Este artículo es de David Feliba y se publicó originalmente en Climate Home News el 13 de febrero de 2024. Global Voices publica aquí una versión editada, en virtud de un acuerdo de colaboración mediática.
El nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, defensor del libre mercado, está generando un retroceso en la regulación ambiental, lo que pone en peligro bosques y glaciares. Milei, que calificó el cambio climático como una «mentira socialista», ha intentado flexibilizar las restricciones a la minería cerca de los glaciares y eliminar las protecciones para los bosques.
Pero estas acciones han provocado protestas, peticiones y cartas abiertas. Milei se vio obligado a retirar el proyecto de ley de reforma del libre mercado que las contenía, ya que quedó claro que no tendría los votos en la Cámara de Diputados de Argentina para aprobarlo en su totalidad.
Aunque fue elegido presidente en noviembre de 2023 con el 56% de los votos, el partido de Milei cuenta con una minoría parlamentaria (menos de un quinto en la Cámara de Diputados y menos de un décimo en el Senado), lo que dificulta mucho la aprobación de legislación, que depende de un gran bloque de independientes.
Milei aún no ha delineado el próximo paso para el proyecto de reforma. El Gobierno podría optar por volver a presentar la ley para otra votación en el Parlamento, incorporar aspectos del proyecto en un decreto ejecutivo o someterla a un referéndum popular.
Reducción de la burocracia
Después de décadas de predominio de gobiernos de izquierda en Argentina, Milei fue elegido con la promesa de recortar drásticamente el gasto gubernamental, enfrentar la hiperinflación e impulsar el crecimiento económico.
Lucas Ruiz, glaciólogo del Conicet, agencia científica del Gobierno argentino, explica que la agenda ambiental de Milei consiste en «relajar regulaciones o reducir el área protegida con el argumento de que van contra el desarrollo económico».
Enrique Viale, que encabeza la asociación argentina de abogados ambientales, dijo que Milei «es parte de una tendencia internacional que ve al ambientalismo como un enemigo». Milei ha elogiado a los expresidentes de extrema derecha Jair Bolsonaro en Brasil y Donald Trump en Estados Unidos
Aunque se comprometió a que Argentina permanezca en el acuerdo climático de Paris y mantenga su objetivo de cero emisiones netas para 2050, Milei rápidamente abolió el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, y propuso un proyecto de ley de reforma enorme y radical.
El proyecto de ley contiene cientos de artículos que involucran una amplia gama de industrias, desde el turismo y la vitivinicultura, hasta la minería y la agricultura. Pero los que más enojaron a los ambientalistas fueron el cese de restricciones a las actividades económicas en áreas de glaciares y de bosques.
Si bien algunos artículos del proyecto de ley recibieron apoyo de los legisladores, estos dos temas fueron los más controvertidos después de que científicos y asociaciones ambientales los rechazaron ampliamente.
Bosques y glaciares
Un artículo permitiría a los Gobiernos provinciales autorizar la deforestación en zonas donde actualmente está prohibida. También recortaría el presupuesto para enfrentar la deforestación ilegal y los incendios forestales.
Greenpeace estima que, con este cambio, cerca de cuatro quintos de los bosques del país quedarían sin protección legal. Hernán Giardini, activista forestal de Greenpeace, lo llamó «un serio retroceso en términos de legislación ambiental», que conduciría a un «aumento descontrolado» de la destrucción forestal.
Milei también propuso cambiar la definición legal de glaciares para que no se considere a los glaciares más pequeños y los que no se contabilizaron previamente en un registro oficial. Esto significa que no estarían protegidos legalmente de los mineros de oro, plata y cobre que han estado buscando yacimientos en los Andes.
Giardini dijo que la idea de que se pueda extraer mineral en los límites de los glaciares sin dañarlos es como «quitar la puerta del refrigerador y esperar que el congelador no se descongele». Argentina tiene casi 17 000 glaciares, que abarcan un área mayor que Trinidad y Tobago. Dan agua potable a las ciudades y ayudan a Argentina a adaptarse al cambio climático.
El glaciólogo Ruiz dijo que ayudan a mitigar los efectos de la sequía al dar agua. «El mayor riesgo que enfrentamos ahora [con la minería] es la contaminación de las propias zonas donde nacen muchos ríos».
El destino de estas medidas y del proyecto de reforma es incierto. Pero Giardini advierte que su aprobación sería «un retroceso vergonzoso». Dijo que las leyes que las reformas diluirían «llevaron muchos años de trabajo» y arruinarlas «significaría desechar esos arduos esfuerzos».