Instantánea del Movimiento Girasol de Taiwán diez años después

Imagen del Movimiento Girasol de 2014 en Taiwán, extraída de Wikipedia, utilizada bajo licencia CC BY 2.0

Entre marzo y abril de 2014, Taiwán vivió una protesta juvenil sin precedentes, denominada Movimiento Girasol, que transformó la política local y las relaciones con la República Popular China. Sin embargo, ¿cuál es su legado diez años después, cuando las relaciones entre ambos países siguen siendo una fuente de tensiones?

Para desentrañar el movimiento que ocupó las instituciones gubernamentales como respuesta a la propuesta de una mayor integración económica con China, Global Voices entrevistó a Brian Hioe, periodista y activista que vive en Taipéi, capital de Taiwán. Además, fue uno de los fundadores de la iniciativa izquierdista y bilingüe New Bloom Magazine, publicación en línea que informa sobre activismo, política y cultura juvenil en el país. Esa publicación se fundó en 2014 a raíz del Movimiento Girasol. Los activistas que mantienen este proyecto también se encargan de DAYBREAK, espacio comunitario para charlas, mesas redondas y otros encuentros en el distrito Wanhua, Taipéi.

La entrevista fue por correo electrónico y se editó por cuestiones de estilo y brevedad, tras reuniones periódicas en el Café Comunitario Daybreak de New Bloom, en Taipéi.

Filip Noubel (FN): ¿Puede describir su participación en el Movimiento Girasol y qué le impulsó a unirse en 2014? 

Brian Hioe (BH) I was a ground-level participant in the Sunflower Movement, as one of the many students who were part of the movement. I was part of the charge to the legislature on the first night, on March 18th, 2014, though I was not one of the first wave of students that initially kicked off the occupation, as well as later events such as the attempted occupation of Taiwan’s executive branch of government that took place on the night of March 23th, 2014. I was just someone who charged when told to, or who drifted in between the different groups that were all part of the occupation. It was only in the wake of the movement that New Bloom was founded and I became known as a journalist.

In many ways, I became drawn into the movement because those around me were. Most of my participation was with a student activist group at National Yang Ming University, the Meaningful Society, a number of members of which became among the founders of New Bloom later on. Though I wasn’t actually a student at that university, this was my friend group, and so I became drawn into the movement with them.

This reflects how the movement was a generational moment, in attracting young people who saw the movement as a moment in which Taiwan’s fate was on the line. This was probably true of myself, though as with many others, it was suddenly being thrust into an unexpected set of political circumstances. As I grew up in New York before returning to Taiwan, I had more experience of large-scale social movements than many others, however, having participated in Occupy Wall Street in 2011.

Brian Hioe (BH): Fui participante de base del Movimiento Girasol, entre los muchos estudiantes que integraron este movimiento. Participé en la primera noche, el 18 de marzo de 2014, en las cargas contra la Asamblea Nacional, aunque no estuve en la primera oleada de estudiantes que inició la ocupación, ni tampoco en los acontecimientos posteriores, como el intento de ocupación del Yuan Ejecutivo (poder ejecutivo de Taiwán) la noche del 23 de marzo de 2014. Yo solo era alguien que cargaba cuando se le pedía, o que se movía entre los diversos grupos que participaban en la ocupación. A raíz del movimiento, se fundó New Bloom y me di a conocer como periodista.

De muchas maneras, me atrajo el movimiento porque mi entorno también participó. Estuve sobre todo en un grupo activista estudiantil de la Universidad Nacional Yang Ming, llamado Meaningful Society, y algunos de sus miembros fundaron luego New Bloom. Aunque no estudiaba en esa universidad, era mi círculo de amigos, por lo que me uní al movimiento.

Esto refleja cómo el movimiento fue un momento generacional, pues atrajo a jóvenes que veían el movimiento como el momento en el que el destino de Taiwán estaba en juego. Es probable que yo mismo lo viera así, aunque como muchos otros, de repente me vi involucrado en una serie de circunstancias políticas inesperadas. Crecí en Nueva York, y al regresar a Taiwán tenía más experiencia que muchos en movimientos sociales a gran escala, ya que había participado en la Toma de Wall Street en 2011.

FN: ¿Cuáles diría que fueron sus principales logros por aquel entonces?

BH: The movement was successful in stopping the Cross-Strait Services in Trade Agreement (CSSTA) that the then ruling Kuomintang (KMT) party's Ma Ying-jeou administration intended to pass, even if it is true that the CSSTA has resurfaced as a political idea a decade later. To this extent, the political administration of Tsai Ing-wen of the Democratic Progressive Party (DPP) is sometimes seen as riding into power on the basis of momentum after the movement in 2016. There were also a number of third parties that emerged in the wake of the movement, as part of attempts to develop political alternatives to both the DPP and KMT alike, including the New Power Party, Social Democratic Party, and others.

Yet I think the most significant achievements of the movement are not narrowly electoral. In particular, the movement shifted the social verdict on young people. While young people were previously derided as a soft and weak “strawberry generation,” unlike their boomer parents, after the movement, views of young people shifted to see them as willing to take risks for what they believed in. This led to a wave of young people running for office or taking up roles in politics and social activism. As such, Taiwanese young people have increasingly been able to shape our political destiny since the movement.

BH: El movimiento consiguió detener el Acuerdo Comercial de Servicios a través del Estrecho de Taiwán (CSSTA, por su nombre en inglés), que pretendía aprobar la administración de Ma Ying-jeou, del entonces gobernante partido nacionalista chino Kuomintang (KMT), aunque es cierto que el CSSTA ha resurgido como idea política diez años después. En este sentido, en ocasiones se considera que la administración política de Tsai Ing-wen, del Partido Progresista Democrático (PPD), llegó al poder aprovechando el impulso generado tras el movimiento de 2016. También surgieron una serie de terceros partidos a raíz del movimiento, como parte de los intentos de desarrollar alternativas políticas tanto al Partido Progresista Democrático como al Kuomintang, entre los que se incluyen el Partido del Nuevo Poder, el Partido Socialdemócrata y algunos otros.

Sin embargo, creo que los logros más significativos del movimiento no son puramente electorales. En concreto, logró cambiar el juicio social sobre los jóvenes. Mientras que antes se ridiculizaba a los jóvenes con calificativos de «generación de cristal», blandos y débiles, a diferencia de sus padres de la generación nacida después de la Segunda Guerra Mundial, después del movimiento las opiniones sobre los jóvenes cambiaron, y se empezó a verlos como personas dispuestas a asumir riesgos por aquello en lo que creían. Esto provocó una oleada de jóvenes que se presentaron a las elecciones o asumieron cargos en la política y el activismo social. Así pues, desde el movimiento, los jóvenes taiwaneses pueden cada vez más determinar nuestro destino político.

FN: ¿Cuál es su legado diez años después? ¿Se movilizan políticamente los jóvenes taiwaneses? De ser así, ¿cuáles son los motores del interés político o la participación en 2024?

BH: While the movement had a powerful impact on Millenials, Gen Z may not be as politically engaged, as the success of former Taipei mayor Ko Wen-je and his Taiwan People’s Party attests to, they may perhaps vote for China-friendly political actors.

In particular, the next generation has come of age with the DPP having held political power for all of their adult life. By contrast, there may not be a sense of threat from the KMT, which has been unable to win presidential elections for the last decade. Similarly, while Millennials such as myself may remember a time before the political and economic rise of China, members of Gen Z may not.

As the incumbent, the DPP is seeing blowback over its failure to address longstanding issues of socioeconomic inequality in Taiwan during its eight years in office. This may be what has led to members of Gen Z supporting Ko or other politicians that seem to represent anti-establishment alternatives, even if the KMT continues to struggle with outreach to young people. Still, just as those of us of the Sunflower Generation were previously politically derided by our elders as a “strawberry generation”, I don’t think it does for Millenials to deride members of Gen Z either. The political stances of Ko or other political actors are likely to be thrown into sharp relief in the
future, just as many participants in the Sunflower Movement themselves were disillusioned former supporters of Ma Ying-jeou.

BH: Aunque el movimiento tuvo un gran impacto en los milénicos, puede que la generación Z no esté tan comprometida políticamente, como demuestra el éxito del exalcade de Taipéi Ko Wen-je al frente del Partido Popular de Taiwán, que tal vez vote por actores políticos afines a China.

En particular, la nueva generación ha alcanzado la mayoría de edad con el Partido Progresista Democrático, que ha tenido el poder político durante toda su vida adulta. Por el contrario, es posible que no exista una sensación de amenaza por parte del Kuomintang, que no ha conseguido ganar elecciones presidenciales en los últimos diez años. De igual modo, mientras los milénicos como yo recordamos una época anterior al auge político y económico de China, es posible que los miembros de la generación Z no la recuerden.

Como partido gobernante, el Partido Progresista Democrático está teniendo un retroceso por no haber abordado los problemas de desigualdad socioeconómica existentes en Taiwán en los ocho años que lleva en el poder. Es posible que esto haya llevado a la generación Z a apoyar a Ko (candidato del Partido Popular de Taiwán), así como a otros políticos que parecen representar alternativas antisistema, en un momento en el que el Kuomintang sigue teniendo dificultades para llegar a los jóvenes. Sin embargo, al igual que a los miembros de la generación del girasol  nos ridiculizaron políticamente nuestros mayores, que nos calificaron de «generación de cristal», no creo que a los  milénicos tampoco les corresponda ridiculizar a los miembros de la generación Z. Es probable que las posturas políticas de Ko u otros actores políticos se vean cuestionadas en el futuro, de la misma manera que muchos de los participantes en el Movimiento Girasol fueron expartidarios se desilusionaron de Ma Ying-jeou.

FN: Usted ha creado un excelente recurso en línea sobre la historia del movimiento. ¿Cómo le gustaría que se utilizara?

BH: The Daybreak Project was conceived at a moment in which the Sunflower Movement seemed to have flown under the radar of the international world–despite that it represents a generation in Taiwan expressing their views of what they hoped Taiwan’s relation with China should be. There was more coverage of the disappearance of Malaysian Airlines Flight 370 the month that the movement occurred, for example.

As such, the Daybreak Project intended to serve as “thick description” for the movement, in showing its breadth and the diversity of perspectives in the movement. This is why I interviewed around a hundred participants to make an oral history archive, ranging from key movement leaders to regular participants, which is in itself still only a narrow slice of the movement.

Likewise, I organized a timeline of the movement, map of the occupation site, translations of key documents, and tried to sum up the political context, to provide an explainer for the movement. Furthermore, I organized the artwork in the occupation space to create a dictionary of terms frequently used in the movement, to show how youth activism came to comprise something of a subculture in Taiwan in those years–activism was something that was “cool” among young people.

I hope the movement can be a resource for those seeking to learn about the movement, as well as about this generation of Taiwanese young people and what their outlook on the world is. In this sense, I hope it can be a useful document for future research into the movement, or for activists in the region and beyond to perhaps draw on, use as a resource, or to take inspiration from.

BH: El Daybreak Project se concibió en un momento en el que el Movimiento Girasol parecía haber pasado desapercibido para el panorama internacional, a pesar de representar a una generación de Taiwán que expresaba su opinión sobre cómo esperaba que fuera la relación de su país con China. En el mes en que ocurrió el movimiento, por ejemplo, se informó más de la desaparición del vuelo 370 de Malaysian Airlines.

El Daybreak Project pretendía servir de «descripción detallada» del movimiento, mostró su amplitud y la diversidad de perspectivas. Por este motivo, entrevisté a unos cien participantes para crear un archivo de historia oral, que incluía desde los principales líderes del movimiento hasta los participantes comunes y corrientes, lo que es una pequeña parte del movimiento.

Igualmente, preparé una cronología del movimiento, un mapa del lugar de la ocupación, traducciones de documentos clave e intenté resumir el contexto político para ofrecer una explicación del movimiento. Además, organicé las obras de arte en el espacio de la ocupación para crear un diccionario de términos de uso frecuente en el movimiento, para mostrar cómo el activismo juvenil llegó a convertirse en una especie de subcultura en Taiwán en aquellos años: el activismo era algo «de moda» entre los jóvenes.

Espero que sirva de recurso para quienes deseen conocer el movimiento, y para esta generación de jóvenes taiwaneses y su forma de ver el mundo. En este sentido, espero que pueda ser un documento útil para futuras investigaciones sobre el movimiento, o para que los activistas de la región y de otros lugares puedan inspirarse en este o tomarlo como recurso.

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