Esta historia es de Elfredah Kevin-Alerechi y se publicó originalmente en The Colonist Report Africa, con reportajes adicionales de Faith Imbu y Kevin Woke. La transcripción del ikwere la hizo Kevin Woke. Se reproduce una versión abreviada en Global Voices como parte de un acuerdo para compartir contenido.
Las mujeres de Nigeria en el estado de Rivers continúan luchando por la tierra a pesar de la ley número 2 de 2022 que prohíbe la restricción del derecho de las mujeres a compartir la propiedad familiar, según descubrió una investigación de The Colonist Report Africa.
Al momento de aprobar la ley, la Federación Internacional de Abogadas (FIDA) declaró que la nueva ley permitiría a las mujeres en el estado de Rivers lograr plenamente su potencial y heredar sus derechos, al mismo tiempo que abriría el camino para que la discriminación sea impugnada en los tribunales.
The Colonist Report visitó tres comunidades en el estado de Rivers para evaluar si los líderes comunitarios estaban cumpliendo la ley, pero encontramos que algunos líderes aún no han cumplido.
Todas las comunidades que visitamos eran agrarias, la mayoría de las mujeres dependían de tierras agrícolas para plantar cultivos y mantener a sus familias con la venta de productos en los mercados.
Descubrimos que, a pesar de que se les negó tierras de cultivo, algunas mujeres habían adquirido tierras para cultivar o construir una casa si las compraban a adolescentes a quienes se les habían asignado tierras pero que no tenían los recursos para desarrollarlas.
Además, encontramos que las mujeres dudan en hablar de sus problemas relacionados con la tierra por temor a represalias por parte de sus familias políticas o líderes comunitarios.
Tradiciones actuales que reprimen a las mujeres
Tradicionalmente, en la costumbre ogoni a las mujeres primogénitas no se le permite casarse, pero se le permite tener hijos mientras viva en la casa de sus padres. Automáticamente, estos niños pertenecen a la familia de la mujer, no a su padre biológico, una tradición conocida como síndrome de Sirah.
Susan Serekara-Nwikhana, cuya madre, Salome Nwiduumteh Nwinee, sufrió el síndrome de Sirah cuando tenía 15 años, explica:
«Al final, todos estos niños pertenecen a su familia extendida y no al hombre u hombres que la dejaron embarazada».
Según Serekara-Nwikhana, a pesar de que su madre era bonita y atraía a muchos pretendientes, no le permitieron casarse.
“Aunque la tradición ha privado a las niñas de casarse, la tierra, de la que dependen para mantener a su familia inmediata, no se comparte con ellas. Cuando no se les asignan tierras familiares, las mujeres y sus hijos sufren mucho. No tienen más remedio que comprar tierras para cultivar”, afirmó.
Comunidad rumuwhara
Justine Ngozi Orowhu, agricultora de la comunidad de Rumuwhara en Obia-Akpor, nos contó que heredó 14 parcelas de tierra de su padre, y que las utilizó para la agricultura. Sin embargo, después de su muerte, líderes comunitarios se apoderaron de la tierra y la vendieron a los hombres locales porque ella no tenía hermanos varones.
Orowhu tuvo que recurrir al comercio informal para subsistir. Pero luego dejó de comerciar cuando su marido enfermó. En 2014, demandó a los líderes comunitarios por quitarle sus tierras, pero, según ella, nunca se hizo justicia. Ahora cultiva en tierras del Gobierno, consciente de que tendrá que irse una vez que el Gobierno las reclame.
Su esperanza reside en una ley firmada por el exgobernador del estado de Rivers Nyesom Wike, que concede a las mujeres el derecho a heredar la tierra de sus padres. “Si veo a un defensor que luche por mí, reabriré el caso en los tribunales”, dijo.
Chris Wopara, secretario de la juventud en Rumuwhara, explicó que según la tradición comunitaria, las mujeres no pueden heredar tierras, y que los hombres deben tener más de 25 años y estar involucrados en actividades familiares para ser declarados aptos. «El reparto de la tierra al hombre suele ocurrir después de un año de trabajo continuo para la familia», dijo.
«El Gobierno no tiene derecho a obligarnos a darle tierras a nuestras hijas porque ellas eventualmente se casarán», dijo Fineface Wopara, un adulto mayor.
Añadió que: «Si a una mujer se le da propiedad en la casa de su padre, significa que se beneficiará más que el hombre. Las propiedades de su marido le pertenecen a ella».
Comunidad omuanwa
En la comunidad omuanwa, a cada niño varón, incluso de un año, se le asigna una parcela de tierra durante la distribución anual de tierras. Sin embargo, a las mujeres no se les dan terrenos para construir; en cambio, los agricultores pueden arrendar tierras, que tendrían que desalojar después de la cosecha.
Entrevistamos a seis mujeres y a dos adultos mayores al mismo tiempo para comprender mejor la situación y ver si la comunidad había comenzado a asignar tierras a las mujeres desde que se aprobó la ley de 2022.
Según las mujeres entrevistadas, en 2023, las tierras se compartieron entre hombres, incluidos niños de la comunidad omuanwa, pero a ninguna mujer, ya fuera “soltera, viuda o casada, se le asignó tierra”, dijo Florence Ejinya, agricultora que lucha por acceder a la tierra. «En la comunidad omuneji, ya no hay tierra para que las mujeres cultiven», dijo.
Cuando se les preguntó si había habido alguna protesta contra esta discriminación, las mujeres dijeron que nunca se habían manifestado. Gibson Ajoku explicó que la práctica de no asignar tierras a las mujeres ha persistido desde la época de sus abuelos y «no se puede cambiar». Añadió que se espera que las mujeres dependan de las tierras de sus maridos. Cuando se le preguntó sobre la nueva ley que da a las mujeres derechos de herencia, dijo que no estaba al tanto.
Otro miembro de la comunidad, ThankGod Ejiowhor, reconoció la existencia de la ley estatal pero confirmó que a las mujeres todavía se les prohíbe heredar o recibir tierras, y de participar en la distribución del precio de la dote matrimonial.
Comunidad rumukurushi
A diferencia de Omuanwa, la comunidad rumukurushi en la zona de gobierno local de Obio Akpor, estado de Rivers, está en la metrópoli urbana del estado. Al importante centro que es el mercado Oil Mill, llegan personas de dentro y fuera del estado para comerciar una amplia gama de productos. Sin embargo, las mujeres continúan luchando por la tierra, y el desarrollo urbanístico empeora el problema.
Blessing Amam recordó que la última distribución de tierras en 2021 excluyó por completo a las mujeres.
Amam dijo: “Como mujer, si no tienes un hijo varón, no se te dará ninguna propiedad a menos que tengas un buen cuñado que te dé una parte de su tierra para que la cultives».
Intervención del Gobierno y de los grupos de derechos humanos
Roseline Uranta, comisionada para Asuntos de la Mujer del estado de Rivers, aclaró que la negación de tierras a las mujeres es una tradición cultural, no se debe a políticas ni leyes gubernamentales, que prohíben a las mujeres tener tierras.
En entrevista con nosotros, Uranta instó a las mujeres a quienes se les niega sus propiedades a denunciar el problema ante el Ministerio de Asuntos de la Mujer. Señaló que algunas mujeres sí se presentan y se realizan investigaciones para resolver estos casos. «Si la situación es grave, los remitimos a FIDA», dijo.
Bio Adata, presidente de FIDA, expresó su preocupación por el continuo maltrato a la mujer, pero mantiene la esperanza de que la ley les permita buscar justicia.
El informe Colonist Africa fue facilitado por el Centro Wole Soyinka de Periodismo de Investigación (WSCIJ) bajo el componente Champion Building de su Informe ¡Mujeres! Proyecto de noticias y participación en la sala de redacción.