«Cambio en las reglas de juego»: Estación de radio keniana revive lengua indígena en peligro

Alex Kisioi sintonizando Sogoot FM y sentado bajo un árbol, a metros de un centro Mariashoni, municipio de Molo Nakuru. Fotografía de Minority Africa, usada con autorización.

Esta historia se publicó originalmente en Minority Africa. Una versión editada se publica en Global Voices como parte del acuerdo de la colaboración para compartir contenidos.

Sobresaliendo del complejo forestal Mau, en un zona boscosa de aproximadamente 210 kilómetros (130 millas) al oeste de Nairobi, Kenia, hay una torre de acero de más de 18 metros (60 pies) con una luz de aviación en la cima. Más cerca, una valla de madera unida a una malla de alambre separa el complejo de Sogoot 97.1 FM de las casas vecinas.

Los ogiek (también conocidos como okiek y akiek) son comunidades de cazadores-recolectores dispersas que viven en el sur de Kenia y el norte de Tanzania. Muchos son bilingües y hablan las lenguas de los pueblos vecinos, como el masái del norte de Tanzania y el kikuyu de Kenia.

La estación de radio comunitaria Sogoot, que en ogiek significa «hojas», emite en ogiek desde las 06:00 horas hasta las 23:00 horas diariamente, para educar y orientar a miles de ogieks en un radio de 30 kilómetros (19 millas) de la estación.

«Sogoot FM ha cambiado las reglas del juego para nosotros», dice Stephen Lele, encargado de la estación y miembro fundador de Sogoot FM. Añadió que «en donde vivimos, no hemos escuchado ninguna estación de radio que emita en nuestra lengua. Nuestros programas se centran en todo lo que tiene que ver con la humanidad, desde cultura, salud, educación, liderazgo y gobernabilidad, conservación, sociedad y empoderamiento económico».

Según el Atlas Mundial de Lenguas de la UNESCO, más de 6700 lenguas son indígenas y están en grave peligro de extinción. Únicamente en África, cientos de lenguas están muriendo o se consideran ya «muertas». En Kenia, el ogiek es uno de ocho idiomas keniatas que enfrenta la extinción.

En 2019, el Censo de Población y Vivienda de Kenia (KPHC, por su nombre en inglés) dice que hay más de 52 696 ogieks en Kenia. Los ogieks, conocidos por ser apicultores, cazadores y recolectores, afirman que han sido apartados en muchos asuntos de desarrollo por su condición de minoría.

Zonas que rodea la estación de radio en Mariashoni. Fotografía de Minority Africa, usada con autorización.

Stephen Moitalel Njala, abuelo y anciano de la comunidad, dice que la aflicción de los ogieks comenzó cuando el Servicio Forestal de Kenia (KFS, por su nombre en inglés), desalojó su terreno ancestral del complejo Mau en octubre de 2009.

Njala describe el desalojo como una violación de los derechos humanos de la comunidad, que tiene efectos adversos en la economía, la sociedad y la política. Enfatizó que: «Nuestra cultura e idioma no pueden prosperar si se nos priva de nuestros derechos y libertades fundamentales. Carecemos de representación en el municipio y en asambleas nacionales, así como en el Gobierno nacional y municipal».

«Como comunidad, nuestra cultura e idioma están en cuidados intensivos», dijo Njele. «Estamos haciendo lo que podemos para resucitarlo. Aunque nos topamos con numerosos retos técnicos con la estación, nos orgullece tener nuestra estación de radio Sogoot FM, que colabora con los ancianos para promocionar nuestra lengua y cultura».

Wendo Nabea, un lingüista histórico y experto en comunicación de la Universidad Laikipia en Kenia, dice que la falta de práctica, el bilingüismo, la migración rural-urbana, y las calamidades naturales juegan un papel importante en poner en peligro a lenguas de todo el planeta:

«Reconocemos la diversidad de culturas, reconocemos que algunas tienen más influencia que otras. En concreto, la gente joven a menudo depende de estas culturas para sobrevivir, lo que lleva a un síndrome de dependencia que, al final, debilita lenguas y culturas existentes».

Erick Kinya Muriuki, funcionario cultural en el condado de Nakuru, subrayó que las dificultades de idioma del país tienen raíces históricas en la era colonial. En esa época, los kenianos tenían prohibido hablar sus lenguas en presencia de los amos colonos. Esto marcó el principio del declive de las lenguas indígenas o locales en Kenia.

El encargado de la estación Sogoot FM, Stephen Lele, en directo. Fotografía de Minority Africa, usada con autorización.

«Después de la independencia, tendríamos que habernos liberado de la mentalidad colonial, pero nunca sucedió», mencionó Muriuki. «El inglés se convirtió en el idioma de enseñanza, se puso de moda y se nos olvidó salvaguardar nuestras lenguas locales».

Aunque la modernización y el avance tecnológico deberían usarse para salvar idiomas en peligro, Nabea piensa que, en realidad, sirven como plataforma para defender a las más populares:

La mayoría de padres en Kenia se enorgullecen de que sus hijos se comuniquen en inglés, que es un idioma oficial, y degradan la lengua nacional, el suajili, y otras lenguas nativas».

Muriuki dijo que se están llevando a cabo medidas para volver a traer lenguas y culturas borradas por medio de creación y promulgación de políticas de conocimiento indígena, que están en una fase avanzada.

Algunas de estas políticas salvaguardarán los idiomas indígenas y «cuidan todo lo que la cultura ha dado por hecho», dijo. «No todo está perdido; tenemos recursos y programas listos; también animamos a padres y tutores a permitir y motivar a los niños a que participen en actividades extraescolares como música, festivales de teatro, canciones y danzas folklóricas para guardar nuestra cultura y lenguas».

Para Lele, Sogoot FM es una forma de asegurar que los ogieks tengan una voz y que todos los miembros de la comunidad se informen, instruyan y entretengan en su dialecto local: «Cuando te quitan el derecho como comunidad, no tienes ni voz ni voto; no puedes ni siquiera elegir a tus líderes. Nuestra lengua termina por disminuir y morir de manera automática».

Gracias al apoyo de la comunidad dirigida por los ancianos, la estación ha continuado emitiendo en ogiek desde que se fundó en 2019.

Varias veces, la comunidad se ha unido para recaudar fondos para comprar instrumentos o dispositivos para la estación. En 2018, pudieron construir una moderna sala de transmisión, que incluye una sala de prensa, oficina y estudio. Los miembros de la comunidad ayudan a jóvenes presentadores a crear contenido con conocimiento sobre la vida tradicional y encuentros para promocionar la escucha.

«Aún hay mucho que hacer, sobre todo en sensibilizar a las comunidades para que, de manera activa y holística, participen en asegurar que los grupos vulnerables de la sociedad puedan usar los múltiples sistemas que necesitan para proteger sus derechos» dijo Eunice Chepkemoi, técnica de género y juventud del Programa de Desarrollo del Pueblo Ogiek (OPDP, por su nombre. inglés), organización de derechos humanos que promociona, protege y defiende los derechos de las personas indígenas en Kenia.

La OPDP tiene financiación del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo de (PNUD) y de la Unión Europea, e intenta aumentar la conexión en relaciones sociales y laborales entre la comunidad ogiek y sus vecinos, agentes gubernamentales e instituciones de derechos humanos, para así mejorar el acceso a la justicia e incrementar el conocimiento de los retos que grupos desfavorecidos en Kenia enfrentan.

«Como organización, la OPDP, a través del apoyo de otros colaboradores, involucramos a los jóvenes para documentar nuestra cultura e idioma para la posteridad», Chepkemoi dijo. «Hemos publicado un libro sobre la comunidad ogiek, hemos grabado canciones y estamos creando una Biblia escrita en ogiek», añadió.

Leon Ruto, joven estudiante ogiek de Derecho que ni entiende su cultura ni habla su idioma, opina que hablar en una lengua extranjera, como inglés, no implica que alguien sea instruido. Quienes hablan en lengua vernácula/local no deberían percibirse como inferiores.

«Todos deberían estar orgullosos de sus lenguas locales; cada idioma puede llevar el peso de tu experiencia», dijo.

Mientras sigue el debate, académicos como el catedrático Nabea insisten que cuando damos la espalda a la conservación de una cultura y lengua, nos arriesgamos a que la Historia nos juzgue de severamente.

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