Trinidad y Tobago cambia el nombre de su principal auditorio por el de pianista pionera Winifred Atwell

Imagen autografiada de la pianista trinbaogense Winifred Atwell vía hat-archive en Flickr (CC BY-NC-ND 2.0).

El Queen's Hall fue concebido como el primer salón de conciertos de Trinidad y Tobago —uno digno de destacare el enorme talento del país—, y se terminó de construir en 1959 después de casi diez años de promoción cultural. Está ubicado al norte del Queen's Park Savannah en la capital, Puerto España, y lleva el nombre de la entonces monarca británica. Ahora, 65 años después de la inauguración del Queen's Hall, su auditorio ha cambiado de nombre en honor de la asombrosa pianista Winifred Atwell, trinbaogense cuyo talento tomó el mundo por asalto en la década de 1950.

El cambio se celebró en una ceremonia y concierto formal el 23 de septiembre, el día anterior a la festividad del Día de la República. En un momento en que muchos países caribeños han estado reevaluando cómo la narrativa de su pasado colonial compartido continúa a través de estatuas y otros símbolos, la decisión de cambiar el nombre al querido espacio de actuaciones por el de una hija del país ha sido bien recibida.

Atwell nació en el pueblo de Tunapuna en el corredor este-oeste de Trinidad, y aprendió a tocar piano clásico desde muy niña, y rápidamente ganó popularidad. A menudo la invitaban a tocar en actuaciones de caridad. Una vez, mientras tocaba para soldados estadounidenses asignados a una base de la Fuerza Aérea en Piarco durante la guerra, la retaron a tocar con estilo boogie-woogie que estaba de moda en Estados Unidos. Salió y escribió lo que después se conoció como «Five Finger Boogie«.

Aunque sus padres —un químico y una enfermera— asumían que Atwell le daría buen uso a su título de farmacéutica, ella fue a Nueva York a estudia técnica de piano con el querido pianista clásico ruso-estadounidense Alexander Borovsky. En 1946, llegó a Gran Bretaña para estudiar en la Real Academia de Música y seguir su sueño de ser concertista.

Por las noches, tocaba en salas de conciertos y clubes nocturnos para ganar dinero. Fue en ese circuito que conoció a Lew Levisohn, que se convirtió en su esposo y representante. Él la alentó a tocar jazz ragtime; era tan excepcional que en 1948, después de un concierto en el Casino de Londres, su estrella estaba en ascenso, gracias a tu calidez y estilo, así como a su dominio técnico:

Siguiendo con el mes de las Mujeres en la Historia. presentamos a la maravillosa Winifred Atwell. Tocó dos pianos en el escenario, ¡obras maestras clásicas en un [piano] Steinway y jazz ragtime en una chatarrería! En mi programa (ver tuit fijado), ¡les contaré la historia que la reina Isabel pidió «Roll Out The Barrel»!

En 1951, firmó un contrato de grabación con Decca. El año siguiente, fue parte del grupo del primer Espectáculo Royal Variety para la recién nombrada reina Isabel II. Tocó un tema original que había escrito para la ocasión, «Britannia Rag«, que llegó al puesto cinco en las listas de pop del Reino Unido. Sus discos llevaron una muy necesitada alegría a la era de la posguerra, y en 1954, su canción «Let's Have Another Party» (Hagamos otra fiesta) le dio la distinción de ser la primera artista negra con discos grabados en llegar al primer lugar en Gran Bretaña.

Hoy en 1954, la cantante Winifred Atwell fue la primera artista negra en llegar al primer lugar en el Reino Unido. Fue también la primera artista negra en vender un millón de discos.

Atwell tuvo muchos más éxitos, como «Poor People of Paris» (Pobre gente de París), que llegó al primer lugar en Gran Bretaña en 1956. Se acercaba el final del siglo XX, y probablemente era la instrumentalista mujer más exitosa en haber llegado a las listas de pop británico, con discos de música clásica, que estaban cerca de su corazón. Atwell se volvió un nombre conocido, y bien considerado, como Los Beatles, e invitada frecuente en muchos espectáculos de variedad populares del momento:

En estreno – Poor People of Paris
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La sensacional pianista pop Winifred Atwell tuvo una serie de éxitos instrumentales en Gran Bretaña en la década de 1950. ¡»Poor People of Paris» llegó al primer lugar en 1956!

Siguió rompiendo límites, fue la primera artista negra en vender un millón de discos y la primera mujer en actuar en la Casa de Ópera de Sídney. Adornada con un casco y su alegre sonrisa característica, dio una serenata a trabajadores de construcción y tocó «Waltzing Matilda» para ellos en 1964:

La pianista Winifred Atwell fue la primera mujer en tocar en la Casa de la Ópera de Sídney. Usaba un casco, ¡y tocó Waltzing Matilda para trabajadoras de construcción en 1964!
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Ella y su esposo hicieron de Australia su hogar, donde trabajaron para mejorar los derechos de los aborígenes. Atwell murió el 27 de febrero de 1983.

A pesar de su asombrosa vida y carrera, el nombre de Atwell quedó de alguna manera oculta de la historia musical. En la ceremonia de cambio de nombre, su bisnieta Helen la comparó con un piano que «quedó inadvertido, no reconocido», pero que «agradó a los más grandes escenarios del mundo».

El primer ministro Keith Rowley, que señaló que Atwell fue apreciada en Reino Unido mucho antes que en su país de nacimiento, exhortó a los ciudadanos a celebrar a su gente: «En Trinidad, [Atwell] no fue reconocida, pero en Inglaterra llegas a la cima porque eres bueno. Pero algo no pasa en Trinidad y Tobago, no somos buenos hasta que otro no diga que somos buenos».

Ese «otro» que dirigió la atención de los trinbagoenses a Atwell resultó ser el ícono musical Elton John, que apareció en un video de testimonio que se proyectó en la ceremonia de cambio de nombre. Le reconoció el crédito por darle «el impulso para ser quien soy», y Elton John dijo que el momento decisivo para él fue ver a Atwell en televisión: «Podía hacer cosas clásicas, podía hacer un gran boogie-woogie… Me tenía fascinado ella. […] Fue literalmente mi primer ídolo como pianista, y nunca me ha abandonado. Siempre está en mi corazón».

Aunque este tributo fue muy apreciado, también avivó la conversación en torno a la falta de reconocimiento que tuvo Atwell en Trinidad y Tobago. A pesar de que se le concedió un premio nacional en 1969 por sus logros en las música, era casi una desconocida para sucesiva sgeneraciones de sus compatriotas.

En Facebook, Jonathan Ali contó: «‘Alguien siempre tiene que hablarnos de nosotros»: fue el comentario de un amigo al hacerse viral el video del homenaje de Elton John a la fallecida y aclamada pianista de Trinidad y Tobago Winifred Atwell, tras el cambio de nombre del [Auditorio] Queen's Hall en su honor». También destacó la ironía de que «al menos un diario que informaba sobre Elton John nos hablara de nosotros tuviera su foto, no la de Atwell».

Queen's Hall se refirió a Atwell como «no solo una pianista más», y la elogió por haber colaborado con la orquesta Pan Am Jet North Stars Steel para producir «Marfil y acero», el primer álbum que combinó la música del piano y del tambor metálico, el instrumento originario de Trinidad y Tobago.  Dijo que ponerle su nombre al auditorio, «consolida su lugar en nuestro entorno cultural y es un recordatorio a todos de que la grandeza puede venir de nuestras costas, y de que el legado de Winifred Atwell será por siempre parte de nuestra historia artística”.

La pianista y panderetista Chantal Esdelle, que actuó en la ceremonia y que, como Atwell, tiene formación clásica, declaró a Global Voices: «Era una pianista fenomenal que, gracias a su impulso y concentración, pudo grabar y vender álbumes en todo el mundo, alcanzar el primer lugar y presentar un programa de televisión. Con toda su fama, nunca olvidó su hogar y nos veneró con el significativo acto de trabajar con PanAm North Stars para crear ‘Marfil y acero'».

Aunque Esdelle nunca conoció a Atwell, siente una conexión especial con ella porque Pan Pipers, la escuela de música a la que asistió de niña, estaba en WinVilla, la casa de Atwell en St. Augustine, Trinidad, un espacio «en el que se [formaron] muchos jóvenes pianistas sólidos y también donde se enseñaba pandereta a un grupo que interpretaba muchas obras clásicas».

Otros que sabían de Atwell estuvieron muy complacidos de participar en la ocasión:

La ceremonia de cambio de nombre del Auditorio Winifred Atwell, Queen's Hall y concierto, Marfil y acero.
Atwell, pionera pianista trinitense, fue la primera artista negra en encabezar las listas del Reino Unido en la década de 1950, rompió barreras raciales y de género, y dejó una marca indeleble en todo el mundo

Como dice Esdelle, «su legado fue y es una luz».

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