El poder pertenece al pueblo: Nueva ola de protestas en Túnez a medida antes de las elecciones

Captura de pantalla de un(video) video publicadlo en X por el usuario @amara_tarek, 13 de septiembre de 2024. Uso legítimo.

Miles de tunecinos salieron a las calles en la capital tunecina y otras partes del país el viernes 13 de septiembre, para exigir la restauración de las libertades democráticas y la liberación de presos políticos y periodistas. Las protestas llegaron a menos de un mes antes de que el país celebrara su tercera elección presidencial desde la revolución de 2011.

Las protestas reflejan un descontento generalizado con la represión autoritaria bajo el mandato del presidente Kais Saied desde su autogolpe en 2021, cuando disolvió el Parlamento para gobernar por decreto, en una medida que debilitó las instituciones democráticas que Túnez había logrado con esfuerzo tras la revolución.

Las protestas fueron convocadas por la recién anunciada Red Tunecina por los Derechos y las Libertades, coalición de partidos de izquierda y asociaciones de la sociedad civil en el país. Los manifestantes gritaban lemas como «sin miedo, sin terror… el poder pertenece al pueblo«, y  exigieron el retorno de la democracia, el fin de la represión estatal y las tácticas de intimidación utilizadas contra los candidatos en las elecciones presidenciales.

La periodista tunecina Wejdene Bouabdallah escribió en X: 

El país es increíble, lleno de represión y tiranía / Uno de los lemas más repetidos hoy / Ahora desde la calle Bourguiba en Túnez.

Elecciones disputadas

Las protestas fueron provocadas por una serie de crecientes agravios, incluida la prisión de figuras políticas y la restricción de las libertades de prensa. Los periodistas y figuras opositoras fueron objeto de ataques por parte del gobierno de Saied en los últimos meses, una tendencia que suscitó condenas generalizadas a nivel nacional e internacional, en especial antes de las próximas elecciones presidenciales.

Las elecciones presidenciales del 6 de octubre se perfilan como una de las más controvertidas en la historia posrevolucionaria de Túnez. La Comisión Superior de Elecciones solo aprobó a tres candidatos: el presidente en funciones, Kais Saied, el secretario general del Movimiento Popular, Zuhair Al-Maghzawi y el líder “Azimoun” del movimiento Al-Ayachi Zamal, que fue arrestado horas antes del anuncio de los candidatos aprobados.

Que la Comisión Electoral excluyera a tres candidatos presidenciales, a pesar de un fallo judicial a su favor, avivó aún más las tensiones.

El 2 de septiembre, la Comisión Electoral Alta de Túnez se negó a implementar las decisiones del Tribunal Administrativo, la máxima autoridad judicial del país, que ordenaba la reinstalación de tres candidatos presidenciales descalificados: Mondher Al-Zanaidi, Abdel Latif Al-Makki e Imad Al-Daimi, en las próximas elecciones. La negativa de la comisión a acatar esta decisión se vió como una señal alarmante del creciente control de Saied sobre el proceso electoral.

En una publicación de Facebook del 6 de septiembre, el periodista Zied El Hani anunció que el exjuez Ahmed Sawab y él presentaron tres demandas contra la comisión en su calidad de votantes ciudadanos, por negar a los votantes su derecho constitucional a elegir libremente a sus líderes.

In a state governed by law and institutions, together with my friend and companion, Sayed Ahmed Sawab, as voting citizens, we filed three lawsuits against the [Farouk] Bouaskar Authority [the chairman of the High Elections Commission]. This morning, Friday, we submitted a criminal complaint to the Office of the Public Prosecutor, requesting legal action against all members of the authority for:

“Violating Articles 2 of the Law on Reporting Corruption and 315 of the Penal Code, which could raise suspicions of potentially rigging the presidential elections scheduled for October 6, 2024, and engaging in a plot to alter the state’s institutions according to the provisions of Article 72 of the Penal Code.”

Unfortunately, the file was accepted without us being provided with a registration number, despite being exceptionally directed to the office of the Deputy Public Prosecutor. The same thing happened when we filed the previous complaint against the Bouaskar Authority after it dared to threaten our colleagues Asia Al-Atrous and Kawthar Zantour, as well as “Mosaïque” radio.

We also filed a primary lawsuit in the Administrative Court to annul the Bouaskar Authority’s decision to approve only three candidates for the presidential elections, out of the six candidates legally eligible. This decision represents a violation of our constitutional right as voters to freely choose.

Additionally, we filed a second lawsuit to suspend the execution of the decision during the review of the primary case, given the severe risks it poses to the country’s security and stability, in our assessment, and the catastrophic consequences that cannot be rectified, such as canceling the elections after taxpayer money has been spent on them, and the frustration of already tired and struggling citizens.

En un Estado gobernado por la ley y las instituciones, junto con mi amigo y compañero, Sayed Ahmed Sawab, como ciudadanos votantes, presentamos tres demandas contra el funcionario Farouk Bouaskar, presidente de la Comisión Electoral Alta. Esta mañana, viernes, presentamos una denuncia penal ante la Fiscalía, para solicitar acciones legales contra todos los miembros de la autoridad por:

«Violación de los artículos 2 de la ley sobre la denuncia de la corrupción y 315 del Código Penal, lo que podría generar sospechas de un posible fraude en las elecciones presidenciales programadas para el 6 de octubre de 2024 y de participar en un complot para alterar las instituciones del estado según lo dispuesto en el artículo 72 del Código Penal».

Desafortunadamente, el expediente fue aceptado sin que se nos diera un número de registro, a pesar de estar dirigido de manera excepcional a la oficina del fiscal adjunto. Lo mismo ocurrió cuando presentamos la denuncia anterior contra el funcionario Bouaskar, tras amenazar a nuestras colegas Asia Al-Atrous y Kawthar Zantour, así como a la radio Mosaïque.

También presentamos una demanda primaria en el Tribunal Administrativo para anular la decisión del funcionario Bouaskar de aprobar solo tres candidatos para las elecciones presidenciales, de los seis candidatos legalmente elegibles. Esta decisión representa una violación de nuestro derecho constitucional como votantes a elegir con libertad.

Además, presentamos una segunda demanda para suspender la ejecución de la decisión durante la revisión del caso principal, dados los graves riesgos que plantea para la seguridad y estabilidad del país, en nuestra evaluación y las consecuencias catastróficas que no pueden rectificarse, como la cancelación de las elecciones después de haber gastado dinero de los contribuyentes y la frustración de ciudadanos que ya están cansados de luchar.

La lucha de Túnez por la democracia

La actual ola de protestas es parte de una lucha más amplia que comenzó en 2011 cuando los tunecinos salieron a las calles para derrocar el régimen autocrático de Zine El Abidine Ben Ali. La revolución fue un catalizador para una serie de levantamientos a favor de la democracia en toda la región. Túnez se destacó inicialmente como el único país que logró una transición exitosa hacia la democracia, aprobó una nueva constitución en 2014 y elecciones libres en los años posteriores.

Sin embargo, el panorama político está plagado de retos. Desde entonces, Túnez está pasando por múltiples olas de protestas, impulsadas por la insatisfacción con el estancamiento económico, la corrupción y la inestabilidad política. En 2019, Kais Saied, profesor de derecho constitucional sin experiencia política previa, fue elegido presidente con una victoria abrumadora. Su campaña se basó en promesas de combatir la corrupción y restaurar la confianza en las instituciones gubernamentales. Sin embargo, sus acciones mostraron un severo retroceso hacia el autoritarismo en el país desde 2021.

Las comparaciones entre las manifestaciones del 13 de septiembre y las primeras protestas que dieron origen a la revolución de 2011 que aparecieron en las redes sociales también inspiraron a muchos egipcios a establecer conexiones con la revolución tunecina que motivó la egipcia ese año.

 

La revolución del 14 de enero comenzó con el suicidio de Mohamed Bouazizi, seguido de protestas que empezaron en Sidi Bouzid y Kasserine y luego se extendieron a las demás gobernaciones de Túnez. El impulso creció, llevó a enfrentamientos con la Policía. Los vecinos de los barrios populares se unieron a las manifestaciones, lo que finalmente desestabilizó a las fuerzas de seguridad.

Hoy, las calles comienzan a moverse de nuevo y Kais Saied debe prepararse para lo que venga.

Las protestas, aunque significativas, enfrentan un desafío abrumador para lograr un cambio real. El gobierno de Saied mostró poca disposición para atender las demandas de la oposición. El domingo 15, al anunciar su programa electoral, el presidente se refirió a los manifestantes como «portavoces rabiosos y pagados que derraman lágrimas falsas sobre la democracia».

Las próximas semanas serán cruciales para el futuro democrático de Túnez. Si las elecciones se llevan a cabo sin reformas significativas o supervisión, podría indicar el afianzamiento de un nuevo régimen autoritario. Sin embargo, independientemente del resultado, la lucha por la libertad, la justicia y la democracia en Túnez está lejos de haber terminado.

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