
Gerardo dela Peña (derecha) y su hijo Melchor, sostiene la orden de su libertad. Foto de Kapatid, utilizada con autorización.
Este articulo de Nuel M. Bacarra se publicó originalmente Kodao, sitio de noticias independiente de Filipinas. Global Voices publica una versión editada como parte de un acuerdo para compartir contenido.
El 30 de junio de 2024, el preso político más viejo de Filipinas, Gerardo Dela Peña, de 85 años, salió en libertad de la prisión nacional de Bilibid, en la ciudad de Muntinlupa, tras más de diez años en prisión.
Dela Peña fue jefe de la sección de Camarines Norte de Samahan ng mga Ex-Detainees Laban sa Detensiyon at Aresto (SELDA), grupo de defensa que promueve la justicia para expresos políticos. Personal militar lo detuvo el 21 de marzo de 2013 y condenó por cargos falsos de asesinato a los 75 años.
La red de derechos humanos Karapatan destacó el activismo de Dela Peña durante la dictadura de Marcos en la década de 1970 y principios de la década de 1980:
Coming from a family of land tillers, Dela Peña was a peasant organizer in Bicol. In his younger years as an activist, he was detained and tortured by the police and military under the Marcos dictatorship in 1982. After his release, he chaired the SELDA chapter in Camarines Norte. He persisted in his activism, working with various other people’s organizations in the region, despite threats to his life and liberty.
Dela Peña viene de una familia de agricultores, y fue organizador campesino en Bicol. En sus años como joven activista, fue detenido y torturado por la Policía y el Ejército durante la dictadura de Marcos en 1982. Tras su liberación, presidió la sección de SELDA en Camarines Norte. Persistió en su activismo, colaboró con otras organizaciones populares de la región, a pesar de las amenazas contra su vida y su libertad.
El grupo de apoyo a los presos políticos Kapatid insistió en que la condena de Dela Peña por el presunto asesinato de su propio sobrino estaba equivocada, ya que el grupo comunista armado Nuevo Ejército del Pueblo ya había admitido el acto.
Su apariencia era delgada y frágil, llevaba una pequeña bolsa con sus escasas pertenencias y el certificado de salida de prisión expedido por la Oficina Penitenciaria el 29 de junio.
Melchor Dela Peña, hijo de Gerardo, fue a buscar a su padre a la prisión tras viajar 12 horas desde su provincia natal. Estaba acompañado de Fides Lim, vocero de Kapatid.
En una declaración, Lim dijo:
Tatay [Father] Gerry’s journey to freedom was very difficult because of systematic challenges and bureaucratic delays. Being more than 80 years old and sickly, Tatay Gerry is over qualified to avail of humanitarian basis for release.
El camino de Tatay [padre] Gerry hacia la libertad fue muy difícil por problemas sistemáticos y retrasos burocráticos. Por tener más de 80 años y estar enfermo, Tatay Gerry está sobrecalificado para acogerse al criterio humanitario básico para su liberación.
Lim añadió que es preocupante que la Junta de Indultos y Libertad Condicional no aplicara inmediatamente sus propias resoluciones políticas, que ofrecen clemencia ejecutiva a los presos que hayan cumplido 70 años de edad y diez de condena.
«El hecho es que Tatay Gerry ya había cumplido en exceso su condena conmutada, cumplió exactamente 12 años y dos meses desde el 12 de junio, además de la bonificación por buena conducta que acumuló. Cada minuto adicional entre rejas es una gran injusticia para un hombre inocente», declaró Lim.
El 24 de mayo, la Comisión de Derechos Humanos también recordó al Gobierno su deber de aplicar las Reglas Mandela –normas internacionales sobre el trato a los presos–, que conceden clemencia a los presos enfermos y ancianos.
Tatay Gerry, que ya tiene problemas de audición, también tiene problemas de visión, diabetes e hipertensión. Durante su estancia en la cárcel, también sufrió un derrame cerebral.
IN PHOTOS: Gerardo Dela Peña and his son, Melchor Dela Peña, are welcomed by human rights groups and advocates today. Dela Peña was released last night, June 30, at 9:30 p.m, after years of campaign for his release on humanitarian grounds. pic.twitter.com/UiKdHehSrs
— Bulatlat (@bulatlat) July 1, 2024
EN FOTOS: Gerardo Dela Peña y su hijo, Melchor Dela Peña, son recibidos hoy por grupos de derechos humanos y defensores. Dela Peña fue liberado anoche, 30 de junio, a las 21:30 horas, tras años de campaña para su liberación por motivos humanitarios.
Sistema judicial defectuoso
La Unión Nacional de Abogados del Pueblo afirmó que la detención, condena y encarcelamiento de Dela Peña durante diez años fue el resultado del sistema judicial defectuoso del país. Ephraim Cortez, presidente de la Unión Nacional, dijo que durante el juicio se establecieron dudas razonables:
If there was any proof, I don’t think it was sufficient because somebody else did it and somebody else admitted doing it. It should have mattered to look for that angle. The fact that somebody else claimed having done it, it is already a reasonable doubt.
Si había alguna prueba, no creo que fuera suficiente porque alguien más lo haya hecho y otro haya admitido haberlo hecho. Debería haber importado buscar ese ángulo. El hecho de que otra persona afirmara haberlo hecho ya es una duda razonable.
En una reunión de celebración para Dela Peña el 1 de julio, dijo que estaba muy emocionado por volver a casa con su familia y trabajar de nuevo en su granja de Camarines Norte.
Ay, masaya syempre. Hindi na kayang sabihin ang kasayahan ko. Ang kasayahan ko ay pantay Langit na.
Feliz, por supuesto. No hay palabras para describir mi felicidad. Mi felicidad está por las nubes.
Añadió que está deseando ver a su esposa Pilar para darle un beso.
Dela Peña dijo estar agradecido a Lim y Kapatid, a sus abogados, a SELDA y Karapatan y a otras organizaciones que trabajaron por su liberación.
También dijo que espera la libertad de todos los demás presos políticos, especialmente de los enfermos y los ancianos.
Por su parte, Melchor, hijo de Dela Peña, dijo:
Pakiramdam naming, may nadagdag sa buhay namin. Masaya kami dahil ‘yung pamilya namin ay nag-aabang doon. Hindi kami nag-i-expect na makalabas pa siya. Sabi naming, wala na. Buti na lang may tumulong sa amin.
We feel our lives have been enhanced. We are happy as our family waits for us arrival. We didn’t expect him to be free. We gave up. Luckily, there were those who helped us.
Sentimos que nuestras vidas han mejorado. Somos felices ahora que nuestra familia espera que lleguemps. No esperábamos que lo liberaran. Nos dimos por vencidos. Por suerte, hubo quien nos ayudó.
El Gobierno argumentó que Dela Peña no debe ser considerado un preso político. «Su condena no fue por un delito político dirigido contra el orden político, así como delitos comunes que puedan cometerse para lograr un fin político», dijo el Departamento de Justicia.
Pero Kapatid respondió rápidamente a esta afirmación:
…it is apparent that their denial is intended to obscure the reality of political prisoners and to cover up the unjust practices of a security apparatus that fabricates nonbailable cases to stigmatize activists and political targets as common criminals.
…es evidente que su negación pretende ocultar la realidad de los presos políticos y encubrir las prácticas injustas de un sistema de seguridad que fabrica casos no procesables para estigmatizar a activistas y objetivos políticos como [si fueran] delincuentes comunes.