Azerbaiyán: Votación sin competencia reforzará poder de Aliyev

Imagen de Arzu Geybullayeva

Más de seis millones de azerbaiyanos con derecho a voto acudieron el 7 de febrero a las urnas para elegir al próximo presidente de Azerbaiyán en una votación anticipada. Uno de los siete candidatos registrados era actual presidente Ilham Aliyev, que en 2023 cumplió veinte años de presidencia. En 2003 sustituyó en el cargo a su padre, Haydar Aliyev.

La última vez que el país celebró elecciones presidenciales fue en 2018, cuando Aliyev fue reelegido para un mandato de siete años (fruto de un polémico referéndum celebrado en 2016 que amplió el período presidencial de cinco a siete años). Todos los principales partidos opositores boicotearon las elecciones de 2018, mientras que los observadores electorales locales e internacionales constataron que los comicios no fueron libres ni justos. Como resultado de un referéndum constitucional, en 2009 Azerbaiyán eliminó el límite de mandatos que un funcionario puede ejercer. Con gran parte de la sociedad civil bajo el control de Aliyev, quedaba dispuesto a conseguir un nuevo mandato.

Según la Comisión Electoral Central, había 800 observadores internacionales entre los 90 000 registrados para el proceso electoral en todo el país. Global Voices habló con Berit Nising Lindeman, secretaria general del Comité Noruego de Helsinki, que ya ha observado elecciones en Azerbaiyán en el pasado.

Global Voices (GV): ¿Cómo describiría el actual entorno político y electoral en Azerbaiyán, teniendo en cuenta que ha observado las elecciones en el pasado y ha seguido la evolución del país a lo largo de los años? ¿Cuáles son sus expectativas?

Berit Nising Lindeman (BNL): Elections in Azerbaijan, tend to be predictable affairs. They are neither expected to be free, nor fair. There is little or no doubt that Ilham Aliyev, the 62-year-old incumbent, will be re-elected for a fifth term as president of Azerbaijan. The country has been ruled by the Aliyev family since 1993 when Heydar Aliyev became independent Azerbaijan’s first president. In 2003, his son Ilham took over, presenting himself as a guarantor of stability and pursuing his father’s policies. Since then, the Aliyev family has allied the country with the West, helping to secure its energy and security interests, and counterbalancing Russia’s influence in the strategic Caspian region. Co-operation between the West and Azerbaijan has flourished over the years, but Azerbaijan’s human rights record has deteriorated in the meantime.

As an international observer, I’ve monitored several elections in Azerbaijan over the past three decades. Elections in this beautiful country have unfortunately been marred by fraud and irregularities since the country gained its independence from the USSR in 1991. As an observer, I had to conclude that each round of flawed elections was a lost opportunity for Azerbaijan to step away from post-Soviet autocracy towards democracy. Widespread irregularities included multiple voting, ballot stuffing, and violence and pressure on independent and opposition observers. The authorities habitually falsified results in an atmosphere of intimidation.

Azerbaijan has never held elections deemed free and fair by credible election monitors. The Organization for Security and Co-operation in Europe (OSCE), the region’s most authoritative election monitoring body, has often stated that Azerbaijan simply ignores concerns about securing the most basic human rights protections in the country. Most such elections have led to a considerable number of judgments by the European Court of Human Rights (ECHR). The ECHR has found Azerbaijan in breach of the right to free elections for reasons ranging from irregularities in the electoral process to arbitrary invalidation of election results and ineffective examination of complaints about electoral abuses.

The upcoming elections are unlikely to be any different. It must be the most lackluster election ever as society seems effectively disenchanted from the political processes in a country that has seen one fraudulent election after the other. The election campaign is dreary and has little visibility. While there are six alternative candidates, all are puppet contenders with no intention or realistic chance of winning, and it would be absurd to speak of a competitive process. Since all six candidates publicly support and praise the policies of President Aliyev, there are no serious and meaningful debates or campaign materials of a competitive nature. None of these state-aligned opponents poses any challenge to Aliyev, who got 86 percent of the vote in his most recent presidential elections.

Berit Nising Lindeman (BNL): Las elecciones en Azerbaiyán suelen ser predecibles. No se espera que sean libres ni justas. Apenas hay dudas de que Ilham Aliyev será reelegido a sus 62 años para un quinto mandato como presidente del país. La familia Aliyev gobierna el país desde 1993, cuando Heydar Aliyev se convirtió en el primer presidente independiente de Azerbaiyán. En 2003, su hijo Ilham asumió el poder, se presentó como garante de la estabilidad, pero continuó la política de su padre. Desde entonces, la familia Aliyev ha aliado al país con Occidente, lo que ha contribuido a garantizar sus intereses energéticos y de seguridad, así como a contrarrestar la influencia de Rusia en la estratégica región del Caspio, situada entre Asia y Europa. La cooperación entre Occidente y Azerbaiyán ha prosperado con el paso de los años, pero el historial de Azerbaiyán en materia de derechos humanos se ha deteriorado mientras tanto.

Como observadora internacional, he supervisado varias elecciones celebradas en Azerbaiyán en los últimas 30 años. Lamentablemente, las elecciones en este hermoso país se han visto manchadas por el fraude y las irregularidades desde que el país de independizó de la URSS en 1991. Como observadora, tuve que concluir que cada vuelta electoral fraudulenta era una oportunidad perdida para que el país se alejara de la autocracia postsoviética y se acercara a la democracia. Las irregularidades más extendidas fueron el voto múltiple, la falsificación de papeletas, la violencia y la presión sobre los observadores independientes y de la oposición. Las autoridades falsificaron sistemáticamente los resultados en un ambiente de intimidación.

Azerbaiyán nunca ha celebrado elecciones que los observadores hayan considerado libres ni justas. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), organismo de observación electoral con más autoridad de la región, ha declarado en numerosas ocasiones que Azerbaiyán hace caso omiso de las preocupaciones por garantizar la protección de los derechos humanos más básicos en el país. La mayoría de estas elecciones ha dado lugar a un número considerable de sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). El TEDH ha concluido que Azerbaiyán vulnera el derecho a elecciones libres por motivos que van desde irregularidades en el proceso electoral hasta la invalidación arbitraria de los resultados de las elecciones y el estudio ineficiente de las denuncias de abusos electorales.

Es poco probable que estas elecciones sean diferentes. Deben ser las elecciones más mediocres de la historia, ya que la sociedad parece estar efectivamente desencantada de los procesos políticos en un país que ha visto un fraude electoral tras otro. La campaña electoral es monótona y tiene poca visibilidad. Aunque hay seis candidatos alternativos, todos son títeres sin intención ni posibilidades realistas de ganar y sería absurdo hablar de un proceso competitivo. Dado que estos seis candidatos apoyan y alaban públicamente las políticas del presidente Aliyev, no se celebran debates serios ni provechosos, ni se presenta material de campaña de carácter competitivo. Ninguno de estos oponentes alineados con el Estado azerbaiyano supone un desafío para Aliyev, que obtuvo el 86% de los votos en las últimas elecciones presidenciales.

GV: Los incontables informes de observación electoral de la misión de la OSCE/ODIHR han señalado las irregularidades que menciona, y tanto los periodistas independientes del país como los observadores locales han documentado el alcance de estas acusaciones. ¿Qué nos dicen estas experiencias, y la suya de observadora, sobre las elecciones como proceso en Azerbaiyán?

BNL: Through systematic repression, the government has effectively diminished public trust in the country’s electoral process. Popular apathy and the low turnouts suggest citizens’ serious disenchantment with a political system that has repeatedly produced sham elections. Due to the lack of popular engagement in electoral politics, grassroots-driven change is unlikely in the near term as the government escalates the repression.

BNL: El Gobierno ha mermado la confianza de los ciudadanos en el proceso electoral del país con represión sistemática. La apatía popular y la baja participación indican el grave desencanto de los ciudadanos con un sistema político que ha generado repetidamente elecciones fraudulentas. Debido a la falta de participación popular en la política electoral, es poco probable que se produzca un cambio impulsado desde las bases a corto plazo, ya que el Gobierno está intensificando la represión.

GV: Decenas de periodistas independientes han sido detenidos en el período previo a las elecciones, incluidas mujeres reporteras, con acusaciones de contrabando. Pero no es la primera vez que observamos detenciones por motivos políticos en el país. También ha mencionado su preocupación por el hecho de que los dirigentes del país no garanticen los derechos humanos más básicos. ¿Qué nos dice esto de los líderes políticos y de cómo se les ve en el extranjero? 

BNL: I know some of them and I appreciate their valued contribution to democracy, the rule of law, and human rights in Azerbaijan. One victim of the crackdown is Aziz Orujov, director of Kanal13 online TV. This is not the first politically motivated prosecution of him. In 2017, he was sentenced to six years on bogus charges, and he was recognized as a prisoner of conscience. While he is behind bars again now, a Baku court recently ordered the blocking of his media group in online sources.

On January 24 this year the Parliament Assembly of the Council of Europe (PACE), Europe’s leading human rights body, refused to ratify the credentials of the Azerbaijani delegation, citing the country’s poor human rights and democracy record. Being one of the 46 members of the Council of Europe since January 2001, the government had long snubbed this international institution by ignoring its requirements for human rights reforms, systematically dismantling the country’s independent civil society, and hunting the critics of the government on political motives. The stakes are high because Azerbaijan reportedly is threatening to leave the Council of Europe.

But despite President Aliyev still presenting himself as a reformer, he must receive the message that reform has to be about deeds and not just words. The worsening human rights situation has raised the overall level of autocracy and sparked serious doubts about the promised reforms. The government’s human rights practices run the risk of destabilizing the country as they further polarize society and drive dissent underground. Until the political prisoners are released and suppression of the political opponents is stopped, no credible election resonating with the genuine will of the Azerbaijani people will take place in the country.

Azerbaijani people desperately need greater confidence in their country's future as a democratic state, where the rule of law is assured, and elections are held without fraud and other unfair practices.

BNL: Conozco a alguno y aprecio su valiosa contribución a la democracia, el estado de derecho, así como los derechos humanos en Azerbaiyán. Una de las víctimas de la represión es Aziz Orujov, director de Kanal13 TV en línea. No es la primera vez que se le persigue por motivos políticos. Es más, en 2017 fue condenado a seis años de prisión por cargos falsos, y fue reconocido como preso de conciencia. Aunque ahora está de nuevo entre rejas, un tribunal de la capital Bakú ordenó recientemente el bloqueo de su grupo de comunicación en medios en línea.

El 24 de enero de 2024, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE), principal órgano europeo de derechos humanos, se negó a ratificar las credenciales de la delegación azerbaiyana, con el argumento de los malos antecedentes del país en materia de derechos humanos y democracia. Pese a ser uno de los 46 miembros del Consejo de Europa desde enero de 2001, el Gobierno ha despreciado durante mucho tiempo a esta institución internacional, ha ignorado sus exigencias de reformas en materia de derechos humanos, desmantelado sistemáticamente la sociedad civil independiente del país y perseguido a los detractores del Gobierno por motivos políticos. Hay mucho en juego, porque Azerbaiyán, al parecer, amenaza con abandonar el Consejo de Europa.

No obstante, a pesar de que el presidente Aliyev sigue mostrándose como un reformista, debe entender el mensaje de que la reforma ha de consistir en hechos y no en meras palabras. El deterioro de la situación de los derechos humanos ha elevado aún más el nivel general de autocracia y ha suscitado serias dudas sobre las reformas prometidas. La política del Gobierno en materia de derechos humanos corre el riesgo de desestabilizar el país, ya que polariza todavía más a la sociedad y conduce a los disidentes a la clandestinidad. Hasta que no se libere a los presos políticos y se ponga fin a la represión de los opositores políticos, no habrá en el país elecciones creíbles que reflejen la auténtica voluntad del pueblo azerbaiyano.

Los ciudadanos azerbaiyanos necesitan urgentemente una mayor confianza en el futuro de su país como Estado democrático, donde esté garantizado el Estado de derecho y se celebren elecciones sin fraudes ni otras prácticas injustas.

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.