«Hombre de acero de Asia» de Taiwán vuelve al primer plano en nuevo documental

Rafer Johnson (izquierda) y C.K. Yang (derecha) en imagen de archivo. Captura de pantalla del documental «Decatlón: La historia de C.K. Yang y Rafer Johnson» en el canal de YouTube de Taiwan Plus News.

El primer ganador de una medalla de plata de Taiwán en una Olimpiada es una figura desconocida para las generaciones de taiwaneses más jóvenes, pero un nuevo documental está dando a conocer al “Hombre de Hierro de Asia”, como se conoció al decatleta C.K. Yang en la década de 1960.

La presencia y visibilidad de Taiwán en los Juegos Olímpicos es una larga historia de borrar y negar. En parte, esto es por la mucha turbulencia histórica que ha cambiado los nombres y la geografía de Asia Oriental. La República de China, fundada a fines de 1911 en China continental sobre lo que quedaba de la dinastía Qing (1644–1911), participó en la inauguración de los Juegos Olímpicos de 1924 y envió atletas en 1932. Taiwán, como colonia japonesa entre 1895 y 1945, envió atletas que compitieron con bandera japonesa en las Olimpiadas de 1932 y 1936 en Los Ángeles y Berlín. En 1948, participó en Londres bajo en nombre de China. Entre 1956 y 1972, los atletas taiwaneses participaron en varios Juegos Olímpicos bajo la bandera de la República de China, pero en 1976, Canadá no permitió al equipo taiwanés participar con el nombre de República de China.

Esto ocurrió porque la República Popular de China empezó a tener amplio reconocimiento diplomático. El Comité Olímpico Internacional decidió permitir a Taiwán a competir con nombre y banderas artificiales, tras presiones de Pekín. Por eso, aparecieron el ambiguo término de “Taipéi chino” y una bandera blanca con un logo que reproduce algunos símbolos y colores de la República de China. Ahora, es la única bandera bajo la cual pueden competir los atletas taiwaneses.

Uno de los incidentes más recientes en esta tirante historia es la campaña contra la boxeadora taiwanesa Lin Yu-ting, que enfrentó numerosos ataques misóginos infundados sobre su género después de ganar una medalla en las Olimpiadas de París 2024. Recibió muchos ataques del público, de otros atletas y de funcionarios de Naciones Unidas de Rusia que impugnaron su género femenino.

Pero Lin Yu-ting no es la primera atleta taiwanesa en pasarla mal como participante en los Juegos Olímpicos. También está la historia del “Hombre de Hierro de Asia” como se conoce a C.K. Yang por ser el primer atleta olímpico con nombre chino en ganar una medalla de plata en cualquier olimpiada, y fue en Roma en 1960. Su historia personal refleja los muchos cambios en nombres e identidades que su isla ha tenido en los últimos cien años. Nació en 1933 en lo que entonces era “Taiwán de Japón» en la comunidad aborigen de los amis. Su nombre ami era Maysang Kalimud, pero públicamente usaba el nombre chino Yang Chuan-kwang (楊傳廣), y se hizo conocido internacional como C.K. Yang. Surgió rápidamente en la década de 1950 como una atleta excepcionalmente dotado en los Juegos Asiáticos, y ganó una medalla de plata en las Olimpiadas de 1960, tras perder por casi nada en decatlón (competencia que combina disciplinas de campo y pista).

Lo que es destacable es que se volvió amigo íntimo del decatlonista estadounidense Rafer Johnson, e incluso compartieron el mismo entrenador cuando competían por la misma medalla de oro. Llegó segundo, después de Johnson en 1960, pero regresó a Taiwán como héroe nacional, y se volvió un ícono para la visibilidad de Taiwán. Pero ahora su casa, que tiene importantes fotos y otros archivos, está en ruinas, y los taiwaneses más jóvenes no conocen su nombre. No hay grandes monumentos ni edificaciones que tengan su nombre en Taiwán. Es una gran diferencia con el legado de Rafer Johnson, afroamericano que también empezó su carrera como miembro de una comunidad racialmente discriminada, pero luchó por los derechos civiles y ahora se le recuerda y celebra como ícono deportivo y político.

Para saber más del increíble recorrido de C.K.Yang y su posterior pase a la oscuridad, Global Voices conversó con el cineasta Frank W Chen (陳惟揚), que recientemente estrenó un documental de 45 minutos, producido por Mike Chinoy, excorresponsal de CNN en China, que cuenta la historia de C.K.Yang, y su inseparable amigo y colega Rafer Johnson. Frank W Chen es un documentalista taiwanés-canadiense y diseñador arquitectónico que vive entre Nueva York y Taipéi. La entrevista fue por correo electrónico tras una exhibición pública de la película en Taipéi.

Retrato de Frank W Chen, tomado por Chien-Ming Wang. Foto usada con autorización.

Filip Noubel (FN) Ya sea el beisbolista Chien-Ming Wang o C.K.Yang, ¿qué le impulsa a contar las historias de deportistas taiwaneses?

Frank Chen (FC): Born in Taiwan but having spent most of my life in the US and Canada, I often encounter the need to explain where I was from, what my home country is about. Through its people, food, history, or in general, the memories and stories that I tell, I’ve always made sure to go above and beyond in sharing anything Taiwan related. Having this deep attachment to my homeland, whenever a Taiwanese who’s made it in the US or onto the world stage, I share that pride and proudness as a fellow countryman. These sports documentaries became a perfect medium. They satisfy an urge and an innate desire for storytelling, through audio and visual means, I’m able to not only preserve and extend the story of these Taiwanese athletes to a much broader audience, but also highlight the unique and precarious existence of my homeland.

Frank Chen (FC): Nací en Taiwán, pero he pasado la mayor parte de mi vida en Estados Unidos y Canadá, y a menudo me encuentro con la necesidad de explicar de dónde vengo, cuál es mi país natal. A través de su gente, su comida, su historia o, en general, los recuerdos e historias que cuento, siempre me he asegurado de ir más allá al contar cualquier cosa relacionada con Taiwán. Con este profundo apego a mi tierra, siempre que un taiwanés triunfa en Estados Unidos o en la escena mundial, comparto ese orgullo como compatriota. Estos documentales deportivos se convirtieron en un medio perfecto. Satisfacen una necesidad y un deseo innato de contar historias, y a través de medios visuales y sonoros, no solo puedo preservar y extender la historia de estos atletas taiwaneses a un público mucho mayor, sino también destacar la existencia única y precaria de mi patria.

FN: ¿Por qué se ha borrado a C.K. Yang de la memoria colectiva de Taiwán en la actualidad? ¿Ve indicios de que su documental pueda reavivar el interés? ¿Cree que las autoridades taiwanesas acabarán actuando, repararán su Casa de Hierro y lo devolverán a la narrativa nacional?

FC: The legacy of C.K. Yang is complex and intricate as it embodied so much of Taiwan’s history in relation to athletic development, politics, Indigenous people and culture.

It was also over 64 years ago that C.K. Yang won his silver medal at the Rome Olympics, so the collective memory of him has definitely faded. I think our film came out at a good time as we celebrate our athletes returning from the Paris Olympics, while the government plans to create a new Ministry of Physical Education and allocate a larger annual budget for sports development. It’s my hope that our film serves to stir up the conversation, calling attention to the proper memorialization of our sporting heroes of the present and the past. So far there hasn’t been much happening, but I remain optimistic. It’ll take a small but dedicated group of people, as well as the family members of Yang in the US and Taiwan to begin moving the needle, preserving Yang’s legacy, repairing the Iron Man House. I would love to play a role in it, or even document the process.

FC: El legado de C.K. Yang es complejo e intrincado, ya que encarnó gran parte de la historia de Taiwán en relación con el desarrollo del atletismo, la política, los pueblos aborígenes y la cultura.

Además, hace más de 64 años que C.K. Yang ganó su medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Roma, por lo que la memoria colectiva se ha desvanecido definitivamente. Creo que nuestra película se ha estrenado en un buen momento, ya que celebramos el regreso de nuestros atletas de los Juegos Olímpicos de París, mientras el Gobierno planea crear un nuevo Ministerio de Educación Física y asignar mayor presupuesto anual al desarrollo del deporte. Espero que nuestra película sirva para agitar la conversación, que llame la atención sobre la adecuada conmemoración de nuestros héroes deportivos del presente y del pasado. Hasta ahora no ha ocurrido gran cosa, pero sigo siendo optimista. Hará falta un pequeño pero entregado grupo de personas, así como los familiares de Yang en Estados Unidos y Taiwán, para empezar a mover el mercado, preservar el legado de Yang, reparar la Casa del Hombre de Hierro. Me encantaría tener un papel, o incluso documentar el proceso.

FN: En su opinión, ¿quiénes son otras figuras taiwanesas que viven en Estados Unidos (o estrechamente vinculadas a esa parte del mundo, como C.K. Yang) que merecen ser devueltas al conocimiento de las generaciones más jóvenes en Taiwán y en el extranjero?

FC: I’d like to go with the subject of my next film, Yani Tseng, who won a total of 15 LPGA tours and was the top female golfer in the world from 2011 to 2013. She was the youngest golfer ever, male or female, to win five major championships, and was named on Time Magazine’s list of ‘100 Most Influential People’ in 2012. A decade removed from her peak, two hip surgeries later, she is still working to regain form and still competes at the US based LPGA tour. She was a household name back then, one of the original ‘Pride of Taiwan,’ but now largely forgotten by the younger generations in Taiwan. Our film intends to chronicle her rise to stardom, her quest to return to LPGA play after two major surgeries, but more importantly the lessons and learnings from her fall as she opens up to share her battle and struggle with depression.

FC: Me gustaría ir con el tema de mi próxima película, Yani Tseng, que ganó un total de 15 tours de la LPGA y fue la mejor mujer golfista del mundo de 2011 a 2013. Fue la golfista más joven de la historia, hombre o mujer, en ganar cinco grandes campeonatos, y fue incluida en la lista de las «Cien personas más influyentes» de la revista Time en 2012. Diez años después de su apogeo, dos operaciones de cadera más tarde, sigue trabajando para recuperar su estado físico y todavía compite en el circuito estadounidense LPGA. Por aquel entonces era un nombre muy conocido, uno de los «Orgullos de Taiwán» originales, pero ahora las generaciones más jóvenes de Taiwán la han olvidado. Nuestra película pretende relatar su ascenso al estrellato, sus esfuerzos por volver a jugar en la LPGA tras dos grandes operaciones y, lo que es más importante, las lecciones y aprendizajes de su caída cuando se abre a contar su batalla y su lucha contra la depresión.

El documental de Chen también está disponible en YouTube:

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