Té de burbujas: Bebida taiwanesa que se convirtió en sensación mundial

¿Has probado alguna vez el té de burbujas, esa bebida que parece tener infinitas combinaciones? ¿Sabes que el auténtico té de burbujas no lleva perlas en su preparación, solo burbujas? O espuma, para ser más precisos.

El origen del té de burbujas

La historia del té en Taiwán se remonta al siglo XVIII. Tradicionalmente, el té se disfruta calienta e incluye usar diversos utensilios y parafernalias, y por eso se le atribuya el apelativo de «té de los ancianos» (老人茶), ya que solo los ancianos tienen el tiempo suficiente para hacer una taza de té como corresponde. En cambio, el té de burbujas llegó como un aire renovador de las tradiciones taiwanesas de preparación del té y cambió el escenario para siempre. Sin embargo, la historia de sus inicios sigue siendo un misterio enterrado en el pasado.

Es ampliamente conocida la teoría de que el té de burbujas nació en Taichung, en el centro de Taiwán, en una casa de té llamada Chun Shui Tang (春水堂). Cuenta historia que su fundador, Liu Han-Chieh, encontró inspiración en una visita a Japón cuando observó a un barista que preparaba café frío en una coctelera. Años más tarde, en 1983, cuando Liu abrió su propia casa de té, comenzó a vender un batido de té, sirope y hielo preparado en una coctelera y batido a mano. La bebida, cubierta con la espuma delicada y burbujeante que se formaba al batirla, se convirtió en el té de burbujas original. Después, Liu alentó a su personal a pensar qué otros ingredientes podía llevar la bebida. Su gerente, Lin Hsiu Hui, fue quien propuso la combinación de té con perlas de leche, cuando agregó perlas de tapioca. Y, ¡abracadabra!, así nació una nueva tendencia.

La otra teoría que existe sobre el nacimiento de la bebida sugiere que el té de burbujas original fue creado en la ciudad sureña de Tainan por un experto en mezclas llamado Chang Fan Shu, de quien se cree nació en la década de 1940. Chang, exempleado de un tradicional bar japonés izakaya durante el dominio japonés de Taiwán, aplicó sus conocimientos sobre la mezcla de bebidas para preparar té negro, y así nació la espumosa bebida fría que luego se volvió popular. Décadas más tarde, en 1986, alguien pensó en incorporar esas pequeñas perlas en la bebida, y la mejoró. El hombre que dice haber inventado el té con perlas de leche fue Tu Tsong-He, dueño del Hanlin Tea Room (翰林茶館). Cuando buscaba una forma de aumentar el valor de su bebida, Tu probó fusionar su té con perlas blancas de tapioca que encontró en el mercado, y esta es la versión sobre el nacimiento de esta amada bebida en la ciudad de Tainan.

Así que, ¿cuál es su historia preferida? En 2019, luego de 10 años de largos juicios entre Chun Shui Tang y Hanlin Tea Room, la Corte finalmente dictaminó que era irrelevante la discusión sobre quién inventó la bebida, ya que «el té de burbujas no es un producto patentado». Lin (de Chun Shui Tang) admitió en una entrevista que «no habían pensado en patentes» en esa época. Por el otro lado, Tu dijo que era una «batalla por la verdad» y que los consumidores deberían ser quienes juzgaran. Por más desconcertante que fuera para los accionistas, ese fallo posiblemente contribuyó a la rápida expansión del té de burbujas a través de la isla, porque ahora cualquiera podía prepararla.

De bebida novedosa a símbolo de identidad

En la década de 1990, el té de burbujas gradualmente encontró su camino en el extranjero, a los países vecinos de Asia y a otras partes del mundo. Como se le puede personalizar, se presta a la creatividad y deja lugar para adaptarla al gusto de los consumidores alrededor del mundo. Al principio fue una bebida novedosa, pero en Australia se ha convertido en un clásico. En Singapur, la gente se aficionado tanto que ya tiene valor sentimental en sus vidas. En un día cualquiera, sirve como una experiencia social para que las personas se expresen y se conecten entre sí; en tiempos de crisis, es también una fuente de consuelo que aporta un sentir de certeza en tiempos difíciles.

Al mismo tiempo que los taiwaneses en el extranjero encuentran un refugio temporal en el té de burbujas para aliviar la nostalgia, la bebida se ubicó en el banquete presidencial de Lai Ching-te, y no ha sido la primera vez que se sirvió como embajador culinario de Taiwán. Mientras los taiwaneses llegan a adoptar al té de burbujas como un símbolo de su identidad, no es difícil de comprender por qué las declaraciones públicas de las cadenas de té del país que apoyan el reclamo de China que dice «un país, dos sistemas» se recibieron con tanta indignación.

Pero por el momento, ¿seguimos el consejo de Tsai de dejar la política de lado para simplemente disfrutar el té de burbujas que preferimos? Y mientras tanto, celebremos la energía creativa y el espíritu innovador que lo ha traído a nuestras vidas y que lo han hecho un fenómeno cultural que nos une.

Inicia la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.