Este artículo se publicó originalmente en persa en IOD. Global Voices pulica una versión traducida y editada en virtud de un acuerdo de asociación.
Luego de dos años de que la muerte de Mahsa Zhina Amini desencadenara las protestas de “Mujer, Vida, Libertad” en Irán, las ejecuciones en el país aumentaron en un 80%, según datos de derechos humanos. Los activistas han relacionado este aumento a una estrategia mayor de la República Islámica para causar terror y reprimir la oposición. Los grupos de derechos rechazaron las ejecuciones, lo que a menudo deriva en juicios sin transparencia y no cumplen con las normas internacionales de justicia.
Amini, mujer iraní-kurda de 22 años, fue arrestada por la llamada policía de la moral de Irán el 13 de septiembre, por una supuesta violación a la controvertida ley de hiyab del país. Murió tres días después, cuando estaba detenida, según se informó, de trauma cerebral causado por “múltiples golpes” en la cabeza. Su muerte desató una oleada de protestas contra el régimen. Las protestas, lideradas por mujeres, se difundieron con rapidez en el país e internacionalmente, con el lema «Jin, Jiyan, Azadi” (Mujer, Vida, Libertad), que se convirtió en su grito más reconocido.
En respuesta a la masiva movilización, el Gobierno iraní realizó violentas supresiones que incluyeron el uso de fuerza letal, tortura, violencia sexual, y otras formas de violencia de genero y sexual, de acuerdo a Amnistía Internacional.
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El grupo de Derechos Humanos en Irán (IHR) informo que entre octubre de 2022 y septiembre de 2024, al menos 1452 personas fueron ejecutadas, un aumento significativo de los 779 de los dos años anteriores a las protestas de 2022. Según la organización Human Rights Watch, la mayoría de los ejecutados son condenados por cargos relacionados a drogas o cargos indeterminados de seguridad nacional.
Tan solo en agosto de 2023, la Oficina de Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos informó de al menos 93 ejecuciones, aunque IHR y HRANA consideran que la cifra excede los cien. En algunos meses de 2023, como mayo, hubo un número inusualmente alto, con 145 ejecuciones. Desde enero de 2024, se han registrado más de 410 ejecuciones, lo que refleja la intensificación de la medida.
El Gobierno de Irán mantiene silencio con respecto a estas cifras. Esto deja a las organizaciones no gubernamentales fuera del país a tarea de documentar y destacar el alcance de la represión. Irán tiene la preocupante distinción de tener la mayor cifra de ejecuciones per cápita documentadas en el mundo.