
Composición de Arzu Geybullayeva. Las imágenes son de uso libre por cortesía de los socios de contenido de Global Voices.
El 21 de junio se cumplió un año desde que la aldea azerbaiyana de Söyüdlü se vio sacudida por protestas ambientales organizadas por lugareños que se oponían a los planes de construir un segundo lago artificial, también conocido como presa de relave. En su momento, los medios locales informaron sobre la existencia de una grabación de la policía antidisturbios en la que se los ve utilizando fuerza física considerada excesiva, balas de goma y gas lacrimógeno contra los habitantes del pueblo.
Al menos cinco habitantes del pueblo quedaron con detención administrativa, y uno recibió una multa administrativa por la protesta. A los reporteros que cubrían las protestas les restringieron la entrada al lugar, hay relatos que indican que la Policía utilizó fuerza física y que los obligó a eliminar el contenido. También hicieron frente a otras formas de amenaza e intimidación durante y después de la protesta. Según el servicio azerbaiyano de Voice of America, otros habitantes del pueblo, e incluso un exparlamentario que habló en apoyo de las protestas, fueron arrestados con cargos falsos, como posesión de drogas. No se reprendió a ninguno de los policías cuyo abuso de poder quedó registrado en los videos.
La reacción pública a las protestas y a la intervención violenta de la Policía llevó a las autoridades a establecer una Comisión Gubernamental para investigar los peligros de la presa existente. El ministro de Ecología y Recursos Naturales, Mukhtar Babayev (ahora presidente de la próxima Conferencia COP29 a celebrarse en la capital, Bakú, en noviembre de 2024) encabezaba la comisión. Babayev dijo que las conclusiones preliminares de la investigación de la comisión mostraron que todos los indicadores ecológicos relacionados con el proyecto de la presa estaban dentro de los parámetros. Mientras tanto, el Ministerio no les permitió a los expertos ambientales y ecológicos independientes locales visitar el sitio para su evaluación y supervisión, a pesar de las reiteradas solicitudes.
La mina de oro
La presa no es lo único que genera controversia ambiental en la zona. La mina de oro de Gadabay ha estado en funcionamiento desde 2009. Forma parte de ocho zonas de contrato en todo el país operadas por una compañía llamada Anglo Asian Mining que firmó un acuerdo de producción compartida con el Gobierno de Azerbaiyán en 1997 según la información en el sitio web de la compañía. El primer lago artificial se construyó en 2012 para desechar los residuos tóxicos de la mina, según lo informado por Meydan TV y OC media.
Ahora, diez años después, los habitantes del pueblo que viven cerca de la mina afirman que los residuos son tóxicos y han tenido un impacto negativo en su salud, y en el ganado debido a la contaminación del suelo.
Un mes después de que comenzaran las protestas, se suspendió la operación de la compañía de la mina de oro.
Recién entonces la empresa emitió un comunicado sobre sus planes de construir una segunda presa de relave. En el comunicado del 17 de julio de 2023, la compañía se comprometió a proteger «la salud, la seguridad y el bienestar de sus trabajadores y de la comunidad local», dado que era «de vital importancia para la compañía que respalda la gobernanza de sus operaciones».
El comunicado de la compañía también indica que el Gobierno de Azerbaiyán ya acordó asignar nuevos terrenos para la segunda presa. El momento y la redacción del comunicado parecían indicar que también estaba respondiendo a las declaraciones del presidente Ilham Aliyev del 11 de julio. En una reunión de gabinete, el presidente Aliyev cuestionó la negligencia del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales y lo acusó de dejar, involuntariamente o por desconocimiento, las demandas del pueblo sin responder. El presidente también cuestionó la autorización emitida para construir la segunda presa y exigió una investigación.
Durante el segunda reunión de la Comisión Gubernamental, el primer ministro, Ali Asadov criticó al Ministerio de Ecología y Recursos Naturales por la falta de supervisión en la zona donde operaba Anglo Asian Mining. Asadov, sy eñaló que no se ha supervisado la zona desde 2018.
Según la investigación Forbidden Stories, red de reporteros que garantiza que continúe el trabajo de los reporteros que reciben amenazas, el director ejecutivo y principal accionista de la compañía minera, el iraní-estadounidense Reza Vaziri, es «amigo personal del presidente [Ilham Aliyev]». Conforme a las mismas investigaciones, «el Gobierno de Azerbaiyán también comparte las ganancias de la mina con la compañía».
En septiembre de 2023, Babayev prometió que el ministerio se encargará de la supervisión estricta de la compañía. De acuerdo con el sitio web del ministerio, se mencionaron las actividades de supervisión para el 18 de julio de 2023, según las cuales la comisión identificó «la violación de las normas de seguridad, ambiente e higiene y la falta de la aprobación necesaria de los organismos ejecutivos pertinentes del país en el proceso de operación y construcción».
Ese mismo mes, la compañía dio a conocer los hallazgos del informe de impacto ambiental. Según la evaluación, no hubo problemas con la calidad del aire, no hubo indicios de cianuro en las muestras de suelo y se encontró una concentración muy baja de cianuro en cuatro muestras de agua, dentro de los límites establecidos en los Estándares de Desempeño Ambiental y Social de la Corporación Financiera Internacional.
«Para separar el oro de la roca, Anglo Asian Mining utiliza cianuro, y vierte el lodo generado por el proceso, que contiene productos tóxicos como cianuro y arsénico, en el depósito, conocido como estanque de relaves», escribieron los reporteros de investigación de Forbidden Stories.
En cambio, el informe sostenía que las protestas no se debieron al impacto ambiental de la presa, sino a la «falta de comunicación proactiva entre el equipo de gestión del sitio y la comunidad local, problemas arraigados sobre asignación de tierras y derechos mineros, e incumplimiento de los protocolos internacionales aceptados para la consulta pública, y no tanto a un problema técnico fundamental con la instalación actual de almacenamiento de relaves o la ubicación propuesta para la nueva instalación de almacenamiento de relaves».
El informe discrepó drásticamente de cómo se sentían los habitantes del pueblo. «Lo que el cianuro no pudo terminar, lo van a terminar ahora con este veneno», gritó una mujer del pueblo mientras las imágenes mostraban a la policía antidisturbios completamente equipada que rociaba con gas pimienta a mujeres de edad avanzada y a todos los habitantes del pueblo.
Dos meses después, en noviembre, la compañía reinició su funcionamiento después de firmar un acuerdo con el Gobierno sobre un plan de acción «para implementar algunas mejoras en las operaciones y los procedimientos». Estas mejoras y acciones incluyeron: mejorar la supervisión ambiental del sitio, mejorar el compromiso con las comunidades locales, crear planes que respondan ante las emergencias, entre otras. El plan de acción no mencionaba si alguno de estos objetivos ya estaba en marcha antes de la firma del acuerdo.
Ahora, un año después de la protesta, parece que la compañía, el ministerio y el Gobierno de Azerbaiyán han vuelto a operar como de costumbre, sin que se den a conocer más informes de supervisión desde la última evaluación publicada en septiembre de 2023. Cuando Global Voices intentó ponerse en contacto con los habitantes locales, ninguno estuvo dispuesto a hablar por miedo a las represalias. Mientras tanto, Anglo Mining informó de un aumento de las acciones de la compañía poco después de reiniciar su operación en el terreno. En su intervención en la Junta General de junio de 2024, la presidenta de la empresa, Reza Veziri, dijo que aunque los últimos doce meses han sido difíciles, la empresa no ha sufrido pérdidas significativas dada su resiliencia y que las proyecciones parecen favorables.
Las preocupaciones de Veziri sobre el contratiempo de la compañía no son nada en comparación con la región de Gadabay, donde está el pueblo de Söyüdlü, que sigue teniendo un rendimiento deficiente en todos los indicadores económicos del país. Según un informe de junio de 2023 del Servicio de Radio Libertad de Azerbaiyán, Gadabay es una de las regiones con menor acceso a servicios públicos, incluidos gas y agua potable, y está rezagada en atención médica y educación, así como en los indicadores económicos.