky. CC BY-SA 2.0 DEED.

Alexéi Navalny, figura de la oposición rusa. Foto de Mitia Aleshkovsky (CC BY-SA 2.0 DEED).

El 16 de febrero de 2024, Alexéi Navalny, crítico prolongado de Putin y destacada figura de la oposición, murió en prisión en circunstancias sospechosas. Navalny dijo una vez en un documental lo que quería que hicieran los rusos en caso de su muerte.

Alexei Navalny responde a la pregunta de qué hacer si lo matan. Extracto de la película «Navalny» de Daniel Rohr, 2022.

Mi mensaje en caso de que me maten es que no se rindan. No lo hagas, no puedes rendirte. Si esto ha ocurrido, significa que somos muy fuertes y que nos tienen miedo. Tenemos que usar esta fuerza y no rendirnos. Recuerda que somos una fuerza muy poderosa y sólida que es socavada por esta gente mala solo porque no podemos darnos cuenta de lo fuertes que somos. Todo lo que se necesita para que el mal prevalezca es la inacción de las personas bondadosas. Así que actúa.

El proyecto mediático independiente de protección de los derechos humanos OVD-Info, y muchos otros medios y figuras de la oposición rusa, afirman que a Navalny lo asesinaron.

OVD-Info ha publicado un comunicado en el que expone su postura sobre la muerte de Navalny:

“Alexei Navalny was killed in prison. The Federal Penitentiary Service has reported his death and plans to conduct investigations and determine the cause, something similar was mundanely stated by the Investigative Committee. This is unnecessary, the cause is already known.

«A Alexéi Navalny lo mataron en prisión. El Servicio Penitenciario Federal ha informado de su muerte y planea llevar a cabo investigaciones y determinar la causa, algo parecido declaró rutinariamente el Comité de Investigación. Esto es innecesario, la causa ya se conoce.

La declaración continúa:

Navalny’s death was a murder — a planned murder, a murder methodically carried out, a murder of which the Russian state is guilty. Including those very agencies that are now talking about investigations.

The authorities planned and carried out the poisoning of Navalny in August 2020. This was proven by numerous investigations, including Navalny’s own. It cannot be proven in a Russian court, controlled by killers. But why bother? To all reasonable people, the well-known indisputable facts are enough.

But Navalny miraculously survived. After treatment in Germany, still in poor health, Navalny returned to Russia. He was immediately arrested and kept in deliberately torturous conditions for three years. He was held without proper medical supervision and treatment and virtually isolated from family and lawyers. Most recently he was transferred into one of Russia’s harshest prisons located beyond the Arctic Circle. During 37 months of detention, Navalny spent 296 days in a brutal punishment cell. In such conditions, there was no need to poison or kill through violent means — they simply had to wait.

And this was not just murder. It was a political assassination. Navalny’s arrest and conviction were not simply unjust, they obviously served the political goals of the Kremlin. We are confident that both the fact of the murder and the fact that this murder is political will be properly proven through the law: at the international level and in Russia, in that very bright free Russia of the future that Navalny believed in.

This is an assassination of hope. But now it is within our power to prevent one last crime against Navalny — the attempts to kill the hope he inspired. Just as we need to stop other murders being committed right now.

Alexei was a man of extraordinary courage, resilience, and optimism. For us, he will always be an example to follow, a symbol that inspires, and does not allow us to give up. A symbol that gives hope. We will cherish this gift.

Alexei, thank you for everything you have already done, and for everything that will be done because of you and for you!

Our deepest sympathies go out to Alexei Navalny’s family and all his colleagues.”

La muerte de Navalny fue un asesinato: un asesinato planeado, un asesinato llevado a cabo metódicamente, un asesinato del que el Estado ruso es culpable. Incluidos esos mismos organismos que ahora hablan de investigaciones.

Las autoridades planearon y llevaron a cabo el envenenamiento de Navalny en agosto de 2020. Así lo han demostrado numerosas investigaciones, incluida la del propio Navalny. No se puede probar en un tribunal ruso, controlado por asesinos. Pero ¿por qué molestarse? Para todas las personas razonables, los hechos bien conocidos e indiscutibles son suficientes.

Pero Navalny sobrevivió milagrosamente. Después de recibir tratamiento en Alemania, aún en mal estado de salud, Navalny regresó a Rusia. Fue detenido inmediatamente y mantenido en condiciones deliberadamente tortuosas durante tres años. Estuvo recluido sin supervisión médica ni tratamiento adecuados, y prácticamente aislado de su familia y abogados. Más recientemente fue trasladado a una de las prisiones más duras de Rusia, situada más allá del Círculo Polar Ártico. Durante 37 meses de detención, Navalny pasó 296 días en una brutal celda de castigo. En tales condiciones, no había necesidad de envenenar o matar por medios violentos: simplemente había que esperar.

Y esto no fue solo un asesinato. Fue un asesinato político. La detención y condena de Navalny no fueron simplemente injustas, sino que obviamente sirvieron a los objetivos políticos del Kremlin. Estamos seguros de que tanto el asesinato como el hecho de que este asesinato es político serán debidamente probados a través de la ley: a nivel internacional y en Rusia, en esa muy brillante Rusia libre del futuro en la que creía Navalny.

Se trata de un asesinato de la esperanza. Pero ahora está en nuestras manos impedir un último crimen contra Navalny: los intentos de matar la esperanza que inspiró. Del mismo modo que debemos impedir que se cometan otros asesinatos ahora mismo.

Alexéi era un hombre de extraordinario coraje, resiliencia y optimismo. Para nosotros, siempre será un ejemplo a seguir, un símbolo que inspira y no nos permite rendirnos. Un símbolo que da esperanza. Apreciaremos este regalo.

Alexéi, ¡gracias por todo lo que ya has hecho y por todo lo que se hará por ti y para ti!

Nuestro más sentido pésame a la familia de Alexéi Navalny y a todos sus colegas».

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