
Distribución de agua en el Cuerno de África. Archivo está bajo licencia Creative Commons Atribución 2.0 Genérica.
Camerún, país de la costa occidental de África Central, tiene dificultades para suministrar agua potable a sus 27,91 millones de habitantes, sobre todo en las zonas rurales, muy afectada por grupos armados como los insurgentes de Boko Haram y los separatistas anglófonos. A pesar de los cuantiosos préstamos del Banco Mundial y el Banco Africano de Desarrollo para financiar proyectos de instalaciones de agua y saneamiento, este déficit de agua potable persiste, aún cuando Camerún sigue siendo el país africano con mayores recursos de agua dulce.
Esto se debe en gran medida al intenso conflicto interno de los últimos años. Desde 2017, los separatistas cameruneses luchan por la independencia, lo que ha llevado al Gobierno a movilizar a miles de militares para contener la insurgencia anglófona. Según un informe del Banco Mundial, los datos de las encuestas de hogares recopilados en 2021 y 2022 indicaron que el 23,0% de la población de Camerún vive por debajo del umbral internacional de pobreza extrema de 2,15 dólares por persona y día (PPA), en gran parte debido al conflicto mencionado.
Sólo el 43% de los cameruneses tiene acceso a instalaciones básicas de saneamiento debido al cambio climático, la pobreza, los conflictos violentos, la sequía que afecta a algunas regiones y otras causas relacionadas.
Desarrollo chino en Camerún
Desde principios de la década de 2000, China ha tratado de reforzar sus relaciones con Camerún para mejorar su posición en el continente africano. Como resultado, la potencia asiática ha financiado proyectos de desarrollo como plantas de tratamiento de aguas, ferrocarriles, instalaciones eléctricas, carreteras y puertos, entre otros.
Béatrice Kauli Ngumo, que vive en la capital de Yaundé, y habló del impacto positivo del proyecto y la inversión de China en una entrevista telefónica con Global Voices:
At the start, we lived with illnesses and scarcity. Cholera was our neighbor we were doing six kilometers from here to get water. Intestinal worms were common while COVID-19 had wreaked havoc due to lack of potable water as well.
Al principio, vivíamos con enfermedades y escasez. El cólera era nuestro vecino, y recorríamos seis kilómetros para conseguir agua. Las lombrices intestinales eran frecuentes, mientras que el COVID-19 había causado estragos también por la falta de agua potable.
En 2010, China, a través del Banco de Exportación e Importación de China, ofreció a Camerún un préstamo de 743 millones de dólares (5330 millones de yuanes chinos) para el mencionado proyecto de agua. En 2017, China volvió a abrir la cartera y concedió a Camerún otros 81,5 millones de dólares (594 millones de yuanes) para desarrollar instalaciones de agua y saneamiento. En 2014, la división camerunesa de China Overseas Group (中地海外水务有限公司) construyó plantas de tratamiento de agua potable e instalaciones relacionadas en cuatro ciudades del país. En 2017, se completó la planta de tratamiento de agua potable de Bafoussam y rápidamente se puso en uso oficial.
En una entrevista con los medios oficiales chinos, el subdirector del proyecto, Han Wei, declaró:
作为对旧水厂的扩建,新水厂目前可日产一万立方米水。为应对当地频繁断电造成无法输水的问题,水厂还新建了两座水塔,以便停电时利用重力势能持续为用户送水.
Como ampliación de la antigua planta de agua, la nueva puede producir actualmente 10 000 metros cúbicos de agua al día. La planta también ha construido dos nuevas torres de agua para suministrar agua continuamente a los usuarios con energía potencial gravitatoria durante los cortes de electricidad.
Acceso al agua en zonas urbanas y rurales
En marzo de 2024, en el Día Internacional del Agua, Naciones Unidas informó que la población con acceso al agua aumentó del 45,3% en 2007 a cerca del 70% en 2024. Es una mejora notable, sin embargo, la situación sigue siendo precaria en las zonas rurales, donde menos de la mitad de los hogares tienen acceso a agua potable en comparación con ocho de cada diez hogares en las zonas urbanas.
Además, la calidad del agua disponible no siempre es buena y a veces provoca enfermedades y desnutrición.
Incluso en grandes ciudades como Yaundé, muchos siguen consumiendo agua de pozos perforados, afirmó en una entrevista con Global Voices el activista Christophe Nyemeck Beat, periodista especializado en ambiente y saneamiento de Yaundé.

Niño utiliza un pozo de extracción en Ghana. Imagen de Flickr (licencia CC BY-NC-ND 2.0).
En la ciudad de Duala, algunos barrios o distritos se regocijan con la presencia de agua potable que fluye libremente por sus grifos. Pero en otros lugares, como el distrito insular de Minoca, situado cerca de Yaundé, no hay estación de bombeo y la gente sufre a menudo enfermedades y dolencias transmitidas por el agua.
La violencia en las regiones separatistas también ha contribuido a esta desigualdad. Desde la intensificación de los combates, los ataques y los secuestros en 2017, las regiones separatistas han enfrentado un aumento de la pobreza y falta de agua. La mezcla de miseria, falta de agua potable, sequía y COVID-19 hizo que la región separatista fuera casi inhabitable. Las evaluaciones humanitarias muestran que al menos 3000 personas han muerto, mientras que otros 730 000 civiles han huido de sus hogares hasta el momento.
Esta inestabilidad plantea retos a los posibles inversionistas chinos: es difícil para las empresas trabajar en lugares que luchan activamente contra el Gobierno con el que esperan trabajar. La embajada china ha pedido explícitamente a las empresas chinas que evacúen las zonas del país devastadas por la guerra para garantizar la seguridad de sus trabajadores.
En marzo de 2023, nueve mineros chinos murieron en un ataque armado en República Centroafricana, lo que desató la indignación de Pekín, que pidió la repatriación inmediata de los ciudadanos chinos del país y exigió un fuerte castigo para los implicados. Las empresas de propiedad china también sufren frecuentes ataques en República Democrática del Congo, lo que limita aún más la labor de China en África, incluido Camerún.
Intercambio económico entre China y Camerún
Desde hace 20 años, China se ha convertido en protagonista clave del desarrollo industrial del continente africano.
Mientras que muchos beneficiarios de la inversión china (a menudo denominada Iniciativa de la Franja y la Ruta) están preocupados por la llamada trampa de la deuda asociada a este proyecto, en Camerún, los ciudadanos y los funcionarios del Gobierno siguen disfrutando de los beneficios de esta relación.
En 2018, el presidente camerunés Paul Biya visitó China, y en esa visita oficial, firmó cinco acuerdos comerciales con el gigante de la economía. En los últimos 20 años, China ha dado a los países en desarrollo programas de ayuda por valor de más de un billón de dólares como parte de su plan de cooperación Sur-Sur. Sin embargo, también se critica que esta importante inversión ha empujado a los países del hemisferio sur a una crisis de endeudamiento, con un crecimiento superior a su capacidad económica. Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, ha declarado que el 40% de los países africanos está en situación de endeudamiento.
Camerún es uno de los países más endeudados. Según las estadísticas, la proporción del presupuesto nacional destinada a los acreedores externos sigue siendo significativamente superior a la del Ministerio de Defensa. La deuda externa de Camerún con China supera los 5000 millones de dólares por 45 proyectos de préstamo.
En los últimos años, la ayuda de China ha pasado gradualmente de contribuir a la construcción de infraestructuras a dar «ayuda de emergencia» para facilitar a estos países a pagar sus deudas.
El Gobierno chino ha negado en repetidas ocasiones que su ayuda esté vinculada a la carga de la deuda de los países africanos. En 2019, China condonó 450 000 millones de francos CFA (equivalentes a 78 millones de dólares) de la deuda de Camerún. Camerún tiene una importancia estratégica significativa para la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China.
Sin embargo, esta repetida condonación de la deuda desató la indignación pública entre algunos ciudadanos chinos. Los críticos se preguntan por qué China sigue repartiendo dinero en África cuando al menos 30 millones de chinos siguen viviendo en la pobreza, con unos ingresos anuales inferiores a 2300 yuanes (unos 340 dólares).
Este contexto ha puesto a China en una posición difícil en relación con África. Por un lado, China tiene ahora un gran interés en que las naciones africanas prosperen y desarrollen sus infraestructuras, debido al importante capital que aún debe. Por otro, las críticas internas y la inestabilidad de algunos mercados africanos han hecho que el camino a seguir sea incierto.