Este artículo de Bojana Radié lo publicó originalmente el Centro de Investigación Posconflicto en Balkan Diskurs y en la primera edición de MIR Magazine. MIR, que significa «paz» en bosnio, se publica cada año y es un espacio para jóvenes creativos. Global Voices publica una versión editada en virtud de una colaboración de contenidos.
Sevdalinka (también conocida como sevdah) es una expresión musical folclórica de Bosnia Herzegovina que proviene de la palabra arábica sawda que significa bilis negra, uno de los cuatro «humores» corporales que se cree que determinan el estado melancólico.
En bosnio, sevdah adquirió el significado de anhelo y de amor ferviente y triste. No se puede determinar el periodo exacto de su origen, pero se supone que fue creada luego de la conquista otomana de la Bosnia medieval, cuando surgieron los primeros asentamientos urbanos. Mientras se instalaban, los otomanos trajeron determinadas tradiciones musicales y melodías representativas, particularmente de Asia Menor. Esas melodías forman parte de un sistema de modos melódicos llamado maqam y tienen características propias que los habitantes de la península balcánica adaptaron a sus emociones mediante el canto. Principalmente, sevdalinka es un canto urbano popular de los bosnios, pero también es conocido en todo el sureste de Europa.
Musicalmente, sevdalinka se caracteriza por mantener un tempo suave y lento, y por ser rico en armonía, lo que produce melancolía en el oyente. Son canciones con estructuras complejas, llenas de emociones y que tradicionalmente se interpretan con toda pasión y alma. Como cualquier otra forma de arte, la música característica de esta zona tiene sus reglas, historia y futuro, y muchos intérpretes prefieren modernizar las versiones antiguas al añadir su impronta en las presentaciones.
«El sevdah es un género maravilloso que combina poesía y música de manera increíble. Lo veo como un nuevo abanico de posibilidades», revela Damir Imamović, músico bosnio intérprete de música tradicional y cantautor de sevdalinka.
Imamović ha formado parte de varios conjuntos musicales y fundó la banda Damir Imamović Sevdah Takht en 2012. También escribe sus canciones y dice que nada más que la inexplicable belleza de una letra o melodía lo llevará a grabar una canción. Damir escribió el tema Pjevat ćemo šta nam srce zna (Cantaremos lo que sabe nuestro corazón), interpretado por Amira Medunjanin. El álbum «Cantante de cuentos» recibió el premio al Mejor de Europa luego de haber encabezado la lista de Transglobal durante meses, y estuvo en el sexto lugar de los cien mejores álbumes del mundo. La Asociación Alemana de Críticos Discográficos lo declaró el mejor en la categoría de música tradicional.
Cuando se habla de lo mejor en el mundo del sevdalinka, es imposible no nombrar a Biljana Krstić de Serbia. Luego de dedicarse al pop, en 2001 fundó la banda Bistrik con la que promueve el patrimonio etnomusicológico. Hasta ahora, la banda lanzó cuatro álbumes: Bistrik, Zapisi, Tarpoš y Izvorište.
Tarpoš apareció en la sección «Los mejores del mundo» de la revista británica de música mundial Songlines, y ganó el premio «Bravos» de la revista francesa TRAD’Mag a la letra del mes.
Además de otros premios, Biljana Krstić y Bistrik recibieron el premio «Vitez srpske muzike» («Caballero de la música serbia») en 2009, y en 2015 Krstić y Miki Stanojević ganaron el Gran Premio por la música de la canción de la película «Branio sam mladu Bosnu» (traducción literal: Defendí a la joven Bosnia; traducción oficial: El hombre que defendió a Gavrilo Princip).
Krstić expresa:
Those songs of distant ancestors both make me happy and heal me at the same time. When I just remember how much time I spent with old music and audio recordings, with archive and field recordings… I listened to them God knows how many times, analyzed them, and learned to sing them. The source of traditional texts is always clear and strong. Those beautiful songs strike directly into the heart and flood the banks of all your senses. You feel as if time has been suspended, which is complemented by immense satisfaction and joy.
Aquellas canciones de los ancestros lejanos me hacen feliz, y a la vez me curan. Cuando recuerdo cuánto tiempo pasé con la música antigua y las grabaciones de audio… las escuché Dios sabe cuántas veces, las analicé y aprendí a cantarlas. La fuente de las letras tradicionales siempre es clara y sólida. Aquellas hermosas canciones te llegan directo al corazón e inundan las orillas de tus sentidos. Sientes como si el tiempo se detuviera, lo que genera una inmensa satisfacción y disfrute.
Para Vera Josifovska-Miloševska de Macedonia, la música tradicional también vive y respira. Vera es vocalista de Ljubojna, una de las bandas más destacadas y representativas de la música tradicional que se formó en 2001, y en 2005 grabó su álbum debut Parite se otepuvačka (El dinero trae muerte, proverbio macedonio y obra de teatro).
En 2012, Vera Miloševska fue elegida entre los doce mejores vocalistas de la península balcánica para participar en el proyecto del Consejo de Cooperación Regional «Las mujeres de los Balcanes«.
«El amor es lo que me conecta con la música. A través de mi canto, esas melodías locales adquieren progresión y expresión», dice Miloševska.
Entre los últimos intérpretes de música tradicional, cabe destacar al grupo étnico Kazan de Zagreb, formado en 2012, y que en 2018 lanzó su álbum debut Ružo. La cantante Dunja Bahtijarević considera importante que la música tradicional se reinterprete en un marco contemporáneo.
Although there are different approaches, I think that traditional music is preserved by putting it in a contemporary context through adaptation and reinterpretation. At the beginning, I didn’t even know where my desire for exploring traditional music came from. At first, the songs were just beautiful to me, and then I discovered the opportunity of marrying something very authentic in myself and something very universal, or even modern, in those songs. All the songs survived because people have found themselves in them.
A pesar de que existen distintos puntos de vista, creo que la música tradicional se preserva si se la sitúa en un contexto contemporáneo mediante la adaptación y la reinterpretación. Al principio, ni siquiera sabía de dónde venía mi deseo de estudiarla. Al comienzo, las canciones solo me parecían hermosas y luego descubrí la oportunidad de vincular algo muy auténtico en mí con algo muy universal o incluso moderno en aquellas canciones. Las canciones sobrevivieron porque las personas se identifican (con esas canciones).
Para Bahtijarević y otros artistas, lo que más inspira es el tiempo y el camino que han recorrido las canciones desde su creación hasta su forma actual.
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