
Eunice Ruto llega desde su casa a la aldea Morop/Wesley Langat. Foto de The Colonist Report Africa, utilizada con autorización.
Esta historia es de Wesley Langat y se publicó originalmente en The Colonist Report Africa. Global Voices reproduce una versión editada como parte de un acuerdo para compartir contenido.
Es una tarde calurosa y ventosa en Mogotio, en el gran valle del Rift, Kenia, cerca del ecuador. Caminando por una calle empedrada de la aldea Morop, el viento aúlla y levanta polvo del suelo árido y seco, y crea una nube blanca en el cielo.
La calle conduce a la casa de Justine Kiogor, de 40 años, padre de seis hijos, trabajador informal en una granja vecina. Como los postes de electricidad están a lo largo del camino, se podría asumir que en la zona hay electricidad.
Kiogor acaba de regresar del río, a donde llevó a sus vacas. A pesar de la cercanía de los cables transmisores de electricidad, su casa no está conectada a la red desde hace más de 2o años. Vimos a Kiogor enviar a su hijo a la casa vecina a buscar su teléfono, que dejó allí para cargarlo con energía solar.
«No puedo conectarme a la red eléctrica porque el costo es muy alto, y tampoco tengo energía solar como alternativa», nos dijo. Como resultado, lleva su teléfono a la casa del vecino para cargarlo.
Utiliza su teléfono móvil para conectarse con clientes y para organizar tareas relacionadas con su trabajo. En algunos casos, también lo usa para hacer transacciones, como enviar dinero a su esposa a casa, a través de una aplicación en su móvil.
Pero si el vecino de Kiogor no está, tendrá que ir hasta el centro comercial, a dos kilómetros de distancia, a cargar su teléfono.

Cables de transmisión eléctrica cercanos a la casa de Eunice Ruto en la aldea de Moop/Wesley Langat. Foto de The Colonist Report Africa, utilizada con autorización.
La historia de Kiogor es similar a la de 840 millones de personas alrededor del mundo que no tienen acceso acceso a la electricidad porque no tienen los medios económicos para instalar un sistema solar como complemento de la electricidad. De acuerdo con Naciones Unidas, alrededor de 570 millones de esas personas viven en África Subsahariana.
Mayor demanda de suministro eléctrico
En el mismo vecindario de Kiogor vive Eunice Ruto, madre de cinco hijos que cultiva frijoles, sorgo y maíz. En 2019 a través de un crédito adquirió un panel solar Sunking para su casa, por el que paga una cuota diaria de 20 chelines (0,15 dólares). Tomó esta difícil decisión porque tenía problemas para cargar su teléfono, por lo que perdía oportunidades de negocio para su granja.
«Antes de tener este panel solar, mi teléfono se apagaba y los clientes que querían comprar mis productos de granja no podían encontrarme», nos dijo.
La constante baja batería del teléfono de Ruto se volvió un problema que causó una reducción de sus ingresos, por las oportunidades perdidas. Con la energía solar, Ruto puede mantener una conexión constante con sus clientes y recibe pedidos de mercadería a tiempo.
Si bien un pequeño porcentaje de las casas están conectadas a la red eléctrica, la mayoría no puede pagar los costos de mantenimiento de la conexión. Como resultado, la compra de pequeñas lámparas solares portátiles es una opción habitual en los habitantes rurales.
Ruto ya no se preocupa por conectar su casa a la red eléctrica, porque su sistema de energía solar no solo ilumina la casa, también sirve para enchufar aparatos electrónicos, como teléfonos o televisores.
«Los políticos han hecho numerosas promesas de conectar nuestras casas a la red eléctrica a un precio accesible, pero esas promesas aún no se han cumplido. Pero a mí ya no me importa», dice Ruto.
Para las comunidades rurales fuera de la red eléctrica, la energía solar ha probado ser una fuente de energía muy confiable y prometedora. Por ejemplo, la energía solar permite a Ruto utilizar la mayor parte de las horas nocturnas para los quehaceres del hogar y para ayudar a sus hijos en las tareas escolares.
El objetivo de desarrollo sostenible de Kenia 7 es acelerar la transformación del país a una nación de ingresos medios en rápida industrialización para 2030. El Informe de Seguimiento SDG 7 de 2023 proyecta que para 2030, alrededor de 660 millones de personas, principalmente en África Subsahariana, aún no tendrán acceso a al energía.
Josephine Tonon, dueña de un pequeño negocio que también vive en Morop, ya ha conectado su casa y su negocio a la red eléctrica. Sin embargo, el alto costo del servicio, cuyo mínimo es de 15 000 chelines (114 dólares), hace que elija una lámpara solar. También tiene una lámpara portátil que utiliza durante los cortes de suministro eléctrico.
Tonon agrega que desde que usa energía solar, que cuesta 20 chelines (0,15 dólares) por día, ha ahorrado hasta 200 chelines (1,50 dólares) por semana.

Josephine Tonon muestra cómo funciona una lámpara solar portátil en su negocio, en la aldea Morop. Foto de The Colonist Report Africa, utilizada con autorización.
Iniciativa gubernamental
El programa Last Mile Connectivity Programme, iniciativa que el Gobierno presentó en 2015, busca dar acceso a la electricidad en zonas rurales y suburbanas a un costo asequible. De acuerdo con Kenya Power, las tres fases iniciales dieron como resultado que más del 75% de la población haya tenido acceso a la electricidad, frente al 29% de 2012.
Kenia es uno de los países africanos que ya ha adoptado fuentes de energías renovables como la solar, la eólica y la geotérmica.
Stephen Nzioka, director adjunto de energías renovables del Ministerio de Energía y Petróleo de Kenia, ha confirmado el potencial del país para generar energías renovables. Nzioka reveló que su ministerio ha localizado 20 nuevos sitios destinados a establecer estaciones de energías renovables.
«El potencial es inmenso: el 93% de lo que consumimos de electricidad en nuestro país proviene de fuentes de energías renovables», dijo.
Nzioka destacó que las emisiones de gases de efecto invernadero han disminuido a medida que el Gobierno gradualmente retira del servicio los generadores de combustibles fósiles y reemplaza las estaciones que utilizan diésel por fuentes de energías renovables.
Agrega Nzioka que el 78% de la superficie terrestre de Kenia no tiene una red eléctrica cercana. «Si tenemos pequeñas redes que abastecen zonas que no están cubiertas, se podrán establecer industrias en zonas marginales. Entonces, estamos utilizando energías renovables, especialmente la solar, para alcanzar el acceso universal a la electricidad en 2030. Ese es nuestro plan como ministerio».
«Una vez que desarrollemos una minirred, tendremos negocios como soldaduras, talleres y otros alrededor de ese lugar», dijo el ministro a The Colonist Report Africa.
De acuerdo con Nzioka, el Gobierno ha priorizado la promoción y el uso de energías renovables principalmente para lograr el acceso universal a la electricidad en 2030.
La segunda fase del Last Mile Connectivity Project, llevada a cabo en Kenia entre 2016 y 2022, logró dar acceso a la electricidad a 1.6 millones de personas en zonas rurales, de acuerdo con el Reporte de Finalización de Proyecto publicado por el Banco Africano de Desarrollo el 11 de agosto de 2023.
La Evaluación de Impacto del Banco Africano de Desarrollo también muestra un aumento del 83% del acceso a la electricidad. El Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo y el Gobierno de Kenia han dado financiamiento al Last Mile Connectivity Project.
¿Se ha incrementado el uso de energía solar en Kenia?
Andrew Amadi, director ejecutivo de la Asociación de Energía Renovable de Kenia (KEREA, por su nombre en inglés), reconoce que el aumento en el uso de energía solar en África se debe a su precio asequible. «Hoy en día, la mayor ventaja que tienen las energías renovables es el costo. Una vez que se abona el costo inicial, se puede seguir usando mientras se paga el resto durante un cierto período».
Amadi señala la enorme importancia que tiene el desarrollo de tecnologías de energías renovables para beneficiar a los más vulnerables, y de este modo combatir la pobreza con uso productivo de la energía en zonas sin electricidad.