Este artículo de Chutikan Chaikittiwatana se publicó originalmente en Prachatai, sitio de noticias tailandés independiente. Una versión editada se publica en Global Voices en virtud de un acuerdo para compartir contenido.
La ley para la autonomía de las personas con discapacidad, que contiene artículos sobre la contratación de las personas con discapacidad, está vigente en Tailandia desde 2007. Sin embargo, las personas con discapacidad deben lidiar con obstáculos en cada etapa del proceso de selección; desde buscar trabajo hasta tener posibles entrevistas y condiciones de trabajo justas.
El 25 de mayo de 2024, el Centro de Vida Independiente para Personas con Discapacidad de Phutthamonthon, Thisable.com, Boon Rawd Brewery, Prachatai y Die Kommune organizaron un seminario sobre condiciones laborales de las personas con discapacidad, discriminación en el trabajo y obstáculos que existen a pesar de la ley.
Encontrar trabajo para un discapacitado
Los oradores coincidieron en que la mayor barrera para oportunidades laborales justas de las personas con discapacidad es la mentalidad generalizada de la sociedad que no reconoce sus derechos y juzga erróneamente sus capacidades. También agregaron que las personas con discapacidad desean ganar dinero para así poder reducir la carga que llevan sus familias.
Tal y como lo explica Ronnapat Wongpa, que tiene una discapacidad motora, las personas con discapacidades «… también somos seres humanos y queremos vivir tal y como los demás. Lo más importante es que queremos reducir la carga de nuestras familias en lugar de esperar a que nuestros padres ahorren dinero para mantenernos. Si ellos mueren, ¿cómo sobreviviremos? Es por esto que sentimos la necesidad de trabajar».
Los otros oradores tenían el mismo sentir, y todos se sienten capaces de trabajar. Desean contribuir a la sociedad tras tener estudios superiores u obtener certificados de formación profesional. «Sin importar el tipo de trabajo, le devuelve valor a la sociedad», dijo Chompoonuch Bussarakham, otra oradora con discapacidad motora.
Sin embargo, las personas con discapacidad deben lidiar con numerosos obstáculos al buscar un trabajo digno, muchos arraigados en lo que Chompoonuch expresó como ideas erróneas sobre sus capacidades, que a menudo llevan a las personas a juzgar injustamente su capacidad laboral.
Anurak Pathomlikitkarn, que tiene discapacidad visual, reveló que muchas veces le aconsejaban que no cursara estudios superiores, y que más bien se dedicara a ser masajista o vendedor de números de lotería. Después de que Anurak estudió en la Universidad de Thammasat y obtuvo su título de grado, se encontró con el rechazo de los lugares a los que postulaba para conseguir empleo. Uno de los empleadores hasta le dijo que, a pesar de que buscaban una persona con discapacidad visual, querían «alguien que pudiera ver mucho mejor».
Después de tener su título, a Chompoonuch la rechazaron en otros 80 trabajos. La mayoría de los empleadores se excusaba con el argumento de que sus empresas no tenían acceso para silla de ruedas. Chompoonuch relata que algunos dijeron que «no sabían cómo cuidarme por ser una persona con discapacidad».
Los obstáculos persisten a pesar de la ley
El artículo 33 de la ley para la autonomía de las personas con discapacidad de 2007, modificada en 2013, exige que las entidades públicas y privadas contraten una persona con discapacidad por cada cien personas sin discapacidad. En consecuencia, su supone que deben contratar una persona con discapacidad adicional por cada 50 personas sin discapacidad que tengan a su cargo.
Las entidades privadas que no cumplan con este cupo, o que decidan no cumplirlo, tienen dos opciones: contribuir financieramente con el Fondo para la Autonomía de las Personas con Discapacidad en virtud del artículo 34, o contratar personas con discapacidad como subcontratistas o mediante servicios de empleo especializados para contratos anuales remunerados con el salario mínimo, según el artículo 35 (esta última opción también aplica para entidades públicas).
Auttapon Srichitsanuwaranon, activista por los derechos de las personas con discapacidad, que presidió este seminario, dijo en una entrevista con Prachatai que una ley promulgada hace casi 20 años ya no puede responder adecuadamente a los desafíos que las personas con discapacidad enfrentan hoy.
La recesión económica que derivó de la pandemia del COVID-19 y otras condiciones sociopolíticas, junto con la creciente automatización que reemplaza al trabajo humano, han dado lugar a que disminuyan las oportunidades laborales para los empleados con discapacidades. Auttapon dice que esto se ve reflejado en las oportunidades laborales disponibles para personas con discapacidad en virtud de la tasa de empleo legal.
Auttapon ha dicho que las personas contratadas en virtud del artículo 35 suelen estar en gran desventaja, ya que no se los considera como empleados comunes con todos los beneficios que eso implica. Por ejemplo, no hay garantía de que sus contratos anuales vayan a ser renovados. Además, tal vez nunca obtengan un aumento. Anurak también se dio cuenta de que no existen regulaciones en la ley que aseguren una remuneración justa basada en la experiencia laboral del empleado, y expresó su frustración con su remuneración, que se ha mantenido igual por siete años.
Las personas con discapacidad pueden encontrarse sujetas a un contrato injusto por varias circunstancias. Ronnapat expuso casos en los que a algunos de sus compañeros con discapacidad solo se les pagaba los días en los que trabajaban, lo que llevó a recortes salariales por fines de semana y otras ausencias. Como resultado, recibieron un salario inferior en comparación a los trabajadores «sanos» en virtud del artículo 35, que garantiza un salario mínimo durante 365 días. Al parecer, estas situaciones se produjeron por varias razones. En ocasiones, los trabajadores no entendían los términos del contrato, y en otras las limitadas oportunidades laborales los obligó a aceptar condiciones injustas.
Tras observar que los retos y las desigualdades que enfrentan las personas con discapacidad se originan, en gran medida, en cómo las percibe el Estado y la sociedad en general, Auttapon propuso que las partes responsables reflexionen sobre la situación laboral actual de las personas con discapacidad y evalúen la eficacia y viabilidad de las leyes vigentes.
Esperanzas de oportunidades equitativas y justas
Auttapon destacó que el empleo no solo beneficia a las personas con discapacidad, sino a toda la sociedad:
When people with disabilities have jobs, they earn income. With that income, they spend, consume, and buy goods, all of which contribute to the value-added tax (VAT) system. This means they can actively participate in the economy and contribute to society.
Cuando las personas con discapacidad trabajan, generan un ingreso. Con ese ingreso gastan, consumen y compran bienes, lo que contribuye al sistema del impuesto sobre el valor añadido (IVA). Esto significa que pueden participar activamente en la economía y, por ende, contribuir con la sociedad.
Para Auttapon, las barreras que enfrentan las personas con discapacidad provienen de actitudes sociales:
It all comes back to the question of how society views people with disabilities. Does society perceive them as people with dreams and aspirations, or solely as vulnerable and marginalised with scarce opportunities all the time? They will continue to lack opportunities because they have never been given fair opportunities in the first place.
Todo vuelve a la cuestión de cómo ve la sociedad a las personas con discapacidad. ¿Las percibe como personas con sueños y aspiraciones, o únicamente como personas vulnerables y marginadas con escasas oportunidades? Seguirán sin tener oportunidades ya que, desde el principio, nunca se les brindó oportunidades justas.
Durante el debate, Chompoonuch también subrayó la importancia de reconocer los derechos y las potenciales contribuciones de las personas con discapacidad: «Algunas personas se preguntan, ‘¿Por qué tenemos que pagar impuestos para mantener a esta gente?’ Y la razón es que la sociedad no le ha dado oportunidades a las personas con discapacidad, lo que hace que sigamos siendo un grupo que quizás no pueda cuidarse plenamente».
Añadió que, personalmente, no ha tenido grandes dificultades en su lugar de trabajo con entidades que la contrataron de manera justa, ya que sus compañeros están dispuestos a comunicarse para entender sus condiciones. Sin embargo, ha enfrentado dificultades en el proceso previo a la contratación de personas que juzgaban erróneamente sus capacidades antes de ofrecerle oportunidades.
I may not be able to walk, but I can use a wheelchair to reach my destination. If I say I can do it, I truly can, but people tend to assume otherwise. People with disabilities have faced numerous challenges in their lives. Our hearts and minds are determined to overcome obstacles and find solutions for things to work out. This is something I hope people will understand.
Tal vez no puedo caminar, pero puedo usar mi silla de ruedas para ir a donde necesite. Si digo que puedo hacerlo es porque puedo, pero la gente tiende a creer que no. Las personas con discapacidad han enfrentado muchas dificultades en su vida. Nuestros corazones y nuestras mentes están decididos a superar los obstáculos y encontrar soluciones para que las cosas salgan bien. Espero que la gente pueda entenderlo.