Los bosques de Miombo abarcan muchos países en la cuenca del río Congo y el sur de África. Están compuestos de pastizales tropicales y subtropicales que contribuyen a capturar entre 0.5 y 0.9 toneladas de carbono por hectárea al año, lo que los convierte en una parte fundamental de la compensación de las emisiones humanas de carbono.
Burundi, Tanzania, Malaui, la República Democrática del Congo, Angola, Mozambique, Sudáfrica, Namibia, Zambia y Zimbabue, países que albergan los bosques de Miombo, se benefician enormemente de los bosques, ya que combaten de manera efectiva el calentamiento global y los fenómenos de erosión. Además, pueden ayudar a limitar los desastres climáticos en la región.
El bosque y el ecosistema circundante también tienen un papel de suma relevancia de apoyar los medios de vida, la economía y la cultura local. Por ejemplo, con el cambio de estación, los árboles de Miombo pierden sus hojas, lo que favorece el crecimiento de hongos rojos a los que se les conoce como “kabengera” en Kirundi. Estos hongos pueden llegar a costar entre cinco y siete dólares estadounidenses por kilo, por lo son un recurso económico de carácter lucrativo, particularmente en Burundi y Tanzania, donde el ingreso por cápita es uno de los más bajos de la región.
Según el presidente de Mozambique, Felipe Nyusi, al menos 300 millones de personas en el sur, este y centro de África se benefician de los productos de los bosques de Miombo. Este lugar alberga algunas especies endémicas de animales, como leones, monos de gran tamaño, elefantes y rinocerontes, entre otros.
A pesar del importante papel de estos bosques en la sociedad, inversionistas extranjeros, específicamente de grupos comerciales chinos, participan en la deforestación ilegal con fines mineros, madereros y comerciales.
Empresas chinas en el bosque de Miombo
Muchas empresas madereras mantienen relaciones complicadas con China en el bosque de Miombo y en la cuenca del Congo. Aunque tres cuartas partes de la madera del Miombo se exportan a China, este país importa dos tercios de los troncos tropicales del mundo. De acuerdo con la Administración Nacional de Silvicultura y Pastizales de China (NFGA, por su nombre en inglés), el consumo de madera en 2019 fue de 431 millones de metros cúbicos de RWE (unidad utilizada para medir el volumen de los troncos), el 90% se utiliza para la construcción y para la fabricación de papel y muebles.
Las empresas locales de China intervienen de manera esencial en la promoción del comercio y la exportación local de madera. Sin embargo, aún está por verse si cumplen con las normas locales sobre la tala de árboles.
La mayoría de estas empresas madereras no son estatales, son de propiedad privada, y en teoría, gran parte ha obtenido derechos para la extracción de madera. Por ejemplo, China tiene el 25% de los derechos de explotación forestal en Gabón, y este porcentaje crece constantemente. No obstante, tener estos derechos no garantiza que la extracción cumpla con las normas legales. En 2022, una investigación del periódico español EL PAÍS/Planeta Futuro reveló que numerosas empresas chinas y autoridades locales estuvieron involucradas en sobornos para adquirir derechos ilegales de tala.
En Yaliwasa, al norte de la República Democrática del Congo, cortaron apresuradamente árboles centenarios de la selva tropical fueron cortados y los enviaron ilegalmente a China y otros países. Una de las compañías madereras que estuvo involucrada en la deforestación fue Fodeco. A pesar de no tener experiencia en la tala industrial, Fodeco ha operado bajo la protección de sucesivos ministros congoleños, lo que viola la moratoria de 20 años sobre la nueva tala industrial de árboles.
“En República Democrática del Congo, cualquier documento, cualquier prueba de legalidad puede comprarse; los gobiernos son máquinas de legalización”, dijo a EL PAÍS/Planeta Futuro un consultor internacional desde Kinshasa, que solicitó anonimato por su cargo como asesor de las autoridades de República Democrática del Congo en materia de gobernabilidad forestal.
Esta situación no es única de Fodeco. Una subsidiaria de Booming Group, empresa registrada en Hong Kong, también está violando las leyes congoleñas de tala de madera dura. Estas empresas han obtenido permisos locales para explotación forestal, pero hacen actividades ilegales de tala y transporte con la participación o el consentimiento de funcionarios gubernamentales locales. El abuso de estos permisos es común en muchos países de África.
En Mozambique, informantes locales afirman que el soborno para exportar un contenedor de madera en bruto es de alrededor de 520 dólares estadounidenses, acción que usualmente requiere sobornos para al menos cuatro funcionarios gubernamentales. En Camerún, algunas empresas ilegales incluso contratan a funcionarios para escoltar el transporte ilegal de madera. Son quienes facilitan la comunicación y aseguran el paso en los puestos de control, lo que representa otra forma de colusión para violar las prohibiciones de tala de árboles.
Según investigadores, entre 2000 y 2010, Mozambique recibió hasta 66 proyectos propiedad de inversionistas chinos públicos y privados.
Árboles de savia roja
Desde hace varios años, Mozambique ha enfrentado insurgencia cerca de su frontera con Tanzania. Entre 2017 y 2023, cerca de 3.7 millones de toneladas de madera se exportaron a China desde Mozambique, algunas veces desde zonas controladas por insurgentes, lo que lo convierte en el principal proveedor maderero de China. Un informe de la Agencia de Investigación Ambiental (EIA, por sus siglas en inglés), ONG ambiental con sede en Reino Unido, revela que más del 89% de las exportaciones de madera fueron ilegales, gran parte proveniente de los raros árboles de palisandro que están en peligro de extinción.
Aunque China prohíbe importar árboles en peligro de extinción procedentes de países africanos, el tráfico de madera vinculada a los bosques de Miombo continúa en aumento. Se calcula que cada año se exporta madera ilegal por un valor de 23 millones de dólares estadounidenses. Según la BBC, gran parte de los ingresos del comercio ilícito de madera se utilizan para financiar a grupos terroristas.
De acuerdo con un informe citado recientemente por la BBC, investigadores encontraron que más de 300 contenedores fueron enviados a China entre octubre de 2023 y marzo de 2024. Asimismo, hallaron que el valor de cada uno era de 60 000 dólares estadounidenses, lo que representó un total de 18 000 millones de dólares estadounidenses.
En África, autoridades como la Unión Africana están tomando conciencia del problema e intentando encontrar soluciones a la explotación ilegal de madera y minerales. La mayoría de los países que comparten el bosque firmaron la Declaración de Maputo en 2022, que busca proteger esta zona de más de 2.7 millones de kilómetros cuadrados.
De igual manera, el presidente Filipe Nyusi de Mozambique, cuyo país pierde el equivalente a mil campos de fútbol al año por el vandalismo, el comercio ilegal de madera y la tala ilícita en los bosques de Miombo, está haciendo un llamado de alerta.
En un seminario sobre protección del Miombo llevado a cabo en Estados Unidos, Nyusi habló de la necesidad de trabajar con los jefes de Estado en la región para combatir la desaparición del bosque de Miombo. “Para poder llegar lejos, debemos trabajar juntos”, dijo.
Ambigüedad de China
En los últimos años, la madera ilegal procedente de África ha entrado consistentemente hacia el mercado chino, lo que ha ocasionado que la responsabilidad de la tala ilegal sea difícil de definir. En 2023, Global Witness, organismo internacional de vigilancia del ambiente, informó que el Congo King Baisheng Forestry Development exportó madera ilegal por un valor de cinco millones de dólares estadounidenses a Wanpeng Wood Industry Co., Ltd. de China durante seis meses.
Ante la evidencia recolectada por Global Witness, los funcionarios aduaneros chinos indicaron que, como la tala ocurrió en República del Congo, la investigación debía ser realizada por el Gobierno local. Si República Democrática del Congo lo solicita, el Gobierno de China podría investigar a las empresas y ciudadanos chinos involucrados en la tala ilegal. En general, el enfoque de las autoridades chinas hacia la investigación de negocios transnacionales se ha basado en acciones correctivas voluntarias. Por lo tanto, la legitimidad de todo el proceso depende de la autorregulación de las empresas.
Esta es una postura contradictoria, ya que en países como Congo, donde la corrupción es generalizada, la ley por lo general equivale negociaciones de sobornos. Según el Índice de Percepción de la Corrupción, Congo está en el lugar 158 en la lista de 180 países que fueron evaluados en 2023. Charlie Hammans, investigador de Global Witness, cree que la única forma verdaderamente efectiva para frenar la madera ilegal es que China prohíba explícitamente la importación de madera ilegal del extranjero en su Ley Forestal.
En los últimos años, China ha implementado algunas medidas con ese fin. En julio de 2020, China revisó su ley forestal para establecer una base legal para rastrear el origen de la madera ilegal. El artículo 65 de la ley exige:
木材经营加工企业应当建立原料和产品出入库台账。任何单位和个人不得收购、加工、运输明知是盗伐、滥伐等非法来源的林木.
Las empresas de procesamiento de madera deberán establecer registros para la entrada y salida de materias primas y productos. Ninguna unidad ni persona podrá comprar, procesar o transportar madera que se sepa que es de origen ilegal, como la madera robada o talada de manera indiscriminada.
Sin embargo, esta regulación aún no cubre explícitamente la madera importada y no obliga a las empresas a aplicar la debida diligencia en sus compras de madera. El Ministerio de Recursos Naturales ha incluido en su programa la enmienda de esta regulación, pero aún no se ha publicado.