¿Los «bonos azules» son la solución a la deuda de Belice?

Representante de la Unidad de Bonos Azules y de Permanencia Financiera de Belice interactúa con el público en una iniciativa de divulgación. Foto de la Unidad Bonos Azules y de Permanencia Financiera de Belice, cortesía de Cari-Bois Environmental News Network, usada con autorización.

Escrito por Carolee Chanona

Esta historia se publicó originalmente en Cari-Bois Environmental News Network. A continuación publicamos una versión editada como parte de un acuerdo para compartir contenido.

La resiliencia se puede definir de manera intercambiable con la palabra «elasticidad» si se considera que es la capacidad de resistir o recuperarse rápido de las dificultades, pero cuando se relaciona con una de las regiones más vulnerables del mundo, ¿cómo se ve la resiliencia frente al cambio climático?

Un país de la Comunidad del Caribe (CARICOM) se está expandiendo a base de organizaciones no gubernamentales (ONG) y reservas privadas que han estado vendiendo carbono por décadas y cambiando deuda por la conservación de la naturaleza.

Al igual que para la mayoría de los países caribeños, 2020 fue un año de dificultades financieras para Belice, ya que la deuda del país creció exponencialmente y la pandemia de COVID-19 empujó al país a una de sus peores recesiones.

De todas formas, cuando la proporción de la relación entre deuda y producto interno bruto (PIB) de Belice se pone en un contexto regional, los países caribeños enfrentan dificultades financieras que los dejan entre los más endeudados del mundo. En 2018, los países promedio del Caribe, entre los que está Belice, tenían una deuda del 70,5% del PIB.

Pero en 2019, la deuda pública del país escaló del 94,2% del PIB al 123,3%, mientras los pagos de préstamos disminuyeron de un 9,3% a un 7,5% en 2020, en parte por el cierre de fronteras del país para protegerse contra el virus del COVID-19 y las exportaciones reducidas de bienes y servicios relacionadas con los problemas en la cadena global de suministros.

Catalizadores para soluciones creativas de carbono

Las industrias de agricultura de Belice tienen un deterioro de décadas que alcanzó su punto máximo durante la pandemia, por lo que se promocionó cada vez más el turismo como una fuente sostenible de ingresos para diversificar la economía del país. Actualmente, el turismo representa casi la mitad del PIB de Belice.

De todas formas, recientemente, se hicieron propuestas para hacer un «canje» entre la agobiante deuda de Belice y la protección de recursos marinos. The Nature Conservatory, entidad sin fines de lucro con sede en Virginia, propuso destinar los fondos al Gobierno de Belice para pagar a sus acreedores, con la advertencia de que debe usar una parte de los intereses ahorrados para repartir en las acciones de conservación acordadas.

El 4 de noviembre de 2021, se presentó oficialmente el programa Bonos Azules de Belice: Financiación Azul para la Naturaleza y la Gente para cubrir tierras públicas, gestionadas en conjunto, privadas, indígenas, y también lo relacionado con los recursos marinos, incluso el Mar del Caribe, manglares en peligro y arrecifes de coral vulnerables.

Bonos impulsados por la economía azul

En enero de 2024, en un panel de debate de la Unidad de Bonos Azules y Financiación para la Permanencia (BBDPU), el primer ministro de Belice, John Briceño, afirmó que los espacios azules del país «mantienen los sustentos, la estabilidad social y la  seguridad climática».

Agregó que «los Bonos Azules de Belice son mucho más que un acuerdo para reestructurar la deuda. Representan la iniciativa con más logros por el valor de nuestros recursos marinos y nuestra historia de buena administración».

The Nature Conservatory acordó aliviar el 12% de la deuda del país y el Gobierno de Belice se compromete a proteger el 30% de los océanos del país. Se dará prioridad a alrededor de 180 millones de dólares para financiar proyectos de conservación de interés general durante los próximos 20 años, para asegurarse de que Belice alcance sus objetivos de conservación para 2029.

A partir de 2023, las autoridades de Belice informaron que el país tenía el 20,3% del total de sus océanos oficialmente protegidos, que registró las tierras nacionales existentes en el Sistema de Reserva de la Barrera de Coral de Belice como reserva de manglares y que inició el proceso de planeamiento de espacio marino para el desarrollo del Plan de Océano Sostenible de Belice.

Ahora, las autoridades dirigen su atención a expandir las zonas de protección de biodiversidad a un 25% de los océanos de Belice para noviembre de 2024, uno de los objetivos del acuerdo de los Bonos Azules.

En general, este acuerdo liberará más de 200 millones de dólares (casi un décimo de la producción económica anual de Belice) en fondos que se destinarían a preservar la biodiversidad del país.

Lanzar «prohibiciones audaces» para reducir el peso de la deuda

Con la viabilidad económica del programa de Bonos Azules, Belice ha abordado más agresivamente la preservación, que incluye la prohibición de la venta de islotes de propiedad pública de la barrera de coral de Belice y la expansión de las zonas de protección del arrecife. El plan es para que estas zonas crezcan a más de 5000 kilómetros cuadrados para 2026.

El desafío de ahora en adelante es delinear claramente la implementación y la aplicación de los proyectos del programa. Por el momento, para un modelo de lo que sería un proyecto exitoso de los Bonos Azules en el Caribe, es importante resaltar que otros países en la región han hecho proyectos similares.

En septiembre de 2022, Barbados aplicó una iniciativa de «deuda por naturaleza», con un canje de 150 millones de dólares de bonos internacionales que generó 50 millones de dólares para la conservación marina. El canje sin precedentes de Ecuador en mayo de 2024 de 1600 millones de dólares generó mucho más interés en estos acuerdos.

Juntos, Belice y Barbados, dos países que dependen del turismo, cambiaron 683 millones de dólares de deuda. Los datos del Banco Mundial muestran que esta cantidad es el 0,03% de lo que el sur global le debe a los acreedores privados.

Si bien el canje de deuda por naturaleza de Belice ha sido significativo, repercute en otros intentos del país para lanzar iniciativas con uso consciente del carbono. En 2012, The Nature Conservancy también participó en la certificación de 1,6 millones de toneladas de compensación de carbono dentro de la zona de conservación del río Bravo.

A través de la reducción de los índices de deforestación y el manejo sostenible de los bosques, se han generado al menos 1,5 millones de dólares en compensaciones de carbono a través de la gestión conjunta de la zona de río Bravo por parte del Programa por Belice y el Gobierno del país.

¿Es el Caribe el próximo gran mercado para créditos de carbono?

El proyecto de Belice para mercados y comercio de carbono en el Caribe indica un cambio, especialmente en el contexto de la presentación del proyecto de ley sobre cambio climático e iniciativas de mercado de carbono del país en 2023.

Si bien continúan las reuniones públicas, el proyecto de ley ya es un esfuerzo notable. Las autoridades del país han alzado la voz de los inversionistas y socios, como The Nature Conservancy y las ONG que gestionan en conjunto las tierras y aguas protegidas, el programa de los Bonos Azules ofrece una huella azul para la gestión conjunta y para aliviar la deuda en el Caribe.

Los créditos de carbono muestran que hay formas más innovadoras y no extractivas para que los países generen ingresos y se desarrollen de manera sostenible.

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