Este artículo fue publicado en ProBox el 28 de agosto de 2024. El artículo es el segundo de una serie de investigación de tres partes Digital Terror (Terror digital), sobre represión en el contexto electoral venezolanos, en alianza con Digital Democracy Institute of the Américas y DFRLab. Esta es una versión editada que Global Voices reproduce en virtud de una acuerdo de asociación de medios.
El martes 30 de julio, aproximadamente 48 horas después de que el Consejo Nacional Electoral (CNE), con el respaldo del régimen venezolano, proclamó a Nicolás Maduro como ganador de las elecciones presidenciales del 28 de julio, Maduro anunció que las Fuerzas Armadas Nacionales y la Policía patrullarían calles y barrios en busca de ciudadanos que formaran parte de los «Comanditos», simpatizantes de base de la campaña opositora, testigos electorales, representantes de partidos de oposición y voluntarios de la operación electoral. Maduro denominó a los Comanditos «grupos comandos violentos», dijo que eran «delincuentes a sueldo» y anunció que «se procederá a detener a sus miembros».
La declaración de Maduro dio lugar a la «Operación Tun Tun«, campaña de difamación, doxeo y creación de miedo dirigida a los miembros de la oposición con acoso, persecución y detención arbitraria.
Las elecciones presidenciales en Venezuela, que resultaron en que se declaró a Nicolás Maduro como ganador con un controvertido 51,20% de los votos, desataron una ola de indignación y protestas en Venezuela y en el extranjero. Los ciudadanos venezolanos y la comunidad internacional se levantaron contra lo que muchos consideran un fraude flagrante. En lugar de reducir la crisis, el régimen optó por intensificar la represión en línea y en las calles.
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La campaña internet de la Operación Tun Tun tuvo el impulso principalmente de cuentas oficiales en redes sociales afiliadas al régimen de Maduro (en especial, las fuerzas militares), y seguidores y medios afines. Destaca el papel de las cuentas personales de Diosdado Cabello en X e Instagram, y las de su programa de televisión «Con el mazo dando», en la amplificación y distribución de la etiqueta #OperationTunTun en las redes sociales. Cabello es uno de los políticos de alto rango del chavismo que ha prometido perseguir a los opositores del Gobierno, y que recientemente fue designado Ministro del Interior, Justicia y Paz, cargo dedicado a supervisar a las fuerzas policiales venezolanas.
Doxeo patrocinado por el régimen: Viejas tácticas, nuevas plataformas
En algún sentido, la Operación Tun Tun es una campaña masiva de doxeo patrocinada por el régimen venezolano, que crea contenido para ridiculizar y exponer a ciudadanos que han criticado a Maduro en línea o que participaron en protestas. Estas publicaciones mostraban que obligaban a los detenidos a grabar videos «para pedir disculpas» y afirmar que habían sido «manipulados». Los videos incluían a menudo las etiquetas #ComanditosDelTerror y #ElPuebloQuiereJusticia.
El doxeo es la práctica de recopilar y revelar información personal de alguien sin su consentimiento, a menudo con la intención de acosar, amenazar o dañar a la persona.
Utilizaron fragmentos o audios de películas de terror, como “Saw” y “Chucky”, sobre videos de los detenidos a quienes trasladaban a centros de detención, en sus celdas y formados junto a otros detenidos, para infundir miedo en la población general.
La represión del régimen contra el movimiento opositor en Venezuela combina métodos duros (detenciones arbitrarias, tortura y ejecuciones extrajudiciales) y métodos blandos (difusión de videos intimidantes a través de cuentas oficiales en redes sociales o la anulación masiva de pasaportes).
La Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y la Dirección de Acción Estratégica y Táctica (DAET) son cuerpos de seguridad denunciados por múltiples organizaciones de derechos humanos como los principales brazos represivos del régimen de Maduro. Estas fuerzas están bajo investigación de la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad. Además, la Misión Independiente de Determinación de los Hechos de Naciones Unidas sobre Venezuela los señaló como responsables de detenciones arbitrarias, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y tortura, incluida violencia sexual y de género.
El director del Laboratorio de Paz, Rafael Uzcátegui, sostiene que desde el 28 de julio hubo una transformación cualitativa y cuantitativa de los mecanismos de control y coerción, y con ello, en los patrones de violaciones a los derechos humanos en Venezuela.
Coincido con la apreciación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos acerca que el conjunto de prácticas se constituyen en terrorismo de Estado, en donde la difusión del temor masivo y generalizado intenta inhibir y neutralizar el ejercicio de derechos civiles y políticos.
El 2 de agosto, la DGCIM anunció en su cuenta de Instagram una línea directa para denunciar a ciudadanos que formaran parte de la base opositora. Aunque la publicación fue eliminada mas tarde por violar las políticas de Meta, generó alarma entre periodistas y defensores de los derechos humanos sobre la implementación de canales de delación mediante plataformas de mensajería, como WhatsApp, para realizar denuncias anónimas, lo que condujo a la persecución de manifestantes y críticos del régimen.
Varios cuentas de TikTok, como una asociada con el DAET de la Policía Nacional Bolivariana, publicaron videos con mensajes como «DAET Venezuela sin tregua» y «Operación Tun Tun». La cuenta oficial del DAET Cojedes también publicó información sobre la Operación Tun Tun. Utilizaron la frase «sin lloradera» para insinuar que cuando la Policía apunta a miembros de la oposición, ninguna resistencia cambiará las cosas.
Entre el 29 de julio y el 19 de agosto, ProBox registró al menos 128 cuentas en X que se dedicaron al doxeo en el reciente contexto represivo venezolano. Aunque X fue la plataforma en la que se identificó más contenido de este tipo, también se destacaron 11 cuentas en TikTok, cuatro en Instagram y dos en Facebook.
Alrededor de 40 videos de cuentas del régimen, los cuerpos de seguridad y otros usuarios mostraron a personas detenidas y que luego se autoincriminban frente a la cámara después de participar en protestas contra Maduro. Algunas cuentas también publicaron memes que se burlaban de los detenidos. Otros videos mostraron publicaciones en redes sociales contra Maduro o las agencias del régimen, seguidas de videos de arresto a los supuestos autores.
Es importante aclarar que este tipo de confesión no existe en el Código Orgánico Procesal Penal (COPP) venezolano, ni se menciona una sola vez. Como explicó la ONG Acceso a la Justicia, los videos presentados como prueba de delitos no cumplen con los preceptos legales o constitucionales, ni constituyen una «admisión de hechos».
La Operación Tun Tun también fue transmitida extensamente en canales de televisión estatal como Venezolana de Televisión (VTV). Medios aliados y de apoyo también distribuyeron este contenido, una estrategia de amplificación típica en el repertorio del régimen venezolano.
La Operación Tun Tun refuerza otras medidas represivas emprendidas por el régimen para silenciar la crítica en línea. En las últimas semanas, las autoridades venezolanas han bloqueado X y Signal. Maduro anunció su intención de prohibir el acceso a WhatsApp, Instagram y TikTok.