El león o el mosquito: Actual debate sobre IA en Turquía

Imagen cortesía de Giovana Fleck/Global Voices.

La discusión en torno a la inteligencia artificial (IA) llegó a Turquía junto a la incertidumbre propia de la mayoría de las innovaciones de la era contemporánea, como en cualquier otro lugar del mundo. ¿Es posible que la IA conduzca nuestros autos? ¿Hablaremos con robots? ¿Se puede curar el cáncer con IA? ¿Se resolverán todos los problemas sociales de una vez ahora que tenemos el tecnócrata perfecto, incorruptible e imparcial? En definitiva, cualquier problema existente pareciera poder solucionarse en el marco de la IA. ¡Las posibilidades parecían infinitas! La IA, el rey de la selva, el león todopoderoso; se deshará de los otros pretendientes deficientes y nos salvará con su excelencia.

De todos modos, pese a que en otras partes del mundo los debates en torno a la IA son amplios y accesibles, en Turquía aún no es así. Al menos no todavía. Es cierto que existen muchos expertos en IA, pero su interacción con el público lego es escaso. Esto ha creado una comprensión demasiado amplia de lo que es la IA, en la mente de la mayoría de las personas se trata de aprendizaje automático y tecnologías asociadas. Como resultado de esto, existe una profunda falta de conocimiento en general sobre la tecnología, incluidos sus límites o las crecientes preocupaciones sobre su impacto más amplio. En los casos de uso de IA en otros lugares ya se puede dilucidar que todo el ruido alrededor de esta tecnología está lejos de un poderoso rugido de león y se acerca, más bien, al molesto zumbido de un mosquito.

Han pasado menos de 40 años desde el triunfo del neoliberalismo, que puso punto final a las grandes narrativas, el fin de la política y el de la historia. Al día de hoy, estas declaraciones se consideran incluso más ridículas que hace décadas, ya que la historia se manifiesta clara y violentamente en cada instancia posible. Aun así, la idea de un despotismo despolitizado e ilustrado por una tecnocracia imparcial e incorruptible sobrevive en muchos lugares, como en Turquía. Quizás esta búsqueda de reglas imposibles de corromper no sea sorprendente, considerando que Turquía ocupa el puesto 115 de 180 países en el índice de percepción de corrupción de Transparencia Internacional. Llega el rey de la selva; la IA, el señor supremo; para resolver cualquier problema polémico con la eficiencia que solo un robot de ciencia ficción puede tener.

Uso de IA en elecciones y extorsión política

La pregunta entonces es: ¿dónde y cómo se utiliza la IA en Turquía? Lo más reciente fue el uso de esta especie de «magia» de la IA en las últimas elecciones municipales. Mientras respondía preguntas sobre la lista de candidatos controvertidos antes de las elecciones locales, el líder del principal partido opositor, Partido Popular Republicano (CHP), Özgür Özel, señaló a la IA como la culpable. Aparentemente, la dirección del partido confió en esta tecnología antes de anunciar a los candidatos del grupo. Mientras tanto, el candidato a la alcaldía de Estambul del gobernante Partido Justicia y Desarrollo (AKP), Murat Kurum, prometió resolver el problema del tráfico zombi de la megaciudad con IA. Hacer una suposición decente sobre las posibilidades de que un candidato gane y luego equilibrarlas con los valores de un partido es tarea difícil. También es difícil declarar su postura sobre la infraestructura centrada en el autopista y el estado del transporte público como candidato para la alcaldía de una megaciudad. Cualquier decisión que se tome significará un sacrificio político por las posibilidades rechazadas, a menos que exista una máquina perfecta que tome esas decisiones, por supuesto. ¡La IA para ganar o ganar!

No obstante, tal como lo indicaron los resultados electorales, ni siquiera la IA pudo ayudar al partido gobernante en las elecciones locales. AKP obtuvo el menor porcentaje de votos en la historia desde su participación en las elecciones municipales en Estambul y en el país en general. La IA tampoco fue de ayuda para el principal opositor, el Partido Popular Republicano (CHP). Aunque el partido logró una victoria histórica (el controvertido candidato al que se refirió Özel fue elegido por IA); en realidad, perdió ante el candidato del AKP. Es un hecho que ninguno de los resultados se puede atribuir a la IA, ni siquiera de manera parcial. Sin embargo, no cabe duda de que estos ejemplos aparecerán cada vez que alguien vuelva a mencionar a la IA en un contexto político.

Si bien la IA realmente puede incidir en la vida de las personas y hacerse notar, la narrativa al respecto es mucho menos increíble que su uso proyectado o hipotético en lo que a política respecta.

En la práctica, la mayoría de los ejemplos y estudios que vemos de la IA la mencionan como algo muy alejado del tecnócrata omnipotente que puede resolver problemas complejos, desde la situación política local hasta la infraestructura de las urbes. Estos ejemplos y hechos ilustran el lado, en el mejor de los casos, molesto, incluso abusivo, de la tecnología de IA.

Si se busca yapay zeka (inteligencia artificial en turco) en cualquier motor de búsqueda en línea, primero muestra resultados que celebran la IA, similares al sentir expresados por los políticos. Los usos potenciales y reales de la IA (estos últimos, a veces, no del todo precisos), principalmente en el extranjero, se muestran a través de gafas de color rosa. Si se sigue desplazando, entonces le surgirá otra cara del debate sobre la IA. Aquí vemos a decenas de personas quejarse de la IA, que la describen como molesta y frustrante. Sin empatía ni competencia, la tecnología de IA comienza a sonar más como la conceptualización de «distopía aburrida» del difunto crítico cultural Mark Fisher.

El lado oscuro de la tecnología de la IA

Ser irritante no es lo peor que puede ofrecernos la IA. Existe un lado más oscuro en todo esto. Existieron casos de métodos deepfake (ultrafalsos) utilizados para acosar sexualmente a personas en Turquía incluso antes de que salieran a luz los polémicos deepfakes de la cantante Taylor Swift, que alertaron al Congreso de Estados Unidos. Una joven turca que informó a los medios sobre un acosador que utilizaba falsificaciones hechas con sus imágenes en redes sociales provocó debates públicos. Justo antes de las elecciones generales de 2023, en Twitter se distribuyeron fotografías pornográficas generadas por IA de Erkan Baş, parlamentario y líder del Partido de los Trabajadores de Turquía (TİP). Ahora, aquellas imágenes ya fueron eliminadas completamente de las redes sociales. En ambos casos, queda claro que personas que no gozan de conocimiento popular y figuras públicamente conocidas no están a salvo de este método posmoderno de acoso sexual.

Imitar voces es otra forma en que se utiliza la tecnología deepfake en Turquía, tal como intentó hacer un estafador con la voz del presidente Recep Tayyip Erdoğan, y exigió dinero a sus víctimas. La metáfora del mosquito comienza a ser más evidente ahora que al principio de este artículo. Para mucha gente, la IA simplemente zumba en sus cabezas, molesta y disgusta, y amenaza con transmitir viejas enfermedades de una manera más eficiente.

La discusión que existe, naturalmente, sigue su curso actual. Por ejemplo, no existe un debate honesto sobre el uso de la IA para recrear la discriminación pública como fue el caso en Países Bajos, ya que la IA aún no se utiliza en los servicios públicos en Turquía. A medida que el uso de la IA siga aumentando, también aumentará el debate. Sin embargo, este crecimiento y discurso deberían tener el respaldo de debates críticos ampliados de personas que realmente comprendan la tecnología y lo que implica: lo bueno, lo malo y lo feo.

Finalmente, si bien la tecnología tiene usos que son potenciales, la realidad actual de la IA en Turquía se acerca más al mosquito molesto que al majestuoso león. Podemos considerarla una metáfora apropiada, teniendo en cuenta también la falta de conocimiento experto en el discurso público. Después de todo, los leones en realidad no viven en selvas.

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