La batalla del pueblo baskir: Por qué en Baskortostán se dieron las mayores protestas de la Rusia en tiempos de guerra

Defensores del shihan Kushtau, Rail Hamzin y Rinat Fayzullin. Fotografía de: Vil Ravilov. Utilizada con autorización.

Las últimas protestas en Rusia, en Baskortostán, conmocionaron a todo el país. La periodista Alyona Istomina, que escribe para el medio independiente Smola especializado en ambiente, viajó allá y escribió sobre las personas que estaban detrás de las protestas. Global Voices reproduce el artículo de Smola con autorización, traducido al inglés y editado para mayor claridad.

El 17 de enero de 2024, miles de personas acudieron a la pequeña ciudad de Baymak, en el sur de la república rusa de Baskortostán, para apoyar al activista ecológico Fail Alsyanov. Fue juzgado por «incitar al odio étnico» y condenado a cuatro años de prisión. El presunto motivo fue su discurso en una reunión popular en el pueblo de Ishmurzino, donde los lugareños protestaban contra la extracción de oro en la cumbre de Irendyk. Alsyanov dijo entonces que, a diferencia de muchos otros pueblos que viven en Baskortostán, los baskires no tienen otra tierra a donde ir si comienzan los problemas ecológicos en la república. El jefe de Bashkortostán, Radiy Khabirov, interpretó estas palabras a su manera y acusó al activista de incitar al odio a otras nacionalidades. Los baskires de la época defendieron Irendyk e impidieron que iniciará allí la extracción de oro. Pero Alsyanov terminó encarcelado.

El día del veredict0, unas 10 000 personas se congregaron cerca del tribunal del distrito de Baymak para exigir la liberación del activista. La Policía utilizó porras y gases lacrimógenos para dispersarlos. El enfrentamiento en Baymak duró todo un día. Decenas de personas fueron detenidas. El comité de investigación inició una causa penal por «disturbios masivos».

¿Por qué Baskortostán?

Baskortostán es la única región de Rusia donde los habitantes consiguen rechazar sistemáticamente las pretensiones de los industriales sobre bosques, ríos y montañas. Además de Irendyk, en 2023 impidieron la instalación de una cantera de arena y grava en el río Belaya.

La corresponsal Alena Istomina y el fotógrafo Vil Ravilov viajaron allá para entender cómo nació y persiste una sociedad civil dedicada al ambiente, y lo que es más importante, muy extendida.

Desde hace tres años, a finales de agosto se celebra un festival folclórico en el pueblo de Sshikhany, distrito de Sterlitamak. Miles acuden desde todos los rincones de la república, cocinan, celebran competiciones deportivas y cantan. El derecho de reunión fue defendido por los habitantes de Baskortostán hace tres años, literalmente con sangre, en un enfrentamiento con los funcionarios, las fuerzas del hombre y las grandes empresas.

Los acontecimientos que se desarrollaron en agosto de 2020 en esta remota zona, a más de cien kilómetros de la capital Baskir, Ufa, resonaron en toda Rusia y los periodistas los bautizaron como la Batalla del Kush-Tau Shihan.

Vista del shihan Kushtau desde el pueblo de Shikhany. Fotografía de: Vil Ravilov. Utilizada con autorización.

Ruido en la Montaña Sagrada

El 1 de agosto de 2020, maquinaria pesada se dirigió a Kushtau, uno de los cuatro shihan baskires (los shihans, colinas de tizas aisladas, son sagrados para los indígenas de Baskortostán). Al verlo, los habitantes de las aldeas de Sterlitamak se preocuparon y fueron a hacer un reconocimiento. En la montaña, descubrieron un bosque talado: los árboles estaban desparramados descuidadamente por las laderas. El mismo día, una llamada de auxilio se extendió por la opinión pública Baskir: se llamaba a la gente a defender el shihan de la destrucción.

Que Kushtau estaba en peligro se sabía en la república: En 2018, el jefe de Baskortostán, Radiy Khabirov, dijo que la montaña podría ser excavada para las necesidades de la Bashkir Soda Company (BSC), el mayor productor de soda del país. El shihan se compone de piedra caliza, necesaria para la producción de amoníaco, sin el cual no se puede obtener soda.

Piedra en la cima del shihan Kushtau. Fotografía de: Vil Ravilov. Utilizada con autorización.

Desde 1953, el BSC había estado desarrollando otro shihan: Shahtau. En 2020, no solo estaba destruido, sino que solo quedaba un cráter, una cantera de 15 metros de profundidad. El mismo destino esperaba a Kushtau. Los industriales afirmaban que ninguna otra piedra caliza les convenía. Supuestamente, solo en Kushtau y en otros shihans no había casi impurezas que pudieran inutilizar los hornos de las fábricas.

Fósiles en la zona cercana al destruido shihan de Shahtau. Fotografía de: Vil Ravilov. Utilizada con autorización.

Los defensores de las montañas señalaron que BSC es una empresa extraterritorial que apenas invierte en el desarrollo de Sterlitamak y de la república. También señalaron que los shihans protegen la ciudad de los vientos y son sagrados para los baskires. Así comenzó el enfrentamiento en Kushtau, que rápidamente se convirtió en simbólico.

Vista del shihan Kushtau desde el pueblo de Shihany. Fotografía de: Vil Ravilov. Utilizada con autorización.

El 2 de agosto, los lugareños montaron un campamento de tiendas en Kushtau y establecieron una vigilancia.

El 6 de agosto, hubo enfrentamientos en la montaña entre activistas y guardias de seguridad de la empresa de soda, la Policía y Rosgvardia (fuerza policial especial que suele utilizarse para dispersar protestas). Siete personas fueron detenidas, y Valentina Musavarova, vecina de Ishimbay de 83 años, terminó con una pierna rota.

El 9 de agosto hubo una manifestación espontánea en la montaña: unas 3000 personas formaron una cadena viviente alrededor del shihan. En la mano, tenían enormes banderas azul, blanco, verde de Baskir y coreaban «¡Kushtau, vive!». Esa misma noche, matones semicriminales contratados por el Gobierno atacaron el campamento de los defensores. Algunos rodearon a los 17 activistas que permanecían en la montaña, y otros empezaron a saquear las tiendas, robaron aparatos electrónicos y comida. Los activistas no sucumbieron a las provocaciones y no hubo palizas. Los matones se retiraron cuando llegaron los policías. La Policía no los detuvo. Más tarde, uno de los agresores confesó que les había pagado 3000 rublos (50 dólares estadounidenses) a cada uno por el ataque al campamento. Al día siguiente, 500 personas fueron a vigilar la montaña.

La mañana del 15 de agosto para los defensores de Kushtau comenzó con otro ataque. La maquinaria subía por la montaña y una empresa de seguridad privada golpeaba a los ciudadanos que intentaban detenerla. Pronto los antidisturbios y la Policía se unieron a la batalla por el shihan: más de 80 activistas fueron detenidos. Los medios difundieron terribles imágenes de la destrucción del campamento. Al anochecer, la seguridad privada había expulsado a los activistas de la montaña y rodeado la zona con alambre de espino.

El 16 de agosto, más de 10 000 personas se congregaron en el shihan. Las fuerzas del orden utilizaron granadas aturdidoras, porras, gases y pistolas de efecto. La situación se comentada en medios internacionales, y también la comentaron artistas rusos, como Maxim Galkin, Yuri Shevchuk y el rapero Face. El jefe de la república, Radiy Khabirov, llegó urgentemente al shihan, exigió el retiro de la maquinaria de la montaña e inició negociaciones con los activistas. El mismo día, Vladimir Putin dio instrucciones a los funcionarios para que se ocuparan de la situación.

El 21 de agosto, se celebró una reunión entre ecologistas y el jefe de la república, en la que se exigió la creación de una reserva natural en la montaña.

El 2 de septiembre, el jefe de Baskortostán promulgó un decreto sobre la creación del monumento natural de Kushtau.

Territorio cercano al destruido shihan Shahtau. A lo lejos se ve el shihan Kushtau. Fotografía de: Vil Ravilov. Utilizada con autorización.

La batalla del shihan unió a los habitantes de la república y demostró que la gente común puehacer muchas cosas cuando se juntan.

«Antes de Kushtau, estábamos divididos, cada uno por su lado», explica la participante Gulshat Gazizullina. «Todos nos conocimos en la montaña, intercambiamos números de teléfonos y empezamos a hacernos amigos como familia. Antes pensaba que si las autoridades decidían, si ya estaba todo vendido, negocios serios y gente seria de por medio, entonces ya está, no podemos hacer nada. La batalla de Kushtau demostró que sí podemos. Funcionó allí, funcionara en otros lugares. Y seguiremos luchando».

Desde entonces, cada año a finales de agosto, gentes de todo Baskortostán se reúnen en Kushtau para celebrar un festival en honor de la victoria que unió a los habitantes de la república.

Cartel conmemorativo en el lugar del campamento de los defensores del shihan de Kushtau. Fotografía de: Vil Ravilov. Utilizada con autorización.

Todos los años, con motivo de este festival, Rafail Abdrakhmanov, vecino del pueblo de Shihan, cuelga en la puerta de su garage una enorme muestra con fotos de Babay Abdrakhman Valdov, uno de los primeros defensores de los shihans. A pesar de su respetable edad (tenía 75 años al momento del enfrentamiento en Kushtau), Valdov participó en todas las acciones ecologistas hasta el final. Falleció en 2021.

Cartel en memoria de Abdrahman Validov, uno de los primeros defensores de los shihans. Fotografía de: Vil Ravilov. Utilizada con autorización.

Valydov comenzó su lucha en 1997. Un simple profesor de física y matemáticas, primero se compró una cámara y empezó a fotografiar el pie del Toratau. Luego empezó a hablar a los turistas de los shihans y a explicarles que en el mundo solo hay cuatro montañas calizas marinas tan solitarias. Tres se conservan en Baskortostán. Así, Valydov, dicen sus conocidos, intentó transmitir a sus compatriotas el valor de los shihans y expresar su pesar por el shihan destruido.

El festival también recuerda el desarrollo del shihan Shahtau. No se sabe si es verdad o ficción, pero muchos baskires creen que cuando empezaron a desarrollar el shihan en 1953, 15 ancianos llegaron a la montaña y murieron con su explosión. Los activistas citan esta historia como ejemplo para explicar por qué lucharon por Kushtau y siguen luchando por otras tierras baskires.

El festival de agosto de 2023 fue ya la tercera. La gente dice que lo celebrará toda su vida, y que luego sus hijos y nietos seguirán la iniciativa. Porque fueron los acontecimientos de Kushtau los que dieron a los habitantes de Baskortostán confianza en sus fuerzas.

Unidad de los diferentes

En Baskortostán ha aparecido una distinción. Para saber si estás ante una buena persona, basta con preguntar: «¿Dónde estabas en agosto de 2020?». Si te responde que estaba entre los defensores de Kushtau, significa que puedes invitarla a tu casa y ofrecerle té.

Ya no importa si apoyan la «Operación Militar Especial» (término utilizado en Rusia para referirse a la invasión rusa de Ucrania, ya que la palabra «guerra» está prohibida) o están en contra, por quién votan y cuáles son sus opiniones sobre la vida. Si estuvieron en Kushtau, significa que son «de los nuestros».

Vera Vasilyeva tiene 89 años. Pero también estuvo en la montaña. Al recordar aquellos días, casi llora.

Vera Vasilieva. Fotografía de: Vil Ravilov. Utilizada con autorización.

It was terrible. Such a pity for the mountain. But we will not give it up — it is ours. They will remove this mountain, they will remove that one, but what will remain for us?

Fue terrible. Una pena para la montaña. Pero no la abandonaremos, es nuestra. Quitarán esta montaña, quitarán aquella, pero ¿qué nos quedará?

Los industriales, por cierto, no ocultaron que otros shihans podrían seguir a Kushtau. En medio del enfrentamiento, Rustem Basyrov, director general adjunto de BSK, y en respuesta a las preguntas de los periodistas, dijo: «Si tomamos la perspectiva del shihan, entonces sí, (después de Kushtau) el siguiente shihan». Fue después, cuando la gente empezó a resistirse, cuando resultó que hay alternativas a la destrucción de Kushtau, y se puede extraer piedra caliza de calidad no peor en otros lugares: Por ejemplo, en el distrito urbano de Sibaysky de Bashkortostán, donde la extracción no requerirá la destrucción de valiosos paisajes y creará puestos de trabajo. Pero, en agosto de 2020, los empresarios insistieron en su línea: la materia prima adecuada solo está en los shikhans.

Vista del shihan de Yuraktau. Fotografía de: Vil Ravilov. Utilizada con autorización.

Cuando Vera se enteró de que iban a urbanizar Kushtau, se fue a la montaña. Y lo mismo hicieron todos sus hijos y nietos. Fue duro. El miedo, la ira y el resentimiento les empujaron. Pero la mujer subió a la cima.

«Fue terrible», se estremece Vera al recordar los sucesos del 16 de agosto. «Todos corrían, volcaban mesas, pisoteaban a la gente. Mi nieto grita, le duele la cara. Corre, luego vuelve con agua, corre hacia otras personas».

A la casa de la familia Abdurakhmanov en Shikhany la llaman cuartel general porque muchos de quienes llegaron al pueblo en 2020 se alojaron ahí. Y a Rafael le llaman el cuidador de Kushtau, porque estaba constantemente arreglando y construyendo algo en la montaña, montando tiendas. Ha trabajado como conductor toda su vida y dice de él: «Soy una persona común, un hijo del pueblo baskir».

Defensor del shihan de Kushtau, Rafail Abdrakhmanov. Custodio de Kushtau. Fotografía de: Vil Ravilov. Utilizada con autorización.

Al principio, Rafael se mostró escéptico ante las perspectivas de proteger la montaña: Pensaba que la gente no podría conseguir nada porque «todo está comprado».

«Hablaba con todos los que participaban en las acciones. Solo con el tiempo me di cuenta de que la gente estaba haciendo una gran obra», explica Rafael. «Entonces me uní rápidamente a ellos. Y nos pusimos en marcha».

Rim Abdulnasyrov, Rafail Abdrakhmanov, Gulshat y Grigory Gorovoy. Fotografía de: Vil Ravilov. Utilizada con autorización.

En su familia hay dos niñas: Gulshat y Alina. Las niñas son muy parecidas, ambas leen mucho y se adhieren a opiniones democráticas. Pero, al mismo tiempo, se comunican tranquilamente con quienes apoyan la «Operación Militar Especial» o incluso sueñan con revivir la URSS. Porque, dicen, todos hacen lo mismo.

«En Baskortostán hay muchas reglas, la más importante de las cuales es: uno no es un guerrero en el campo. (En una situación difícil) hay que unirse incluso a aquellos con quienes antes no habrías hablado por tener posiciones políticas diferentes», concluye Alina.

Patriotismo intacto

Los defensores de Kushtau afirman que, durante el enfrentamiento, Rim Abdulnasirov tuvo la tarea más difícil: hablar con la Policía. Dicen que muchos policías, al escuchar a Abdulnasirov, apartaron tímidamente la mirada, algunos se quitaron la visera y se apartaron en silencio. Varios policías incluso se habrían disculpado con los activistas.

Defensor del shihan Kushtau, Rim Abdulnasyrov. Fotografía de: Vil Ravilov. Utilizada con autorización.

El propio Abdulnasirov, cuando se le pide que recuerde lo que dijo a los agentes, se limita a encogerse de hombros: «Fue hace mucho tiempo. Parece que las palabras eran comunes».

«Por cierto, una vez estuve dispuesto a disparar a cualquiera que insultara a Putin en mi presencia», señala con tristeza. «En 2014 (tras los sucesos de Crimea) pensé que había llegado el momento en que Rusia se levantaba de verdad de sus rodillas. Pero resultó ser diferente: solo un rebaño de ovejas guiadas». Se detiene. «Pues mira lo que está ocurriendo ahora».

Según Abdulnasirov, en Kushtau vio lo que realmente se hacía por el pueblo en Rusia.

«El 16 de agosto empezamos a reunirnos en la montaña. La Policía también. Ese día debían poner fin a todo: ‘recoger’ a todos los que se resistían. Pero no contaban con que tendrían que ‘recoger’ a todo Baskortostán».

Abdulnasirov, como otros participantes en la batalla por Kushtau, afirma que la amenaza de destrucción de la montaña conmovió el alma de los habitantes de la república, por lo que miles de personas se levantaron para defender el shikhan. Pero señala que los medios también desempeñaron un papel importante.

«Hubo gran apoyo de blogueros y periodistas. Gracias a esta presión y apoyo, ganamos», explica Abdulnasirov. «En general, creo que Rusia está pisando terrenos étnicos. Los baskires tienen su propia tierra, nuestro pueblo la defenderá». En el corazón de todo lo que ocurrió en Kushtau hay una palabra que ahora está distorsionada: patriotismo. No el que se siente cuando uno sale al extranjero con las armas, sino el que se siente cuando uno defiende su tierra y a su pueblo».

El destino del shihan de Shahtau

«Cuando era niño, Shahtau era una montaña enorme, yo me hacía cada vez más alto, y la montaña bajaba cada vez más. Y luego desapareció», dice Rinat Faizullin.

Un tipo delgado vestido con ropa de trabajo responde al principio brevemente y con cierta timidez. Pero cuando recuerda los sucesos de agosto de 2020, se agita. Faizullin es conductor de tractor, pero en esas semanas se convirtió simultáneamente en mensajero y taxista, llevaba personas, artículos de primera necesidad, materiales de construcción y alimentos al campamento de la montaña.

Defensores del shihan Kushtau, Rail Hamzin y Rinat Fayzullin. Fotografía de: Vil Ravilov. Utilizada con autorización.

«¿De qué otra manera?», exclama. «Nací aquí, mis padres son de aquí, mi hermano también nació aquí. Imagina que alguien viniera a tu jardín a cavar, ¿te gustaría? Sí esta montaña desapareciera, nunca me lo perdonaría. Y nadie que conozco aquí me lo perdonaría».

El territorio del antiguo shihan de Shahtau está cerrado y vigilado: aún transportan restos de piedra caliza. Todo alrededor es rojo. Se siente como estar en Marte: tal devastación aquí. Sobre todo en comparación con la abundante vegetación de Kushtau.

Extracción de soda en el destruido shihan de ShahTau. Fotografía de: Vil Ravilov. Utilizada con autorización.

«Shahtau murió ante mis ojos», se lamenta Faizullin. «Nuestro pueblo está cerca y sabemos cómo es. Todos los días a las 16:30 horas, todo el mundo saltaba al oír las explosiones. Es imposible acostumbrarse. Todos quedaban ensordecidos por esos sonidos. Y veíamos cómo se encogía la montaña».

Baskortostán, por la cantidad de fuertes protestas ecologistas, es una región única para Rusia. Por supuesto, los baskires no solo están unidos por el ambiente. El ambiente, en este caso, significa algo más que preservar la naturaleza: es preservar la identidad nacional y la étnica. Dice Rail Hamzin:

The grandsons of Salavat [Salavat Yule is a Bashkir national hero who led the uprising of Bashkortostan in 1773–1775] don't know how to give in. We endure, endure, and then we boil over. We don't let each other be wronged. This is our land, we live here, raise our children. I have a grandson who is two years old. What will we leave him? These quarries, Martian landscapes? What will remain for him? Where there are cities, there's already nothing to breathe. And if something happens, if the others here need help defending their land, I'm right there,  and there are many of us, we are a people, and we must be reckoned with.

Los nietos de Salavat (Salavat Yule es un héroe nacional bashir que lideró el levantamiento de Baskortostán entre 1773 y 1775) no saben ceder. Aguantamos, aguantamos y luego explotamos. No permitimos que nos agredan. Esta es nuestra tierra, vivimos aquí, criamos a nuestros hijos. Tengo un nieto de dos años. ¿Qué le dejaremos? ¿Estas canteras, estos paisajes marcianos? ¿Qué le quedará? Donde hay ciudades, ya no hay nada que respirar. Y si pasa algo, si los demás aquí necesitan ayuda para defender su tierra, yo estoy ahí, y somos muchos, somos un pueblo, y hay que contar con nosotros.

El discurso que pronunció el activista ecológico Fail Alsyanov, y por el que recibió cuatro años de cárcel, fue en baskir. Meduza informa que Alsynov dijo a los manifestantes que los baskires ya no tenían ni su propia tierra, ni su propia lengua, ni su propio presidente. «Nuestros muchachos», añadió, «están muriendo» en lugar de defender su propia tierra.

Las protestas en torno al caso de Alsyanov en Baskortostán continuaron el 19 de enero en la capital, Ufa. Pero, desde entonces, muchos participantes han sido detenidos y están en la cárcel a la espera de juicio. OVD-info afirma que actualmente hay 44 personas a la espera de juicio, y que se han abierto al menos 34 causas penales contra los manifestantes. Uno de los manifestantes detenidos en la fue gravemente golpeado. Según OVD-info, Dim Davletkildin ingresó en prisión preventiva con hematomas, contusiones y abrasiones. El hombre fue ingresado en un hospital civil, donde le diagnosticaron una fractura de columna. Otro de los manifestantes detenidos murió en circunstancias inexplicables.

Rifat Dautov murió tras ser detenido en un caso penal relacionado con disturbios masivos. No se comunicó a la familia la causa de la muerte ni se entregó el informe de la autopsia, escribe OVD-info.

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