
Imagen de Arzu Geybullayeva
Hace años, una de las primeras cosas que noté cuando probé el té turco por primera vez fue lo amargo que era. Ahora, que llevo 20 años viviendo en Turquía, siempre pregunto dos cosas cuando pido té aquí; si está recién hecho y si pueden aligerarlo. Si no, el sabor es demasiado amargo para mí. En Azerbaiyán, el té es brillante y ligero; las hojas también son mucho más grandes. Es más, toda la cultura del té es muy diferente, desde la preparación hasta el servicio.
La hora del té en Azerbaiyán
En Azerbaiyán, el proceso comienza con agua hirviente. Una vez hervida, se enjuaga la tetera de cerámica con agua recién hervida. A continuación, vienen las hojas del té, la cantidad depende de cuántas raciones se vayan a preparar. Se echa en la tetera una cucharada generosa de hojas de té (o más, según el número de invitados). El siguiente paso es añadir el agua recién hervida y dejar la tetera a fuego lento en la cocina.
La magia está en no pasarse del punto de ebullición, y para eso hay que revisar regularmente la tetera. El té estará listo cuando todas las hojas empiecen a flotar en la superficie.
Luego, el té recién hecho se vierte en un vaso especial para té (dependiendo en qué tan intenso les guste a los invitados) y se llena con té hasta la mitad. El resto del vaso se rellena con agua hervida. Pero en Azerbaiyán, rara vez tomamos solamente té, a menudo se acompaña de algún dulce, desde frutos secos a golosinas. Una mesa de té más sofisticada (çay desti) incluye varias mermeladas (las cerezas blancas son las mejores), frutos secos, terrones de azúcar y limón.
En Azerbaiyán, el único momento en que se añade azúcar al té es normalmente durante el desayuno. El resto de las veces, si hay que utilizar terrones de azúcar, hay que seguir estos pasos: se toma un terrón de azúcar, se pone en la lengua y luego se toma un sorbo de té recién hecho. Deja que el azúcar se derrita mientras sigues sorbiendo tu té.
Ahora que vivo en Turquía, siempre que tengo invitados en la tarde intento tener al menos lo básico: algunos dulces, frutos secos y por supuesto rodajas de limón. Nos encanta una rodaja de limón en el té o un poco de tomillo (kəklikotu).
Cuando era pequeña, mi forma favorita de beber té era con mermelada o con una rodaja de limón y un terrón de azúcar. Poníamos un terrón de azúcar sobre una rodaja de limón, le dábamos un mordisco, mezclábamos lo dulce con lo ácido para luego tomarnos un sorbo de té.
La cultura turca del té
En Turquía, la cultura del té y la técnica de preparación son muy diferentes. Para empezar, no suele haber aperitivos ni acompañamientos, los vasos son más pequeños cuando se sirven de la manera tradicional (aunque para ser justos, muchos lugares sirven el té en vasos de todas formas y tamaños), el té es mucho más oscuro y amargo, y se añaden los terrones de azúcar al vaso antes de beberlos. El azúcar es imprescindible en el té turco, quizá para quitarle el amargor.
Por supuesto, hoy en día existen hojas de té alternativas. Turquía ha avanzado mucho en la diversificación de su producción de té y en la oferta de una selección más amplia. Pero en la mayoría de los lugares la gente sigue prefiriendo el tradicional té negro.
A menudo pido a mis amigos que visitan Azerbaiyán que me traigan té de casa porque la diferencia es enorme.