Nueva ley al estilo ruso censura hacer referencia a la comunidad LGBTQ+ en el sistema escolar búlgaro

“¡Ya basta! ¡Abre la boca!” Manifestación contra la homofobia en Rusia, 2013. Foto por Marco Fieber vía Flickr (CC BY-NC-ND 2.0).

El 7 de agosto, el Parlamento de Bulgaria aprobó reformas a la ley de educación preescolar y escolar propuestas por la extrema derecha, el partido político prorruso Renacimiento, que prohíbe la “propaganda” para “orientaciones sexuales no tradicionales” en colegios, lo que generó escándalos y protestas. Los políticos liberales, la sociedad civil y los activistas LGBTQ+ advirtieron que es un reflejo de legislaciones similares aprobadas en Rusia y Hungría en años recientes.

La mayor organización de derechos humanos de Bulgaria, el Comité Búlgaro de Helsinki (BHC, sus siglas en inglés), se percató de que la aprobación de las reformas significa que “efectivamente, cualquier situación que dé información de cualquier tipo sobre homosexualidad, bisexualidad o transgénero, ya sea científica o no, en cualquier aspecto del sistema educativo preescolar o escolar, sin considerar el nivel, sería una infracción a la ley».

La ley aprobada y publicada que entró en vigencia el 16 de agosto literalmente «prohíbe…»:

Извършване на пропаганда, популяризиране или подстрекаване по какъвто и да е начин, пряко или косвено, на идеи и възгледи, свързани с нетрадиционна сексуална ориентация и/или определяне на полова идентичност, различна от биологичната.

Hacer propaganda, promoción o incitación de cualquier manera, directa o indirecta, de ideas o perspectivas relacionadas a orientación sexual o determinación de identidad de género no tradicional y diferente a la biológica.

Las reformas propuestas por los ultranacionalistas de ultraderecha fueron aprobadas por una gran mayoría respaldada por partidos populistas que se declaran como proeuropeos, al igual que todos los diputados independientes, informó Radio Free Europe (RFE) el 7 de agosto. Citan a Elizabeta Belobradova, parlamentaria de la alianza liberal anticorrupción Continuamos el Cambio – Bulgaria Democrática, que comentó en el debate parlamentario:

Когато взимаме текстове от Уикипедия, за да правим закони, не е дясно ориентирано, не е консервативно ориентирано и не е защита на българските деца, а е евтин популизъм.

Cuando usamos textos de Wikipedia para hacer leyes, lo que obtenemos no es legislación de derecha ni conservadora, y no es la protección de los niños Búlgaros, sino populismo barato.

RFE también informó que Georgi Georgiev, parlamentario del partido de derecha populista Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB), criticó las reformas como “precedente inusual en un Estado miembro de la Unión Europea”, que permite la discriminación que se opone directamente a la Convención Europea de Derechos Humanos, y también criticó la prisa del procedimiento.

En total, 135 de 240 parlamentarios votaron a favor. “Se esperaba el apoyo del Partido Socialista Búlgaro afín a Moscú, pero el proyecto de ley se aprobó en gran parte debido al sorprendente respaldo del partido centroderecha, GERB, afín a la Unión Europea”, informó Balkan Insight.

La organización LGBTQ+, Deystvie, advirtió que “Bulgaria está siguiendo el camino de Rusia», y también reparó en que algunos parlamentarios “usaron discurso de odio y declaraciones totalmente discriminatorias, que debilitan tendenciosamente las bases de la democracia y el estado de derecho” y puede aprobarse con la ley de protección contra la discriminación.

El 9 de agosto, feministas, LGBTQ+ y otros grupos de derechos humanos organizaron una protesta en las afueras del Parlamento búlgaro con el fin de pedir una revocación de la reforma, que prohíbe lo que sus seguidores llaman “propaganda LGBTQ+ en las escuelas”. Con la bandera LGBTQ+ en alto, los manifestantes coreaban frases como «¡Veto a la ley!», informó Euronews.

El 15 de agosto, Deutsche Welle informó que el presidente de Bulgaria, Rumen Radev, anunció que no vetó las reformas en la ley de educación preescolar y escolar, “al contrario de las apelaciones de las instituciones europeas, organizaciones no gubernamentales y activistas».

Esa noche, la decisión del presidente provocó una protesta frente a la presidencia. A la vez, el partido político Renacimiento preparó una contraprotesta bajo el lema “¡NO a la propaganda de género! ¡Sí a la normalidad!”, informó Novini.bg.

No es solo un problema de Bulgaria

El BHC explicó que, aunque las reformas no incluyan alguna sanción específica, estas se aplican a través de procedimientos disciplinarios contra los profesores, directores, enfermeras, psicólogos o cualquier trabajador público del Ministerio de Educación. Además, limitará el acceso a las escuelas para las organizaciones de sociedad civil, el grupo nacional de igualdad o las autoridades sanitarias que quieran trabajar en prevenir la discriminación o la promoción de educación sexual.

Politico citó a Rémy Bonny, director ejecutivo de Forbidden Colours, grupo de la Unión Europea sobre derechos LGBTQ+ de Bélgica, que dijo:

This law is not just a Bulgarian issue — this is a Russian law that has found its way into the heart of Europe… The European Commission must step in and hold Bulgaria accountable.

Esta ley no es solo un problema de Bulgaria, es una ley de Rusia que llegó hasta el corazón de Europa… La Comisión Europea debe involucrarse y hacer que Bulgaria asuma responsabilidades.

“Las instituciones internacionales no sirven aquí», dijo el copresidente del Comité Búlgaro de Helsinki, Radoslav Stoyanov.

While their reaction is much needed, no doubt, no international institution can directly invalidate the law despite the possibility for them to issue binding judgments or impose sanctions. At the end of the day, the decision to repeal the law lies with Bulgarian institutions. The question is how strong the incentive is for them to do that when the law is very popular and when sanctions are paid by the taxpayers who don’t mind that.

Sin lugar a dudas, a pesar de que su reacción es muy necesaria, ninguna institución internacional puede invalidar la ley de forma directa a pesar de la posibilidad de que emitan una opinión irrevocable o impongan sanciones. Después de todo, la decisión de anular la ley recae en las instituciones búlgaras. La cuestión es qué tan grande es el incentivo para que hagan eso cuando la ley es muy popular y las sanciones las pagan quienes pagan impuestos y no les importa.

“La sociedad de Bulgaria irá de mal en peor con el consumo de propaganda del Kremlin, y la posibilidad de una reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos es igualmente un factor muy importante», añadió Stoyanov, e indica que la existencia de muchas leyes “no digas gay” y “no digas ellos” en Estados Unidos se han usado como argumento para defender la legislación de Bulgaria.

Forbidden Colours criticó la legislación “que prohíbe la representación de identidades LGBTIQ+ en las escuelas”.

This law is a blatant attack on children’s rights and echoes the discriminatory policies seen in Russia and Hungary. This law is a direct assault on the fundamental human rights of LGBTIQ+ individuals, particularly children. It is deeply troubling to see Bulgaria adopting tactics from Russia’s anti-human rights playbook. Such actions are not only regressive but are also in direct contradiction to the values of equality and non-discrimination that the European Union stands for.

Esta ley es un claro ataque hacia los derechos de los niños y replica las políticas discriminatorias que se han visto en Rusia y Hungría. Esta ley es una agresión directa hacia los derechos humanos fundamentales de los individuos LGBTIQ+, en particular los niños. Es bastante preocupante ver que Bulgaria adopta tácticas del manual contra los derechos humanos de Rusia. Tales acciones son regresivas y están en directa contradicción con los valores de igualdad y no discriminación que la Unión Europea representa.

La homofobia y la transfobia se han expandido en Bulgaria, mientras el Gobierno adulaba a la extrema derecha durante el periodo continuo de inestabilidad, en el que hubo seis elecciones generales en tres años.

El país también rechazó ratificar la Convención de Estambul sobre la prevención de la violencia contra la mujer debido a una divulgación de propaganda de que promovería los derechos LGBTQ+. La comunidad LGBTQ+ de Bulgaria ha sido un blanco frecuente para la discriminación y la violencia.

Leyes anti-LGBTQ+ similares han sido impuestas en otros países de la región del Sudeste de Europa, como Hungría, país miembro de la Unión Europea. y Moldavia y Turquía, ambos candidatos a la Unión Europea.

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