
Portadas de los principales periódicos de India que muestran los resultados de la votación general. Imagen vía Nepali Times.
Esta historia se publicó originalmente por Chandra Kishore en Nepali Times. Global Voices publica una versión editada como parte de un acuerdo de intercambio de contenido.
Nepal vio con gran interés la maratónica carrera electoral india y su final lleno de suspenso, y más aún en las tierras fronterizas del Terai.
Al lado de los estados indios de Bihar y Uttar Pradesh, el partido gobernante Bharatiya Janata Party (BJP, Partido Popular Indio) enfrentó un giro inesperado, pese a que, meses antes, el primer ministro, Narendra Modi, inauguró un complejo de templos hindúes construidos sobre las ruinas de una mezquita en Ayodhya.
Los «expertos» indios radicados en Katmandú difundieron muchas teorías conspirativas antes de las elecciones, sobre todo cómo la ideología política Hindutva de Modi se esparciría al Terai. No pudieron diferenciar entre las actividades políticas de Hindutva y las actividades hindúes referidas a la fe.
Pese a que BJP está formando el próximo gobierno, se comporta como si hubiese perdido la elección porque pusieron la valla muy alta para ellos mismos. A pesar de que todos los partidos políticos se unieron en Indian National Developmental Inclusive Alliance (I.N.D.I.A, Alianza Inclusiva de Desarrollo Nacional de India), al mando de Rahul Gandhi del Congreso Nacional Indio, obtuvieron menos votos que BJP. Aún así, la alianza celebra su victoria.
El mensaje principal de los resultados electorales de India que debiera ser relevante para Nepal es que los votantes de la mayor democracia del mundo se negaron completamente a apoyar el extremismo religioso divisivo de BJP y que han reconocido la inclusión, la tolerancia y la igualdad.
A la larga, el populismo, el culto a la personalidad, el falso nacionalismo, el silencio a los medios y a la población civil, además de la polarización sociocultural y religiosa tendrá el rechazo de la comunidad. Los dalits de India, los indígenas y los marginados fueron quienes pincharon el globo azafrán de BJP.
Pero los votantes de India también devolvieron el poder a BJP como una forma de premiar a Modi por el visible progreso en infraestructura y por hacer que muchos indios se sientan bien.
El partido político BJP enfrenta una tensión interna mientras analiza por qué el partido no dio los resultados que esperaban. La poco disimulada rivalidad entre la derecha de Rashriya Swayamsevak Sangh (RSS) y BJP; la separación de la gran población musulmana de India y los dalit fortaleció la posición del Congreso.
Se dice que el camino al poder en Nueva Delhi es a través de Uttar Pradesh, por el gran tamaño de su población. Se prevé que el ministro principal de Uttar Pradesh, del partido BJP, Yogi Adityanath, ahora tenga menos influencia en Nueva Delhi. Adityanath también es el sumo sacerdote del templo Gorakhnath y tiene fuertes lazos con la monarquía nepalí.
Esto significa que las fuerzas políticas en Nepal que intentaron volver al secularismo y restaurar la monarquía con la ayuda moral del sur también tendrán complicaciones. En su mayoría, los dos estados fronterizos de Bihar y Uttar Pradesh rechazaron las políticas de extremismo religioso.
Las elecciones también favorecieron a Nitish Kumar, ministro principal de Bihar del partido Janata Dal (Partido del Pueblo), que ha apoyado el camino democrático de Nepal. Que él y el Congreso destaquen más en Delhi asegurará las fuerzas democráticas de Nepal. Sin embargo, los líderes en Katmandú tendrán que enfrentar el hecho de que el futuro de sus carreras políticas depende más de su desempeño interno que de quién gobierna en Delhi.
Los otros dos estados indios limítrofes a Nepal son Sikkim y Uttaranchal. Prem Tamang del partido Sikkim Krantikari Morcha (Partido Revolucionario de Sikkim) ganó con una ventaja considerable, mientras que en Uttaranchal, BJP ganó con su estridente llamado a convertir al estado en una Tierra Santa exclusivamente hindú.
Un hecho que suele pasarse por alto es que las relaciones de India con Nepal están determinadas más por la burocracia en el bloque del sur del Ministerio de Asuntos Exteriores que por los políticos. Pero las tensas relaciones de India con varias naciones regionales y la creciente competencia con China sobre la influencia regional indica que Nepal está muy en el radar de Modi.
El partido político BJP estaba el poder cuando Nepal sufrió un bloqueo de cinco meses impuesto por de India en 2015, y puede ser que un Modi inseguro trate de ejercer dominio nuevamente para mostrarles a los detractores en casa que aún está a cargo.

Fases de las elecciones al Lok Sabha de 2024 en la India. Imagen de Rajesh Cayanchal vía Wikipedia (CC BY-SA 4.0).
Un entrevistador rompió en llanto en televisión mientras se daban los resultados de las votaciones el 11 de junio. La Alianza Nacional Democrática, que incluye a BJP, ganó 293 escaños en el Parlamento federal, mientras que I.N.D.I.A. liderada por el Congreso Nacional de India obtuvo 234 puestos. Un partido o coalición necesita al menos 272 de 543 puestos para formar una mayoría.
Decir que los resultados de las elecciones en India fueron impredecibles sería queda corto. Las encuestas a boca de urna habían predicho una victoria masiva para BJP y Modi.
El partido BJP ganó por sí solo 240 puestos, y no logró cumplir su promesa electoral de 400 escaños. A diferencia de 2014 y 2016, BJP depende de sus aliados para formar gobierno.
Los aliados primordiales de Modi en la coalición NDA, Nitish Kumar del partido Janata Dal United, y Chandrababu Naidu del partido Telugu Desam, de quienes se dice tienen aspiraciones propias de convertirse en primer ministro, son quienes tienen mayor influencia.
En sus dos últimos mandatos, esa misma mayoría le dio al primer ministro Modi el poder de controlar a su gabinete a su antojo, pero ya no puede darse ese lujo.
El bajo desempeño de BJP se debe a un creciente distanciamiento entre este y su gurú ideológico hindú, el RSS; a la animosidad entre Modi y los líderes influyentes de BJP, como el ministro principal de Uttar Pradesh, Yogi Adityanath, y el creciente descontento del público indio hacia Modi y las políticas Hindutva de BJP.
En Uttar Pradesh, donde BJP ganó 62 de los 80 puestos en 2019, esta vez obtuvo solo 33 escaños y la alianza del partido Samajwadi de I.N.D.I.A. ganó 37 de los 80 puestos.
El mandato de una década de Modi sobre India se ha caracterizado por su control monopolizado sobre el mecanismo político y las instituciones del Estado, un sector de medios muy lisonjeros, una sociedad civil silenciada y una oposición perseguida, además del incremento de la polarización sociocultural.
A lo largo de los años, la antigua ideología marginal Hindutva de Modi se expandió como reguero de pólvora a los medios y el sufrimiento que enfrentaron dalits, musulmanes y otras minorías fue pasado por alto. Sin embargo, los movimientos democráticos y políticos alrededor del mundo nos han mostrado que el continuo ataque a comunidades marginadas lleva eventualmente a ¿resistirse a la injusticias de los grupos dominantes.
Los resultados de las elecciones son un reflejo de la creciente intolerancia al sufrimiento de los ciudadanos comunes y corrientes de India, y han servido como una válvula seguridad de la democracia en India. Modi es famoso por su larga memoria. Silenció sistemáticamente a críticos y desertores, y desarrolló un complejo de Dios.
Mientras tanto, Rahul Gandhi y su INC obtuvieron 99 escaños y parecen haber tomado el pulso de India, renunciaron a la política de polarización para dedicarse a asuntos urgentes que incluyen un problema gigantesco de desempleo, inflación, seguridad social y derechos de los agricultores. El partido político INC no ganó en general, pero su estrategia electoral se afianzó.
En general, Modi parece más aliviado de que I.N.D.I.A. fallara en ganar colectivamente tantos puestos en el Parlamento como logró ganar el BJP por su cuenta, que en haberse convertido en primer ministro por tercera vez.