Comunidad centroasiática demuestra solidaridad regional sin precedente en los Juegos Olímpicos de París
Entrenador de la selección de boxeo de Uzbekistán, Akmal Hasanov, como entrenador asistente del boxeador kirguiso Munarbek Seyitbek Uulu, en los Juegos Olímpicos de París. Captura de pantalla del video Juegos Olímpicos que unen a Asia Central «Nosotros y el mundo» del canal de Азаттык en YouTube. Uso legítimo.
El 22 de agosto, el Gobierno de Kirguistán condecoró con la Medalla Chingiz Aitmatov a Akmal Hasanov, entrenador de boxeo de Uzbekistán, por asistir al boxeador Munarbek Seyitbek Uulu en los juegos Olímpicos de París 2024. Por cuestiones de acreditación, el entrenador personal de toda la vida de Munarbek no pudo acompañarlo en los Juegos Olímpicos, por lo que quedó sin entrenador asistente para asesorarlo durante los combates.
En una demostración de apoyo fraterno y solidaridad centro-asiática, Hasanov se ofreció como entrenador asistente de Munarbek y lo ayudó a alcanzar la final, en la que obtuvo la medalla de plata , y se convirtió en el primer boxeador kirguiso en obtener una medalla en los Juegos Olímpicos.
Este video de YouTube es de una entrevista con Akmal hasanov, en la que habla acerca de la ayuda que dio a Munarbek Seyitbek Uulu
La medalla Chingiz Aitmatov es una de las más prestigiosas condecoraciones nacionales en Kirguistán, que se concede por logros en cultura, educación, ciencia, literatura y arte, así como también en el fortalecimiento de la cultura y lazos internacionales. El apoyo de Hasanov fortaleció los lazos de interpersonales de los dos países.
Esto quedó evidenciado en las redes sociales, que los usuarios de Kirguistán usaron para expresar su gratitud a Hasanov y pidieron que los condecoraran por ayudar a Munarbek. Al hacer referencia sobre su apoyo, Hasanov destacó que fue una muestra de amistad entre las dos naciones y citó un proverbio que dice: «Es mejor un vecino cercano que un pariente lejano».
Este fue solo un ejemplo de solidaridad regional sin precedentes que demostraron los atletas de Asia Central y los fanáticos de los juegos Olímpicos de París. En un contexto en que los países compiten salvajemente entre sí, y los fanáticos apoyan solo a los suyos, fue notable observar que los fanáticos centroasiáticos alentaban a sus vecinos y a los atletas con entusiasmo y apoyo genuinos hacia sus rivales regionales.
Un ejemplo vivo fue la dupla de luchadores Demeu Zhadrayev de Kazajistán y Akzhol Makhmudov de Kirguistán, que obtuvieron las medallas de plata y bronce respectivamente. Zhadrayev venció a Makamudov en la fase de cuartos de final y llegó a la final, por lo que Mukhaudov peleó por la medalla de bronce, porque su única derrota fue con el finalista.
Zhadrayev reveló después en una entrevista que vio a Makhmudov como su hermano menor, y que le preocupaba más que Makhmudov ganara la medalla de bronce que ganar la de oro. Zhadraev ganó en la semifinal, y si hubiera perdido ese juego, Mukhamudov hubiera vuelto a casa con las manos vacías.
Este video de Instagram tiene un extracto de la entrevista a Demeu Zhadrayev, en la que habla acerca de su relación con Akzhol Makhmudov.
⚡️ Akjol Mahmudov es mi amigo✊🏻🇰🇿🇰🇬🫂
Se pudo observar la solidaridad entre los fanáticos en París y en Asia Central. Durante la estadía en París, los fanáticos de Uzbekistán sostenían banderas de los cinco países de Asia Central y se les vio alentar a los atletas de los países vecinos cada vez que competían. Los centroasiáticos que vieron los Juegos Olímpicos en casa también alentaron a los atletas regionales. Incluso el poeta y bloguero kazajo Bek Shimat compuso y cantó canciones en las que felicitaba las victorias de los atletas de Uzbekistán y Kirguistán.
Este video de YouTube muestra la solidaridad de los centroasiáicos en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Este nivel de solidaridad muestra que Asia Central ha descubierto una identidad regional común y ve se ve a cada uno más que solo como naciones vecinas. Unidos por una historia, cultura, idioma, religión y tradiciones compartidas, en espacial los hablantes de lenguas túrquicos en Kazajistán, Kirguistán y Uzbekistán; los ciudadanos centroasiáticos han estado construyendo y reforzando los lazos interpersonales desde 1991, cuando consiguieron la independencia luego de la desintegración de la Unión Soviética. Los frutos de este consistente nivel de base, compromiso y unidad estuvieron a la vista en la mayor competencia deportiva.
