Islas Marshall exigen justicia por pruebas nucleares estadounidenses en el océano Pacífico

Atolón Bikini.

Una imagen a color de la detonación de un arma nuclear en atolón Bikini de islas Marshall en 1946. Foto del Gobierno de Estados Unidos. Fuente: Cuenta de Flickr de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (CC BY-NC 2.0).

La República de islas Marshall tuvo una victoria diplomática tras ser elegida para representar a la región del Pacífico en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas entre 2025 y 2027. En una publicación de X (antes Twitter), el país se comprometió a promover lo que sucede con las islas pequeñas que enfrentan el devastador impacto del cambio climático.

As the Marshallese proverb goes, ‘An pilinlin koba komman lometo’ (The collection of individual droplets makes a mighty ocean), the Republic of Marshall Islands is committed to representing the Pacific region and advocating for the interests of Small Island Developing States within the Council.

Como dice el proverbio marshalés, ‘An pilinlin koba komman lometo’ (El conjunto de gotas individuales crea un océano poderoso), la República de islas Marshall está comprometida a promover los intereses de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo dentro del Consejo.

También reiteró la demanda de justicia nuclear mientras llamó la atención de Naciones Unidas y del Gobierno de Estados Unidos por su rol en la ejecución de pruebas nucleares en el país entre r1946 y 1958. Durante ese  lapso, el Ejército de Estados Unidos realizó al menos 67 pruebas, en las que se estima que detonaron 318 dispositivos explosivos en el océano Pacífico, que interrumpieron el ecosistema marino y provocaron daños permanentes en las zonas cercanas. Las pruebas también liberaron enormes cantidades de radiación que causaron impactos devastadores para la salud de los habitantes de la isla, que incluyen quemaduras, defectos de nacimiento y cáncer.

El poder explosivo total de estas explosiones fue miles de veces más poderoso que el de la bomba atómica que destruyó Hiroshima en 1945.

Un diálogo interactivo patrocinado por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas destacó el impacto destructivo de las pruebas.  La alta comisionada adjunta de Naciones Unidas, Nada Al-Nashif, resumió los encuentros de la Oficina.

During consultations, the Office of the United Nations High Commissioner for Human Rights heard harrowing accounts of the historical and ongoing impacts of nuclear testing: Stories of radiation exposure and the proliferation of cancers, of painful memories of miscarriages, stillbirths, and of what some Marshallese refer to as ‘jellyfish babies’ – infants born with translucent skin and no bones. A somber reminder of the gendered impacts of radiation exposure.

Durante las discusiones, la Oficina del Ato Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos escuchó las horrorosas descripciones del impacto histórico y continuo de las pruebas nucleares: historias de exposición a la radiación y el aumento de casos de cáncer, de dolorosos recuerdos de abortos espontáneos, partos de fetos muertos, y lo que algunos marshaleses llaman «bebé medusa», bebés nacidos con piel translucida y sin huesos. Un lamentable recordatorio de los impactos en el género de la exposición a la radiación.

El viernes 4 de octubre, en la sesión del Consejo de Derechos Humanos hubo un diálogo interactivo mejorado sobre el legado nuclear en islas Marshall con Comisión Nacional Nuclear de República de las Islas Marshall y la Iniciativa Educativa de islas Marshall. LA Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas presentó un informe que destacaba los constantes efectos provocados por las 67 pruebas nucleares realizadas entre 1946 y 1958.

En la septuagésima novena Asamblea General de Naciones Unidas, la presidenta de islas Marshall, Hilda Heine, presionó a Naciones Unidas a dar el ejemplo y que pidiera disculpas por la decisión de aprobar las pruebas nucleares en la década de 1950.

We did not choose this nuclear fate — it was chosen for us…We can't undo the past. But as a United Nations, we owe it to ourselves to make amends through the adoption of a resolution which formally apologizes for the failure to heed the petition of the Marshallese people. By doing so, all of us will begin the process of healing, and to re-establish faith and trust in this institution.

The trust was violated when 67 known nuclear weapons were tested on our atolls, leading to perpetual displacement and depriving our people of their rights.

Nosotros no elegimos este destino, alguien eligió por nosotros… No podemos deshacer el pasado. Pero como Naciones Unidas, es nuestro deber compensarlo a través de incorporar una resolución de disculpas formales por la falta de consideración por la petición de los marshaleses. Al hacer esto, todos comenzaremos el proceso de curación y se restablecerá la fe y confianza en esta institución.

La confianza se rompió cuando 67 armas nucleares, de las que se sabe, fueron detonadas en nuestros atolones, lo que provocó el desplazamiento permanente, y privó a nuestra gente de sus derechos.

Heine también aseguró que “sin confianza, no puede haber justicia”, en referencia a la negación del Gobierno estadounidense de hacer públicos los documentos relacionados a las pruebas nucleares.

Despite these wrongs, for almost 80 years, we have not received an official apology. There has been no meaningful reconciliation, and we continue to seek redress.

The Marshallese people were misled, forcibly displaced and subjected to scientific experimentation without their consent.

A pesar de estos errores, por casi 80 años, no hemos recibido una disculpa oficial. No se ha llegado a una reconciliación significativa y continuamos buscando una compensación.

A los marshaleses los engañaron, los desplazaron a la fuerza y sometieron a experimentos científicos sin su consentimiento.

Danity Laukon, especialista del Sistema de Educación Pública de la República de islas Marshall, representó a la juventud en una reunión de Naciones Unidas en Ginebra. Destacó las consecuencias a largo plazo de las pruebas nucleares en su país.

Unfortunately many of us in this generation are only starting to realize this history now. The younger generations are also impacted because of the nuclear testing and that's true.

My grandparents were survivors of World War II, and when the nuclear bombs were exploding it triggered the trauma again from the world war that they lived through.

Por desgracia, muchos en esta generación recién comenzamos a descubrir esta historia. Las generaciones más jóvenes también son afectadas por las pruebas nucleares y es cierto.

Mis abuelos sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial, y cuando las bombas nucleares detonaban encendían el trauma de la guerra que vivieron.

1 comentario

Únete a la conversación

Autores, por favor Conectarse »

Guías

  • Por favor, trata a los demás con respeto. No se aprobarán los comentarios que contengan ofensas, groserías y ataque personales.