
Aldea de Sipadol en el distrito de Bhaktapur, Nepal Central. Entre ambas fotos hay una diferencia de un año, 2022/2023. Fotografía de Amit Machamasi. Utilizada con autorización.
Esta historia se publicó originalmente en Nepali Times. Global Voices reproduce una versión editada como parte de un acuerdo para compartir contenido.
El valle de Katmandú, antes conocido por sus abundantes cosechas de arroz, ha visto decaer su producción por la expansión urbana, que devora los arrozales antes fértiles.
Aún existen algunas terrazas con arrozales en las afueras de la ciudad, pero incluso estas peligran debido a nuevos asentamientos. Lo mismo se aplica al valle de Pokhara, de donde proviene el arroz Pokhreli, Jetha Buda y otras marcas de arroz indígena.
La siembra de arroz comienza a mediados de asar (tercer mes del calendario nepalí), y el 29 de junio estaba previsto que se celebrara el Día Nacional de la Plantación de Arroz. Esta festividad está dedicada al trasplante de plántulas de arroz a campos inundados, y también al regocijo y la diversión.
En 2024, sin embargo, no había mucho que celebrar en el Día de la Plantación de Arroz. Solo el 10% de las granjas en todo Nepal han trasplantado plántulas de arroz, cuando la cifra normal para finales de junio es el doble.

Excavadora hace sitio para la parcelación incluso mientras una niña se prepara para plantar arroz en la aldea de Sipadol, en Bhaktapur. Fotografía de Amit Machamasi. Utilizada con autorización.
El monzón ha estado comenzando semanas después de su llegada habitual, a mediados de junio, en Nepal, lo que muchos expertos atribuyen a la alteración del clima. Es más, las lluvias de este año llegaron una semana antes, justo después del ciclón Remal (del 24 al 28 de mayo), y desencadenaron inundaciones y deslizamientos de tierra en el este de Nepal a mediados de junio, mientras la mitad occidental del país lidiaba con una sequía prolongada.
Si bien las nubes avanzaron hasta el centro de Nepal, las lluvias se disiparon, lo que prolongó la sequía. Cuando el monzón finalmente llegó al valle de Katmandú el 27 de junio, ya era demasiado tarde. Este valle acostumbra a recibir 250 milímetros de lluvia en junio, pero en 2024, inicios de julio hasta la cifra ha sido de solo 125 milímetros, lo que podría repercutir significativamente en la temporada de cultivo y en el acceso al agua.
La falta crónica de fertilizantes subvencionados durante la temporada de plantación, a causa de los ineficientes mecanismos de adquisición y entrega del Gobierno, también provocó que muchos agricultores no estuvieran preparados para trasplantar el arroz, aunque la lluvia hubiera llegado.
El arroz se cultiva en Katmandú y otros valles montañosos, en la región del Tarai y a más de 3200 metros en el distrito de Jumla, famoso por su nutritivo arroz rojo marasi.
El Tarai es la cuna arrocera de Nepal, ahí se produce casi todo el arrozal. Si bien las llanuras cubren el 15% del territorio nepalí, el 53% de la población vive en ese lugar. También aquí, los asentamientos situados a orillas de las autopistas y los grandes cruces están engullendo los arrozales.

El crecimiento descontrolado de Katmandú visto desde Halchowk en 2020. Fotografía de Amit Machamasi. Utilizada con autorización.
Hasta la primera mitad de 2024, la plantación de arroz había comenzado en apenas el 3% del territorio de la provincia de Madhes, debido al retraso de las lluvias y a una prolongada ola de calor. En un año normal, la provincia produce una cuarta parte del arroz en Nepal.
El Tarai occidental ha resultado especialmente afectado por una ola de calor que duró hasta junio, con constantes temperaturas diurnas de hasta 45 grados Celsius (115 grados Fahrenheit). Las granjas de secano no han plantado arroz, y quienes antes bombeaban agua de pozos entubados no han podido hacerlo por la caída del nivel freático.
El abandono de las zonas rurales y la caída de la producción arrocera se han convertido en un problema del tipo «el huevo o la gallina»: ¿la producción arrocera está decayendo porque la gente está abandonando la agricultura o es la caída de la producción arrocera lo que está alejando a la gente de la agricultura?

En esta foto de 2021, las colinas a las afueras del valle de Katmandú han sido taladas para el desarrollo rural. Fotografía de Amit Machamasi. Utilizada con autprización.
Por tanto, el Día del Arroz ha dejado de ser un momento de celebración para convertirse en un recordatorio de la nueva dependencia de Nepal de las importaciones de arroz.
En 2023, Nepal gastó 35 000 millones de rupias nepalesas (262 millones de dólares) en importar arroz con y sin cáscara, cantidad ligeramente inferior a la del año anterior, pero que aún supera todas sus exportaciones. Los nepalíes consumen más arroz que nunca, no solo por el abandono de cereales tradicionales, como el mijo y el trigo sarraceno, sino también por la caída de la tasa de pobreza y la expansión de la red de carreteras.
Aun así, la tasa nacional de crecimiento demográfico supera el aumento de las cosechas de arroz. La productividad del arroz ha alcanzado un nivel sin precedentes de 3,8 toneladas/hectárea mediante el riego y la mecanización, aunque la producción total no está creciendo tanto debido a la reducción de la superficie cultivada.
Nepal era un país exportador de arroz. Si las tendencias actuales se mantienen, Nepal gastará prácticamente todo lo que gana con las remesas en importar productos derivados del petróleo y arroz.