El venerado cantante, compositor y guitarrista guyanés Dave Martins falleció la noche del domingo 18 de agosto a los 90 años. Estos últimos años, Martins luchaba contra su deterioro cognitivo, aunque no se ha revelado la causa de la defunción.
Martins era un «chico de campo«, nació y creció en la localidad de Hague (Región 3, Islas Essequibo–Demerara Occidental) con sus padres, Joseph y Zepherina Martins. Cuando tenía 10 años, la familia se trasladó a Vreed-en-Hoop, donde acabó la escuela primaria antes de asistir al St. Stanislaus College en la capital, Georgetown. Su madre se dedicaba a la música y su padre a la agricultura en la zona del río Pomerón (Región 2, Pomerón–Supenaam). Las historias que oía cuando viajaba con su padre y el calipso trinitense fueron las primeras influencias en sus composiciones. En abril de 2023, dijo a Guyana Chronicle que el calipso de la época tenía «drama, suspenso, comedia, valentía y poder en su música». Escuchaba música de calipso en grabaciones, y esa fue la música que quiso hacer, «pero con mi propia etiqueta».
Su familia migró a Canadá, donde formó su primera banda, The Debonairs, en respuesta a un anuncio que solicitaba un grupo musical caribeño. En 1966 formó una nueva banda, The Tradewinds, con miembros de las islas Caimán, Trinidad y Tobago, Granada y Barbados. Una de las primeras canciones del grupo, «Honeymoon Couple«, se convirtió en un gran éxito en el Caribe por su letra aguda y atrevida. Martins escribió más de cien canciones para la banda, que a menudo destilaban humor y contenían elementos de orgullo regional. Martins fue propietario del club «We Place» en el centro de Toronto mientras recorría el Caribe sin cesar con su banda. A lo largo de 30 años (1966–1996), The Tradewinds produjeron 17 álbumes.
Martins fue artista residente de la Universidad de Guyana, que en 2022 le concedió el grado honorífico de Doctor en Letras. Más tarde, Martins se trasladó a las islas Caimán. Era aficionado al teatro, actuó como comediante, y complementaba sus actuaciones con su guitarra y sus canciones. Escribió el musical titulado «Raise Up», que se produjo en Guyana, donde también fue columnista del periódico Stabroek News. A los 90 años, consideraba que estaba «disfrutando de la simplicidad de la vida».
La viuda de Martins, Annette Arjoon-Martins, publicó en Facebook:
«Eternally grateful to have shared fifteen years of unconditional love, support and especially shared passions for everything Guyanese with my soulmate.»
Eternamente agradecida por haber compartido cincuenta años de amor incondicional, apoyo y, sobre todo, pasión por todo lo guyanés con mi alma gemela.
Su hijo, Tony Martins, contó aspectos de la historia de su padre.
Numerosas instituciones y figuras públicas han homenajeado a Martins tras su fallecimiento. El presidente de Guyana, doctor Mohammed Irfaan Ali, le rindió tributo en su página de Facebook:
I am deeply saddened to learn of the passing of a true Caribbean icon, Dave Martins, whose music was the heartbeat of our region. As the leader of the Tradewinds band, Dave captured the essence of the Caribbean spirit and its identity, blending upbeat rhythms with biting satire that spoke to our hearts and minds. His music not only invited us to laugh at ourselves but also encouraged us to stand tall and be proud of our Guyanese and Caribbean heritage…
Dave Martins was more than just a musician; he was a true Caribbean person whose influence extended beyond borders, touching the lives of countless individuals across the region. His loss is deeply felt, not only in Guyana but throughout the entire Caribbean and in our diaspora.
Whenever his music plays, no matter where you are, it stirs a deep sense of pride in being a Caribbean person. The rhythms and melodies carry the essence of our shared heritage, reminding us of who we are and where we come from. Dave Martins’ music connects us to our roots and fills us with a profound love for our Caribbean identity.
Me siento profundamente triste de conocer el fallecimiento de un auténtico icono caribeño, Dave Martins, cuya música era el latido de nuestra región. Como líder del grupo Tradewinds, Dave capturó la esencia del espíritu caribeño y su identidad, mezclaba alegres ritmos con sátiras mordaces que hablaban a nuestro corazón y nuestra mente. Su música no solo nos invitó a reírnos de nosotros mismos, también nos animaba a mantener la cabeza erguida y sentirnos orgullosos de nuestra herencia guyanesa y caribeña (…)
Dave Martins era más que un simple músico: era un auténtico caribeño cuya influencia se extendía más allá de las fronteras, afectaba la vida de innumerables personas en toda la región. Su pérdida se siente profundamente, no solo en Guyana, sino en todo el Caribe y nuestros caribeños fuera de la región.
Cada vez que suena su música, no importa dónde estés, despierta un fuerte sentimiento de orgullo por ser caribeño. Los ritmos y melodías llevan la esencia de nuestra herencia compartida, nos recuerdan quiénes somos y de dónde venimos. La música de Dave Martins nos conecta con nuestras raíces y nos llena de un profundo amor por nuestra identidad caribeña.
El presidente Ali también publicó un vídeo de Martins en Facebook, que presentó Guyana Newsroom.
El líder opositor Aubrey Norton observó:
“It’s a great loss to Guyana. He is one of our cultural icons and one of the men who took a lot of Guyanese culture and put it into music and wherever you went in the world, you could have related to it and be proud of it. It is my only hope that we can have more of him.
Es una gran pérdida para Guyana. Era uno de nuestros iconos culturales y un hombre que tomó mucho de la cultura guyanesa y la hizo música, y allá donde fueras en el mundo, podías relacionarla y sentirte orgulloso. Mi única esperanza es que podamos seguir oyéndolo.
Una periodista guyanés comentó en Twitter/X lo que la música y los mensajes de Martins significaban para ella:
As a reporter in search of a way to capture the ironies of Guyanese entanglement with oil, and its history of resisting «outside faces from foreign places,» I found what I needed in calypsonian and wordsmith Dave Martins’ «Not a Blade of Grass.» RIP. https://t.co/cqkexEFppx
— Gaiutra Bahadur (@gbahadur) August 19, 2024
Ha nuerto el icono guyanés Dave Martins.
El legendario Dave Martins, icono cultural, musical y literario guyanés, falleció ayer a los 90 años.
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Como reportera en búsqueda de una forma de capturar las ironías del enredo de Guyana con el petróleo y su historia de resistir las «caras extrañas de lugares extranjeros», encontré lo que necesitaba en la canción Not a Blade of Grass del compositor de calipso y escritor Dave Martins. QEPD.
Nigel Hughes, recientemente elegido líder del partido político liberal Alianza por el Cambio, considera que la canción de Martins Not a Blade of Grass es el «himno nacional no oficial» de Guyana. Se grabó en la década de 1970, y es una canción amable, aunque provocadoramente patriótica, cuya letra dice:
We are a peaceful people
Struggling the struggle
And we don’t ask for trouble
Just ask around!But when outside faces
From foreign places
Talk about taking over
We end back in town
Somos gente pacífica
que lucha sus luchas,
no buscamos problemas
¡Pregunta por ahí!Pero cuando caras extrañas
de lugares extranjeros
hablan de tomar el mando
acabamos volviendo a la ciudad
El estribillo concluye:
No we ain’t giving up no mountain
And we ain’t giving up no tree …
Not one blade of grass!
No cederemos ni una montaña
y no cederemos ni un árbol (…)
¡Ni una brizna de hierba!
En una carta enviada en 2014 a Stabroek News, el propio Martins señaló que la canción no solo era una respuesta a las ambiciones venezolanas sobre la disputada región de Essequibo —que se mantienen en la actualidad— sino una simple expresión de amor por su país:
It may have been triggered by a border controversy, but Not a Blade of Grass is simply a case of Guyanese people expressing fervently and passionately their love for Guyana and for things Guyanese. It does not mention “border” or “armies” or “violence”. The word “Venezuela” is nowhere in the song, nor is the word “collision” or “dispute.” Indeed, someone can come to that song for the first time with no knowledge of the Guyana/Venezuela situation and still embrace the song totally, even without being knowledgeable about some of the ethnic terms it contains — jamoon; kreketeh; guinep, etc.
Puede haberse inspirado en una controversia fronteriza, pero Not a Blade of Grass es solo un caso de guyaneses que expresan ferviente y apasionadamente su amor por Guyana y por lo guyanés. No menciona las palabras «frontera», «ejército» o «violencia». La palabra «Venezuela» no aparece por ninguna parte en la canción, ni «colisión» o «disputa». Es más, cualquiera puede oír esa canción por primera vez sin conocer la situación entre Guyana y Venezuela, y sentirse totalmente identificado, incluso sin entender algunos términos étnicos que contiene: jamoon, kreketeh, guinep, etc.
En esta humorístico relato, Martins contó también la historia de cómo escribió la canción, que fue aprobada por el entonces presidente Forbes Burnham, y cómo causaba una viva respuesta del público cada vez que la tocaba con su banda.
En 2016, el cantante guyanés Juke Ross grabó una versión actualizada de la canción, producida por el cantante de dancehall y productor jamaicano Serani. Quizás fue el reflejo de la relevancia del largo conflicto fronterizo con Venezuela, que se remonta a 1841, cuando el país era una colonia británica (Guyana Británica).
Desde 2015, cuando se descubrió petróleo en la costa de la disputada región de Essequibo, Venezuela ha reafirmado sus demandas sobre la región, que supone unos dos tercios de la superficie terrestre total de Guyana. En diciembre de 2023, un referéndum apoyó la propiedad de Venezuela sobre el territorio. A pesar de la reunión celebrada ese mismo mes en la isla de San Vicente, la Declaración de Argyle entre los dos países, que acordaba una resolución pacífica y un diálogo continuo, no ha conseguido hasta ahora resolver las tensiones entre Guyana y Venezuela.
Mientras tanto, las canciones de Dave Martin siguen vivas. El fallecimiento del cantante ha causado no solo un sentimiento de nostalgia: también resuena con el pueblo guyanés, refleja un futuro incierto, sobre todo porque el presidente venezolano Nicolás Maduro parece haber recuperado poder tras las controvertidas elecciones generales del 28 de julio.