Se preveía que más de seis millones de votantes aptos acudirían a las urnas para elegir a los nuevos legisladores de Azerbaiyán en una elección parlamentaria anticipada del 1 de septiembre. Concurrió a votar poco menos de la mitad de la población (37.27%). El país no tiene leyes ni regulaciones sobre una cantidad mínima de votantes. A lo largo del día, observadores independientes y periodistas registraron y documentaron diversas infracciones que mostraron que esas elecciones estaban llenas de fraude, tal como ocurría con las elecciones de otros tiempos.
Según los resultados preliminares anunciados por el Comité Central Electoral, el gobernante partido Nuevo Azerbaiyán mantuvo la mayoría de escaños (68) de 125, mientras los restantes se distribuyeron entre los llamados candidatos independientes y partidos políticos más pequeños. Al menos 88 escaños estarán ocupados por parlamentarios elegidos previamente. Entre los recién elegidos hay hijos de funcionarios estatales actuales y antiguos, trabajadores de instituciones estatales, exparlamentarios y varios independientes con vínculos con el Gobierno. Las últimas elecciones parlamentaria fueron en 2020 (y también fueron anticipadas) y fueron reñidas.
Violencia e infracciones electorales
Como la mayoría de observadores esperan de Azerbaiyán, periodistas, observadores independientes y cámaras desplegados a lo largo de los centros de votación documentaron numerosos casos de votos en carrusel, votación múltiple y manipulación de urnas.
Este video ilustra cómo algunos electores votaron varias veces:
Este video documenta cómo la candidata independiente Vafa Nagi sufrió violencia física en su distrito y que a los periodistas se les impidió grabar en el centro de votación:
Este video captura múltiples manipulaciones de urnas:
El Comité Central Electoral se comprometió a investigar todas las infracciones denunciadas y a responder al menos 2o días.
Para los observadores internacionales conocidos por sus cercanos vínculos con el Gobierno de Azerbaiyán, como Rusia, Turquía y Bielorrusia, no se observaron irregularidades. El senador bielorruso Dmitry Zhuk describió el día de las elecciones como tranquilo y sin presiones. La delegación turca de la Organización de Estados Túrquicos dijo, que las “elecciones se hicieron abierta transparentemente”.
Entre otros observadores internacionales también estaban representantes de la Asamblea Parlamentaria Asiática, que en su informe dijo que el proceso fue tranquilo y legítimo. Observadores que representaban a la Organización para el Desarrollo de la Democracia y la Economía (GUAM) elogió al Gobierno de Azerbaiyán por organizar y llevar a cabo las elecciones legalmente, según las “reglas y procedimientos elaborados por el Comité Electoral Central de la República de Azerbaiyán, y con los principios y normas generales de la elección democrática».
Ali Asghar Mehammadi Sijani, sub secretario general de la Unión Parlamentaria de la Organización de Cooperación Islámica, felicitó al pueblo de Azerbaiyán, y describió al país como una “democracia grandiosa” en su informe a los medios.
También se invitó a muchas de estas organizaciones como observadoras de las elecciones presidenciales anticipadas de Azerbaiyán, aunque ninguna tiene credibilidad ni acreditación internacional. En diálogo con el servicio azerbaiyano de la BBC en ese momento, el jefe de la única organización de observación electoral independiente, Anar Mammadli, dijo que además de la misión de OSCE/ODIHR, muchas de las organizaciones invitadas a Azerbaiyán, incluidas GUAM y otras, no son observadores electorales profesionales, ni siguen normas internacionales para observación electoral. La organización de Mammadli, el Centro de Supervisión Electoral y Educación por la Democracia (EMDS), que ha observado elecciones en Azerbaiyán desde hace años, no estuvo durante estas elecciones, dado el arresto de Mammadli en abril de 2024. Se le acusa falsamente de contrabando, como cerca de otros 30 periodistas, activistas políticos y críticos del régimen que fueron detenidos antes de las elecciones.
Ningunos de los observadores internacionales invitados, con excepción de la misión de OSCE/ODIHR, son signatarios de la Declaración de Principios de Elecciones Internacionales de 2005 y el Código de Conducta para Observadores Electorales Internacionales firmada y adoptada por Naciones Unidas.
In total, 598 observadores internacionales estuvieron acreditados por el Comité Electoral Central para observar estas elecciones.
El Gobierno azerbaiyano no extendió una invitación a los miembros de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa para observar estas elecciones con el argumento de que el ente internacional no aprobó las de las delegaciones del país en enero de 2024. Una vez al año, en la inauguración de la sesión de la Asamblea Parlamentaria, todos los parlamentos nacionales de los Estados miembros (47 en total) presentan las credenciales de sus delegaciones a la Asamblea, que se abren para que los demás Estados miembros voten. En una declaración, el jefe del servicio de prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores, Aykhan Hajiyev, dijo que ninguno de los miembros que votaron contra Azerbaiyán fue bien recibidos en Azerbaiyán, y no serán bien recibidos hasta que no se restablezcan las credenciales de las delegaciones de Azerbaiyán en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.
La misión de OSCE/ODIHR, que consiste de 11 expertos de 11 Estados participantes de OSCE, dijo que las elecciones “se dieron en un ambiente restrictivo y legal” lo que no “permitió un genuino pluralismo y resultó en un comicios privados de competencia». La declaración de la organización también dijo “con el telón de fondo de la continua represión de voces discrepantes, la campaña fue apenas visible, y no hubo iniciativas para hacer intervenir a los ciudadanos ni permitirles participar sin temor de retribuciones”.
Varios grupos de oposición boicotearon las elecciones en plena represión del Gobierno contra periodistas, académicos y políticos: el Frente Popular, el Consejo Nacional de Fuerzas Democráticas, bloque opositor que incluye al partido Frente Popular, y la Plataforma Tercera República decidieron no participar en las elecciones.
La Plataforma Tercera República dijo en una declaración que las elecciones fueron “ilegítimas” y que el ambiente de “represión política sin precedentes” descarta toda posibilidad de tener “elecciones libres y justas”. Dos miembros de la plataforma están actualmente con detención previa al juicio, Akif Gurbanov y Ruslan Izzatli. Ambos enfrentan acusaciones falsas de contrabando. Así, todas las libertades básicas “que son indispensables durante una campaña electoral, han sido borradas de la realidad política del país”, dice el resto de la declaración.
Desde hace tiempo, los partidos políticos de oposición han tenido dificultades en Azerbaiyán, han pasado por arrestos, detenciones, complicaciones financieras, o procesamientos, entre otras. El partido gobernante ha dominado la escena desde su fundación, en 1992.
Las controvertidas elecciones parlamentarias de marzo de 2020 cambiaron poco la conformación de la asamblea nacional.
En un discurso al Parlamento en su momento, el presidente Ilham Aliyev encargó a los parlamentarios recién electos aprobar leyes que ayuden a la reforma del país. Desde entonces, el Parlamento ha aprobado leyes controvertidas sobre medios y partidos políticos, férreo control sobre el contenido en línea, e implantó medidas que restringen los derechos personales (legislación nueva con conciliación obligatoria para las parejas que buscan divorciarse), por mencionar algunas.
Freedom House ha clasificado a Azerbaiyán como “no libre” constantemente desde 2013, en su informe anual de Libertad en el mundo.
Con las elecciones ya superadas y a solo tres meses de que Azerbaiyán sea el país anfitrión de la cumbre COP29, la mayor conferencia internacional anual sobre ambiente del mundo, el futuro del país sigue en manos de la élite gobernante, sin perspectivas de un cambio significativo.