En tiempos en que las normas diplomáticas tradicionales enfrentan dificultades, Taiwán y Somalilandia, dos Estados de facto no reconocidos por Naciones Unidas ni la mayoría de los países, son los pioneros de una manera única de abordar las relaciones internacionales. Por medio de la diplomacia entre pueblos, sortean la complejidad del no reconocimiento y forjan conexiones significativas que trascienden los límites convencionales del Estado.
La Convención de Viena de 1961 establece un marco exhaustivo para iniciar, sustentar y concluir relaciones diplomáticas, sustentado en un consentimiento mutuo entre los Estados soberanos. Por lo general, la diplomacia internacional se desenvuelve en agendas significativas, con países que se adhieren para establecer protocolos diplomáticos que enfaticen las interacciones entre Estados. Sin embargo, escenarios singulares surgen cuando entidades como Somalilandia y Taiwán, que operan bajo el manto del no reconocimiento internacional, se involucran en la diplomacia. Taiwán fue miembro fundador de Naciones Unidas en 1945 bajo el nombre de República de China, que cambió a República Popular China con la Resolución 2758 de Naciones Unidas. Cabe mencionar que esta resolución no dice nada acerca de que Taiwán no pueda unirse a Naciones Unidas con un nombre diferente. En la actualidad mantiene relaciones diplomáticas plenas con 12 países. De la misma forma, luego de una unión fallida con el sur de Somalia, antigua colonia italiana que comenzó el 1 de julio de 1960, Somalilandia, exprotectorado británico, declaró su independencia de la República de Somalia el 18 de mayo de 1991.
Taiwán y Somalilandia tienen una importancia estratégica que está llevando a las mayores potencias globales a una nueva competencia de guerra fría. La compañía Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) es vital para la economía global por su papel dominante en la fabricación de semiconductores, hecho que se destacó durante la pandemia de COVID-19 cuando las interrupciones en el suministro de chips impactó a industrias en todo el mundo. De manera similar, el puerto de Berbera de Somalilandia, propiedad mayoritaria de DP World con sede en Emiratos Árabes Unidos, y perspectivas del reciente memorando de entendimiento con Etiopía, está surgiendo como un punto principal por su estratégica ubicación y su potencial de servir como un centro marítimo y militar, lo que supone una complicación a la antigua dominación de Yibuti en el Cuerno de África.
La importancia geoestratégica de Yibuti ha estado vinculada históricamente con su proximidad al estrecho de Bab el-Mandab, vital punto de congestión marítimo por el que pasan más de 20 000 embarcaciones por año. En 2023, el estrecho tuvo el 12% del tráfico marítimo global, entre los que se cuentan un 75% de exportaciones europeas. Para comercializar entre el norte de Europa y Asia, la ruta alternativa es un desvío de 6500 km alrededor del cabo de Buena Esperanza. Su ubicación lo ha convertido en un nexo de presencia militar internacional, alberga bases de Estados Unidos, China, Francia, Japón, Alemania, España, Italia y Arabia Saudita. Los montos sustanciales que pagaron Estados Unidos y China por sus bases evidencian el valor estratégico del lugar.
Sin embargo, el puerto de Berbera está bien ubicado para hacer frente a esta dominación. Ofrece una alternativa estratégica a Yibuti, particularmente en cuanto se alinea con potencias regionales como Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, con capacidad de cambiar el dominio de la región a su favor. La competencia por tener influencia en Somalilandia y el Cuerno de África refleja rivalidades globales más grandes. De un lado están las naciones occidentales lideradas por Estados Unidos y Reino Unido, junto a aliados como Taiwán y Emiratos Árabes Unidos, que tiene una base militar y una oficina de representación en Somalilandia. Del otro lado están las naciones BRICS, y Rusia, que recientemente restableció su presencia en Eritrea, y China, que trabaja junto a socios regionales como Etiopía y Somalia a pesar de que Estados Unidos anunció nuevas bases militares en cinco ciudades somalíes. Por lo tanto, Somalilandia se alza como un potencial centro de competencia global, en el que las alianzas e intereses estratégicos podrían redefinir el balance del poder en la región.
De tal forma, Taiwán y Somalilandia están obligados a innovar dentro del sector de relaciones internacionales, fomentar los compromisos más sutiles y centrados en las personas por sobre los vínculos diplomáticos formales. Este enfoque se ve con la fundación de oficinas de representación: la Oficina de Representación en Taiwán en Hargeisa el 17 de agosto de 2020 y la Oficina de Representación de Somalilandia en Taipéi el 9 de septiembre de 2020. Estas oficinas funcionan bajo una nomenclatura que, de manera estratégica, evita el término «embajada» para evitar complicaciones en relación con el reconocimiento internacional.
Diplomacia entre pueblos: Navegar la terminología y el compromiso
Los vínculos entre Somalilandia y Taiwán se ejemplifican con un modelo único de compromiso internacional que se manifiesta de forma clara con la fundación de la Oficina de Representación de Taiwán en Hargeisa y la Oficina de Representación de Somalilandia en Taipéi. Estas entidades se establecieron de manera oficial luego de un acuerdo importante firmado por los ministros de Relaciones Exteriores de ambas regiones el 26 de febrero de 2020 en Taipéi. Este hecho fue un momento crucial en los panoramas diplomáticos de estos lugares mientras recorrían el complejo terreno de las políticas internacionales sin un reconocimiento formal como Estado.
Al evitar el término convencional de «embajadas» y «relaciones diplomáticas formales», usar oficinas de representación y términos como «vínculos» o «relaciones altamente oficiales» significa una estrategia y un enfoque precavido a la diplomacia. El éxito del modelo Taiwán-Somalilandia en la diplomacia moderna se está haciendo cada vez más evidente. En agosto de 2021, un año después de establecer la Oficina de Representación de Taiwán en la República de Somalilandia en Hargeisa, Taiwán lo replicó cuando abrió la Oficina de Representación taiwanesa en Vilna, Lituania. En particular, se evitó una vez más la designación formal de República de China y se usó Oficina Representativa de Taiwán, en la línea de lo que algunos académicos llama “lógica estratégica de la taiwanización”. Este concepto destaca cómo la identidad nacional ascendente de Taiwán sirve como una respuesta estratégica a la destreza militar creciente de China. Esta nomenclatura respeta las sensibilidades delicadas relacionadas con su reconocimiento internacional, y también enfatiza un compromiso para fomentar conexiones fundadas en las personas y no los marcos tradicionales de diplomacia entre estados.
Potenciar estabilidad y valores compartidos
Somalilandia y Taiwán, cada con diferentes panoramas internacionales, aprovechan sus sistemas políticos distintivos y valores democráticos compartidos para reforzar su posición internacional. La «democracia pastoral» de Somalilandia que mezcla la gobernabilidad tradicional fundada en clanes con procesos democráticos modernos, ofrece un modelo de estabilidad y gobernabilidad participativa. Este sistema, detallado en los estudios de académicos como Ioan Lewis y Abdi Ismail Samatar, destaca cómo esas estructuras de gobernabilidad están en contrastes marcados a los más centralizados, y en general, tumultuosos panoramas políticos típicos del Cuerno de África.
De esta misma manera, Taiwán se presenta como el referente de la democracia progresiva en Asia oriental. Su entusiasta sociedad civil y sus exitosos procesos democráticos, institucionalizados desde su separación de China continental en 1949, sirven de modelo para gobernabilidades participativas alrededor del mundo. Esta resiliencia democrática es aún más evidente en los esfuerzos constantes de Taiwán para fortalecer su presencia y relaciones internacionales, como se evidenció con la fundación de la Oficina de Representación de Taiwán en Hargeisa el 26 de febrero de 2020.
Abordar desafíos diplomáticos formales con iniciativas socioculturales y comercio en las relaciones entre Somalilandia y Taiwán
Desde que se iniciaron los vínculos formales en febrero de 2020, Taiwán y Somalilandia han desarrollado su asociación a través de programas relevantes de educación, agricultura y tecnología, además de intercambios culturales. Esta cooperación, caracterizada por maniobras impactantes y de desarrollo más que solo políticas, comenzó con el establecimiento de oficinas de representación en Taipéi y Hargeisa.
En 2021, Taiwán presentó becas de estudio para Somalilandia en campos importantes como ingeniería, salud y agricultura para fomentar relaciones fundamentales entre futuros líderes y comunidades. Ese mismo año, Taiwán apoyó el sector agrícola de Somalilandia cuando estableció una granja modelo a 45 km de Hargeisa para introducir tecnologías y prácticas avanzadas destinadas a mejorar la producción y calidad de la agricultura local.
En marzo de 2021, también se reforzaron colaboraciones tecnológicas, cuando ambas regiones firmaron un acuerdo integral de cooperación en tecnología de la información para mejorar la digitalización del Gobierno de Somalilandia, que incluía el entrenamiento para personal local y mejora de sistemas de Internet para las iniciativas de gobierno electrónico.
Además, el 31 de julio de 2023, Taiwán y Somalilandia firmaron un «Memorando de entendimiento sobre el fortalecimiento de las relaciones empresariales y comerciales» destinado a fomentar intercambios bilaterales y explorar oportunidades en comercio, inversión, minería y recursos petroleros, por la abundancia de recursos naturales de Somalilandia, entre los que están los minerales, el ganado y la pesca marina.
Rol estratégico de los ministros de Relaciones Exteriores en la diplomacia entre Taiwán y Somalilandia
En el complejo ámbito de la diplomacia internacional entre Taiwán y Somalilandia, el papel fundamental de los signatarios no presidenciales, en especial los ministros de Relaciones Exteriores, es crucial. Esta estrategia se hizo notoria el 26 de febrero de 2020, cuando los ministros de Relaciones Exteriores de Taiwán y Somalilandia, Joseph Wu y Yasin Haji Mohamoud, respectivamente, firmaron en Taipéi el acuerdo para establecer oficinas de representación en Taipéi y Hargeisa.
Al utilizar funcionarios de alto nivel que no son líderes nacionales, ambas entidades mitigan de manera efectiva las repercusiones potenciales de otros países y entidades internacionales. Esta capa deliberada y estratégica de la diplomacia está orientada a construir relaciones duraderas y mantener un perfil bajo para evitar controversias que pudieran atraer atención negativa o provocar represalias.