Desde el 17 de julio, los parlamentarios turcos están en medio de un intenso debate sobre la legislación propuesta por el Partido Justicia y Desarrollo (AKP) con el objetivo de reducir el número de perros callejeros, que según el Gobierno, suponen un peligro para la población. El 24 de julio, la regulación fue aprobada gracias a los votos del AKP y su aliado, el Partido de Acción Nacional (MHP), por lo que está más cerca de convertirse en ley más allá de debates parlamentarios, críticas y oposición de los defensores de los derechos de los animales, ONG y opositores políticos. El Parlamento tenía previsto finalizar este debate de ley antes del 1 de agosto, cuando entra en receso de mitad de año.
El polémico proyecto de ley
Los funcionarios del AKP estiman que existen unos cuatro millones de perros vagabundos en las calles de Turquía, cifra que algunos parlamentarios cuestionan. Aún así, cuando el parlamentario opositor Deniz Yavuzyilmaz solicitó al partido gobernante datos que respalden esta información, no obtuvo respuesta alguna: «¿De dónde es tu fuente? ¡Ninguno de ustedes puede decirnos de dónde sacan esos números!».
Originalmente, el partido gobernante propuso la eutanasia de perros por inyección si pasados 30 días de aparecer en la lista de un sitio web del Gobierno nadie los adoptaba. El AKP sostuvo que la esterilización de los animales no bastaba para controlar la población de perros callejeros y que no daba respuesta a los problemas de seguridad pública.
Los defensores de derechos animales y algunos ciudadanos se mostraron en desacuerdo y acusaron al Gobierno de no poder resolver la situación pese a anteriores promesas. Una encuesta reciente sobre la percepción pública del proyecto de ley de los derechos animales de julio de 2024 de la empresa de investigación y consultoría KONDA, encontró que el 63 % de los consultados responsabilizaba a los Gobiernos estatales y locales por encontrar soluciones que no requieran métodos tan violentos como la eutanasia. Alrededor del 22% respondió que los animales vagabundos no eran un problema, mientras que solo el 15% apoyaba sacrificarlos cuando fuera necesario.
A lo largo de los debates, los municipios dirigidos por los partidos políticos opositores prometieron no recurrir a la eutanasia de vagabundos, aunque se aprobara el proyecto. A aquellos activistas que fueron a la discusión del 17 de julio, que se prologó hasta altas horas de la noche, no se les permitió volver cuando se reanudaron los debates el 22 de julio. Como resultado de la protesta pública, el AKP retrocedió de la eutanasia propuesta originalmente y limitó el alcance de las condiciones. Los perros callejeros serán sacrificados si «su comportamiento amenaza a la vida humana y animal, están enfermos terminales o su muerte es necesaria para evitar la propagación de alguna enfermedad infecciosa severa».
Medidas existentes
En 2018, luego de ganar las elecciones, el presidente Recep Tayyip Erdoğan prometió reforzar las leyes de protección animal vigentes. En 2021, el Parlamento turco aprobó la nueva ley sobre los derechos animales. La nueva ley prohibió vender gatos y perros en tiendas de animales, ya que los clasificó como seres vivos, en vez de bienes. Asimismo, castigó el maltrato animal con hasta cuatro años de prisión. Bajo la nueva disposición, quedaron prohibidas la venta y crianza de perros pitbull y tosa inu, junto a otras razas estereotípicamente consideradas como peligrosas. Quienes fueran declarados culpables de violar la ley estarían sujetos a multas. Así también, la nueva norma obligaba a los propietarios de mascotas a registrarlas con identificaciones digitales. El 7 de diciembre de 2021, se modificó esta ley para exigir a los dueños de razas peligrosas que los esterilicen y registren con las autoridades antes de enero de 2022.
En diciembre de 2021, Erdoğan pidió a todos los municipios del país que reunieran a los perros vagabundos y los enviaran a refugios. El presidente también exigió que los propietarios de animales, a quienes calificó como «turcos blancos» (término que se usa para identificar a personas laicas, occidentales y de izquierda principalmente), cuiden a sus mascotas. En ese entonces, la polémica se avivó cuando, en la provincia turca de Gaziantep, una niña de cuatro años fue atacada por dos pitbulls que iban sin correa, lo que dio lugar a peticiones para su dueño fuera sancionado severamente. Luego de que Erdoğan habló en público en Ankara, muchos municipios procedieron a reunir a los perros callejeros de forma violenta.
La ley de protección animal existente requiere que cada municipio disponga de un refugio. Pero solo 294 de 1390 de los municipios cumplen con este punto, y donde sí los hay, no tienen los recursos, el financiamiento o la facilidad de una esterilización eficaz. En el mejor de los casos, pueden albergar unos 100 000 perros vagabundos. Además, se registraron numerosos casos de malos tratos hacia los animales en estos refugios.
Los defensores de los derechos de animales consideran que el único método decente de control animal es esterilizar, vacunar y devolver después al animal donde se le hubiera encontrado. Sin embargo, se deben aplicar algunas excepciones a los perros identificados como peligrosos, según los voluntarios de bienestar animal. Estos perros deben ser alojados en los centros de cuidado de los barrios.
Según las enmiendas aprobadas el 24 de julio, los perros recogidos quedarán resguardados en refugios luego de su rehabilitación hasta que puedan ser adoptados. El Ministerio de Agricultura y Silvicultura será el encargado de la documentación y, en los casos que el perro tenga una enfermedad infecciosa, sea peligroso o demuestre un comportamiento agresivo, será sacrificado por un veterinario o bajo la supervisión de un veterinario.
El texto aprobado incluye el requisito de que las municipalidades deben construir refugios. En el caso de que los encargados municipales no cumplan con estos términos, pueden enfrentar penas de entre seis meses a dos años de prisión. El plazo construir estos refugios y mejorar las condiciones de los ya existentes es hasta el 31 de diciembre de 2028. Para el veterano periodista Rusen Cakir, este artículo específico tiene el potencial de dejar a los municipios liderados por la oposición en situaciones difíciles, en especial, a aquellos que hayan ganado en las últimas elecciones municipales y han asumido el control de municipios antes en manos del AKP y que están con deudas importantes.
Caldeados debates
Durante los debates, los parlamentarios de oposición afirmaron que el partido gobernante también puede referirse al nuevo proyecto como «el asesinato de animales» en vez de «ley de protección Animal». A modo de respuesta, el portavoz del AKP, Ömer Çelik, dijo que era «injusto representar esto (la ley) como una masacre. Nuestro deseo es que nuestras calles sean seguras».
Los activistas sostienen que, si ese fuese el deseo del partido gobernante, debería empezar por asegurar que los derechos y las libertades de los turcos se respeten. El partido gobernante no ha podido garantizar la seguridad de los mineros, de quienes viven en hogares para fundamentalistas religiosos o de las mujeres que son víctimas de feminicidios, casos cuyas cifran superan las de los accidentes causados por perros callejeros.
El periodista Ismael Ari lo describió en X, en respuesta a una infografía publicada por la emisora estatal TRT, que declaró que en los últimos tres años, se informó de un total de 10 muertes, 2389 heridos y 6530 víctimas a causa de perros callejeros. La emisora afirmó también que estos animales habían causado 2666 accidentes de tráfico, en los que murieron 37 personas y 3898 resultaron heridas:
TRT, iş cinayetinde ölenlerin, tarikat ve cemaat yurtlarında öldürülenlerin, katledilen kadınların verisini paylaşmaz ama! https://t.co/s8DCXCLwbz
— İsmail Arı (@ismailari_) July 22, 2024
Los perros callejeros atacaron a 4269 personas y provocaron 2666 accidentes de tránsito en los últimos tres años.
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TRT no va a publicar datos de muertes laborales, de los asesinados en viviendas gestionadas por comunidades religiosas ni de mujeres asesinadas.
Según el grupo turco Observatorio de Salud y Seguridad Laboral (ISIG), unos 878 trabajadores murieron en los seis primeros meses de 2024. El grupo considera que los accidentes laborales son prevenibles y, por lo tanto, los que tienen como consecuencia una muerte son calificados como asesinatos. Una plataforma que hace seguimiento de feminicidios en Turquía informó que se mató a un total de 223 mujeres en julio en el país. Mientras tanto, la influencia de sectas y comunidades religiosas no cesa: existen 30, que según investigaciones, surgieron durante el gobierno del AKP.
En los debates en torno a la ley de protección animal, los funcionarios del oficialismo se pronunciaron sobre el valor de la vida humana sobre la de los perros callejeros. Pese a esto y al juzgar por los números ya citados, estas declaraciones no tienen sentido en un país donde es más fácil abordar problemas visibles que llaman la atención, como los perros callejeros, que cuestiones más imperceptibles e acuciantes, como la seguridad laboral o la violencia de género.