Acuerdo con Turquía sobre los F-16

Imagen de Arzu Geybullayeva

Tras meses de incertidumbre, Turquía obtuvo por fin luz verde para llevar a cabo una operación largamente esperada: adquirir cazas F-16 a Estados Unidos. El 26 de enero, Estados Unidos aprobó la venta de 40 nuevos F-16 por un valor total de 23 000 millones de dólares. El acuerdo también incluye el equipamiento para modernizar los 79 F-16 que ya tiene Turquía. La noticia del acuerdo llegó un día después de que el Parlamento turco aprobara finalmente la candidatura de Suecia a la OTAN.

Un día después de que Erdogan firmó la adhesión de Suecia a la OTAN, el Departamento de Estado aprueba la venta de cazas F-16 a Turquía (y de F-35 a Grecia).

Según The New York Times, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, declaró al menos tres veces en 2923 durante las intensas negociaciones con Turquía, que Turquía no conseguiría el acuerdo si no aprobaba la oferta sueca.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, y su partido Justicia y Desarrollo (AKP) se opusieron enérgicamente a la adhesión del país a la alianza a menos que Suecia cumpliera las exigencias de Turquía, como prohibir las manifestaciones kurdas en Suecia y extraditar a varias personas a las que Turquía califica de terroristas.

El incidente de la quema del Corán en Suecia en 2023, en el que un político de extrema derecha quemó públicamente el libro sagrado, solamente complicó las relaciones entre ambos países.

El retraso de 20 meses de la solicitud de adhesión de Suecia sí tuvo resultados para Turquía. Según Reuters, además de los acuerdos para levantar los embargos de armas, Turquía también consiguió que Suecia y Finlandia (ambos países solicitaron convertirse en miembros de la OTAN al mismo tiempo, y Finlandia se unió a la alianza en abril de 2023) adoptaran medidas contra los miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y el movimiento Gulen (FETO), ambos clasificados como organizaciones terroristas por la Ankara oficial.

Pero ninguno de estos acuerdos y tratos era tan importante para el presidente Erdoğan como asegurar el acuerdo sobre los F-16. Como dijo el experimentado periodista Amberin Zaman: «Las quejas de Turquía sobre Suecia eran más bien una pantalla para su verdadero objetivo, que era conseguir los F-16″.

En diciembre de 2023, en declaraciones a los periodistas, Erdoğan también dijo que los reactores eran más importantes: «Los avances positivos que esperamos tanto en [la adquisición de] F-16 estadounidenses como en las promesas de Canadá [sobre el levantamiento de su embargo de armas] ayudarían a nuestro Parlamento a tener un enfoque positivo sobre Suecia… Todos están relacionados».

Canadá, también miembro de la OTAN, «acordó reabrir las conversaciones con Turquía sobre el levantamiento de los controles a la exportación de piezas de drones, incluidos los equipos ópticos», en julio de 2023.

Un éxito anticlimático

A pesar de las afirmaciones de Erdoğan, la adquisición del avión puede no ser tan importante como esperaban las autoridades. Los cazas F16 han perdido esencialmente su lugar frente a los F-35, que son más nuevos y más capaces. Hasta 2019, Turquía formó parte de la asociación global F-35 Joint Strike Fighter, pero fue retirada por el Pentágono cuando decidió comprar sistemas de defensa rusos S-400s ese mismo año. Al año siguiente, Estados Unidos impuso sanciones a la presidencia de Industrias de Defensa (SSB) de Turquía, incluyendo «una prohibición de todas las licencias y autorizaciones de exportación de Estados Unidos a SSB y una congelación de activos y restricciones de visado para el doctor Ismail Demir, presidente de SSB, y otros funcionarios de SSB», según el comunicado de prensa del Departamento de Estado de Estados Unidos.

Sinan Ciddi, autor, académico e investigador principal no residente sobre Turquía en la Fundación para la Defensa de las Democracias, cree que además de distanciar en la alianza de la OTAN y amargar sus relaciones con Estados Unidos, Turquía «no ha ganado nada con el retraso de la adhesión de Suecia. La venta de F-16 que ahora se ha autorizado podría haberse logrado 20 meses antes si Erdoğan hubiera aprobado la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN cuando la solicitaron por primera vez».

O, en palabras del retirado diplomático turco Selim Kuneralp, Turquía se conformó con un burro después de haber montado a caballo: «Grecia tendrá los F35 de última generación, y nosotros el modelo ‘lavado de cara’ de los F16 de 40 años. Sería beneficioso para nuestros políticos mostrar una discreción inusual hasta que se realice el proyecto de los F16″, escribió Kuneralp en un artículo de opinión.

Además de aprobar la venta de aviones F-16 a Turquía, Estados Unidos también aprobó la venta de 20 F-35 a Grecia, antiguo rival de Turquía. Las relaciones entre ambos países han mejorado significativamente en el último año tras un punto bajo en 2022, cuando el presidente Erdoğan amenazó a Atenas con misiles. Las tensas relaciones preocupaban al Departamento de Estado de Estados Unidos, que estaba deseoso de ver «garantías por parte de Turquía de que rebajaría cualquier tensión con el Ejército griego en el mar Egeo», escribió el New York Times. Sin embargo, está por verse si estas garantías se mantienen.

Sinan Ulgen, exdiplomático turco y miembro del grupo de reflexión Carnegie Europe, tuiteó que es «un error alegrarse» por el acuerdo. «Este resultado no puede compensar la exclusión de Turquía del programa F35″. La decisión del país de comprar el S400 «fue quizás uno de los errores más costosos de la política exterior del Partido AK».

Preocupaciones sin resolver

Otros criticaron la aprobación del acuerdo a la luz del historial de Turquía en materia de derechos humanos y de una lista de otros motivos de preocupación, como el apoyo de Ankara a Hamás y los lazos cordiales del presidente Erdoğan con el presidente ruso Vladimir Putin.

Una campaña de etiquetas en Twitter bajo el lema #NoJetsForTurkey [no den jets a Turquía] pidió a la administración estadounidense que se abstuviera de vender los cazas por preocupaciones por la seguridad de los vecinos regionales, a menos que exista «un mecanismo que haga responsable a Ankara de cómo decida utilizar los cazas».

Sin embargo, esto puede sonar falso, ya que Turquía podría tener incluso la oportunidad de volver al club de los F-35. La posible vuelta fue mencionada por la vicesecretaria de Estado estadounidense en funciones, Victoria Nuland, en su visita a Turquía a fines de enero. «Si pudiéramos resolver este asunto de los S-400, lo que nos gustaría hacer, Estados Unidos estaría encantado de dar la bienvenida a Turquía de nuevo a la familia de los F-35″, declaró Nuland en la cadena de televisión CNNTurk el 29 de enero.

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