¿Qué hizo Claudia Sheinbaum para llegar a ser la nueva presidente de México?

Montaje de una imagen de Claudia Sheinbaum con los colores de la bandera de México. Foto de Wikimedia Commons bajo licencia CC BY 2.0

El domingo 2 de junio, México eligió a Claudia Sheinbaum Pardo como la primera presidenta de México con una coalición de partidos de izquierda que habían seguido la línea política del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). El proyecto de la Cuarta Transformación (4T) capitalizó la imagen de AMLO, por lo que su sucesor tendría que brillar por su propia cuenta.

¿Qué es lo que podía hacer Claudia Sheinbaum para salir de la sombra del hombre que marcó un antes y después en la política mexicana?

Una capital más verde

En 2018, Claudia Sheinbaum se convirtió en la primera gobernadora de la Ciudad de México (CDMX). Conocía los problemas de la ciudad de 9 millones de habitantes y planificó una estrategia directa y visible para la contaminación, transporte público y la inseguridad.

La posición soberanista de AMLO le llevaría a defender el sector energético mexicano y la defensa del petróleo mexicano, donde la narrativa fue que AMLO no estaba de acuerdo con la transición energética. Aunque las grandes centrales de energía solar en el estado de Sonora y Baja California contradecían aquella narrativa, aun así, esto generaría fricciones con la administración Biden, porque no se adecuaba a sus objetivos ambientales.

El legado de Sheinbaum en la capital es «Ciudad Solar«: la central de energía solar que tiene como fin ser la más grande del mundo dentro de una ciudad, con paneles solares sobre los techos del mercado más concurrido de CDMX, la Central de Abastos. El programa “Sembrando Parques”, renovará los parques y espacios públicos, generando nuevos pulmones para combatir el cambio climático y al mismo tiempo, estimularía la convivencia entre los capitalinos. Estas medidas fortalecerán su posición como una defensora del medio ambiente.

Y por el otro lado, aumentarían los sueldos de los policías, crearon planes de acción y respuesta rápida contra los feminicidios, lo que hizo notar a Sheinbaum como una feminista, se le dotó a la policía con una mayor autonomía para iniciar investigaciones por su propia cuenta, lo cual agilizó la respuesta de la policía en la persecución delictiva.

Ciudad de México tenía un fuerte problema de transporte. En el sistema de metro y Metrobús, que eran los más utilizados por la ciudadanía, el deterioro de las unidades era muy visible por más presupuesto que se destinase a su mantenimiento. Los accidentes en las líneas de metro se convirtieron en una realidad. La solución de Sheinbaum fue un teleférico. El Cablebús cruzaría la ciudad reduciendo el uso del metro y el Metrobús. Así mismo la Línea 3 del Metrobús sería la primera línea de transporte público con cero emisiones de gas invernadero.

Sin embargo, los detractores de Sheinbaum la etiquetaron como una marioneta de AMLO. Claudia Sheinbaum reconoció durante su cierre de campaña en Yucatán la continuación del proyecto 4T que había resultado ganador en 2018, y que había sido refrendado durante las elecciones de 2021, 2022 y 2023. Se convertiría en un suicidio político no continuarlo, más eso no significaba que no implementaría nuevas propuestas.

Asegurar la lealtad del partido

El acercamiento de Claudia Sheinbaum con los gobernadores morenistas que arribaron al poder después de los comicios del 2021, 2022 y 2023 le permitieron afianzar aún más su posición con las bases del partido. Por lo que en la elección interna de MORENA en septiembre del 2023 Sheinbaum arrasó todas las encuestas particulares y dejó por detrás al excanciller Marcelo Ebrard, quien hasta 2020 era considerado el sucesor de AMLO por conseguir las vacunas durante la pandemia del COVID-19 y salvar al expresidente Evo Morales de la crísis política en Bolivia en 2019.

Marcelo Ebrard había declarado que “No nos someteremos a esa señora”, impugnará el resultado de las encuestas internas del partido, al mismo tiempo que amenazaba con irse de MORENA hacia el partido neoliberal Movimiento Ciudadano (MC). Al final no lo hizo y permaneció en MORENA.

Afianzar sectores populares y conseguir las clases medias

Sheinbaum no inició su campaña desde cero, heredaba un capital político considerable por las obras que AMLO realizó y la fortaleza del peso mexicano tenía un efecto político positivo en la mente del mexicano. Obras como el Tren Maya, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y el Tren interoceánico en Oaxaca fueron obras de infraestructura visibles, y los aumentos salariales concretaron una sólida base de apoyo al proyecto de la 4T.

Ahora, a Sheinbaum faltaba atraer el voto de todos aquellos que ya no se sentían representados por AMLO, las críticas a actitudes de la clase media eran parte habitual del discurso del presidente. Por lo que se consideraba que existía una desconfianza de los clasemedieros, de los universitarios y de los profesionistas respecto al proyecto de la 4T.

El discurso de AMLO era sencillo y coloquial, estaba diseñado para las grandes bases sociales del país: trabajadores, obreros y jornaleros. Para la clase media, el discurso de AMLO era…simplón. Poderoso en las bases, pero sin substancia para un sector que había sido tachado de ser “aspiracionista”, clasista y racista.

Sheinbaum como investigadora de la Universidad Autónoma de México (UNAM) supo cómo llegar con los sectores estudiantiles. Su discurso era un discurso más complejo, más burocrático. Por supuesto, no olvidaría a las bases sociales que le dieron la victoria a AMLO. Afianzadas las bases sociales, Sheinbaum buscó ganar a las clases medias.

La candidata opositora y senadora de derechas por parte del Partido Acción Nacional (PAN), Xóchitl Gálvez Ruíz, no había logrado seducir a las bases morenistas. Los insultos que sufrieron la gente sureña, así como sus detractores siendo calificados como «huevones» y «pendejos» o ser muy “güey” (tonto) por no conseguir un patrimonio a los 60 años, repelieron el voto de grandes sectores del pueblo.

Irónicamente, Gálvez al tratar de adoptar una imagen como la de AMLO, le hizo perder la confianza del voto opositor. Las clases medias no sentían simpatía por un discurso denigrante, lleno de prejuicios y bajo nivel argumentativo. La incapacidad de la candidata para responder ante el plagio de su tesis o pronunciar su discurso sin un teleprompter, le mostraron al estudiante, profesionista y empresario, que Xóchitl no era la respuesta.

Sheinbaum aprovechó este quiebre dentro de la oposición invitando a sumarse a su proyecto a distintos cuadros que se encontraban decepcionados con el proceso interno opositor. 

Durante la campaña se realizaron tres debates, y Sheinbaum solo tenía que mantener la compostura. La mayoría de las encuestas la daban como ganadora, así que, adoptando ya una imagen presidencial, participó en los debates como si ya fuese presidenta en funciones. Para ella, la elección era “un mero trámite”. Mientras no se rebajara a pelear con Xóchitl Gálvez, ni le prestara atención al candidato de MC, Jorge Álvarez Máynez, su victoria estaría asegurada.

Gálvez buscó una confrontación con Sheinbaum en los debates. Solo que para ese momento ya no quedaba nada con qué atacar, desde 2021 la oposición buscó desacreditar: La línea 12, la falta del mantenimiento al sistema de metro, las cuentas que la familia Sheinbaum tenía en paraísos fiscales. Para 2024 ya no quedaba nada nuevo, la estrategia “go negative”, había fracasado.

Ahora con la noticia de una caída del 6 por ciento en la bolsa mexicana de valores, Claudia Sheinbaum debe asegurar la confianza del inversionista, a la vez que se encarga de defender su victoria de la impugnación presentada por Gálvez por los resultados de la elección. Para Sheinbaum su presidencia ha comenzado, incluso antes de sentarse en la silla presidencial.

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