
Imagen de la página de Facebook de Chris Yeung Commentary.
Por el colaborador invitado Chris Yeung.
Este artículo se escribió en chino y lo tradujo al inglés Oiwan Lam, editora de Asia Oriental de Global Voices.
En 2024 cumpliré casi 40 años en el mundo del periodismo. Nunca he abandonado el periodismo desde que comencé mi carrera con periódicos de gran tirada, como el South China Morning Post y el Hong Kong Economic Journal, para luego cambiar hacia el medio en línea Citizen News, que fundé con mis amigos del medio. Después del cierre de Citizen News, a principios de enero de 2022, establecí un canal de YouTube, «Comentarios de Chris Yeung«, Dos meses después, a finales de marzo, hacía comentarios diarios sobre acontecimientos actuales. De los casi 40 años de trabajo como periodista, he pasado la segunda mitad haciendo comentarios y analizando noticias.
Las noticias implican a personas y eventos, hechos y opiniones, y a menudo es difícil distinguir entre verdad y falsedad, lo correcto y lo incorrecto, ya que la realidad está llena de contradicciones y controversias. El papel y la responsabilidad de los periodistas es informar sobre los hechos, descubrir la verdad, informar al público, analizar los aspectos legales y sensatos de un incidente, y ayudar al público a que comprendan y juzguen qué es lo correcto y lo incorrecto.
El Hong Kong que muchos hongkoneses conocieron, durante la era colonial británica y durante un largo periodo después de la transferencia a China en 1997, no era una sociedad completamente democrática. Pero las personas podían disfrutar de un alto grado de libertad y libertad de expresión, ya que el estado de derecho y un poder judicial independiente podían proteger los derechos humanos y la libertad. Si bien la remuneración del trabajo periodístico generalmente no era tan buena como la de otras profesiones, la satisfacción y el reconocimiento público obtenidos al perseguir y contar la verdad no podían reemplazarse con dinero. Durante bastante tiempo, el rubro de los medios se volvió cada vez más difícil de operar a medida que el espacio para la libertad se ha iba reduciendo, pero aún hay muchos periodistas que se mantienen firmes y jóvenes y que siguen el camino periodístico.
En julio de 2020, entró en vigor la ley de seguridad nacional en Hong Kong, y el entorno para la libertad de expresión y de prensa se alteró completamente. Con la «línea roja» de poner en peligro la seguridad nacional y la sedición que acecha en el horizonte, el miedo y la ansiedad impregnan la comunidad. La autocensura se ha convertido en una parte de la vida y un «mal necesario» para periodistas y editores. Para los periodistas que creen en los principios básicos del periodismo y que insisten en buscar y contar la verdad, la autocensura es un mal, pero las opciones que tenemos son renunciar al periodismo o coexistir y maniobrar con ese «mal». Ambas opciones son igualmente difíciles; yo elegí la última.
Después del juicio oficial del caso Apple Daily que involucra al fundador del medio, Jimmy Lai Chi-ying, y a un grupo de exaltos funcionarios bajo la ley de seguridad nacional y la ley de sedición, una mañana a principios de enero, fui al Tribunal del distrito West Kowloon para observar el juicio. Durante el receso, me encontré con uno de los abogados que había participado en la defensa. Lo primero que me dijo fue: «¡Pensé que te habías ido (de Hong Kong)!». En los últimos dos años, de vez en cuando, podía encontrar internautas que preguntaban: «¿Estás en Hong Kong?» en el tablero de mensajes de mi canal de YouTube. En otra ocasión, cuando no apareció mi comentario en video, que normalmente se emite por las noches los días laborables, por agendas ocupadas y un viaje al extranjero, encontré un mensaje de un internauta que preguntaba: «No he visto el programa en los últimos días. ¡Te deseo paz!». Todos estos intercambios me provocan una tristeza inexplicable en el corazón.
No le pregunté a mi amigo abogado por qué pensaba que me había ido de Hong Kong ese día, pero creo que la razón era evidente y clara. Después de la promulgación de la ley de seguridad nacional, la libertad de prensa ha caído en picada, la voz de los medios independientes se ha debilitado aún más, muchos periodistas, independientemente de su edad y experiencia, han emigrado, algunos comentaristas políticos se han trasladado a lugares más seguros en el extranjero para continuar con sus comentarios, y quienes se han quedado en Hong Kong han optado por callar y guardar sus plumas, o han sido «silenciados». Salir de Hong Kong se ha convertido en la norma, y es una anomalía que se queden y continúan con trabajos periodísticos delicados.
Después de haber informado sobre Hong Kong durante casi 40 años como periodista, pensaba que tenía un mejor entendimiento del Hong Kong de ayer y su estado actual, así como una mejor capacidad para predecir su futuro. Sin embargo, los cambios que han tenido lugar en Hong Kong los últimos años, en cuanto al sistema político, el funcionamiento del Gobierno, la forma en que trabajan los funcionarios, el uso del poder y los contrapesos, así como los valores y principios básicos de la sociedad, se han vuelto irreconocibles e incomprensibles para muchos. Para citar un ejemplo, ¿que hayan aumentado significativamente las multas policiales por estacionamiento ilegal en los últimos años es un reflejo del «legalismo que gobierna en Hong Kong»? (El legalismo es una corriente de pensamiento adoptada en la dinastía Qin en la antigua China). ¿O es un reflejo de la crisis de déficit presupuestario del Gobierno? ¿O ambos son igualmente relevantes? Se ha convertido en un enigma. Nadie parece poder entender lo que está sucediendo con muchos acontecimientos diarios en Hong Kong. Después de la tremenda tormenta política, el conocimiento y la experiencia acumulados al observar los cambios pasados en Hong Kong parecen ya no ser aplicables a Hong Kong. ¿En qué podemos confiar para el análisis de noticias?
Además, la «línea roja» es difícil de entender y el riesgo es enorme. Cuando los periodistas intentan abordar temas políticamente sensibles, tienen delante más peligro que oportunidad. Después de casi 40 años en el periodismo he conocido a muchos periodistas que se unieron a la profesión en diferentes momentos. Son impulsados por un sentido de la justicia para hablar en nombre del pueblo, para descubrir y hablar en favor de la verdad contra la corriente. El entorno de libertad ha cambiado drásticamente, y la nueva norma es que el periodismo debe seguir la línea oficial y evitar «hacer ruido» que pueda desencadenar contratiempos que molesten a aquellos con poder. El riesgo de comentar ha aumentado. Las voces críticas pueden fácilmente herir la sensibilidad de quienes están en el poder, inducir los caprichos de los agentes de control de la estabilidad. Una vez que se identifican y se señalan, comienzan sus pesadillas. ¿Todavía hay espacio para el comentario de noticias? ¿Cómo es posible?
Hace dos años, mi colega y yo celebramos una conferencia de prensa para anunciar el cierre de Citizen News. Un periodista me preguntó si también dejaría de escribir. Antes de ese día, Apple Daily y Stand News habían cerrado respectivamente. Muchos comentaristas habían guardado sus plumas. Antes de la conferencia de prensa, había preparado cómo debía explicar la decisión de Citizen News, y no había pensado en mi propio futuro. Bajo la poderosa tormenta, Citizen News era como un bote con remos y no pudo sobrevivir. No podía imaginar si aún había espacio para que continuar con mi trabajo. En ese momento, mi mente estaba en blanco, y solo respondí con mi intuición que no sentía que mi carrera periodística hubiese llegado a su fin. Tras el cierre de Citizen News, mis comentarios de noticias en la plataforma se suspendieron, pero las noticias no esperarían. Cada día, aún hay muchas personas y eventos que se necesitan registrar y analizar por periodistas. Nunca he sobreestimado mi influencia personal y tengo pocas expectativas de cambiar la sociedad. Mi única creencia es que es mejor tener una voz más que una menos y que tener un periodista más es mejor que tener uno menos. Aún recuerdo las palabras que escribí en Citizen News hace unos años: «Anda tan lejos como puedas, anda todo lo que puedas».
La industria de los medios a menudo cita una famosa frase de C.P. Scott, destacado periodista del periódico británico The Guardian: «El comentario es libre, pero los hechos son sagrados». Louis Cha, fundador de Ming Pao Daily News, tradujo la cita al chino como: «評論自由,事實神聖». Las noticias se deben basar en hechos, pero los mismos hechos se pueden ver desde diferentes perspectivas. El mismo vaso de agua puede se puede interpretar como medio lleno o medio vacío; no hay un bien o mal en tener diferentes perspectivas.
Los hechos que se dan en las noticias no necesariamente son todo verdad. La responsabilidad de los periodistas es hacer todo lo posible por descubrir la verdad y los hechos, informar de manera veraz y honesta, y analizar los temas relacionados basados en los hechos al dar contexto para ayudar al público a comprender el asunto. Su deber también es señalar la importancia del problema y despertar la preocupación del público para que pueda expresar sus puntos de vista y abordar el problema. A través de la información y el análisis de noticias, los medios cumplen su función social al informar al público y analizar problemas con diferentes puntos de vista, seguir de cerca males sociales y disfunciones gubernamentales, y promover los derechos humanos, la libertad y el estado de derecho.
En la década de 1980, cuando comencé mi carrera en el periodismo, había «libertad» pero «no democracia» en Hong Kong. El espectro político que iba desde «izquierda, centro, derecha», las voces procomunistas y a favor de Taiwán coexistían pacíficamente en la sociedad. A medida que el dominio colonial se acercaba a sus últimos días, el ritmo de la liberalización y democratización se aceleraba, la sociedad civil maduraba y el sector de medios entraba en una edad dorada, los comentarios de noticias florecían con una diversidad de opiniones y muy pocos tabúes. Todavía existían «leyes draconianas» efectivas en la legislación, pero el Gobierno ejercía autocontrol, al igual que los medios. Fue una era maravillosa de libertad de prensa, que ahora ha desaparecido. La «ley draconiana» efectiva, que no se utilizaba antes, no significa que no exista o haya dejado de ser efectiva. Una vez activada, la «línea roja» de la sedición y la puesta en peligro de la seguridad nacional parece estar en todas partes, y a los periodistas les resulta difícil adaptarse.
La política trata sobre los asuntos de la gente. Las personas siempre tienen opiniones diferentes. Los conflictos naturalmente conducirán a controversias, y provocar controversias puede hacer que el Gobierno se sienta inseguro y que la sociedad sea vulnerable. Los funcionarios describen que Hong Kong está «avanzando de la estabilidad a la prosperidad», pero también temen el caos y están constantemente en alerta para evitarlo. En una sociedad abierta y libre, los conflictos y enfrentamientos son comunes, y es normal que los medios manejen informes de noticias y comentarios relacionados de acuerdo con estándares profesionales y valores periodísticos.
A raíz de la agitación política de 2019, las autoridades centrales de Pekín enfatizaron que Hong Kong ya no puede permitirse estar en el caos, y los defensores de China culparon a la sociedad de Hong Kong y a los medios por ser «demasiado libres», argumentaron que los medios amplificaban los conflictos e incluso algunos aceleraban la situación. Bajo la mentalidad de «prevención del caos» de la élite gobernante, el papel de los medios se ha vuelto aún más delicado. Mientras que la atmósfera de la sociedad parece calmada en la superficie, los nervios de los funcionarios están tensos; los periodistas enfrentan muchas cuestiones sensibles cada día. Antes, solo tenían que considerar el valor de la noticia, pero ahora tienen que calcular los riesgos políticos y las consecuencias una y otra vez, ya que los riesgos de informar sobre temas sensibles son mayores que antes, y los riesgos de hacer comentarios políticos son aún mayores.
Después de establecer «Comentarios de Chris Yeung» en YouTube hacia finales de marzo de 2023, me reuní con una exconsejera legislativa. Ella opinó que con el espacio cada vez más reducido para la expresión, ya no tenía sentido escribir comentarios políticos, ya que no se podía hablar con libertad. También hubo periodistas que sostuvieron que solo al salir de Hong Kong podrían escribir noticias y comentarios sin riesgo. Sus puntos de vista no son irracionales.
Tras los rápidos cambios en el entorno de los medios, muchos periodistas de diferentes generaciones enfrentan la elección de emigrar y abandonar la profesión o quedarse en Hong Kong y seguir en la profesión. Quienes deciden quedarse, quienes no quieren renunciar y quienes aún trabajan con noticias tienen sus propias consideraciones. Algunos periodistas están convencidos de que el papel y el valor de los periodistas no cambiarán debido al entorno adverso. Sin embargo, bajo el dilema de no poder evitar temas sensibles y no querer caer en la «línea roja», no tienen más opción que aceptar que la capacidad de hablar libremente, decir lo que desean y contar toda la verdad ya no puede darse por sentado. Dicho esto, todavía se adhieren al principio de honestidad y sinceridad en el periodismo con buena conciencia y sin mentir.