¿Llegó el fin del trabajo forzado en el sector algodonero de Uzbekistán?

Mujer lleva algodón en Uzbekistán. Captura de pantalla del vídeo «Uzbekistán: Trabajo forzado vinculado al Banco Mundial» del canal de YouTube Human Right Watch. Uso legítimo.

 

A la industria algodonera de Uzbekistán, alguna vez sinónimo de trabajo forzado, la evitó el mercado internacional durante mucho tiempo. Marcas y fabricantes occidentales, como Levi's, H&M y Adidas, evitaron el sector algodonero del país por una presión continua de organizaciones de derechos humanos, que llevaron a un boicot internacional del algodón uzbeko. Aún así, en septiembre de 2024, solo dos años después de que se levantara el veto, Uzbekistán organizó la mayor convención textil anual del mundo, la Federación Internacional de Manufactureros Textiles (ITMF).

Aunque el país ha dado algunos pasos muy importantes para erradicar el trabajo forzado y la transformación del sector algodonero, la motivación ha sido en gran parte económica y política. El trabajo forzado era malo para los negocios, y el país no podía competir internacionalmente a menos que modernizase su industria y se distanciase de su legado de explotación. La producción de algodón produce el 12% del PIB del país. Políticamente, el trabajo forzado afectaba negativamente a la imagen de Uzbekistán en el extranjero, lo que el Gobierno intenta resolver desde 2016.

Fin a décadas de trabajo agotador

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), desde que comenzaron las reformas en 2015, Uzbekistán ha sacado a aproximadamente dos millones de niños del trabajo infantil y a medio millón de adultos del trabajo forzado. La nación también ha desarrollado una industria textil integrada verticalmente, ha liberalizado sus mercados y ha cambiado la exportación de algodón crudo por la exportación de productos textiles de valor añadido.

Este progreso es destacable dada la historia uzbeka reciente de trabajo forzado generalizado, profundamente arraigado en su economía y sociedad hasta hace pocos años. Esta práctica duró décadas, y comenzó cuando Uzbekistán formaba parte de la Unión Soviética y era uno de los principales productores de algodón del bloque. La dependencia de la industria algodonera en el trabajo forzado obligó a millones, incluidos niños, a cosechar algodón para satisfacer las cuotas gubernamentales.

Este video de YouTube muestra el trabajo forzado en la industria algodonera de Uzbekistán.

Por si fuera poco, hasta al rededor de 2020, el monopolio de algodón controlado por el Estado de Uzbekistán obligó a las autoridades locales a movilizar a los trabajadores y granjeros forzados a vender algodón a precios artificialmente bajos y regulados por el Gobierno, lo que concentra los beneficios en la reducida élite.

Esmira, mujer de 30 años de Samarcanda, reflexionó sobre su tiempo como trabajadora en el campo con cierto grado de nostalgia. Recuerda la camaradería con sus compañeros de clase, que bromeaban y disfrutaban de las discotecas después de un día largo en el campo.

Sin embargo, Esmira no evita hablar de lo agotador que era el trabajo.

I cried for the first few days because I was from the city and didn’t know how to pick cotton. My hands were in pain.

Eventually, I got the hang of it, but it was still backbreaking work. We had a quota of 50 kilograms a day. I would mix soil with the cotton in my sack just to make sure I wasn’t under.

Lloré durante los primeros días porque yo era de la ciudad y no sabía cómo recoger algodón. Me dolían las manos.

Con el tiempo, le pillé el truco, pero seguía siendo un trabajo agotador. Teníamos una cuota de 50 kilogramos al día. Solía mezclar la tierra con el algodón en mi saco para asegurarme de que no estaba por debajo de esa cuota.

Cambio en la industria

Desde 2017, el Gobierno ha establecido reformas radicales para modernizar la industria algodonera de Uzbekistán. Estas reformas fueron administradas por el actual presidente, Shavkat Mirziyoyev, que ascendió al poder en septiembre de 2016, tras la muerte de Islam Karimov, que fue primer presidente y que gobernó con mano dura. Para 2018, hubo inspecciones laborales más estrictas, y el sistema de agrupación de algodón comenzó a tomar forma, empresas verticalmente integradas que manejaban toda la cadena de producción, desde el cultivo hasta la lana, tela y la fabricación de prendas de vestir.

A día de hoy, casi todo el algodón de Uzbekistán se produce en 142 grupos. Para 2020, las cuotas de algodón fueron abolidas, y el salario mínimo fue determinado por el Gobierno en colaboración con los sindicatos y empresas. Ese mismo año, la OIT informó sobre la erradicación del sistema de trabajo infantil y que ya no era una preocupación importante. Se levantó el boicot en 2022.

A continuación, un video de YouTube sobre el nuevo sistema de grupos y otros cambios en la industria algodonera.

La erradicación del trabajo forzado ha sido aclamada como «una de las victorias más significativas del mundo en la batalla contra el trabajo forzado en el siglo XXI», dijo Bennett Freeman, cofundador de la Campaña del Algodón en 2022. Este logro fue posible por la dedicación de los defensores de derechos en Uzbekistán y organizaciones como el Foro Uzbeko por los Derechos Humanos, que supervisó los campos de algodón, y enumeró los abusos y la capacidad de respuesta del Gobierno al tratar estos problemas.

Estos vertiginosos cambios fueron reconocidos por oradores en la conferencia anual de la Federación Internacional de Manufactureros Textiles (ITMF).

En la entrevista con el autor Abu Yousef, director del programa Better Work en Uzbekistán, colaboración entre la OIT y la Corporación Financiera Internacional (CFI), mencionó que los radicales cambios en el sector algodonero de Uzbekistán se deben también a un cambio en la mentalidad.

Based on my discussions with industry leaders and our colleagues in the government, there has been a clear shift in mindset, along with efforts to diversify export potential. They are committed to compliance and have demonstrated that commitment in their collaborations.

De acuerdo con mis conversaciones con los líderes de la industria y nuestros compañeros en el Gobierno, ha habido un notable cambio en la mentalidad, además de los esfuerzos de diversificar el potencial de exportación. Están comprometidos con el cumplimiento y han demostrado ese compromiso en sus colaboraciones.

Violaciones de derechos, acoso a activistas y control del Estado

A pesar de los progresos en la industria algodonera de Uzbekistán, aún hay desafíos importantes. Aunque el trabajo forzado ha sido erradicado en gran medida, persisten problemas como violaciones de derechos, represalias contra los trabajadores e intimidación de los defensores de derechos. En abril de 2024, dos importantes activistas de los derechos laborales, Umida Niyazova, directora y fundadora del Foro Uzbeko por los Derechos Humanos, y Sharifa Madrakhimova enfrentaron el acoso de personas no identificadas que buscan frenar sus esfuerzos de supervisar las condiciones de trabajo.

También existen problemas de derechos laborales, como el abuso en los contratos y los esfuerzos para eliminar las organizaciones de trabajadores, prácticas que socavan los objetivos de los esfuerzos de reforma del sector algodonero.

Yousef reconoce los avances realizados.

Through the reforms since 2017, Uzbekistan has opened its market to the West, allowing the industry and farmers more autonomy in dealing with business actors. This is a significant change from before, where the government controlled everything. Now, businesses themselves take ownership in working with their partners in the local market.

A través de las reformas iniciadas en 2017, Uzbekistán ha abierto su mercado a Occidente, y ha concedido al sector y a los agricultores más autonomía para lidiar con agentes empresariales. Este es un cambio muy importante con respecto a la situación anterior, cuando el Gobierno lo controlaba todo. Ahora, los propios negocios se hacen cargo al trabajar con sus socios en el mercado local.

A pesar del abandono del trabajo forzado, el Gobierno sigue ejerciendo un gran control sobre la producción de algodón y evita que los agricultores operen por completo en sus propios términos. Aunque los agricultores reciben recursos y préstamos, el sistema sigue siendo ineficiente, los precios del algodón los establece el Gobierno, y a menudo son diferentes de los precios globales. Un decreto presidencial de 2023 le otorgó a los agricultores una limitada posibilidad de vender el excedente de algodón en el mercado, pero todavía debe alcanzarse la verdadera libertad en el mercado. En 2024, a pesar de las promesas de reforma, el Estado impuso una vez más precios mínimos del algodón basados en los tasas de cambio mundiales, con lo que se mantiene el antiguo sistema.

Mientras el Gobierno y la industria siguen presionando por el cumplimiento internacional y un potencial de exportación diversificado, ahora es el momento de abordar estos problemas persistentes para garantizar más confianza y transparencia.

Los logros del Gobierno en las reformas del sector algodonero hasta la fecha son notables, pero estas beneficios deben preservarse. Los casos de acoso deben investigarse rápida y minuciosamente, y el Gobierno debe reafirmar públicamente su compromiso de permitir prácticas independientes de supervisión del trabajo.

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