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En la República Islámica de Mauritania, la producción musical está muy vinculada a los griots, que guardan celosamente su arte. Pero a pesar de esta postura de conservación, los artistas que exploran otros ámbitos musicales en una mezcla de ritmos están diversificando el paisaje musical de su país.
Mauritania tiene una población de más de 4,9 millones de habitantes, y está ubicado entre el desierto de Sahara y el océano Atlántico, tiene una gran riqueza cultural. Demográficamente, unos veinte grupos étnicos comparten el territorio y se distribuyen en tres grupos principales: harratines, aún llamados moros negros (40% de la población), beidanes o moros blancos (30%); y los negros africanos (30%) que incluyen a fulanis, soninkés, wólofs y bambaras.
Antiguas tradiciones musicales
Como todas las culturas africanas, la música mauritana se practica con instrumentos tradicionales a menudo fabricados a mano con materiales locales. Los instrumentos más emblemáticos son el ardîn (arpa laúd), el tidinit (laúd con tres cuerdas), el tbal (pandereta) y el tar (tambor sobre bastidor).
La historia de la música tradicional del país está marcada sobre todo por el Azawán, modo musical propia de los moros y cuyos secretos están conservados por los iggawins, casta de músicos que monopoliza la música tradicional del país.
Este video de una canción mora de Khalifa Ould Eide y Dimi Mint Abba es un buen ejemplo:
En un artículo del sitio Music in Africa dedicado a la música tradicional mauritana, Bernard Bangoura explica el contexto sociocultural de este género musical:
La production authentique de la musique traditionnelle maure est à relier à divers contextes comme, la cour et son espace politique (musiques guerrières, d’histoire et d’éloge) ; le cadre populaire et profane (musique de danse des hommes, gesticulant avec des bâtons ou sabres comme armes ; musiques de divertissement, d’agrément ou encore exclusives aux femmes, comme le bandjé à chœur homophonique) et à la religion (musique de psalmodie et d’éloge dans les mosquées et en prélude de concerts).
La producción autentica de música tradicional mora se relaciona con diversos contextos, como los tribunales y su espacio político (músicas guerreras, historias y alabanzas); el cuadro popular y profano (música de danza de hombres que gesticulan con bastones o sables como armas; músicas de diversión, de aprobación. También hay exclusivas de mujeres, como el bandjé de coro homofónico, y la religión (música de salmodia y de alabanza em mezquitas y como preludio de conciertos).
En el mismo artículo, Bangoura estima que esta expresión musical no significa que se haya cerrado en la propia música:
Les Maures et leur culture musicale sont grandement associés à l’expression de la musique traditionnelle mauritanienne. Cependant, ce patrimoine national accorde une place au résultat du brassage ethnique et historique, avec les populations subsahariennes.
Los moros y su cultura musical están muy asociados a la expresión de la música tradicional mauritana. Sin embargo, este patrimonio nacional concede un lugar al resultado del intercambio étnico e histórico, con las poblaciones subsaharianas.
También, la talentosa Dimi Mint Abba (nacida en 1958), conocida como la «diva del desierto», desciende de una familia de Iggawin. Se impuso por su talento al tocar el ardin y por su voz. Ha heredado el talento de su padre, autor del antiguo himno del país, y de su madre, Mounina Mint Eida, que también toca el ardin. A los 18 años, ganó un premio nacional en 1976 y representó a su país en festivales en el continente africano y otros lugares.
Hacia una música más moderna y global
Desde varios puntos de vista, la música mauritana no se ha resistido a la tentación de la mundialización y globalización. Ahora, integra influencias y géneros musicales extranjeros: jazz, blues, rock, música electrónica y rap. Esos géneros musicales inspiraron a artistas como Malouma, Daby Touré y Noura Mint Seymali, que trasmiten una imagen entre tradición y modernidad de la música mauritana a la escala internacional.
La entrada fulgurante del rap en el universo musical mauritana se hizo sentir en la década de 1990l con la afirmación de artistas como Diam Min Tekky, Waraba, Minen Tey, Ewlade Leblad, Adviser y , llamado presidente 2la Rue Publik. Una gran ola de popularidad empezó a inicios de la década de 2000 con diversos acontecimientos que incluidos estrenos de álbumes de rap seguidos conciertos.
Así, esta canción de Diam Min Tekky reclama justicia para las sobrevivientes, viudas y huérfanos de los 28 soldados muertos en la masacre de Inal en 1990:
también es
Este es el video de la canción de
En el país, la música también transmite mensajes de compromiso social. Por ejemplo, el artista Kader Tarhanine, con su canción titulada Al gamra leila, sensibiliza a los jóvenes mauritanos de los peligros de inmigrar a Europa.
La música toma cada vez más un lugar en la imagen del país en el extranjero. Además del Festival Internacional de Música Nómade. También está el Festival Sahel Jazz Plus de Nuakchot, iniciado por el Conservatorio Internacional de Música de Artes de Nuakchot (CIMAN), cuya primera edición fue en 2015. Igualmente, el Festival Cultura Mestiza tomó forma y tuvo su undécima edición en 2023, con el objetivo la mezcla musical entre les comunidades mauritanas y de la región.
, hubo otro festival brevemente en 2004: elLa música mauritana sigue cautivando auditorios de todo el mundo, ofrece un viaje musical sensorial a través de paisajes y tradiciones de ese país africano entre el Sahel y África Subsahariana. Puedes consultar una lista de Spotify de música mauritana aquí.
Hay otras listas de reproducción de música de todo el mundo en la cuenta de Spotify de Global Voices.