Autores de Europa Central y del Sur recuerdan al escritor albanés Ismaíl Kaderé

“Amo la literatura más que nada, la respeto más que a nada”. Kadaré en su departamento, ahora museo. Captura de pantalla del video “Antigua casa del escritor albanés Kadaré se convierte en museo» del canal de YouTube de la agencia de noticias AFP. Uso legítimo.

La noticia de la muerte del escritor albanés Ismaíl Kadaré el 1 de julio circuló rápidamente, y sorprendió a lectores y fanáticos de todo el mundo, incluidos varios escritores, algunos de Europa Central y la península de los Balcanes, donde Kadaré gozaba era muy conocido.

Ismaíl Kadaré nació en 1936, en Albania. Realizó sus estudios en su país y la Unión Soviética, hablaba con fluidez ruso y francés, y también escribió gran cantidad de novelas que abordaban temas delicados como la autocracia y las relaciones con la Unión Soviética y China. En 1990, salió de Albania y se mudó a Francia donde sus libros se tradujeron ampliamente y se publicaron en todo el mundo, con lo que logró muchos seguidores entre los lectores francófonos. También estuvo nominado 15 veces al premio Nobel de Literatura. Después de 1991, casi no regresó a Albania, pero falleció en Tirana a los 88 años.

En este video de 1988 (en francés) de “Apostrophe”, conocido programa de televisión francesa sobre literatura, habla en detalle sobre su relación con la identidad albanesa y su escritura:

Global Voices entrevistó a escritores de Europa Central y los Balcanes para que reflexionaran sobre el legado de Kadaré.

Gazmend Kapllani. Fotografía de Stephanie Mitchell, uso autorizado.

Gazmend Kapllani es un autor políglota albanés-estadounidense y periodista que vivió más de veinte años en Atenas, Grecia. Ahora vive en Chicago, está a cargo del programa de estudios albaneses y del sureste de Europa de la Universidad DePaul. Su reciente novela “Wrongland” [País equivocado] está disponible en inglés. Kapllani hizo llegar su reacción a Global Voices por correo electrónico:

Ismail Kadare is a writer of enormous talent who lived and wrote in the age of extremes, under regimes that hated talented writers like him. That’s why he and his work constitute a kind of paradox. That doesn’t mean that Kadare was a dissident. One could say that the regime and the writer, in their everyday interactions, got along mostly on good terms. But that doesn’t define the core of Kadare’s work. What defines his work is his unmatchable intuition as a writer. Kadare had a deep knowledge and intuition of what one might describe as the “Albanian collective soul” and “Albanian collective psyche.” From this point of view, he must be thought in the company of Balkan writers like Ivo Andrić or Nikos Kazantzakis. He knew the weaknesses and the nightmares, the tragedies and the dreams, the failures and the virtues of Albanians and their tumultuous history. He mastered the modern art of the novel. He knew how to make a forgotten and isolated small nation and language at the Mediterranean crossroads between West and East attractive and meaningful to Western readers — or at least to Western critics. He achieved that under impossible circumstances that will continue to generate discussions, controversies, and debates. That’s why his outstanding work should be understood as a paradox and at the same time as Noah's Ark of modern Albanian literature and language.

Ismaíl Kadaré es un autor muy talentoso, vivió y escribió en los años en los que prevalecieron los regímenes más extremistas que detestaban a los escritores talentosos como él. Es por ello que él y su trabajo conforman una especie de paradoja. Sin embargo, no significa que Kadaré fuese un disidente. Se podría decir que en sus interacciones diarias, el régimen y el escritor se encontraban en buenos términos, , por lo genera. Pero esto no define la base del trabajo de Kadaré. Lo que define su trabajo es su incomparable intuición como escritor. Kadaré tenía un profundo conocimiento e intuición de lo que se denominaría “el alma colectiva albanesa” y “la mente albanesa colectiva”. Desde esta perspectiva, se le puede comparar con los escritores balcánicos Ivo AndrićNikos Kazantzakis. Conocía las debilidades, las pesadillas, las tragedias, los sueños, las desdichas y las virtudes de los albaneses y su compleja historia. Kadaré dominaba el arte moderno de la novela. Sabía cómo hacer que una pequeña nación y su idioma, aislados y olvidados en la intersección mediterránea entre Occidente y Oriente, resultaran atractivas y significativas para los lectores occidentales, o al menos para los críticos. Kadaré logró todo esto bajo circunstancias impensables que continuarán generando discusiones, controversias y debates. Es por eso que su destacable trabajo debe entenderse como una paradoja y, al mismo tiempo, como un Noé contemporáneo de la literatura y la lengua albanesa.

Margo Rejmer, fotografía utilizada con autorización

Otra autora que también está en la intersección de distintas culturas de Europa Central y los Balcanes es Margo Rejmer, escritora y periodista polaca ,que vivió muchos años en Rumania y Albania. También escribió dos libros de no ficción acerca de su experiencia personal en Europa Central de observar dos sociedades completamente destrozadas por su pasado comunista, “Dust and Blood” [Polvo y sangre] y “Mud Sweeter than Honey” [El lodo es más dulce que la miel], dos grandes libros ganadores de premios literarios en Polonia. Rejmer vive en Varsovia y en Tirana. En una publicación de Facebook, cuya traducción y divulgación autorizó, escribió:

Kadare był najważniejszym pisarzem Albanii i jednym z najważniejszych pisarzy Bałkanów. Był Albanią – w ojczystym kraju stał się legendą za życia, pisarzem-kolosem, autorytetem, którego niewielu odważyło się kwestionować. W Gjirokastrze, gdzie się urodził, mógł przejść się za życia ulicą swojego imienia, a centralnym punktem na mapie miasta był Dom Kadarego, muzeum, które odwiedzali wielbiciele jego twórczości z całego świata.

Mistrz – piszą dziś Albańczycy, bolejąc nad śmiercią ukochanego pisarza. Gigant. Legenda. Ambasador narodu, jego symbol. Ale też: francuski szpieg. Komunistyczny sprzedawczyk. Ani dysydent, ani ofiara systemu. Więc kto?

Żaden inny pisarz nie wzbogacił tak albańskiego języka, nie przekroczył jego granic, łącząc wysokiej klasy język literacki z kulturą oralną, wprowadzając do literatury lokalne dialekty i nowe słowa, tworząc teksty, których poetyckość była tak wyrafinowana, że odsyłała do metafizyki. Nikt tak jak Kadare nie uchwycił albańskiego ducha i nikt tak jak on nie grał pieśni pochwalnych na nacjonalistycznych strunach.

Albańczycy głośno go kochali i po cichu nie znosili, krytykując za megalomanię i za to, jak po 1991 roku nie oponował, gdy za granicą kreowano go na dysydenta. Tymczasem Kadare w czasach komunistycznych był twórcą wybitnym, uznanym i pokornym. Będąc pisarzem i obywatelem najstraszniejszego reżimu komunistycznego w Europie – manewrował. Napisał i „Czerwonych paszów», poemat gloryfikujący dyktatora Envera Hodżę, i Kafkowskie z ducha arcydzieło „Pałac snów», w którym genialnie pokazał okrucieństwo, bezwzględność i absurdy albańskiego totalitaryzmu. Jedni mówią, że uniknął więzienia, bo umiał ułożyć się z władzą. Inni – że to jego talent obronił go przed kratami. Być może i jedni, i drudzy mają rację.

Kadare opowiadał światu Albanię w taki sposób, jak sami Albańczycy chcieliby siebie widzieć. Mówił o wielkości i dzielności starożytnego narodu, podkreślał wagę honoru w kulturze albańskiej. Chciał, by Zachód Albanię dostrzegł i podziwiał. Jego bałkańskich opowieści słuchał cały świat – przetłumaczono je na 45 języków.

Albańczycy zajmujący się kulturą, podkreślają dziś, że Kadare nie znalazł swojego czytelnika idealnego, bo stał się spiżowym pomnikiem za życia, a jego twórczość rzadko kiedy była analizowana krytycznie i w pełni rozumiana. Być może teraz, po śmierci legendy, przyszedł czas, by opisać ją na nowo.

Kadaré fue un escritor sumamente importante en Albania y los Blacanes. Era la personificación de Albania. En su país natal, Kadaré se volvió una leyenda en vida, un magnífico escritor, con una autoridad que pocos se atrevían a cuestionar. En Gjirokastra, ciudad donde nació, caminaba por una calle nombrada en su honor, y el punto centro del era la casa de Kadaré, museo que visitaban admiradores de su obra llegados de todo el mundo.

La palabra que utilizan los albaneses para describirlo en este momento es “maestro”, y lamentan la muerte de su querido escritor. Enorme. Legenda. El embajador de la nación, su símbolo. Pero, al mismo tiempo, denominado espía francés, comunista traidor. Ni opositor ni víctima del sistema, entonces, ¿quién era?

No existe otro escritor que haya enriquecido tanto la lengua albana, cruzado sus fronteras, combinado el lenguaje literario de alto nivel con la cultura oral, incorporado dialectos locales y palabras nuevas en la literatura, creado textos llenos de poesía tan compleja que aludía a la metafísica. Nadie supo captar el espíritu albanés como Kadaré, y tampoco nadie esbozó el espíritu nacionalista como él.

Los albaneses lo adoraban con intensidad, sin embargo, también lo detestaban en silencio, lo criticaban por su megalomanía y por no haberse unido a la oposición al finalizar el régimen comunista en 1991, aunque en el extranjero se lo consideraba un disidente. Kadaré fue un escritor distinguido, reconocido y humilde durante el período comunista. Como escritor y ciudadano del régimen comunista más terrible de Europa, logró salir adelante. Escribió “Red Pashas”, poema que glorifica al dictador Enver Hoxha, y la obra maestra kafkiana “El palacio de los sueños”, en el que mostró con dura crueldad la crudeza y las ridiculeces del totalitarismo albanés. Hay quienes dicen que evitó la cárcel ya que sabía cómo tratar con las autoridades. Otros argumentan que su talento lo salvó de la cárcel. Quizás ambas opciones son ciertas.

Kadaré presentó Albania al mundo como los propios albaneses hubieran querido que se les percibiera. Expresó la grandeza y valentía de la antigua nación y resaltó la importancia del honor en la cultura albanesa. Quería que Occidente se fijara en Albania y la admirara. Sus historias sobre los Balcanes se leían en todo el mundo, se tradujeron a 45 idiomas.

Los albaneses que hoy se dedican a la cultura recalcan que Kadaré no encontró a su lector ideal porque se volvió un monumento de bronce en vida. Su obra rara vez fue analizada críticamente y comprendida en su totalidad. Quizás ahora, tras la muerte de este gran escritor, es hora de interpretarlo de una nueva manera.

Mirana Likar. Fotografía brindada por Ana Pavlenič, uso autorizado.

La escritora eslovaca Mirana Likar expresó su reacción con Global Voices por correo electrónico:

When in my teens I started creating my own library, Kadare's novel “The General of the Dead Army,” translated into Serbian, was one of my first books. At that time, I most probably didn't understand the author's messages. Later, for the sake of my own writing, I returned to the issues of dying at the time of war. I found many answers to my questions in the novel. The writer's life is also inspiring, because it bears witness to the notion that even in the harshest tyranny, one can escape — into writing. And change everything. This seemed like an important message for all of us who lived in one-party states.

En mi adolescencia, cuando comencé a formar mi biblioteca, la novela de Kadaré “El general del ejército muerto”, traducida al serbio, fue uno de mis primeros libros. En aquel entonces, es muy probable que no entendiera los mensajes del autor. Luego, por el bien de mi propia escritura, volví a las cuestiones de morir en épocas de guerra. Encontré muchas de mis respuestas a esas preguntas en esa novela. La vida del escritor también es muy inspiradora, da un testimonio de que incluso en la tiranía más dura, se puede escapar en la escritura y cambiarlo todo. Esto es un mensaje importante para todos los que vivimos en Estados unipartidistas.

En la vecina Macedonia del Norte, la Asociación de Escritores de Macedonia publicó esta declaración en su página de Facebook:

Денес, во 88 година од својот живот, светот го напушти Исмаил Кадаре, најголемиот албански писател на ХХ век, автор на повеќе книги проза, поезија и есеи, автор на сценарија и на пиеси. Својот најпознат роман „Генералот на мртвата војска“, го објавил на возраст од 26 години. Неговиот лик и дело ќе останат силна инспирација за голем број автори членови на Друштвото на писателите на Македонија. Вечна му слава.

Hoy, a los 88 años de edad, Ismaíl Kadaré, gran escritor albanés del siglo XX, dejó este mundo. Escribió numerosos libros de prosa, poesía, ensayo, guiones y obras de teatro. Publicó su novela más famosa, “El general del ejército muerto” a los 26 años. Su personalidad y sus obras seguirán siendo una gran inspiración para muchos autores miembros de la Asociación de Escritores de Macedonia. Gloria eterna para él.

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