Azerbaiyán y Armenia, dos vecinos rivales acérrimos, están tratando de alcanzar un acuerdo que podría poner fin de una vez a 30 años de una situación no resuelta. Incluso después de dos guerras, una operación militar y un cruento reavivamiento del conflicto, ambos países siguen negociando. El eje central de las negociaciones es un acuerdo bilateral propuesto por Azerbaiyán en mayo de 2022. La propuesta consta de cinco puntos: reconocer mutuamente la integridad territorial, no realizar reclamos territoriales, abstenerse de realizar amenazas, demarcar la frontera y abrir las vías de transporte.
Ambos países han participado en negociaciones y incontables reuniones con mediación de representantes internacionales desde la segunda guerra del Alto Karabaj en 2020, con el objetivo de alcanzar un acuerdo bilateral definitivo y resolver los desacuerdos que persisten entre las partes.
Pero el progreso no ha sido significativo, a pesar de las numerosas declaraciones y expresiones de buena voluntad. Además de la falta de confianza y la frialdad en las relaciones entre ambos países, que son muy profundas, hay desigualdad en la dinámica de poder entre los dos partes: las autoridades de Bakú tienen el control en la mesa de negociaciones y no temen imponer su propio programa o su discurso agresivo. Por consiguiente, el estancamiento actual deja los prospectos de paz en eso, un mero prospecto.
Mientras tanto, la geopolítica regional también va cambiando. Al sentirse abandonada por Rusia, Armenia se inclina por mejorar sus relaciones con Occidente. Por otro lado, Azerbaiyán se concentra en buscar presuntas redes de espías dirigidas por países occidentales en su territorio, y en cambio se apoya en sus lazos con Turquía y Rusia.
Las últimas noticias sobre las negociaciones
El punto de fricción de las negociaciones gira en torno a la demarcación y delimitación fronterizas. En el caso de Armenia y Azerbaiyán, el tema siempre ha sido bastante problemático. La frontera actual entre estos países “se delimitó desde lo cartográfico en mapas soviéticos. Como frontera interna, nunca se hizo una demarcación física, y en muchas zonas, la línea de control fronterizo no se ajusta a la frontera legal. Durante los últimos 30 años, las inmejorables posiciones geográficas que tomaron ambas partes se “fronterizaron”, esencialmente por la construcción de infraestructura defensiva y fortificaciones”, explicó Laurence Broers, experto en la región e investigador especializado en Rusia y Eurasia que integra el Instituto Real de Asuntos Internacionales Chatham House.
El centro de la cuestión son las distintas exigencias de ambos lados. Azerbaiyán reclama ocho pueblos y enclaves que han estado bajo el control de Armenia desde la primera guerra de Karabaj a principios de la década de 1990. Armenia exige que Azerbaiyán retire sus tropas de los territorios ocupados entre mayo de 2021 y septiembre de 2022.
En una entrevista de enero de 2024 a periodistas azerbaiyanos, el presidente Ilham Aliyev dijo:
The villages that are not enclaves, the four villages should be returned to Azerbaijan without any preconditions. For the villages that are enclaves, a separate expert group should be established and this issue should be discussed. We believe that all enclaves should be returned. The roads leading to these enclaves should have the necessary conditions and the people living there should be accommodated in these enclaves. So, this is our position. We cannot understand Armenia's position.
Los pueblos que no son enclaves, esos cuatro pueblos, deberían restituirse a Azerbaiyán sin ninguna condición. Para los que son enclaves, debería crearse un grupo de expertos aparte y debería tratarse el tema. Creemos que todos los enclaves deben devolverse. Las rutas que llevan hacia allá deberían tener las condiciones necesarias y sus habitantes deberían permanecer ahí. En fin, esa es nuestra postura. No podemos entender la postura de Armenia.
Dos comisiones delimitadoras de fronteras que se han reunido desde 2022 están discutiendo la delimitación fronteriza. Luego de la reunión de marzo de 2024, Azerbaiyán una vez más exigió que Armenia le devuelva los cuatro pueblos de inmediato y sin condiciones.
Ese mismo mes, el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, indicó que las autoridades de Ereván aceptarían el pedido de devolución de cuatro pueblos. El 18 de marzo, Pashinyan repitió su buena predisposición y dijo que la devolución de los cuatro pueblos evitaría otra guerra, en especial porque muchas veces, los azerbaiyanos insinuaron que habría una intervención militar si Armenia no les entregaba esos pueblos.
Cambios en la situación
Mientras tanto, Armenia está cada vez más cerca de distanciarse de Rusia y de profundizar sus lazos con Estados Unidos.
El 12 marzo, el Parlamento Europeo aprobó una resolución “sobre el fortalecimiento de las relaciones entre la Unión Europea y Armenia, y la necesidad de un acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán”.
Con más de 500 votos a favor, cuatro en contra y 32 abstenciones; la resolución “reconoce y da la bienvenida” al “deseo de Armenia de mejorar y priorizar las relaciones con la Unión Europea”, y llama a esta asociación entre Armenia y la Unión Europea un “paso lógico para alinearse con la decisión de Armenia a favor de la democracia, del imperio de la ley, de la lucha contra la corrupción y el respeto por el orden según las reglas internacionales”.
La resolución se dio luego de que Armenia expresó sus intenciones explícitas de postular como candidata a la Unión Europea y del anuncio de una agenda de colaboración que hizo el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell en febrero de 2024.
Armenia decidió frenar su participación como miembro de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) dirigida por Rusia en febrero de 2024, después del cruento reavivamiento de la guerra entre Azerbaiyán y Armenia. Se informó que mataron al menos a cuatro soldados armenios y que hirieron a uno en el primer incidente fatal del 13 de febrero de 2024, desde la ofensiva militar de septiembre de 2023.
Por otro lado, Azerbaiyán se apoya en Turquía y Rusia. En enero de 2024, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa emitió 76 votos a favor y 10 en contra de negar las credenciales de la delegación de Azerbaiyán para la Asamblea. Las credenciales de la delegación no fueron ratificadas porque el país no cumplió los “compromisos más importantes” derivados de su condición de miembro del Consejo de Europa en enero de 2022, en la inauguración de la sesión plenaria invernal de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.
Azerbaiyán también insiste en que las negociaciones por un acuerdo definitivo entre los dos países es un asunto que se debe arreglar entre Armenia y Azerbaiyán, que son los que deben arreglarlos, en vez de involucrar a mediadores internacionales. El presidente Ilham Aliyev redobló esta apuesta en febrero de 2024 luego de asegurarse la victoria en la elección presidencial anticipada del 7 de febrero. En su discurso de victoria dijo: “El proceso de normalización entre Armenia y Azerbaiyán debería retirarse de la agenda internacional, porque quienes no tienen otra cosa que hacer quieren intervenir en el asunto. ¿Por qué no se retiran y se ocupan de sus problemas?”.
Azerbaiyán también criticó la misión de la Unión Europea dispuesta en la frontera Armenia-Azerbaiyana por «crear protección militar y de inteligencia para los armenios”. La decisión de emplazar una misión se tomó un mes después de que Azerbaiyán lanzó una ofensiva en Armenia en 2022.
La zona de Nagorno Karabaj ha estado bajo el control de población de etnia armenia como un Estado autoproclamado desde la guerra entablada a principio de la década de 1990, que terminó con un alto al fuego y la victoria militar armenia en 1994. Tras esa primera guerra, se estableció de facto una nueva república de Nagorno Karabaj, sin reconocimiento internacional. Fuerzas armenias ocuparon siete regiones contiguas. Como resultado de esa guerra “más de un millón de personas se vieron obligadas a dejar sus hogares: azerbaiyanos huyeron de Armenia, de Nagorno Karabaj y de los territorios adyacentes, mientras que armenios dejaron sus hogares en Azerbaiyán”, según la ONG International Crisis Group.
La tensión no desapareció en las siguientes décadas, lo que culminó en la segunda guerra del Alto Karabaj en 2020 y la operación militar de septiembre de 2023. Esta guerra allanó el camino para que Azerbaiyán recuperara el control total sobre Karabaj. Sin embargo, a pesar de las garantías de que se protegería y preservarían los derechos de los armenios de Karabaj, 104 000 armenios karabajíes huyeron luego de la ofensiva de septiembre de 2023, según la información más reciente.
Bajo estas circunstancias, “lo que preocupa es que no se firme el acuerdo de paz hasta que Azerbaiyán consiga lo que quiere en el sur de Armenia”, según Tom de Waal, experimentado investigador del Centro Carnagie Europe especializado en Europa Oriental y el Cáucaso. Dada la desigualdad en la relación de poder, aún no se sabe si los dos países resolverán la compleja discusión fronteriza y conseguirán cambiar la dinámica geopolítica.