
Ilustración de Daniyar Mussirov. Utilizada con autorización.
Almas Kaisar y Nazerke Kurmangazinova escribieron este artículo para Vlast.kz. Global Voices publica una versión editada en virtud de un acuerdo de asociación de medios.
Las personas de etnia karakalpako que viven en Kazajistán se han convertido en blanco de detenciones y persuasiones luego de las protestas de julio del 2022 en Nukus, capital de la región autónoma de Karakalpakstán, al noroeste de Uzbekistán. El Gobierno de Uzbekistán exigió que se extraditara a los activistas detenidos en Kazajistán luego de acusarlos de «convocar a disturbios en masa» y de «atacar el orden constitucional».
Los activistas detenidos han publicado videos y pedidos en las redes sociales para pedir una investigación independiente sobre la violencia ocurrida a mediados de 2022. A pesar de que cinco de los detenidos estuvieron un año detenidos en Kazajistán, al final su extradición a Uzbekistán no sucedió. Incluso el Gobierno de Kazajistán rechazó las solicitudes de los involucrados para que se los considerara como refugiados políticos. Cuando se les concedió su libertad, algunos activistas intentaron conseguir asilo en el exterior, mientras otros permanecieron en Kazajistán.
Vlast se comunicó con los activistas karakalpakos en el extranjero y defensores de derechos humanos sobre sus pasadas búsquedas jurídicas y sobre lo que el futuro les aguardará.
Protestas y represión transnacional
Según la Constitución de Uzbekistán, la región de Karakalpakistán es una república soberana con instituciones, emblemas e idioma propios. Las enmiendas propuestas a la Constitución en 2022 eran una amenaza para la condición jurídica de Karakalpakistán, lo que culminó en protestas populares en Nukus que se reprimieron con violencia en julio de ese mismo año.
El activista y periodista Dauletmurat Tazhimuratov ha sido uno de los primeros en expresarse contra las enmiendas constitucionales, y lo han señalado como impulsor de los disturbios. A Tazhimuratov lo detuvieron en julio del 2022 y en enero de 2023 lo condenaron a una pena de 16 años de prisión, junto a otros.
Este es video de YouTube trata sobre las protestas en Nukus en julio de 2022.
Luego de reprimir las protestas en Karakalpakistán, las autoridades uzbekas callaron las voces de los activistas en otros países, como en Kazajistán. Los activistas enfrentaron nuevos acusaciones penales en Uzbekistán, donde sus autoridades habían pedida la extradición.
Akylbek Muratov, la última persona arrestada en Kazajistán por pedido de Uzbekistán, es un activista por los derechos humanos y líder extraoficial de Karakalpakos en el extranjero. Lo detuvieron el 15 de febrero, y hasta el momento está en un centro de detención preventiva en Almaty a la espera de la resolución de la comisión sobre su pedido de un asilo político en Kazakstán. Uzbekistán acusa a Muratov de «convocar a disturbios en masa» y de «distribuir información que amenaza al orden público».
Luego de los disturbios en Karakalpakistán, la Policía de Almaty citó a Muratov, a quien representantes del Comité de Seguridad Nacional de Kazajistán y autoridades de Uzbekistán interrogaron y exigieron que dejara de difundir mensajes de video. En septiembre de 2022, se arrestó a cinco activistas karakalpakos en Kazajistán: Koshkarbay Toremuratov, Zhangeldy Zhaksymbetov, Ziuar Mirmanbetova, Tleubike Yuldasheva y Raisa.

Akylbek Muratov en una reunión en el Consulado de Uzbekistán en julio de 2022. Es una fotografía de su archivo personal. Utilizada con autorización.
Con el fin de que las interrogaciones y detenciones captaran atención, Muratov se comunicó con organizaciones de derechos humanos internacionales y locales. «Luego de la detención en Koshkarbay, no podía quedarme de brazos cruzados. Empecé a expresarme. Deténganme, si lo desean, pero no me quedaré callado», afirmó Muratov en 2022. Lo detuvieron tras la liberación de cinco activistas karakalpakosque pasaron un año en centros de detención preventiva. El 23 de febrero, se le dio a Muratov un certificado temporal para solicitar asilo en Kazajistán.
La tortura en Uzbekistán
Koshkarbay Toremuratov, oriundo de Karakalpakistán, decidió mudarse a Kazajistán en 2006, pero volvió a su país natal en 2014. En la frontera, los policías karakalpakos locales junto a servicios especiales de Uzbekistán detuvieron a Toremuratov acusado de «cruzar ilegalmente la frontera».
Toremuratov estuvo seis meses en un centro de detención preventiva donde se lo torturó por dos semanas. Con golpes y heridas permanentes, lo transfirieron a una prisión. Toremuratov obtuvo su libertad y retornó a Kazajistán donde comenzó su canal de YouTube en 2019 para expresarse sobre los conflictos en Karakalpakistán y publicar videos desde allí. Cuando Toremuratov publicó un video de una pequeña protesta de activistas políticos en 2020, el grupo diplomático de Uzbekistán advirtió a los activistas que «se moderaran» y que, en cambio, elogiaran las reformas del presidente Mirziyoyev.
«Cuando me arrestaron en 2022, me mencionaron este video», afirmó Toremuratov, y lo acusaron de «tomar control del orden constitucional de Uzbekistán» y de «distribuir información que amenaza al orden público».
En su tiempo detenido, Toremuratov escribió una solicitud para recibir asilo político en Kazajistán. En 2023, la comisión rechazó esa solicitud. Cuando consiguió su libertad en septiembre de 2023, Toremuratov viajó a Polonia para participar en la Conferencia de Dimensión Humana de Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). Luego del congreso, Toremuratov fue a Austria donde solicitó asilo político. Sin embargo, el 29 de febrero, deportaron a Toremuratov de vuelta a Polonia dado que el «Protocolo de Dublín» de la Unión Europea establece que las personas deben solicitar asilo en el primer país europeo al que ingresan. Hoy en día, Toremuratov tiene la intención de solicitar asilo político en Polonia.

Koshkarbay Toremuratov (izquierda) y Akylbek Muratov (derecha). Es una fotografía del archivo personal de Muratov. Utilizada con autorización.
Ziuar Mirmambetova, de 47 años, es una de los activistas karakalpaka en el extranjero detenidas por orden de Uzbekistán. Mirmambetova llegó a Kazajistán en 2000, aunque recién logró conseguir un permiso de residencia en 2012. Cuando decidió ir a Karakalpakistán para celebrar el Día de la Lengua Karakalpaka en 2019, la arrestaron junto a otro activista, Yerman Eskendirov.
Mirmambetova afirmó que «me interrogaron pero han torturado a Eskendirov que logró sobrevivir apenas. Logré llevarlo a Almaty». En octubre de 2021, detuvieron a Mirmambetova cuando volvía a Uzbekistán y recordó que «me retuvieron hasta el 5 de enero de 2022. No hubo alguna sentencia judicial ni cargos. Solo me arrestaron por ser activista y me dejaron en libertad cuando ya no tenía signos de tortura en mi cuerpo». Mirmambetova no se mostró en las redes sociales por varios meses, pero las propuestas enmiendas constitucionales hicieron que retomara su activismo.
Mirmambetova dijo que «Tuvimos una conferencia en mayo en Almaty. Dos meses después, en julio, las personas en Nukus protestaron y se nos culpa a nosotros de la revuelta». En octubre de 2022, detuvieron a Mirmambetova en el restaurante donde trabajaba ya que la acusaron de «coartar el orden constitucional de Uzbekistán». Mirmambetova consiguió su libertad después de estar detenida doce meses. Han rechazado su petición para recibir asilo político, junto a otros. Hoy en día, Mirmambetova tiene intenciones de presentar otra petición.
Un futuro incierto e inseguro
Yevgeniy Zhovtis, director de la Organización Internacional de Kazajistán por los Derechos Humanos, afirmó que existe un conflicto político y diplomático sobre la cuestión de asilo político. Zhovtis exclamó que «Kazajistán no está dispuesto a brindar asilo por evidentes razones políticas: No quiere comprometer sus relaciones con los países vecinos. Sin embargo, dadas las críticas del exterior, Kazajistán no los quiere extraditar. Por lo tanto, se detiene a los activistas mientras se evalúa extradición por un año».
Leila Nazgul Seiitbek, abogada de Libertad para Eurasia, organización benéfica que también trabaja con los solicitantes de asilo de Asia Central, dijo que Kazajistán debería hacer más.
«Entendemos los motivos políticos detrás de esa conducta, pero existen obligaciones internacionales que el país debe cumplir. Esto también impacta en la imagen internacional de Kazajistán», dijo Seiitbek a Vlast. Además del caso de Toremuratov, Libertad para Eurasia ayuda al activista Nauryzbay Menlibayev a que reciba su condición de refugiado.
Menlibayev viajó a Polonia en 2022 para asistir a una conferencia por los derechos humanos y permaneció allí por motivos de seguridad. Siguió el ejemplo de Toremuratov y solicitó asilo en Austria, deportaron a Menlibayev de vuelta a Polonia el 8 de enero. Su caso espera una resolución de la Corte Europea de los Derechos Humanos.
Según Zhovtis, a las personas de Asia Central se les dificulta conseguir condición de refugiados en Europa. El ingreso más reciente de refugiados de Ucrania, Rusia y otros países afecta esta situación, y también la expansión de movimientos nacionalistas y conservadores.